Dossier: La Argentina hace un siglo. Política, Economía, Sociedad e Historia (1916-1930)

Comentario a la ponencia del Dr. Juan José Llach - Panel "Economía y fiscalidad"

Andrés Regalsky
Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina

Investigaciones y Ensayos

Academia Nacional de la Historia de la República Argentina, Argentina

ISSN: 2545-7055

ISSN-e: 0539-242X

Periodicidad: Semestral

vol. 76, 2023

publicaciones@anhistoria.org.ar

Recepción: 01 Diciembre 2023

Aprobación: 15 Diciembre 2023



DOI: https://doi.org/10.51438/25457055IyE76e021

Como ya ha señalado Noemí Girbal-Blacha, nuestros comentarios están planteados sobre los tres trabajos de Juan José Llach más comprometidos con el análisis histórico y con el período especifico de que tratan estas Jornadas. En el caso que me atañe, centraré mis comentarios en los dos primeros artículos, “Dependencia, procesos sociales y control del Estado en la década del treinta” y “El Plan Pinedo, su significado histórico y los orígenes de la economía política del peronismo”, publicados en la revista Desarrollo Económico en 1972 y 1984, respectivamente. El segundo, publicado en plena madurez intelectual del autor, ha devenido un clásico para la comprensión de los dilemas de la política económica en vísperas del peronismo y en los años treinta. El primero, que constituye la primera obra publicada del autor —si descartamos una entrada de autoría colectiva en un diccionario de Ciencias Sociales (Ionescu et al., 1970)—cuando tenía 28 años, a partir de una investigación realizada en los dos años previos merced a una beca de perfeccionamiento de CONICET, ha tenido menos visibilidad y repercusión pública, aunque puede considerarse, y el propio autor lo plantea así, como un anticipo –aunque con otro formato- de los análisis que haría doce años más tarde. Centraremos por tanto nuestra atención en este temprano artículo, representativo por otra parte de todo un clima de ideas en cuya elaboración el autor contribuyó activamente, y que luego habría de cambiar drásticamente.

Desde el título mismo se puede visualizar la centralidad que tenía en aquellos tiempos, en el análisis de los procesos sociales, la denominada “teoría de la dependencia”. La misma era evocada en relación a una problemática, la de la naturaleza de las fuerzas sociales que controlaban el Estado y que daban cuenta de la orientación de las políticas públicas, que suponía una lectura “estructuralista” de la formación de dichas políticas (determinada en última instancia por la “estructura de clases” prevaleciente). Se trataba, en todo caso, de un interés creciente por la explicación de los procesos políticos, que llevaría insensiblemente, al cabo de dos décadas, a la constitución de un nuevo campo, el de la ciencia política, con destacada presencia de algunos de los sociólogos (Portantiero, O’Donnell) que participaban inicialmente de aquel cuerpo de ideas[1].

Al mismo tiempo, traslucía el debate que en el campo de la sociología se estaba generando, en la consideración de los clivajes considerados decisivos para el curso de la evolución sociopolítica, entre la emergente de “izquierda nacional” (son los tiempos de constitución de las “cátedras nacionales” en la carrera de Sociología de la UBA) y la más clásica izquierda autodenominada “ortodoxa” (posteriormente identificada con el denominado “clasismo”) una de cuyas expresiones más célebres había sido la revista Fichas, dirigida por Milcíades Peña a comienzos de los años sesenta. (Peña, 1956; Ghilini, 2017) Ambas corrientes, con una fuerte impronta marxista, habían surgido a su vez en confrontación con la vertiente inicial de los estudios sociales, de matriz funcionalista, corporizada en la figura de Gino Germani.

En este sentido, el artículo, concebido como una nota crítica de los recientes libros de Eduardo Jorge (1971) y Murmis y Portantiero (1971), iba a concentrar el grueso de su carga crítica sobre el segundo de los textos, por hacer “abstracción de la dominación imperial” y realizar un análisis de la estructura de clases “sin analizar el papel de las potencias imperialistas o del capital financiero”. Al mismo tiempo, y por esa misma razón, reivindicaba el análisis de Jorge, que otorgaba un lugar relevante a la disputa de las grandes potencias (Estados Unidos e Inglaterra) por el mercado argentino. Este tema, poco después, daría lugar a otro clásico, el artículo de Fodor y O’Connell (1973) sobre el “triángulo argentino”.

Ello no obstaba para que el joven Llach cuestionase una de las tesis fundamentales de Jorge, el bajo grado de concentración prevaleciente en la industria argentina, así como el limitado papel del capital extranjero en la misma. Por el contrario, para nuestro autor, era la hegemonía de esos capitales, no solo en la industria, sino también en relación a la actividad agropecuaria (el pool de los frigoríficos), la que marcaba la nota distintiva de aquellos años, que se visualizaba también en la elevada participación de personajes vinculados con empresas extranjeras en los gabinetes económicos del período. En esa dirección apuntaban en su opinión algunas de las nuevas propuestas que traía el denominado Plan Pinedo de 1940, al que consideraba como “el último intento lúcido de conservación del orden vigente”, como la de propender a la creación de organizaciones (la futura CPI) destinadas a promover la exportación hacia nuevos mercados, principalmente a los Estados Unidos.

Otro punto que interesa y que en verdad permite inscribir este trabajo en la problemática abordada en estas Jornadas, es la reivindicación que hacía Llach de los procesos ocurridos antes de 1930, que es otro de los aspectos que el autor destacaba del libro de Jorge: su análisis de la década de 1920 como punto de inicio de muchos procesos que habrían de desplegarse años más tarde [2], tanto en lo referido al crecimiento industrial como al papel de los “capitales imperialistas y conglomerados multinacionales” en las nuevas inversiones en el sector.

