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LA GUERRA EN EL PENSAMIENTO HISTÓRICO – FILOSÓFICO DIALECTICO MATERIALISTA DURANTE LA INDEPENDENCIA LATINOAMERICANA
The war in the historical-philosophical dialectical materialist thought during the Latin American independence
Centros: Revista Científica Universitaria, vol. 12, núm. 1, pp. 60-79, 2023
Universidad de Panamá

Centros: Revista Científica Universitaria
Universidad de Panamá, Panamá
ISSN-e: 2304-604X
Periodicidad: Semestral
vol. 12, núm. 1, 2023

Recepción: 08 Agosto 2022

Aprobación: 06 Diciembre 2022

Resumen: El siguiente artículo es de revisión del fenómeno de la guerra desde varias perspectivas. Una es desde la aplicación del materialismo dialéctico, otra, desde el pensamiento idealista de la modernidad europea, el liberalismo pacifista y el liberalismo progresista, revolucionario independentista latinoamericano. La interpretación dialéctica materialista concibe a la guerra como un fenómeno histórico y político condicionado por las contradicciones inherentes a las formas de organización de la economía, la superestructura ideológica y la estructura de clases de la sociedad. El idealismo europeo y el liberalismo antibélico de Alberdi asocian la naturaleza de la guerra con causas morales y éticas, con respectivos matices. Mientras el independentismo bolivariano se apoya en la noción de guerra justa y concibe la lucha armada como una vía para la liberación nacional, social y personal.

Palabras clave: Materialismo histórico, libertad, liberalismo, colonización, idealismo, pacifista.

Abstract: The phenomenon of war is reviews from several perspectives. From the application of dialectical materialism, the idealistic thought of European modernity, the pacifist liberalism and progressist and revolutionary liberalism of Latin American independence. The dialectical materialist interpretation conceives of war as a historical and political phenomenon conditioned by the contradictions inherent in the forms of organization of the economy, the ideological superstructure and the class structure of society. European idealism anti-war liberalism associate the nature of war with moral and ethical causes, with respective nuances. While the Bolivarian independence movement is based on the notion of just war and conceives the armed struggle as a way for national, social and personal liberation.

Keywords: Historical materialism, freedom, liberalism, colonization, idealism, pacifist.

Introducción

El presente articulo científico de revisión examina la naturaleza de la guerra y su concepción en el marco de la concepción dialéctica de la historia y el pensamiento histórico-filosófico del liberalismo progresista e independentista latinoamericano. Tiene como tarea principal presentar las causas y factores condicionantes de la guerra según el materialismo histórico en contraste con el pensamiento idealista europeo y el liberalismo progresista latinoamericano.

Por definición la dialéctica es el método que busca la identificación del movimiento del pensamiento con el movimiento de la realidad concreta. En consecuencia, la aplicación del método dialéctico materialista al estudio del fenómeno de la guerra implica identificar las contradicciones que condicionan y generan las guerras en las diferentes formaciones socioeconómicas. Esto desglosando todas las facetas históricas desde la sociedad primitiva hasta la consolidación del capitalismo global en el siglo XIX, pasando por la conquista, colonización e independencia de Latinoamérica.

Lo anterior involucra analizar el tema de la guerra en la civilización (azteca) precolombina de América. Así como mostrar los aspectos diferentes en cuanto a la comprensión materialista e idealista respecto al tema de la guerra y examinar las ideas sobre la guerra por parte de dos grandes exponentes del liberalismo progresista e independentista de Juan Bautista Alberdi y Simón Bolívar y sus efectos en los procesos históricos de Suramérica y el Caribe.

La guerra en la concepción dialéctica materialista de la historia

Uno de los principales teóricos de estrategia militar de occidente destacó la dimensión política de la guerra en cuanto a que tiene como finalidad que se imponga la voluntad de una parte beligerante sobre la voluntad de su contraparte. Esta visión resalta la lucha de poder intrínseca en la guerra, la política por otros medios. "La guerra constituye, por tanto, un acto de fuerza para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad. La fuerza, para enfrentarse a la fuerza, recurre a las creaciones del arte y de la ciencia". (Clausewitz, 2012. p.4). No obstante, la guerra, en cuanto forma particular de la política no es una práctica que se puede atribuir exclusivamente a la especie humana. Tanto la actividad política, como la guerra, es decir la política con el uso de la fuerza física y la violencia, son fenómenos que se han detectado en otras especies del reino animal. En esencia, se trata de la lucha por la supervivencia. La lucha por los recursos dentro de un hábitat. Una actividad natural desde esta perspectiva.

