Recepción: 05 Febrero 2021
Aprobación: 02 Abril 2021
Resumen: Analizar teóricamente la inserción del lenguaje jurídico en los entornos virtuales de formación corresponde al propósito del presente artículo. Para ello, se considera el enfoque cualitativo que orienta el tipo de investigación teórica documental apoyada en un diseño bibliográfico de carácter descriptivo, transversal. Las técnicas e instrumentos de recolección de datos utilizados son la observación directa, el análisis de contenido y, una matriz de registro para las fuentes de información secundarias revisadas. Desde el punto de vista temporal, la muestra abarca la literatura consultada desde el 2019 al 2021. Como consideraciones finales, se plantea las oportunidades más interesantes de los entornos virtuales de aprendizaje es que facilitan el uso de estrategias innovadoras y creativas, replanteando los abordajes metodológicos de enseñanza en el proceso de inserción de un lenguaje jurídico cónsono, no solo en la atención de su naturaleza formal, sino de comprensión social.
Palabras clave: Lenguaje jurídico, entornos virtuales, aprendizaje, cultura digital, método de aprendizaje, univocidad semántica, economía léxica.
Abstract: Theoretically analyzing the insertion of the legal language in virtual training environments corresponds to the purpose of this article. For this, the qualitative approach that guides the type of theoretical documentary research supported by a descriptive, cross-sectional bibliographic design is considered. The data collection techniques and instruments used are direct observation, content analysis, and a registration matrix for the secondary information sources reviewed. From a time point of view, the sample covers the literature consulted from 2019 to 2021. As final considerations, the most interesting opportunities of virtual learning environments are proposed is that they facilitate the use of innovative and creative strategies, rethinking methodological approaches of teaching in the process of inserting a consonant legal language, not only in the attention of its formal nature, but also of social understanding.
Keywords: Legal language, virtual environments, learning, digital culture, learning method, semantic univocity, lexical economy.
INTRODUCCIÓN
El lenguaje es una herramienta propia del ser humano con una connotación social y pública que hace posible la comunicación en los múltiples entornos en que se desenvuelven (Puertas Balma, 2017).
Este permite a través de las palabras representar el mundo directamente percibido por los sentidos y transmitido por la cultura.
Con respecto a ello, Reino Bustamante (2019) expresa que
“el objetivo esencial del lenguaje es asegurar la comunicación de las ideas, deseos y emociones en el interior del grupo” (p.45).
Por consiguiente, en su significado cumple doble función, la comunicacional y de representación, contribuyendo con la socialización y el desarrollo de la personalidad.
Por otra parte, el lenguaje tiene formas de utilización que permiten el entendimiento entre quienes comparten saberes, creencias, actividades o aficiones comunes, a este tipo se le denomina especializado, técnico o de profesionales (Lázaro Pizarro, 2019, p. 27). En el ámbito del Derecho se reconoce como lenguaje jurídico, entendiendo que este posee una terminología propia, cargada de tecnicismos. Talavedra Duran (2019) lo define como
el que se utiliza en cualquier texto jurídico, es decir, cuya función sea la creación o la realización del Derecho” (p.54).
Esta conceptualización abarca una diversidad de textos que pertenecen al ámbito jurídico en general.
Destaca el autor anterior de la cita, que “el lenguaje jurídico es técnico y académico, ya que, antes de ser utilizado en su correspondiente ámbito profesional es enseñado y
aprendido en la universidad” (p.61). De tal manera que, para el profesional del Derecho termina por convertirse en una competencia y/o habilidad que requiere ser aprendida.
Dentro del proceso de enseñanza del lenguaje jurídico, inmerso en el contexto global de formación del profesional en el Derecho, indica Vallecillos Puertas (2019) las dos competencias que gozan de preferencia para fortalecerse en los estudiantes:
a) La comprensión de textos y discursos habituales en un contexto jurídico, considerando para ello sus dimensiones semánticas, gramaticales y pragmáticas y;
b) La construcción de textos y de discursos tomando en cuenta los rasgos léxico-semánticos, morfosintácticos y de estilo (p.55).
Se entiende que en el estudio del lenguaje jurídico, la estructura narrativa y argumentativa del discurso se enfrenta a desafíos en la forma de enseñarlo y aprenderlo, por lo que se hace relevante que el estudiante logre la identificación de la estructuras y rasgos en la negociación de significados vinculantes al contexto en el cual se encuentre.
