Reflexiones de maestros
CÓMO CITAR: Gonçalves, A. R. (2023). Emergencias latinoamericanas: arquitectura contemporánea 1991-2011. A&P Continuidad, 10(19), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v10i19.432
Alexandre Ribeiro Gonçalves es arquitecto por la Universidade Católica de Goiás (1991); con Maestría en Historia (2002) y Doctorado en Historia por la Universidade Federal de Goiás (2013). Es profesor del curso de Arquitectura y Urbanismo de la Universidade Estadual de Goiás y Coordinador del curso de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Evangélica de Goiás en Anápolis. Es autor de Goiânia: Uma Modernidade Possível (EdUFMT- Editora da Universidade Federal de Mato Grosso, Cuiabá, 2002).
El texto que publicamos en esta sección es parte de: Emergências latino-americanas: arquitetura contemporânea 1991-2011, su tesis de Doctorado realizada en la Facultad de História de la Universidade Federal de Goiás.
Hace ya 10 años, Ribeiro Gonçalves eligió en 2013 para su tesis doctoral en Historia, las articulaciones generacionales de la arquitectura latinoamericana, un tema clave para trazar un mapa de los desarrollos proyectuales en la región. Alexandre trazó un análisis conceptual muy ajustado que le permitió verificar en un extenso número de obras y proyectos las formas de producción y de reconocimiento de esta arquitectura más allá de los límites nacionales. Una fértil colección de casos, registrados en publicaciones internacionales, le permitió la verificación de sus hipótesis en tres países, Colombia, Brasil y Chile. El capítulo de las conclusiones de la tesis se presenta por primera vez al público, y fue traducido para esta oportunidad. Creemos que su aporte es central para la consideración de estos años recientes de la experiencia de la profesión y la disciplina en este lugar del mundo. Como hace casi veinte años se había afirmado, las generaciones de arquitectos latinoamericanos, desprendiéndose de interpretaciones duales, han asumido una condición global de la arquitectura para enfrentar muy específicamente los desafíos presentes en Latinoamérica.
Horacio Torrent, María Carla Berrini y Claudio Javier Solari
Emergencias
1. Las arquitecturas producidas por las nuevas generaciones globales constituyen sistemas de numerosas conexiones e interacciones permanentes en red, auténticos fenómenos emergentes, que se organizan a través de acciones individualizadas, en un proceso de mezcla y disolución de diferentes centralidades dentro de un mismo “presente común” (Beck, 2008). De acuerdo con lo comentado a lo largo del trabajo, se comprueba el objetivo central de la tesis, el surgimiento y existencia de una nueva generación de arquitectos en América Latina a partir de la década de 1990, a través de su comprensión como un sistema complejo, o sea, como un conjunto de elementos que actúan mutuamente en red, produciendo cualidades o propiedades características de emergencia.
La tesis mostró cómo estas arquitecturas se organizan como subsistemas dentro de un mismo sistema, dividiéndose en un abanico de ideas, propuestas y diálogos que configuran innumerables asociaciones entre diferentes arquitectos o grupos arquitectónicos. A pesar de actuar de forma independiente e individual en sus oficinas, acaban caracterizando un todo colectivo. Establecen un juego de correspondencias donde prevalecen intercambios, contactos, contagios, uniones, superposiciones, acuerdos parciales, alianzas y afinidades, pero también contrastes, oposiciones, comparaciones, diversidades, conflictos y diferencias.
Una parte de esta nueva generación utiliza las posibles herramientas que pone a disposición el sistema mediático global, como participar en concursos y publicar libros, artículos, investigaciones, revistas, blogs y plataformas digitales, además de la concepción, y organización de exposiciones, eventos e instalaciones. Son estrategias utilizadas en un intento de superar y trascender la práctica convencional de la arquitectura, en un esfuerzo colectivo por comprender la realidad, de inserción intelectual y de pertenencia. En este tipo de interpretación, estas arquitecturas recientes constituyen sistemas arquitectónicos que funcionan de manera interconectada, cuyos tipos de alianzas y asociaciones son innumerables, y cuyas posibilidades de interacción están dotadas de significado social y urbano, coherencia ecológica, experimentalismo ambiental, interacción digital, preocupaciones constructivas e inquietudes colectivas en diferentes escalas y contextos.