Se han reportado actividades bélicas en especies como: la hormiga de fuego (Solenopsis imvicta) vs otra especie de hormiga (Pheidole dentata) y episodios como la guerra de los chimpancés de Gombe. (DU, 2018). Sin embargo, en la historia de las ideas, el problema de la guerra y la paz es uno de los más relevantes, por lo que ha sido desarrollado en diversas obras. Destacando, el estudio de las causas ecológicas de la guerra como fenómeno social junio a su naturaleza desde el punto de vista antropológico, histórico, ético y del derecho internacional.

Históricamente, el fenómeno de la guerra ha significado la exterminación de pueblos y culturas; incluso, la destrucción de civilizaciones enteras. En la interpretación dialéctica de la guerra se parte de la identificación de las contradicciones latentes en la realidad, entre clases, grupos humanos y unidades geopolíticas.

De esta forma, el carácter sociohistórico de las guerras en el devenir de la humanidad se remonta a la aparición del excedente de la producción colectiva, las clases sociales y la propiedad privada como fuentes de antagonismos. Este proceso complejo, dio paso a las relacionen sociales de dominio y explotación, a las contradicciones económicas antagónicas y su solución mediante los cataclismos bélicos.

La sociedad primitiva fue la primera formación sociohistórica en la humanidad.

Su característica principal era el precario nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas. En esta formación social el ser humano dependía completamente de la naturaleza. Se conoce que la economía en esta etapa de la humanidad no era productora, sino que era extractiva. Las principales actividades eran la recolección, la caza, la pesca e incluso el carroñeo. Algunas estimaciones indican que el 98% del tiempo del homo sapiens en el planeta está caracterizado por este tipo de economía no productora. En dicho momento histórico no se puede identificar una relación de explotación económica de un hombre sobre otro, al contrario, se puede establecer la existencia de una unidad orgánica colectiva de todos los miembros del clan. Los miembros de la sociedad debían luchar exitosamente contra los desastres de la naturaleza, para sobrevivir en duras condiciones.

En otras palabras, la contradicción fundamental era la lucha de los pueblos primitivos contra los estragos de la naturaleza, con ayuda especifica de la actividad humana. Sin duda, debieron ocurrir conflictos, choques entre diferentes individuos, entre tribus y clanes, pero las mismas no tenían un carácter económico antagónico, los antagonismos socioeconómicos no estaban desarrollados de forma sustancial. Se podría denominar a estos conflictos como prehistóricos.

No obstante, el fenómeno de la guerra tiene diversas causas que van desde factores biológicos y psicológicos, hasta factores políticos y económicos. En el caso de la sociedad primitiva, la organización social no antagónica en lo productivo requería de vínculos, de ayuda mutua y cooperación entre los individuos, entre los clanes y tribus, y esto ocurría debido al bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. En dicho contexto, las causas de los conflictos respondieron a factores no económicos-productivos. Esta característica o atributo, relacionado con el precario nivel de las fuerzas productivas, generaba la imposibilidad de transformar a los prisioneros en esclavos una vez que se resolvía una contradicción de manera violenta. Así, los vencedores en muchas ocasiones optaban por sacrificar a los prisioneros. En consecuencia, es con la llegada de la economía productora cuando aparecen las sociedades de clases y la posibilidad de esclavizar a los perdedores de las guerras. Sin embargo, fue hasta entrado el siglo I d.c. con el emperador Adriano (siglo I d.c.) que se eliminó el culto donde se sacrificaban seres humanos.

Con el desarrollo de la producción, se dio un mayor desarrollo de las fuerzas productivas. El ser humano logró nuevos matices para su existencia. El comunismo primitivo, o estado de la sociedad primitiva empezó adquirir rasgos significativos. Empezó el proceso de acumulación de riquezas y bienes materiales; de tierras. Aparece la posibilidad de utilizar los medios de producción, y por ende la posibilidad de explotar el trabajo de los demás. Aparecen las condiciones y causas para diferenciar los intereses económico-productivos entre las personas. Surgen las premisas y primeros indicios de antagonismos clasistas en la sociedad.