Puzzini Bescoy (2019) señala que
“la universidad debe formar en sus estudiantes de Derecho la comprensión del lenguaje jurídico como una herramienta que forma parte de la vida profesional” (p.36).
Por lo que, requiere desarrollarlo, tanto en la narrativa oral y/o escrita, caracterizando la presencia de un discurso coherente, entendible y lógico en la estructuración de sus elementos lingüísticos, gramaticales, entre otros.
Con respecto a la claridad del lenguaje jurídico, la complejidad sintáctica, la abundate subordinación, los grupos verbales especiales y el frecuente empleo de la voz pasiva, entre otros fenómenos, son los mayores responsables de las dificultades que ocasionan estos textos en los lectores (Uzacategui Malavé, 2020). De allí que, la confusión de su léxico, se hace presente para aquellos que no forman parte del escenario jurídico y, en ocasiones frecuentes para los que se encuentran en etapa de formación profesional, siendo una tendencia que intenta combatirse, pero que no se ha conseguido erradicar de momento (Mujica Santos, 2019, p.45).
Con base a lo anterior indica Palacio Fuentes (2019) que el lenguaje jurídico:
Atiende al principio de publicidad, se manifiesta en productos textuales que también están destinados a los ciudadanos legos en la materia y aquellos ajenos al ámbito del Derecho, de modo tal, que cuenta con una doble audiencia (p.23).
En consecuencia, se entiende que por la falta de claridad y concisión expresiva no solo dificultan la comunicación entre juristas y ciudadanos, sino también entre los integrantes del mismo colectivo profesional. Ciertamente, Tuñon Casas (2019) declara que:
Esto se hace evidente, no solo por el empleo de un vocabulario técnico, sino también en el uso y abuso de dispositivos o procedimientos verbales, tales como tendencia al uso de latinismos, arcaísmos y fórmulas estereotipadas; preferencia por la utilización de verbos no finitos, no conjugados, por nominalizar o sustantivar las estructuras. Además de lo anterior, la presencia de oraciones con párrafos extensos que se perciben muy pesados, desde el punto de vista conceptual y estructural, con oraciones subordinadas o yuxtapuestas que no favorecen los procesos de comprensión e interpretación de los textos jurídicos (p.63).
Por consiguiente, la enseñanza del lenguaje jurídico en los estudiantes que están en proceso de formación, lleva consigo la necesidad de acoplamiento y modificación de un léxico especializado. Se considera que el aprendiente va construyéndolo a partir de constructos o conceptos que va amoldando a sus experiencias según recibe input significativo y se pone en situación de producir output comprensible (Cuevas Malavé, 2019, p.55).
De esta manera, como acción innovadora dentro del proceso académico, para atender las falencias presentes en la enseñanza del lenguaje jurídico, se incorporan los entornos virtuales de aprendizaje, constituyéndose en escenarios óptimos para promover espacios que integran herramientas a través de ordenadores conectados a la red, que facilitan el desarrollo
de la formación en ambientes pedagógicoss y/o andragógicos, así como metodológicos específicos de aprendizajes” (Antúnez Tirros, 2018, p. 73).
Por su parte Ozollo & Osimani (2019), establecen que un entorno de formación virtual “será aquel escenario de significaciones compartidas en las que se establecen estrategias de enseñanza y comunicacionales para provocar aprendizaje e interacciones ricas con respecto al conocimiento que se desea construir” (p.54). Desde esta definición se explicita, que debe contar con una intencionalidad educativa, en función de la cual se promueve una negociación de significados utilizando para ello estrategias para la enseñanza adecuadas a este, apoyándose en acciones comunicacionales propias del medio.
Resulta importante resaltar, a Barrios Freites (2019) cuando expresa que “lo natural después de aprender a utilizar cualquier herramienta tecnológica está tan determinado o más por la propia herramienta como por el usuario” p.55); por lo que la potencialidad que pueda ofrecer el entorno virtual al estudiante determina en buena manera el rendimiento y la apropiación que este haga del conocimiento impartido y adquirido.