2. Estas innumerables oportunidades de interacción partieron de estructuras relativamente simples, organizadas desde los despachos individuales de cada arquitecto o de grupos de arquitectos, hasta formar patrones más complejos e interrelacionados, caracterizados como emergencias latinoamericanas, es decir, como las arquitecturas recientes producidas por esta nueva generación. Durante el transcurso de los trabajos se confirmaron algunas explicaciones iniciales relacionadas con estas emergencias, lo que no quiere decir que no existan otras posibilidades. Por el contrario, la tesis permite una serie de desarrollos, de futuras investigaciones, estudios e investigaciones, en los que estas arquitecturas puedan ser puestas nuevamente a prueba y revisadas sin restricciones.
Se puede afirmar que estas arquitecturas: son heterogéneas, ya que intervienen en contextos muy diferentes y permiten diversidad de tipos de enfoques, conceptos y proposiciones; son no reduccionistas, ya que superan posiciones simplificadoras, como la dualidad continuidad-ruptura, adoptando estrategias más complejas, múltiples y versátiles; son descentralizadas y sin jerarquías, no sólo por la ausencia de grandes líderes, sino también por la ausencia de grandes ideales colectivos, ideas preestablecidas y conceptos definitivos, en los que no es posible detectar una posición jerárquica entre los diferentes subsistemas; son colectivos, porque cada acción individual contribuye para el aprendizaje de la propia generación, a través de la diversidad y pluralidad de las posturas arquitectónicas adoptadas, que operan al mismo tiempo y de tal manera que todas estas relaciones entre los diferentes grupos forman un todo que no puede entenderse por separado; producen retroalimentación desde el propio sistema, porque son colectivos y por la enorme cantidad de conexiones e interacciones con otros subsistemas, que terminan influyendo y retroalimentando al conjunto, como algunos arquitectos aprenden más intensamente al observar los resultados y éxitos de los demás. Por todas estas razones, y probablemente por muchas otras que no fueron abordadas por la tesis, se puede decir que son arquitecturas emergentes.
Vale la pena señalar que estas arquitecturas no pueden reducirse a la suma de las características de cada arquitecto o grupo arquitectónico, ni a la suma de las características de cada país involucrado, ya que entender el todo supera la suma de las partes por separado. Además, estas arquitecturas forman una red impredecible y difícil de analizar, al considerar a cada arquitecto o grupo aislado en su realidad y en su modus operandi, precisamente por su imprevisibilidad y contingencia estructural. Sin embargo, cuando se observan colectivamente, pueden ser entendida como una red muy rica, vigorosa y compleja.
En la dinámica de las generaciones globales
1. El esfuerzo de investigación en revistas especializadas asumió gran importancia en el mapeo de estas arquitecturas recientes. Las revistas fueron fundamentales para la definición de arquitectos, despachos o grupos arquitectónicos pertenecientes a un mismo nexo generacional, así como de los proyectos y obras seleccionados, lo que también lleva a reconocer que esta selección tiene sus limitaciones, ante la imposibilidad de abarcar todos los proyectos, y todas las publicaciones a lo largo de más de dos décadas.
Por otra parte, la gran cantidad de proyectos y trabajos publicados lleva a algunas otras conclusiones. En primer lugar, hubo un aumento considerable en el número de revistas que, en algún momento de los últimos veinte años, se interesaron por estas arquitecturas. Al mismo tiempo, también aumentó el interés internacional por la producción arquitectónica en América Latina tras décadas de tibio olvido. Sin embargo, este interés tiene un alcance relativo y limitado, aunque significativo, si consideramos el sistema cultural de validación de la arquitectura en su conjunto.
Como cuestiona Liernur (2002), ¿no sería esto simplemente la conveniencia de construir ciertas visiones de América Latina, en un esfuerzo por integrarla a las disputas de la globalización? Tal interés puede verse, por lo tanto, como un intento de inserción en la dinámica global, de llevarlo al centro, aunque los límites entre centro y periferia parezcan cada vez más difusos y distorsionados (Beck, 2008; Deambrosis, 2009).
2. El aumento del número de publicaciones revela que esta nueva generación no tiene dificultades para afrontar los medios de comunicación y los atractivos globales, resultantes del aumento del consumo de imágenes y representaciones, sabiendo muy bien que las revistas, así como la participación en exposiciones y bienales y los premios en concursos, entre otros, constituyen poderosos mecanismos de legitimación de la calidad a través del criterio del éxito (Diez, 2005). En cierto modo, estos jóvenes arquitectos priorizaron la estrategia de la proximidad frente a la postura distanciada de décadas anteriores, acercándose a arquitecturas de otros lugares del planeta, en la dinámica de las generaciones globales.