En otras palabras, surgen las premisas y las condiciones para la aparición y la formación de la base económica de la violencia social. Aparecen por ende la propiedad privada, las clases sociales y el Estado. Así se forman las condiciones para transformar la violencia natural de las "guerras antiguas" como medio de supervivencia humana; en medio o forma para explotar y defender las riquezas, y explotar el trabajo de otros. Así queda determinada una contradicción entre los seres humanos y la naturaleza. El concepto de vida de la sociedad primitiva pasa a un segundo plano, por las contradicciones sociales. La formación primitiva, pasó a la formación socioeconómica esclavista. Se transforma la sociedad sin clases sociales, por la sociedad dividida en clases antagónicas. Como resultado de estas nuevas relaciones, surge la explotación del hombre por el hombre. La violencia como forma de relación social logra su apogeo en el desarrollo de las estructuras socio-clasistas de la sociedad humana. Decía Engels: "El ataque existía para vengar el ataque, o para ampliar su territorio, y se convierte en actividad constante y común". (Engels & Marx, 1974). La guerra se convierte en elemento no para la explotación, sino para justificar el modo de vida de un grupo con respecto a otro. De esta forma, con la revolución neolítica, la disrupción de una economía no productora a una productora, la invención de la escritura y al hacerse sedentaria la especie humana con el nacimiento de las civilizaciones surge el estado como dispositivo sociopolítico y las ciudades-estados como forma organizada de asentamientos humanos.

Se reporta que la primera guerra en la etapa histórica del surgimiento de la civilización se produjo en el siglo XXV a.c. entre ciudades estados sumerias de Lagash y Umma. (Grant, 2017).

La concepción marxista de la guerra como mecanismo de control y dominio sociopolítico tiene antecedentes en el pensamiento filosófico político universal. Ya en la India antigua, en China, en Grecia, encontramos ejemplos de aquella interpretación de las guerras. Vanaña en su obra "Artjoshastra" expresó que las guerras tienen el propósito de servir a la política. Hay que destacar que, desde tiempos inmemoriales, se vinculaba el papel y el lugar de las guerras, en concubinato con la política social, como unidad orgánica.

Platón señalaba que las guerras son parte de la humanidad, y que sirven para conquistar y ganar esclavos. Es difícil entender el pensar del hombre en una sociedad clasista, dominante, en cuanto a la guerra se refiere. Aristóteles señaló y calificó a las guerras como el arte de hacer la política. De allí que introdujo el concepto de guerras justas, y el concepto de derecho a la guerra. En ambos casos, Platón y Aristóteles, dieron a entender que la guerra parte de los intereses de los grupos dominantes en la sociedad griega, como forma de determinación de sus derechos. Quienes hablaban en la plaza o "ágora", y se reunían, representaban a la minoría griega.

"Los metecos e ilotas, que eran esclavos en la Antigua Grecia: plebeyos y esclavos en la Antigua Roma, no eran representativos de la mayoría de la gente en Europa, siendo los grupos mayoritarios verdaderos, y no eran tomados en cuenta". (Vallon, 1991)

La lucha de clases sociales era característica y fundamental en las antiguas sociedades de Grecia y Roma. Heráclito de Efeso, señalaba que las guerras con "padre y rey de todo", y expresaba que "para unos las guerras determinaban si eran ricos y otros pobres. y determinaba si unos eran esclavos y otros libres". Esta posición de entendimiento del rol y lugar de las guerras en la vida social era aceptada por otros pensadores de la época antigua, tales como: Demócrito, Epicuro, Tito Lucrecio, Caro y otros. Decía Marco Tulio Cicerón, que: para aplastar las masas populares por la fuerza, era legítimo y natural ese derecho porque: "Nacimos para la justicia, y este derecho se basa no en la opinión de la gente, sino conforme a la naturaleza". (Cicerón, 1995). Debemos señalar en este punto que los pensadores antiguos, en particular Cicerón, eran paganos, pero su posición en cuanto a la violencia como derecho natural de uno sobre otro, coincidía con la posición cristiana, en el mensaje de San Pablo a los Romanos que dice: Por su origen, los paganos hacen todo lo que exige el derecho. Ellos demuestran que lo necesario del derecho está escrito en sus corazones. (Reina Valera, 1995, Mateo 26:52).

Con la transformación de las formaciones sociales del esclavismo al feudalismo, la actividad de los pueblos europeos estaba muy vinculada con procesos históricos de acciones armadas de estados europeos. Es comprensible que la guerra como fenómeno en la historia del hombre estuviese vinculada con muchos fenómenos religiosos. Así San Agustín, uno de los primeros y más significativos Padres de la Iglesia, analizaba la vida de las sociedades, como la lucha de dos principios: el de Dios y el de los paganos. De allí que la historia de la humanidad, según San Agustín recibe por primera vez, una comprensión de orden teológica. (Plejanov, 1968). San Agustín consideraba a la guerra como un mal. pero un mal necesario sin el cual no hubiese bienes y justicia en el mundo cristiano. Según san Agustín la expresión justicia tiene doble significado: por una parte, si un grupo de personas rechazaba el evangelio, analizando la historia como proceso natural (los paganos), entonces la guerra no era justa, sino que era injusta: es decir, es un mal. Por la otra si la guerra se librara en nombre de Dios ella era justa.

