Editorial
La derecha neoliberal, representada por La Libertad Avanza (LLA), gobernará el país a partir del 10 de diciembre. El gobierno nacional quedará en manos de un ultraliberal emocionalmente inestable y de una defensora de genocidas y apologista de la sangrienta dictadura que asoló el país entre 1976 y 1983. La distopía imaginada se ha hecho realidad.
La inflación devastadora, la crisis de representatividad, la desesperación y angustia generada por la incertidumbre cotidiana de futuros inciertos y precarios, la bronca, el resentimiento, el desprestigio e ineficacia de un gobierno sin rumbo, que no logró concretar ninguna de las medidas centrales para las que fue elegido, y la impiedad de una parte de la sociedad argentina, son algunos de los factores que decidieron la elección.
El panorama que se nos ofrece es, sin duda, muy preocupante y quedará para futuros análisis sociológicos y políticos desarmar la pregunta que nos hacemos quienes dijimos no al proyecto ultraderechista: ¿cómo pudo ocurrir algo así?
Se avecinan días difíciles, tiempos de resistencia que es necesario organizar lúcidamente. Se hace necesario activar dispositivos de autocuidado y, al mismo tiempo, construir una alternativa a cada acción que vulnere derechos y conquistas. Y frente a la individuación y la virtualidad de las redes, consolidarnos en la mística del estar juntos, reforzando el sentido de comunidad, construyendo estructuras de intercambio que permitan conducir a acuerdos y a la acción política para pensar en un futuro mejor.
Por otro lado, cabe tener en cuenta que no estamos ante un fin de ciclo y que la disputa continúa. Como lo describe Álvaro García Linera, este nuevo gobierno va a ser un laboratorio fuera de tiempo. La propuesta económica central de Milei del libre comercio absoluto es anacrónica y solo beneficiará a algunos sectores financieros depredadores, pero no dará solución a ninguna de las expectativas de la mayoría de quienes lo votaron. Es anacrónica porque va a contramano de lo que está ocurriendo en el mundo, que se desplaza hacia una multipolaridad caracterizada por una combinación de neoliberalismo con políticas proteccionistas. Lo que algunos autores definen como cierto nacionalismo económico, basado en políticas altamente industrialistas a nivel local y regional para dar salida a la crisis económica, la inflación creciente a nivel mundial, la competencia geopolítica y la transición del neoliberalismo.
Vivimos un momento histórico a nivel mundial de inestabilidad y profundos cambios geopolíticos, con avances y retrocesos en América Latina de los sectores populares y democráticos. Los gobiernos de uno y otro signo duran poco y no logran consolidar sus proyectos. Por tanto, si como afirma el propio García Linera, este “anacronismo paleolibertario” tiene patas cortas, es muy posible entonces que esta terrible derrota que hemos sufrido sea corta. Y, en tal caso, debemos hacer todo lo posible para que así sea y que la siguiente victoria de una alternativa popular y democrática sea duradera y sobre todo consecuente con los principios de soberanía y justicia social.
Por otra parte, se deben tener en cuenta las propias limitaciones del proyecto ultraderechista: su falta de inserción en los ejecutivos provinciales y municipales, sus posibles dificultades para sumar aliados importantes que acompañen sus propuestas, el hecho de que la mayoría del voto que les dio el triunfo no necesariamente se identifica con los patrones clasistas de los sectores dominantes y las medidas que propone la LLA, entre otros.
Teniendo en cuenta este panorama, y con una mirada crítica anclada en el pesimismo de la inteligencia, pero con la voluntad de soñar y aportar a construir un mundo mejor y un país más justo y solidario, retomamos lo dicho en el editorial del número 10 de CTyP en el sentido de que “es necesario que los sectores populares y democráticos puedan unirse alrededor de un proyecto nacional que fije un rumbo en términos de desarrollo, justicia, igualdad y soberanía”. Este proyecto debe proponer una salida popular y democrática, anticolonialista y antiimperialista, con igualdad de género, a la crisis profunda que atravesamos. Deberá construirse contemplando realizar cambios estructurales profundos. Entre ellos, transformar el Estado, realizar una reforma impositiva donde paguen los que más tienen, que atienda a la economía popular y a los sectores informales de la sociedad, que brinde un futuro viable a los jóvenes, que se proponga industrializar el país y poner la ciencia y la tecnología en función de resolver las necesidades de la sociedad. Desde este lugar y como integrantes de la Red de Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad (Red PLACTS), presentamos en este número el documento Ciencia y Tecnología para un Proyecto Nacional. Una elaboración colectiva consistente en un programa de dieciséis puntos que, más allá de la actual coyuntura, proponemos como una guía para direccionar el complejo científico y tecnológico a resolver las principales demandas y necesidades que tiene hoy nuestro país.