Es así como se tiene en cuenta, que los entornos virtuales y las estrategias de e-learning permiten integrar de una manera dinámica y flexible procesos, métodos y prácticas centradas en el alumno y sus necesidades, incrementando los recursos lingüísticos para
que pueda afrontar la comprensión y el aprendizaje de los textos jurídicos. Además, mejorar los tiempos de estudio y la asimilación de los contenidos estudiados. Desde esta perpectiva se potencian las habilidades de expresión oral y escrita del alumnado con el uso adecuado del lenguaje y, en particular, del léxico jurídico (Santamaría Pizarro, 2019, p.65).
De esta manera, se configuran modos de la comunicación correspondientes a repertorios diferenciados, organizados y regulados de recursos para construir y canalizar significados que, al mismo tiempo, moldean los flujos de irterlocución a través de los cuales se manifiestan, en el aspecto que ocupa este estudio, los diferentes espacios virtuales de formación sobre el lenguaje jurídico.
En consecuencia, el uso de la tecnología y de la conformación de ambientes de aprendizajes virtuales, orientan hacia un trabajo colaborativo y cooperativamente sinérgico, coadyuva a subrayar un discurso jurídico accesible y entendible, a pesar de lo caracterizado en la complejidad y multiplicidad de contenidos que forman los textos mediante los cuales se actualiza en su terminología, fundamentalmente amplia y rica en matices que se incrementan con el desarrollo de las competencias comunicacionales en el área.
De igual manera, en virtud de las características de los recursos y estrategias posibles de ejecutar a través de los espacios virtuales que emoderan de autonomía al estudiante,
facilita la ejercitación sistemática y sostenida de un mismo recurso o procedimiento, con el fin de lograr su apropiación por parte del aprendiz, liberando los límites del espacio y propiciándole independencia académica.
Desde esta cosmovisión surge la interrogante investigativa, que orienta a este estudio
¿Los entornos virtuales de aprendizaje pueden contribuir en la enseñanza de lenguaje jurídico?
MATERIALES Y MÉTODO
Con referencia al aspecto metodológico, en esta disertación se utiliza el enfoque del paradigma cualitativo, con alcance y finalidad descriptiva. Pérez Acosta (2015), afirma que
“la atención de los investigadores cualitativos se centra en hacer descripciones detalladas de situaciones, eventos, observables, incorporando creencias, pensamientos y reflexiones tal y como son expresadas por ellos mismos” (p.25).
Por consiguiente, resulta una actividad sistemática orientada a la comprensión de fenómenos mediante el estudio descriptivo e interpretativo de realidades, ayudando a la comprensión del contexto abordado, posibilitando distintas lecturas de la pluralidad cognoscitiva, lo que permite avanzar en el estudio sin la imposición de procedimientos rígidos, privilegiando la amplitud del conocimiento.
Según la fuente de datos es de tipo documental, Martìnez Guevara (2015) indica que se corresponde con
“una estrategia de comprensión y análisis de realidades teóricas mediante la revisión, cotejo o comprensión de distintos tipos de fuentes documentales referentes a un tema, a través de un abordaje sistemático y organizado” (p.23).
que el diseño es bibliográfico, ocupándose de la revisión de fuentes secundarias, tales como libros publicados, textos impresos, electrónicos, entre otros.
Además, se considera el carácter transversal del estudio, en virtud, que la información se recolecta en el presente, en un solo momento y tiempo único, su propósito es el análisis, considerando las incidencias e interrelaciones de los eventos en el período previsto.
Por otra parte, se definen las categorías y unidades de análisis que, en la investigación cualitativa, es necesario formular, estas se expresan de manera previa en función de los contenidos, dado que permite mantener la direccionalidad e intencionalidad en la investigación, así como la expresión del sentido y significado que el investigador le atribuye, tal como se indica en el cuadro 1.
La fuente de obtención de los datos son secundarias, la indagación de la literatura científica se realizó de las publicaciones físicas y electrónicas encontradas desde el año 2019 hasta el 2021. Se emplearon los buscadores Google, Google Académico y Google Scholar. De igual manera, se incluyeron las palabras claves sugeridas por los tesauros UpToDate, Scielo y Ovid con los conectores: lenguaje jurídico; entornos virtuales; derecho; enseñanza en línea; lenguaje técnico.