Con la llegada del capitalismo y el nacimiento de la burguesía como clase hegemónica y dominante. las guerras fueron justificadas partiendo de que son un rasgo normal de la naturaleza humana. Prevaleció en la filosofía e ideología burguesa una concepción moral de la guerra. Con la irrupción del pensamiento dialéctico marxista, se identificó el atributo histórico de que las guerras en la historia de la humanidad con consecuencias de cuando una minoría tiene mucho, y la mayoría tiene poco. Este señalamiento es fundamental en el pensamiento de hombres con sentido progresista en la historia universal. Su solidez la marcan los creadores de la filosofía materialista dialéctica, Carlos Marx y Federico Engels, señalaron en su momento que las verdaderas causas de la guerra, era el estable cimiento de la propiedad privada, y de la sociedad dividida en clases sociales. Con la formación y desarrollo de las relaciones de propiedad, basadas en la explotación del hombre por el hombre. las guerras se convierten más en un fenómeno histórico natural, típico de la sociedad dividida en clases sociales. Ellas se convertían en el medio funcional de dominio de un grupo social sobre otro. Además, conociendo la injusticia de las guerras, los filósofos dialécticos demostraron el vínculo orgánico de las guerras con otros fenómenos de la vida social; y ante todo con la economía y la política. Decía Engels: " Una acción violenta, es una acción política". Las guerras tienen intereses económicos y políticos de las clases dominantes, y es el medio fundamental para aprovecharse de lo económico, en su contexto global.

Los pensadores dialécticos enfocaron la existencia de las guerras justas e injustas, a diferencia de Clausewitz respecto a la transformación de una guerra defensiva en ofensiva, y destacaron la verdad de las acciones militares, con las estructuras sociales, ante todo con las relaciones socioeconómicas. Por ello, la dialéctica de las guerras, defensivas y ofensivas estaba ligada a la guerra que llevan los explotadores contra los oprimidos, expresaban los filósofos dialécticos. Señalaban que sólo con la victoria de un sistema social más justo y humano, se podrían acabar con los antagonismos de clases sociales y ende con las guerras; y así establecer una verdadera paz, sin guerras. Señalan Marx y Engels que, con la unión de los obreros en el mundo, se pone fin a las guerras, y se logra una paz social y total.

Cabe señalar la correlación entre la guerra y la revolución. La revolución es un medio para la liberación del hombre. Ocurre cuando se materializa una transformación en el estado, en cuanto a la composición y origen de clase de los gobernantes. Es decir, un cambio en la correlación de fuerzas y en las formas ideológicas. Por esto, la revolución debe fortalecer la verdadera paz entre las personas, eliminando las guerras como forma de relaciones sociales.

En la actualidad existen las guerras justas. injustas, revolucionarias, nacionales, civiles, ideológicas, socialistas, etc. El pensador Lenin señalaba la importancia de las masas populares en el proceso histórico y catastrófico que representan las guerras. Los obreros pueden transformar la guerra imperialista en guerra civil. Las guerras eran el resultado de aspiraciones agresivas de reyes y grandes capitalistas, eran guerras criminales. Golpearon a los obreros. para enriquecerse más. La clase trabajadora, también tiene guerras, pero justas: por su liberación social, contra la esclavitud, contra la opresión capitalista, contra el hambre, etc.

La dialéctica marxista considera el aspecto de la coexistencia pacífica entre distintos sistemas sociales. políticos y económicos en el mundo. Algunos pensadores proponen. hoy en el siglo XXI. con la globalización en apogeo, que es necesario socializar los estados, pues con la globalización, la hambruna, las tendencias a una nueva izquierda mundial, así como las constantes guerras regionales; amén del terrorismo y el narcotráfico, están produciendo profundos cambios en gran escala.

La guerra es un atributo exacerbado en las sociedades clasistas. Las causas específicas son sus contradicciones internas y externas, en determinado periodo de la humanidad. Las mismas pueden cesar o aplazarse, en cuanto a la guerra, nos referimos: situaciones circunstanciales que conllevan a acelerar las causas radicales de la misma. o a retrasarlas. Si consideramos situaciones concretas históricas. Tenemos. por ejemplo: factores de orden ecológico, consecuencias de una catástrofe natural, el cúmulo de problemas socioeconómicos, muy en particular en los países del tercer mundo; así como situaciones típicas y no típicas, en un momento histórico de la sociedad.