Se avecinan días muy duros para la mayor parte de la sociedad argentina, especialmente para las trabajadoras y trabajadores y para quienes menos tienen. Esperanzados en la capacidad de lucha y resistencia de nuestro pueblo, presentamos este nuevo número de CTyP.
En primer lugar, compartimos con nuestros lectores, que ya superan los 70.000, la grata noticia de que Fernanda Beigel, Noela Invernizzi, Pablo Kreimer, Jorge Núñez Jover, Judith Sutz y Hebe Vessuri, destacadas figuras del campo CTS nacional e internacional, se han incorporado al comité académico de nuestra revista. Por otro lado, recientemente hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de Enrique Dussel, filósofo argentino-mexicano y uno de los máximos e imprescindibles referentes mundiales del pensamiento crítico. Entrevistado en el segundo número de CTyP, nos planteó la necesidad de pensar en una ciencia y una tecnología centradas en la vida y en la justicia, y no en el lucro y el capital. En este número, José Gandarilla realiza una cálida semblanza de su trayectoria y obra.
En cuanto al contenido de esta nueva entrega de CTyP, entrevistamos al matemático y meteorólogo Abdalah Mokssit, secretario del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo de las Naciones Unidas encargado de evaluar la actividad científico tecnológica en esta temática. En esta entrevista, Mokssit aborda la situación actual y futura del cambio climático, como un reto global y una amenaza para la salud del planeta y de la humanidad, y reflexiona sobre el papel de la ciencia y la tecnología en su mitigación.
Diego Daniel Roger y Juan Ignacio Arroyo analizan el funcionamiento estructural del sector energético argentino, mostrando que, con la actual estructura sectorial, la trayectoria por defecto de una transición energética sería regresiva en términos de desarrollo. Sobre esta base presentan las condiciones bajo las cuales la transición energética podría ser progresiva y sostenible.
Gonzalo Bernat examina el impacto de la inversión pública en ciencia y tecnología en la economía argentina, basado en la estimación de multiplicadores fiscales para diferentes componentes del gasto público. Propone un multiplicador estadísticamente significativo para este fin que muestra el efecto positivo del gasto público en ciencia y tecnología sobre la economía tanto en el corto como en el largo plazo.
Mariana Versino, Luciana Guido, Silvia Gorenstein y Regina Vidosa analizan las principales políticas nacionales y provinciales orientadas, en Argentina, a la difusión de las tecnologías 4.0, en particular aquellas que se centran en la promoción de organizaciones intermedias orientadas a las PyME, tales como los Centros Tecnológicos.
Fernanda Di Meglio discute los diversos enfoques conceptuales que abordan el papel de la universidad en la sociedad y en ese marco explora los tres perfiles con los que se desarrolla la vinculación en las universidades argentinas: el modelo tradicional de vinculación universidad-empresa, el modelo de vinculación socio-productivo y el modelo de vinculación territorial.
Diana Suárez y Nora Goren reflexionan sobre el rol de las políticas de ciencia y tecnología como herramienta para el desarrollo inclusivo, analizando el caso de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, y destacan la importancia de la instancia de traducción de esas políticas en instrumentos de gestión.
Facundo Picabea y Yamila Noely Cáceres discuten las capacidades organizacionales y las condiciones sistémicas que posibilitan la generación de equipamiento e infraestructura para la fabricación de bienes intensivos en conocimiento, analizando el caso el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA), vinculado con la producción de los satélites de la empresa estatal ARSAT.
Valentín Alejandro Sanz Rodríguez nos brinda un panorama histórico de la trayectoria, tareas y proyectos que lleva adelante el Servicio de Hidrografía Naval argentino, una de las más antiguas instituciones que desarrollan tareas científicas en el país, y de los desafíos futuros que se propone encarar.
Para la sección Fragmentos, seleccionamos un texto de Enrique Oteiza, un destacado intelectual, dirigente social y político argentino y una de las figuras relevantes del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Y, como siempre, cerramos este número con Recomendados y Clásicos.
Agradecemos a quienes colaboraron en este nuevo número de la revista, y muy especialmente a la Universidad Nacional de La Plata y a la empresa Depv que nos brindaron los fondos y el apoyo para hacer posible su edición. Reiteramos, como es habitual, nuestro agradecimiento a la Coordinación General de Revistas de la UNLP y al Portal de Revistas de esa Universidad, que sostiene la plataforma informática sobre la que trabajamos diariamente.