Bibliografía
| Martínez Llamas David. De reconquistadores a traidores a la Patria. Milicias catalanas, invasiones inglesas y el proceso de independencia rioplatense (1806-1812) . 2021. Castellón de la Plana. Colección América 43, Universidad Jaume I. 341pp. |
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El libro del historiador catalán David Martínez Llamas, es el resultado de una valiosa investigación, realizada en el marco del Doctorado en Societat i Cultura de la Universidad de Barcelona, bajo la dirección del Dr. Ricardo Piqueras y la Dra. Cielo Zaindenwerg. Esta tesis, defendida en 2019, fue seleccionada para integrar la Colección América, de la Universidad Jaume I de Castellón de la Plana. Se suma así a una lista importante de trabajos realizados por investigadores europeos sobre la región platense que aportan al conocimiento del período y a la renovación de enfoques de la historiografía local.
La investigación realizada por Martínez Llamas lo llevó a consultar, además de archivos locales, repositorios en Buenos Aires y Montevideo, contexto en que tuvimos el gusto de conocerlo, gestando desde entonces un gran aprecio por su trabajo. Martínez escribe desde Europa con un gran conocimiento del espacio platense y sus lógicas locales, demostrando un enorme respeto y cariño por su objeto de estudio, así como por el trabajo de los historiadores de la región, a los que ha leído de modo exhaustivo, recorriendo la historiografía clásica y los enfoques más renovados.
Propone un análisis sobre la participación política y militar de los voluntarios catalanes en los conflictos platenses entre 1806 y 1812. El arco temporal es corto, pero recuperado con la intensidad que tuvo para los contemporáneos, dando cuenta de contextos globales y locales diversos y cambiantes. Para ello el autor propone un análisis político-social interconectado a tres niveles: uno general, donde estudia las dinámicas de la monarquía en su conjunto; uno virreinal, que avanza en los conflictos entre grupos de poder en el espacio platense y un enfoque biográfico, en que aborda a seis protagonistas: Rafael de Bofarull, Josep Grau, Gerardo Esteve y Llach, Felipe de Santenach, Juan Larrea y Domingo Matheu. Todos tienen en común su origen catalán, pero difieren es sus trayectorias previas y posteriores, lo que permite poner en discusión la idea de un enfrentamiento exclusivo entre peninsulares y americanos, como ha sido presentado de forma muy esquemática por parte de la historiografía más tradicional. Sobre la base de un amplio manejo de fuentes éditas e inéditas, el autor concluye que la actuación económica, política y militar de los catalanes tuvo un carácter moderno y diferente a la de otros grupos peninsulares.
El libro se estructura en cinco capítulos cronológicos. El primero analiza la presencia catalana en la región antes del momento «bisagra» de las invasiones inglesas. Entre sus aportes podemos señalar la importancia otorgada a la llamada «guerra de la convención» como experiencia militar entre los catalanes afincados en el Plata; el análisis de los vínculos familiares y de parentesco al interior de la comunidad, así como su influencia en el comercio y la actividad política. Propone una síntesis de la organización militar virreinal, describiendo la composición de las tropas regulares, fortificaciones y cuerpos milicianos. Asimismo, el capítulo analiza las reformas comerciales de la península en diálogo con las transformaciones de comercio catalán. Finalmente, el capítulo presenta a los seis personajes cuyas trayectorias vertebran luego el recorrido histórico que propone el libro.
El segundo capítulo aborda las invasiones inglesas, con énfasis en la reconquista de Buenos Aires, proceso que a juicio del autor significó el inicio de un conjunto de cambios que se concretaron luego. Propone una mirada plural de las invasiones, elaborando un marco contextual exhaustivo. Como en otros pasajes, el autor va de lo global a lo micro, logrando que la explicación de los procesos fluya adecuadamente. El eje del capítulo está en el estudio específico del accionar político y militar de los grupos catalanes, abordando temas como las dificultades para el disciplinamiento de las milicias, el vínculo complejo con las autoridades y las diferencias a la interna del grupo. En ese sentido resulta sugerente como el autor describe una comunidad diversa y compleja, atravesada por conflictos y al mismo tiempo marcada por coyunturas que inducen a posicionamientos diversos.
El tercer capítulo analiza la defensa de Buenos Aires en 1807, haciendo foco en las transformaciones que se sucedieron posteriormente en la región. A través de diversas fuentes, aborda el surgimiento de la milicia como espacio de poder, analizando la formación de una «sociedad guerrera» en el Plata, al decir del historiador Alejandro Rabinovich. Asimismo, estudia el vínculo de las milicias catalanas con figuras en ascenso en el período como Santiago Liniers o Martín de Álzaga, mostrando cómo el conflicto bélico generaba un proceso de dispersión y puesta en discusión de la autoridad. Este proceso supuso, a juicio del autor, una verdadera «revolución social», en tanto igualaba a criollos y peninsulares, permitiendo a todos participar políticamente.
El capítulo siguiente aborda el «bienio crucial», según expresión de François-Xavier Guerra. Procesos como la crisis de la monarquía, la junta montevideana de 1808 o el motín de Martín de Alzaga en Buenos Aires en enero de 1809, son estudiados desde la comunidad catalana en el Plata. En ese plano, discute la interpretación tradicional que asocia el proceso de militarización con el crecimiento del poder de los criollos, señalando cómo la línea de separación entre éstos y los peninsulares no estuvo tan definida. A partir de la trayectoria de las figuras antes indicadas, advierte el autor cómo se transita la disolución progresiva de los vínculos corporativos y la llegada de referencias sociales más individuales. Realiza además un análisis en clave micro de la asonada o motín de Martín de Álzaga, episodio que considera un «punto de inflexión», en que confluyen las noticias europeas con diversos factores y rivalidades locales. Lo que se abriría paso en esta etapa es la general coincidencia de los protagonistas en que las milicias se habían convertido en factor clave del equilibrio de poder en el territorio; el arma política con que contaban todos para proteger el orden o subvertirlo.
Finalmente, el último capítulo estudia desde la formación de la junta de mayo hasta el nuevo alzamiento liderado por Martín de Álzaga en 1812; episodio que concluye con el accionar de los grupos leales en la antigua capital virreinal. El autor analiza el vínculo de los catalanes con la junta, advirtiendo la participación de integrantes de este grupo en ella. Es en este capítulo donde más se atiene al análisis de las trayectorias biográficas, lo que permite apreciar la diversidad de opciones que hemos reseñado. Juan Larrea y Domingo Matheu formaron parte de la junta de mayo e hicieron la «carrera de la revolución»; Rafael Boffarull resistió con los realistas en Montevideo hasta 1814; Gerardo Esteve y Llach buscó vincularse al grupo revolucionario aunque terminó decantándose por sus intereses particulares; al tiempo que Felipe de Santenach tuvo un recorrido zigzagueante, que lo llevó a dirigir la escuela de guerra creada por la Junta en 1810 y terminar ejecutado por su participación en la asonada de 1812.
Como últimos apuntes debemos destacar que el texto se complementa con muy buenos mapas, elaborados por el autor, sobre las acciones militares durante las invasiones inglesas. Se trata, en síntesis, de una obra valiosa que aporta una mirada en clave imperial e iberoamericana sobre un tema que ha sido transitado hasta hace muy poco por una historiografía que priorizó una mirada local, a lo sumo regional. La combinación de enfoques metodológicos y el arduo trabajo de pesquisa realizado por Martínez Llamas resulta una valiosa contribución en aras de erosionar esquemas interpretativos e insertar estos episodios en el marco más amplio de la crisis monárquica y los procesos revolucionarios. ◊