Al tomar en cuenta todas las causas del surgimiento de las guerras. que se han mencionado queda demostrado que la motivación está en las relaciones sociales. políticas. económicas y de dominio y explotación entre grupos humanos. En la medida que la humanidad siga su marcha las contradicciones que generan guerras persisten mayor desarrollo económico, con más avances científicos y tecnológicos; pero a la vez hay más pobreza y miseria; informalización del empleo a escala planetaria; mayor sensibilidad por los derechos humanos y las minorías: pero a la vez hay más proliferación de la "cultura" de la muerte. La violencia social es insaciable; más integración de bloques (globalización); pero a la vez hay más y más fragmentación y regionalismos de países, pueblo y sociedades enteras, que a menudo sucumben a las guerras y la propia violencia en sí, es interminable.

El carácter sociopolítico de la guerra no está determinado por causas morales de personas, grupos o pueblos, sino por la posición de la clase que libra la guerra, por su política activa, por los vínculos con el capital como fuerza dominante y económica en la sociedad moderna. El enfoque marxista de la guerra como dispositivo de dominación destacó en escritos como "El Papel de la Violencia en la Historia" de Engels, en donde se analiza el uso de la guerra por parte de Bismark en la unificación alemana, desde el prisma de la estructura de clases de Prusia y Alemania.

Este análisis incluyó no sólo una caracterización de clases en la formación socioeconómica, sino también, la composición de clases de las instituciones estatales (el parlamento y la dieta).

"Esa división en clases era la base de la división en partidos del parlamento y las dietas de los estados. Los grandes propietarios de tierras y una parte de los campesinos formaban la masa de conservadores; la burguesía industrial constituía el ala derecha del liberalismo burgués, los nacional-liberales; el ala de izquierda (el debilitado Partido Demócrata o, como lo llamaban, Partido Progresista) constaba de pequeña burguesía. apoyada tanto por una parte de la burguesía como de los trabajadores. Finalmente. los trabajadores tenían su propio partido independiente en el Partido Socialdemócrata, al que también pertenecía un sector de la pequeña burguesía." (Engels & Marx. 1974).

Por otro lado, algunas calificaciones ético-políticas de las guerras (guerras de liberación y guerras revolucionarias) derivaron de la aplicación del análisis de clases para caracterizar las guerras, en la concepción dialéctica materialista. No obstante, también se desarrolló una doctrina militar marxista para las guerras justas, la doctrina de la participación del pueblo en las guerras.

En este sentido, las nociones de guerras de liberación y revolucionarias concluyen que la aplicación exitosa del arte militar pasa por la capacidad de construcción de fuerza y poder sociopolítico-militar. Así la doctrina de la guerra de liberación en el marxismo plantea que “la victoria sólo se asegura con un sólido y amplio frente social unido, basado en la alianza de los obreros y los campesinos". (Nguyen, 1971).

Siendo otro factor de éxito que caracteriza la concepción de la guerra de liberación es la estrategia de la guerra popular prolongada. Es decir, la utilización del tiempo para equilibrar las asimetrías de fuerza entre el ejército invasor-opresor y el ejército liberador.

No se trata de que todas las guerras revolucionarias. todas las guerras populares deban obligatoriamente pasar por el mismo procese Si desde el comienzo las condiciones son favorables al pueblo y la correlación de fuerzas se inclina al lado de la revolución, la guerra revolucionaria puede terminar victoriosamente en breve plazo.... Pero cuando la guerra comienza en otras condiciones; cuando se tiene que enfrentar un enemigo mucho más fuerte. Entonces. esa correlación de fuerzas impide librar batallas decisivas desde el inicio de las hostilidades y con mayor razón paralizar la agresión desde las primeras operaciones de desembarco en el terreno. En pocas palabras, es imposible vencer rápidamente." (Nguyen, 1971).

Por otro lado, la paz se puede entender como la ausencia de la guerra. Es decir, un estado de equilibrio y estabilidad en el que la solución de las contradicciones antagónicas se realiza empleando métodos no violentos: la mediación, la conciliación, el diálogo y la diplomacia.

En el siglo XXI, debido a la experiencia de las dos grandes guerras mundiales y de las contradicciones geopolíticas de la Guerra Fría en la segunda mitad del siglo XX, el reto del mantenimiento de la paz ha significado el activismo por prevenir una conflagración mundial, principalmente, que pueda escalar a una guerra atómica. Este activismo tomó la forma de pacifismo. Una doctrina de oposición a la guerra y la violencia. Adicionalmente, la lucha por la paz ha estado acompañada por la lucha contra el hambre, el desempleo, contra las injusticias, por el respeto al derecho, la moral internacional y contra las desigualdades sociales; por el progreso humano y en favor de la vida.