Se constató que existe un proceso de convivencia parcial y superposición temporal entre los diferentes arquitectos o grupos de arquitectos en sus respectivos contextos y realidades locales, que caracteriza a esta nueva generación como un sistema de interrelaciones culturales mediadas por determinadas experiencias histórico-sociales comunes, dentro de un mismo vínculo generacional. Su origen tiene cierta precisión, a principios de los años 1990, pero su límite es difuso, ambiguo e impreciso, porque actualmente las dinámicas generacionales cambian más rápidamente. Las rupturas tienden a disminuir y los límites entre generaciones se diluyen cada vez más, permitiendo que los arquitectos más jóvenes se unan a la expansión del sistema (Bauman, 2007). Desde esta perspectiva, la selección de un período de veinte años, entre 1991 y 2011, fue una decisión acertada y prudente.
3. Como se ha dicho, esta nueva generación forma parte de un nuevo tipo de conciencia generacional donde prevalece una profusión de generaciones globales y un abanico de interacciones, redes y conexiones vinculadas a un presente común, pero también a un pasado y un futuro divergentes, configurando un mosaico de innumerables piezas que no consiguen dar una imagen unificada cuando se unen (Beck, 2008). Desde esta perspectiva, un estudio que busca afirmar el surgimiento y consolidación de una nueva generación de arquitectos latinoamericanos parece una paradoja. La intención de la tesis, sin embargo, no fue establecer ningún tipo de segregación, distinción o particularismo y mucho menos resaltarlo desde un contexto más amplio a través de conceptos relacionados con la alteridad e ideas vinculadas al nacionalismo, el regionalismo y las identidades. Consistió simplemente en satisfacer una inquietud, satisfacer la necesidad de dar a conocer estas arquitecturas recientes con todas sus cualidades, en gran medida desconocidas en el propio subcontinente, trabajo que aún no se había realizado. En un escenario globalizado, donde todo parece tan cercano y lejano al mismo tiempo, más importante que identificar ciertas afinidades comunes, la estrategia principal fue “aceptar el desafío de comprender sus diferencias” (Pérez Oyarzún, 1999, p. 13).
Temas comunes, arquitecturas distintas
1. Al analizar con más detalle las producciones recientes realizadas por la nueva generación en Chile, Brasil y Colombia, buscamos evitar esquemas demasiado rígidos, visiones totalizadoras y simplificadoras. La opción por un recorte que priorizara la relevancia de la producción arquitectónica permitió vislumbrar y demarcar una geografía más precisa de estas arquitecturas, con la identificación de los lugares en los que aparecieron con mayor estructura, vigor e intensidad. El criterio de énfasis espacial y geográfico fue meramente un mecanismo didáctico, con el fin de facilitar la comprensión de un objeto de estudio que, en sí mismo, es muy amplio, complejo, plural y fragmentado, permitiendo un conocimiento más detallado de sus aspectos más significativos y partes importantes.
Este análisis estuvo atento al proceso histórico de surgimiento y afirmación de esta nueva generación, entendiéndolo no como un simple camino de herencia, continuidad o evolución natural de las arquitecturas producidas en América Latina desde el siglo pasado, y mucho menos como una actitud de ruptura con las generaciones anteriores, lo que llevaría a interpretaciones apresuradas, insuficientes y superficiales. La estrategia fue establecer la construcción de un contrapunto, una interpretación dialéctica entre ciertas modernidades –que pueden ser retomadas y reinterpretadas– y el desarrollo de nuevas actitudes proposicionales inherentes a las innumerables posibilidades de conexión que estos arquitectos establecen en el movimiento de las generaciones globales. Tales preocupaciones se dirigen hacia la construcción de discursos vinculados a los desarrollos internacionales de la propia disciplina, pero también vinculados a los lugares a los que pertenecen. Los resultados alcanzados señalaron esfuerzos por trascender y superar esta supuesta dicotomía, en un intento de romper las barreras de la geografía y acortar distancias.
2. En contextos tan diferentes y realidades tan diversas como las de América Latina, se hizo necesario priorizar el abordaje de algunos temas comunes, aunque no homogéneos y mucho menos cohesionados, para dar cierta coherencia a la construcción histórica, revelando, en primer lugar, un diálogo diverso entre proximidades y diferencias. En este sentido, la tesis es deudora del lúcido pensamiento de Pérez Oyarzún (1999, 2002, 2010, 2011), ya que algunos lineamientos vinculados a las interpretaciones del contexto y la dimensión tectónica que desarrolló el arquitecto chileno se presentaron como una posible base coherente para estructurar el trabajo. Además de estas interpretaciones, se destacó la relevancia de la dimensión pública y social de la arquitectura, especialmente cuando se articula a las incertidumbres y circunstancias difíciles de las ciudades latinoamericanas.