Asimismo, en la búsqueda se introdujeron filtros obteniendose un total de (22) artículos y producciones científicas. Tras la lectura del resumen y, del detalle de estos, a través de la parrilla de lectura crítica CASPe (Critical Appraisal Skills Programme Español) (Landaeta Moran, 2018), quedaron en la selección (10) artículos y producciones científicas, que se corresponden con aquellos que cumplieron con las categorias y unidades de análisis, así como con los criterios de inclusión que se indican a continuación:
Idioma: Español e Inglés.
Temporalidad: 2019-2021.
Acceso libre completo y gratuito.
Artículos aplicados en el área del derecho
Todo tipo de artículos aportados por las bases de datos anteriormente descritas.
Guías, protocolos, artículos, tesis sobre el tema.
Sobre el procedimiento la investigación atiende al esquema planteado por Véliz Anzola (2017) para los estudios documentales, efectuado de acuerdo con los siguientes pasos:
Con respecto a la técnica e instrumento de recolección de datos, se utilizaron la observación directa con una matriz de contenido para registrar las fuentes de información de carácter secundario. Para procesamiento y análisis de los resultados, se realizó a través del círculo hermenéutico-dialéctico de Lincoln y Guba (2016) que permitió incluir el proceso interpretativo a la luz de los diferentes enfoques teóricos.
RESULTADOS
En los cuadro N° 2, 3 y 4 se presentan la muestra de los artículos y producciones investigativas que cumplieron con el criterio de búsqueda y el objetivo del estudio.
CONCLUSIÓN
Con base a la intensión investigativa planteada y, producto de la disertación documental desarrollada, las consideraciones finales expresan que, el 100 % de los estudios revisados denotan la importancia de considerar los entornos virtuales de formación para favorecer la enseñanza del lenguaje jurídico, entendiendo que este estilo de discursividad se caracteriza por presentar:
Una fuerte intertextualidad, dado que se citan un cúmulo de otros textos que proveen, de acuerdo con Mujica Santos (2019) soluciones lingüísticas distintas, que presuponen puntos de vista diferentes y requieren de una amplia competencia lingüística y cultural.
Procesualidad, ya que, los textos deben reunir y sintetizar fases de procesos judiciales diferentes; traduciendo el lenguaje de otras voces de sujetos sociales que integran y participan en el complejo diálogo institucional.
El carácter declarativo, el lenguaje jurídico modifica o crea la realidad. En cuarto lugar, su objetividad a través de la responsabilidad enunciativa impueta por su fuerte escrituridad.
Asimetría pragmática por tratarse de una lengua de especialidad o profesional y de esto el acceso al sistema lingüístico se complejiza.
De allí que, los avances en el uso de alternativas tecnológicas pueden ser aprovechadas para superar los problemas en el discurso escrito y oral, tanto de estudiantes como de los profesionales del Derecho, representanto ventajas en el desarrollo de las competencias en lectura y escritura, favoreciendo claridad en el léxico jurídico en sus diferentes funciones normativa, fáctico y axiológica.
Por otra parte, para atender la ambigüedad semántica de vocablos utilizados, la expresión confusa y difusa, las antinomias, entre otros, inicialmente, se requiere la comprensión que, estas son producto del lenguaje y no de los hechos. Por lo tanto, toda tarea de argumentación, desde el lenguaje jurídico, depende esencialmente, del conocimiento del lenguaje en sí mismo, sus características y naturaleza.
De esta visión las plataformas los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje colocan una
serie de herramientas que favorecen experiencias que inciden en su potencialidad pedagógica para atender la enseñanza del lenguaje jurídico.
En consecuencia, las oportunidades más interesantes de los entornos virtuales de aprendizaje es que facilitan la interacción en varias maneras: sincrónica, asincrónica, basada en textos, audio, video, entre otros que, desafían las oportunidades de aprendizaje.
De tal manera que, se encuentran con diversos dispositivos que facilitan el uso de estrategias innovadoras y creativas tales como: entornos para la construcción de problemas para la enseñanza. Integra 2.0, infografías y presentaciones. Canva, Pixton, Emaze, Prezi, videoconferencias. Google Hangouts, herramientas para trabajos colaborativos. Google Fotos, Google Drive, Padlet, Foros, entre otros. Por lo que se traducen en una gran oportunidad para replantear los abordajes metodológicos de enseñanza a fin acercar el proceso de inserción de un lenguaje jurídico cónsono, no solo en la atención de su naturaleza formal, sino de comprensión social.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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