La guerra en el pensamiento idealista de la modernidad occidental

El rasgo distintivo del concepto de la guerra según el pensamiento idealista de la modernidad occidental es que la considera como parte de la naturaleza humana, sin ahondar en sus razones económicas y sociopolíticas. No se comprendió por parte de estos pensadores que en las sociedades de clases las guerras son determinadas por desigualdad en donde prevalece la explotación del hombre por el hombre.

Tomás Hobbes vio tres causas de las guerras: La competencia, la desconfianza y el deseo de gloria. La primera causa obliga a la gente a confrontar con cada uno para recibir ganancias; es decir, usar la violencia para hacerse dueños de los demás, de sus esposas e hijos, de sus tierras y ganado. La segunda con el objeto de la seguridad individual; hacer uso de la violencia con el objeto de defenderse individualmente. Y la tercera por el honor; el uso de la violencia para finiquitar detalles, tales como: opiniones distintas, maneras de comportarse, expresiones fuertes, etc.

El filósofo inglés Francis Bacon, fue uno de los que justificó y defendió por primera vez, el concepto de guerras coloniales; y veía en ellas la forma principal de acumulación de riquezas. Según él, la sociedad se desarrolla a costo de otras sociedades, de allí que las guerras son necesarias e inevitables. El también filósofo Leibniz, consideraba que las guerras eran un factor negativo en la sociedad; pero admitía la naturaleza de estas, como parte del hombre, por su descontento con los demás; de allí que son inevitables.

El filósofo Kant entendió la unidad de los pueblos como fenómeno social, capaz de resistir la guerra. Kant decía que, con el desarrollo humano, se establecía la paz perenne, que conlleva a la unión de los pueblos. Aquí podemos ver que las ideas de Kant sobre la paz eterna tenían un carácter puramente moral e idealista, pero poco práctico. El pesador Hegel, también decía que las guerras tienen un carácter moral. Gracias a las guerras se conserva la salud moral de los pueblos. Las guerras les dan a los pueblos fuerza espiritual y tranquilidad.

La guerra en el pensamiento latinoamericano

El estudio del problema de la guerra en el pensamiento liberal progresista e independentista latinoamericano requiere una revisión histórica de la dinámica histórica de los conflictos armados en el continente. Durante las civilizaciones precolombinas del Nuevo Mundo, los aborígenes de América Latina cimentan en las estructuras culturales de sus antepasados.

El pensador cubano José Martí decía que, sin las bases históricas de la cultura precolombina de América, mal se podrían comprender nuevos fenómenos de la realidad regional. La comprensión de las guerras en la cultura y vida del pueblo Azteca, por ser de los más grandes y significativos; sin desmeritar la importancia de otros grupos aborígenes de nuestra América. tales como: Incas. Mayas. Toltecas, Chibchas, Indios del Norte, etc.; implica el análisis del modus vivendi de dichos imperios. Fray Bartolomé de las Casas decía que hay cuatro grupos sociales en la sociedad Azteca: los militares, los sacerdotes, los comerciantes y el pueblo común (desde campesinos hasta esclavos). Los tres primeros prevalecen ante el último en privilegios.

Había dos grupos fundamentales: gobernadores y el pueblo común: (capas altas y bajas). Estas capas sociales se iban paulatinamente incrementando con el constante devenir de las guerras que llevaban a cabo, en donde se capturaban nuevos prisioneros, y en donde se iban acentuando las diferencian sociales. Una minoritaria elite azteca disponía de la economía, manejaba la vida religiosa; mientras que la mayoría hacia el trabajo manual.

Difícilmente podemos comparar la Esparta de la Antigua Grecia con el Imperio Azteca; pero si podemos detallar la estructura social de éstos últimos. Sus capas jerárquicas. Tlacatecutli, eran los soberanos Tlacaloque, eran los señores de arriba, es decir los jueces y la gente con altos cargos, que algunos historiadores le llaman, generales. Los Tactecutzin, eran los primeros conquistadores de las tierras, Teopixque, eran los sacerdotes aztecas. Pochtecatecuntti, eran los comerciantes. Pochteca, eran los comerciantes profesionales. Calpixqui, eran los recolectores de impuestos. Capullec, eran los lideres de los clanes. Teachcautin, eran los jefes de los barrios, y jefes de la juventud. Tecallec, era el pueblo que servía y trabajaba en el palacio de los soberanos.