La gran mayoría de los arquitectos de esta nueva generación no creen en la concepción de arquitecturas estrictamente locales, rechazando los discursos regionalistas de los años 80. Parte de sus soluciones formales resultan en arquitecturas rigurosas, sin excesos, a menudo guiadas por la tensión formal de cajas abstractas, capaz de generar soluciones espaciales de cierta complejidad que, en apariencia, a veces recuerdan producciones de varios otros lugares. Se pueden caracterizar por la reducción, por la economía de medios, por la investigación y el uso juicioso de paletas de materiales restringidas y contenidas, por el uso de diferentes tipos de pieles que funcionan como escudos o filtros protectores, explorando cuestiones como la textura, la densidad. y materialidad, además del cuidado con la implementación del objeto arquitectónico y la interpretación del lugar y la topografía.
3. Este nuevo interés por interpretar el contexto permitió el despliegue de sensibilidades específicas y no homogéneas, ya que para cada lugar se observó la necesidad de confrontaciones diferentes, en un intento de establecer diálogos constantes, capaces de dotar de significado al paisaje, desde las geografías más extremas hasta los contextos urbanos más solidificados. A su vez, estos diálogos se produjeron de múltiples maneras, ya sea a través del intento de integrar la arquitectura con el paisaje mediante el uso de materiales y referencias locales y culturales, o mediante el esfuerzo por dominar el paisaje mediante el uso de formas abstractas y sólidos singulares en la construcción de objetos atemporales, o incluso, ya sea a través de una comprensión rigurosa de la topografía, en una relación de intercambio y construcción del lugar. En estos casos, las estrategias variaron inmensamente, utilizando recursos como la integración, el dominio, la comprensión, la mímesis, la oposición, el contraste, la superación y la reinvención.
Asimismo, uno de los temas comunes y recurrentes en estas múltiples arquitecturas tiene que ver con las preocupaciones con sus procesos constructivos, su materialidad, su dimensión física y tectónica, en consonancia con una parte de las arquitecturas globales producidas en diversas partes del planeta, que comenzó a revalorizar estos temas desde la década de 1990. Prevaleció una cierta seducción por la materia y ciertos diálogos comenzaron a tener mayor importancia, entre materialización y desmaterialización, opacidad y transparencia, rigidez y flexibilidad, volumen y superficie. En América Latina, muchas de estas arquitecturas recientes han ampliado su interés por la expresividad, el rigor y la lógica constructiva, por las diferentes texturas, densidades, pesos y masas, por la cuidadosa elección de los materiales, por propuestas que destacan en tratamientos casi artesanales o en un estado natural, o en el uso de otros más industrializados y artificiales. Por otro lado, aumentaron los intentos de articular el todo y los detalles de sus respectivas partes, además del deseo de establecer, de alguna manera, una ética de la construcción.
4. El empeño en demostrar inquietudes y compromiso con los problemas urbanos se caracterizó por intenciones comunes y responsabilidades colectivas, fortalecidas por el deseo de trabajar con programas y enfoques dirigidos a la escala de la ciudad. Desde esta perspectiva, algunos de estos jóvenes arquitectos prestaron especial atención a propuestas que priorizaban espacios públicos, proyectos de vivienda social, además de concursos de arquitectura, que resultaron en prácticas de diseño más reflexivas. Dadas las diversas y fragmentadas realidades locales, a la vez tan comunes y tan distintas, se hizo evidente la dificultad de participar, por la casi absoluta falta de ocasiones favorables, en proyectos de mayor envergadura en la dimensión de intereses urbanos y colectivos, con excepción de los fenómenos recientes en Medellín y Bogotá. Sin embargo, las pocas oportunidades fueron aprovechadas con cierto éxito, resumido básicamente en algunos pocos concursos de alcance urbano y social, o incluso en algunas iniciativas aisladas tanto de autoridades públicas como de instituciones culturales.
Estas arquitecturas recientes mantuvieron preocupaciones similares en la interpretación de sus realidades y en el intento de proponer alternativas, estableciendo estrategias que pueden interpretarse como actitudes protectoras hacia determinadas posiciones críticas, casi una categoría de resistencia frente a las modas, la arquitectura del espectáculo y la ostentación, hasta el contexto neoliberal que ha buscado configurar las ciudades globales como un inmenso campo de especulación del mercado inmobiliario, especialmente en circunstancias complejas y conflictivas como las de América Latina.