Finalmente, no menos sugerente, y a contrapelo de la lectura fuertemente estructuralista que venía haciendo hasta aquí, es la discusión acerca de los motivos de la oposición de la UCR al plan Pinedo. Para Llach no había en esta oposición “motivos demasiado infraestructurales”. Era la protesta por las elecciones provinciales fraudulentas impuestas por el oficialismo en esas semanas el motivo principal, y de ahí el intento de acercamiento de Pinedo con Alvear, impugnado desde sus propias filas. También cuestiona “esta misma actitud antirradical” en la interpretación de Murmis y Portantiero sobre la postura mantenida por Sabattini.

No deja de ser significativo que esos dos últimos párrafos sean la base de uno de los puntos centrales del artículo que publique doce años más tarde. En efecto, cuando en 1984 el autor retoma este análisis, ahora enfocado más decididamente en el “Plan Pinedo”, lo rotula “una aleccionadora victoria de la política sobre la economía”. Aunque ahora el eje iba a estar puesto en lo que vino después (“los orígenes de la economía política del peronismo”), no dejaba de señalarse que su gestación formaba parte de un “prolongado debate de ideas sobre las estrategias de desarrollo y las políticas económicas”, que se remontaba a los “años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra” y se relacionaba con una “diversificación de las fuentes más dinámicas de ese crecimiento […] anterior a la Gran Crisis”. Sin embargo, el hecho de estar preparando un libro dedicado a esta problemática, alrededor de la obra de Bunge, lo eximía de abundar sobre el tema.

Por otra parte, los parámetros sobre los que se desarrollaba el nuevo artículo eran bien distintos del anterior, y ya no se buscaba en la estructura económica ni en el análisis de las clases sociales las claves del proceso. Ahora eran el propio Plan, su discusión y su influencia sobre las políticas económicas de los años siguientes los tópicos principales, pero algunos de los argumentos del primer artículo eran retomados (y reivindicados). Entre ellos, se destacaba su interpretación como la búsqueda de una nueva orientación para el comercio exterior, más favorable a un acercamiento con los Estados Unidos.

A este respecto, cabe señalar una nota en la que se citaba a Milcíades Peña, propugnando la interpretación del Plan como “la última oportunidad en la que el capitalismo argentino contempló su desarrollo futuro en directa vinculación con Inglaterra”, que traía un eco de las discusiones que habían estado en el origen de la investigación. Quizás uno de los aspectos más sugerentes era sin embargo la visión de que una estrategia de industrialización más imbricada con una proyección exportadora había sido posible, pero los avatares de la coyuntura externa y las prioridades de la dinámica política la habían finalmente echado por tierra. Con ello se preanunciaba, de alguna manera, ese tono melancólico que tendría desde el mismo título su siguiente trabajo, sobre Alejandro Bunge, “La Argentina que no fue”.

Referencias bibliográficas

Fodor, Jorge y O’Connell, Arturo (1973). “La Argentina y la economía atlántica en la primera mitad del siglo XX”, Desarrollo Económico, Vol.13, Nº 49, Buenos Aires, abril-junio 1973.

Ghilini, Anabela (2017). “La sociología argentina en los años sesenta: las Cátedras Nacionales, proyección editorial y circulación de ideas”, Trabajo y sociedad 28, 2017, pp.237-252.

Ionescu, G., Gellner, E., Wolfson, L. y J. J. Llach (1970). Populismo: sus significados y características nacionales. Buenos Aires, Amorrortu.

Jorge, Eduardo (1971). Industria y concentración económica, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

Leone, Nelson (2018). “Dos revistas académicas para la renovación de la sociología argentina y el cambio social: Desarrollo Económico y Revista Latinoamericana de Sociología (1965-1975)”, IDAES/ UNSAM.

Llach, Juan José (1984). El plan Pinedo de 1940, su significado histórico y los orígenes de la economía política del peronismo. Desarrollo Económico, Nº 92, Buenos Aires, pp.515-558.

Llach, Juan José (1972). Dependencia, procesos sociales y control del Estado en la década del treinta. Desarrollo Económico, N° 45. BuenosAires, pp. 173-183.

Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos Estudios sobre los orígenes del peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

O'Donnel, Guillermo y Linck. Delfina (1973). Dependencia y autonomía: formas de dependencia y estrategias de liberación. Buenos Aires, Amorrortu.

Peña, Milciades (1956). Profesores y revolucionarios. Un trotskista ortodoxo responde al profesor Silvio Frondizi, Buenos Aires.

Villanueva, Javier (1972). “El origen de la industrialización argentina, Desarrollo Económico, Vol. 12, No. 47. Buenos Aires, Oct. - Dec., 1972), pp. 451-476.

Notas

[1] Un ejemplo de aquella adhesión al dependentismo en O'Donnel y Linck (1973). Una apreciación de esta transición de la sociología a la ciencia política y a un análisis más autónomo de los procesos en la esfera política, puede verse a lo largo de ese período en la Revista Mexicana de Sociologia, que tuvo durante algunos años su contraparte porteña en la Revista Latinoamericana de Sociologia, editada por el Instituto Torcuato Di Tella. Cfr. Leone (2018).
[2] Un par de números después en esamisma revista sería revisitado por Javier Villanueva (1972) en otro artículo clásico
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