Cabe destacar que sólo un 10% de quienes ocupaban los cargos jerárquicos, eran de la capital del Tenochitlan.

La estructura de la capa baja de la sociedad azteca era la siguiente: Maceuales, eran los miembros de los clanes, comerciantes, campesinos, artesanos. Mayeques. era la población fuera del clan. Renteros, era la gente que podía o no ingresar al clan, y que cuidaban las tierras. Tlacotin, eran los esclavos, campesinos y sirvientes. El sistema esclavista Azteca tenía diferencias con Grecia y Roma. En la sociedad azteca se daba por: deudas, o por algún crimen cometido. Los prisioneros raras veces se convertían en esclavos debido a que había muchos rituales del sacerdocio en esta sociedad. Casi siempre los prisioneros eran sacrificados para sus Dioses; y por eso libraban las guerras, para capturar prisioneros.

Cabe destacar también, que toda la estructura social azteca se mantuvo hasta la conquista española (1521). Las guerras llevaban riqueza y gloria a las capas gobernantes aztecas, pero no todos quienes luchaban, recibían los tributos que se recogían de los pueblos vencidos. Es difícil hablar sobre propiedad privada en la sociedad azteca; pero se puede afirmar que las riquezas, producto de las guerras, eran propiedad del clan de los soberanos. La guerra ayudó acumular riqueza, y las funcionen de quienes gobernaban con relación a los gobernados, su jerarquía, hace clara referencia a la relación socio-económica y política, e inclusive, religiosa, para efecto de la división social. Pero, aun así, la captura de prisioneros, para entregarlos a los Dioses, como "hijos del Sol", era su clara actitud, con relación a las guerras. La guerra representaba la gloria y poder de los aztecas, pero a la vez eran esclavos de esta, debido a que su existencia se subordinaba a ella. Toda su cultura estaba fundamentaba en el culto al Dios Sol. De allí la esencia de su actividad militar, y la necesidad de capturar prisioneros.

Durante la colonización y conquista europea, la historia de los pueblos autóctonos de América cambió radicalmente, ya que fueron destruidas sus raíces en forma sistemática. Nada más recordar la exterminación masiva de los aborígenes. Se destruyeron sus culturas, que muchos investigadores han demostrado, se compaginaban con las culturas de los antiguos pueblos griegos y romanos. Tal es el caso de su conocimiento de las matemáticas, geometría y otras ciencias. La arquitectura se destacó con la creación de sus majestuosos templos, que son un legado valioso para la humanidad.

Cuando los europeos llegan a América se encontraron con una gran civilización, impensable para ellos. Muy desarrollada culturalmente. El europeo desarrolló una guerra de conquista. Fueron destruidas las culturas de los Chibchas, Cinecos, Zapoteco y otras. Quedó muy poco de los Mayas, Antecas e Incas. "En América del Norte la conquista también dejó efectos negativos en la cultura de los pueblos aborígenes del lugar. A la postre, se registró apartheid de nuevos grupos humanos; debido a los cruzamientos; además de la traída de esclavos negros del continente africano. Los historiadores marcan el hecho de que entre los grupos autóctonos de América, hubo muchos que lucharon y se enfrentaron a los conquistadores que humillaban. explotaban y ultimaban a los pueblos, Las guerras criminales de conquista por parte de los europeos, eran para avasallar, humillar y destruir por completo a los aborígenes. Y así lo hicieron.

La guerra de conquista se ejecutó en paralelo con un proceso de colonización. Este proceso tuvo efectos sangrientos para la región. En este contexto sesionaron algunas de las ideas sobre la guerra en el pensamiento liberal, independentista y progresista latinoamericano. El concepto de la guerra fue tratado desde perspectivas diferentes por pensadores y estadistas como: Juan Alberdi y Simón Bolívar.

Alberdi señala que la guerra es el derecho para la rapiña, para la destrucción de pueblos, y para la criminalidad. En otras palabras, el derecho a la guerra es tratar de justificar las acciones humanas al margen de la ley. Es correcto este enunciado, si tomamos en cuenta a Tomas Hobbes cuando decía "La historia humana, es la lucha de todos contra todos". El heroísmo humano, la codicia, la explotación del trabajo de otro, la envidia, conllevan al hombre a apoderarse o querer apoderarse de lo que no le pertenece. Decía el filósofo griego Heráclito, "La guerra es madre de todo y para todo". (Alberdi, 1934).