Veinte años, múltiples trayectorias
1. Veinte años, múltiples trayectorias. Mientras tanto, el intervalo de tiempo y distancia que separan el Pabellón de Brasil en la Exposición Universal de Sevilla 92, diseñado por el equipo liderado por Angelo Bucci, Alvaro Puntoni y José Oswaldo Vilela, entre finales de 1990 y principios de 1991, y la nueva sede del Instituto Moreira Salles (2011) en São Paulo, diseñado por Andrade Morettin a finales de 2011, demarcan una de las múltiples trayectorias y uno de los innumerables caminos seguidos por la nueva generación. La propuesta para Sevilla revela la valentía y el entusiasmo juvenil de un equipo de arquitectos recién graduados al asumir relaciones y posiciones específicas, una cierta fascinación por ciertas tradiciones de la arquitectura brutalista paulista, en una clara actitud de regresar hacia adentro, para establecer diálogos e identidades, casi en la dirección opuesta a las discusiones y debates de principios de la década de 1990. El proyecto ganador del concurso para el Instituto Moreira Salles, a su vez, destaca la proximidad a ciertas estrategias inherentes a la condición de la arquitectura contemporánea en el contexto de las dinámicas de globalización, confirmando la trascendencia de determinadas posiciones iniciales y la posibilidad de madurez colectiva de toda una generación de arquitectos, lograda a lo largo de dos décadas.
2. Los dos proyectos pertenecen a momentos diferentes, como lo demuestra la tesis, que sitúa el surgimiento de esta nueva generación a principios de los años 1990, coincidiendo con Abrams (1982), Mannheim (1993) y Hobsbawn (1995) en que este momento está marcado por importantes discontinuidades y rupturas y por cambios en el tiempo histórico-social (Feixa y Leccardi, 2010). Vale destacar que comprender las trayectorias de esta nueva generación en dos momentos distintos –el primero, entre 1991 y 2001, de surgimiento y formación, y el segundo, entre 2001 y 2011, de consolidación y reconocimiento– tiene sólo una importancia relativa, relacionada a su carácter didáctico y explicativo. Por otro lado, no tiene intención de acercarse a la visión simplificadora y reduccionista del sesgo nacimiento-auge-decadencia, implícito en algunas construcciones historiográficas de la arquitectura del siglo XX, al buscar probar la existencia de un canon moderno.
El concurso de Sevilla fue el hito inaugural de este primer momento, caracterizado como de formación generacional, por la aparición casi simultánea de una nueva generación de arquitectos en varios lugares, especialmente, y con mayor vigor e intensidad, en Brasil, en México, y, principalmente, en Chile, debido a la temprana publicación de sus proyectos en importantes revistas especializadas, despertando la atención y la curiosidad internacional por arquitecturas recientes de un país lejano. Este primer momento se caracterizó por la construcción de propuestas y caminos, el establecimiento de interpretaciones y estrategias proyectuales, tomando en consideración la formación universitaria de estos arquitectos, las afinidades establecidas en concursos, bienales y publicaciones diversas, así como sus vínculos con maestros locales pertenecientes a otras generaciones. A lo largo de la década de 1990, este fue un trabajo lento, desigual, distante y aislado. Sin embargo, a finales de la década estas distancias empezaron a disminuir, en un momento en que algunos de sus primeros proyectos cobraban más publicidad y los resultados de concursos y premios se hacían más notorios.
El gráfico 01 y el mapa 01 confirman la hipótesis de que un segundo momento, entre 2001 y 2011, correspondió al fortalecimiento, afirmación, consolidación y reconocimiento de esta nueva generación, que se hizo evidente por la acentuada multiplicación de proyectos y obras publicadas en las revistas especializadas de ese período. Este fenómeno también se puede percibir en el aumento considerable del número de arquitectos o grupos de arquitectos que comenzaron a trabajar, rodeados de afinidades generacionales comunes, en cierto modo influenciados por arquitectos que habían iniciado su carrera a principios de los años 1990, estableciendo una amalgama de influencias mutuas, asociaciones, interacciones, conexiones y nuevas posibilidades. Al mismo tiempo, se intensificó el grado de complejidad para la investigación de este grupo, debido a la imposibilidad de controlar o evaluar todas sus variables. La producción arquitectónica de este segundo momento conforma un conjunto muy desigual, caracterizado por las diferencias, diversos tipos de formación y posiciones, dejando claro que las arquitecturas de esta nueva generación han alcanzado evidencia y madurez relativa, sin ser homogéneas.
3. Sobre el final del trabajo, nuevos proyectos y obras siguen siendo producidos de modo continuo, se produce en continuo movimiento y surgen nuevas interpretaciones de un sinfín de asociaciones e interacciones, revelando las posibilidades de investigación que se pretendía ofrecer a la historiografía de la arquitectura en América Latina.
Si aún tuviéramos tiempo, podríamos observar que, en Santiago de Chile, el Parque Infancia Bicentenario (2008-2012), diseñado por Alejandro Aravena en colaboración con Elemental, amplió las posibilidades de uso público del cerro San Cristóbal, especialmente al conectar su cara norte, cercana al barrio de Recoleta, con el resto del Parque Metropolitano. Al igual que en las afueras de Medellín, donde los arquitectos de Plan B diseñaron el Jardín Infantil Santo Domingo Savio (2010-2012), a partir de referencias vinculadas a la biología y el crecimiento en módulos, según algunas experiencias previas. Asimismo, sería interesante darse cuenta de que las asociaciones esporádicas entre Smiljan Radic y Eduardo Castillo exploran temas comunes, vinculados a una poética de construcción y alusiones al arte, objetos insólitos y tradiciones vernáculas. Los arquitectos ganaron el concurso para el Teatro Regional del Bío-Bío (2011-2013) en Concepción, con una propuesta permeada por una serie de referencias, desde la escultura del norteamericano Martin Puryear para los andamios de edificios antiguos. O, como en São Paulo, donde el Conjunto Habitacional Jardim Edith (2008-2013), diseñado por MMBB en colaboración con H+F (Hereñu + Ferroni), forma parte del programa de vivienda social del ayuntamiento y está destinado a residentes de la favela que existió en el lugar, en uno de los puntos de valorización reciente de la ciudad, próximo a Ponte Estaiada. También pudimos observar el interés de revistas especializadas por estas arquitecturas recientes que siguen publicando sus nuevos proyectos. Sin embargo, estos análisis quedarán para trabajos futuros, en futuros desarrollos de la investigación.
Asimismo, en trabajos futuros, muchos otros proyectos y obras que fueron seleccionados para esta investigación podrían ser analizados con mayor criterio y atención, como por ejemplo, la propuesta de vivienda social Elemental Quinta Monroy (2003-2004), desarrollado por Alejandro Aravena y Elemental para Iquique, en el norte de Chile; la insólita propuesta para el Edificio Unilever (2000-2001) diseñado por Solano Benítez en Villa Elisa, en Paraguay; el intento de mejora urbana junto a la plaza Paz Soldán, a través de la Agencia de Viajes (2006) diseñado por los arquitectos de 51-1, en Lima, Perú; o, incluso, la fuerza contextual y tectónica de la Escuela de Artes Plásticas de Oaxaca (2007-2008) diseñada por Mauricio Rocha, en México; y, finalmente, la propuesta del grupo Urban Think Tank para el Metrocable de Caracas (2007-2010).
En estas arquitecturas, así como en gran parte de todas las demás analizadas, prevaleció la intención de abordar cada realidad de forma específica, con rigor y responsabilidad, casi siempre desde una visión optimista, que ve la arquitectura como un sistema que pueda actuar y contribuir a la mejora de la sociedad y, al mismo tiempo, cuestionar prácticas que ponen en duda la necesidad de la existencia de la disciplina misma.
Las arquitecturas producidas por la nueva generación en América Latina son más complejas y completas de lo que comúnmente parecen. Revelan inquietudes sociales y colectivas en diferentes escalas y contextos, nuevas posibilidades de interpretación del mundo, inherentes a las propias realidades latinoamericanas. Y ofrecen lecciones que se pueden aprender, ubicándose como alternativas únicas en la dinámica de las generaciones globales.
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Este texto, originalmente escrito en portugués, es un extracto de la tesis doctoral de Alexandre Ribeiro Gonçalves, titulada Emergências latino-americanas: arquitetura contemporânea 1991-2011 y realizada en la Facultad de História de la Universidade Federal de Goiás en el año 2013.
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Información adicional
CÓMO
CITAR: Gonçalves,
A. R. (2023). Emergencias latinoamericanas: arquitectura contemporánea
1991-2011. A&P Continuidad, 10(19), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v10i19.432
Enlace alternativo
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