Este pensador señala que la guerra vincula grupos de hombres con los problemas de moralidad, religión, ya que estos elementos componen el "Yo" espiritual de los miembros de la sociedad. El origen de la guerra, como del crimen, consisten en la violencia de uno sobre otro. La violencia se origina por circunstancias externas en la vida del hombre. El hombre no nace criminal. Sucede que donde reina el egoísmo, las ambiciones, la envidia, el odio y otros fenómenos negativos. El hombre reacciona, y crea posibilidades y aspiraciones de violencia contra tales situaciones que bordean su vida. Alberdi señala que el hombre es internamente activo en favor de la paz, siempre y cuando tenga buena voluntad, libertad y la idea de perdonar; sin olvidar el derecho a defenderse, claro está.

En consecuencia, para la visión liberal pacifista de Alberdi, el crimen de la guerra proviene de la correlación de la guerra con la moralidad humana, y con la justicia a que todos tenemos derecho. Y la búsqueda de la libertad como elevado principio de la humanidad no se consigue por medio de la guerra. Concibe que la espada y la guerra llevan a la dictadura, el despotismo, la demagogia electoral o la tiranía. Es decir, niega la noción de guerra de liberación.

Otra perspectiva clave y diferente durante este periodo fue la del estadista y Libertador Simón Bolívar. La concepción de la guerra en el pensamiento bolivariano identificó como equivalentes la búsqueda de la libertad con la independencia. Incorporó la doctrina del pueblo en armas, con el efecto práctico de transformar una guerra social (civil) en una guerra independentista. Las fuentes conceptuales de esta visión provienen de diversas experiencias históricas (revolución francesa, guerras napoleónicas, la resistencia guerrillera contra las tropas francesas. guerra independentista de Haití entre otras), y el énfasis en la incorporación de las masas populares deviene en una profundización democrática de la guerra. Cabe destacar que en esta visión las libertades individuales se asocian con la emancipación social y nacional.

Esta asociación respondió a la necesidad concreta de la independencia latinoamericana de incorporar conquistas como la abolición de la esclavitud y mayor equidad para negros y población originaria para alcanzar la victoria militar y política. La siguiente cita ilustra la unidad que existe entre lo militar y lo civil en el ideario bolivariano: "un soldado no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno; es el defensor de su libertad" (Bolívar, 1814).

El concepto de la guerra en Bolívar se fundamenta en las nociones de guerra justa, defensiva y anticolonialista. Esto deviene en la integración de una doctrina de defensa nacional que incorpora la participación cívico-militar. Es decir, la participación de las masas populares en el amparo activo de la patria contra la amenaza del opresor colonialista.

También se puede identificar la visión sobre lo social. lo popular y la connotación revolucionaria de la lucha armada independentista:

"Lo de los esclavos, si andan alborotando al avispero, resultará lo que en Haití: la avaricia de los colonos hizo la revolución [... ] El impulso de esta revolución está dado, ya nadie lo puede contener y lo más que se podrá conseguir es darle buena dirección |..] Debemos triunfar por el camino de la revolución, y no por otro". (Bolívar, 1814).

Conclusión

Existen claras diferencias en las visiones de la guerra por parte de la concepción dialéctica de la historia, la filosofía política del idealismo europeo, el liberalismo pacifista de Juan Alberdi y el liberalismo progresista, independentista y revolucionario de Simón Bolívar.

La interpretación dialéctica materialista concibe a la guerra como un fenómeno histórico y político condicionado por las contradicciones inherentes a las formas de organización de la economía, la superestructura ideológica y la estructura de clases de la sociedad.

El idealismo europeo y el liberalismo antibélico de Alberdi asocian la naturaleza de la guerra con causas morales y éticas, con respectivos matices. Mientras el independentismo bolivariano se apoya en la noción de guerra justa y concibe la lucha armada como una vía para la liberación nacional, social y personal.

Adicionalmente, en los enfoques histórico-filosóficos que se examinan en este artículo, subyacen interpretaciones diferentes de la libertad. En el materialismo histórico la libertad se entiende como conciencia de las necesidades e intereses en el marco de las especificas formaciones socioeconómicas.

En el idealismo de la modernidad europea y el liberalismo de Alberdi, la libertad es interpretada como ausencia de la intromisión del poder estatal en la vida de las personas. Mientras que en el liberalismo progresista independentista y revolucionario de Simón Bolívar. la libertad es sinónimo de independencia con respecto a un poder político y militar opresor extranjero.

Estas diferentes visiones de la libertad por cada una de las filosofías estudiadas alimentan los respectivos conceptos de la guerra.

Referencias Bibliográficas

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