Ensayos y Artículos científicos

Génesis, desarrollo y transformaciones del concepto de Ideología - Primera parte

Emergence, Development and Transformations of the Concept of Ideology

Andrés Marcos Rambeaud
Seminario Mayor San José, Argentina

Génesis, desarrollo y transformaciones del concepto de Ideología - Primera parte

Dios y el Hombre, vol. 3, núm. 1, 2019

Universidad Nacional de La Plata

Recepción: 14 Mayo 2019

Aprobación: 01 Junio 2019

Publicación: 16 Junio 2019

Resumen: La ideología es un término comúnmente utilizado en la actualidad, tanto en el lenguaje más técnico de las ciencias sociales, como en el hablar popular, para referirse a los conflictos sociales y de las distintas visiones acerca de la realidad. El propósito de este artículo es aclarar el surgimiento del mismo durante el período posterior a la Revolución Francesa, sus antecedentes inmediatos, y el comienzo de las transformaciones que el mismo va a sufrir en pocas décadas.

Palabras clave: ideología, ilustración, iluminismo, racionalismo, modernidad, ciencia de las ideas, sociedad.

Abstract: Ideology is a term commonly used today, both in the most technical language of the social sciences, as in popular speech, to refer to social conflicts and different visions about reality. The purpose of this article is to clarify the emergence of the same during the period after the French Revolution, its immediate background, and the beginning of the transformations that it will suffer in a few decades.

Keywords: Ideology, Enlightenment, Rationalism, Modernity, Society, Science of Ideas.

Pongo a consideraciòn del lector, una serie de articulos sobre una tema que me ha interesado desde hace tiempo y me ha llevado a investigar, tanto su contenido como sus ramificaciones y transformaciones, y que ha tenido y tiene una gran repercusión, sobre todo en el ámbito de la filosofía política.

En general, el término ideología se ha incorporado ya al lenguaje común de la gente cuando habla de temas sociales y políticos. Esto no quiere decir que se tenga una idea clara y distinta de lo que se entiende por ideología. Podemos adelantar que hoy se tiene una idea más bien neutra del concepto, casi identificándolo con un pensamiento situado, y por lo tanto parcial, sin que esto conlleve un juicio necesariamente negativo. Es común escuchar hoy que “todo el mundo tiene su ideología”, con lo cual se termina identificando ideología con pensamiento propio. Pero si esto fuera así, ¿por qué no se dice que “todo el mundo tiene su pensamiento”?

En un lenguaje común vemos ya con este simple ejemplo que existen profundas contradicciones no del todo aclaradas ni debidamente expuestas, lo que contribuye a que muchas discusiones se conviertan en diálogo de sordos ya que terminamos hablando con categorías tan excluyentes como inconmensurables entre sí.

Si una de las características de la posmodernidad es el abandono de la unidad de la racionalidad, no debe resultar extraño que términos que se acuñaron en etapas undacionales de la modernidad, queden seriamente afectadas, tanto en su ontenido como en sus fundamentaciones.

Trataremos de hacer desde aquí un aporte en forma de síntesis de las transformaciones del concepto de Ideología, desde el surgimiento en los racionalistas ilustrados de la revoluciòn francesa, la crìtica de Marx, el derrotero

Trataremos de hacer desde aquì un aporte en forma de sintesis de las transformaciones del concepto de Ideologìa, desde el surgimiento en los racionalistas ilustrados de la revoluciòn francesa, la critica de Marx, el derrotero que siguió en la ortodoxia marxista, el desarrollo y surgimiento de las ciencias sociales influidas por la visión positivista, las corrientes historicistas, irracionalistas, el giro lingüístico y el abandono de la metafísica en los últimos pensadores del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Por último, y teniendo en cuenta el origen y el destino de esta publicación, trataremos de ver cómo esto ha influido en la teología y en el discurso eclesial.

Teniendo en cuenta el formato de artículo, el trabajo buscará mostrar los principales acentos sin recurrir a un anàlisis màs profundo y detallado que excederìa las posibilidades y la extensiòn de los mismos. En todo caso, para una mayor profundizaciòn se indican algunas fuentes de posibles lecturas.

Prehistoria y antecedentes próximos del concepto de Ideología (Nace una estrella)

Para rastrear el surgimiento de este concepto es necesario hacer una pequeña prehistoria del mismo, ya que ninguna idea surge por generación espontánea, sino que son el resultado, y a la vez, el principio de una nueva forma de pensar que se está gestando en el núcleo de lo social. Estas ideas permiten avanzar en el pensamiento, ya que sin ellas el mismo no podría sostenerse. En este sentido laideologíaaparece como un típico concepto surgido de la ilustración y el iluminismo con su pretensión emancipadora de todo poder que pretenda frenar la capacidad ordenadora de la razón humana para organizar el mundo, acorde a las exigencias y posibilidades de la misma.

Si bien el término comienza a ser utilizado a finales del siglo XVIII, en la Francia pos revolucionaria de Napoleón y de la Academia Francesa, bajo la dirección del Marqués Destutt de Tracy, la temática de la ideología ya viene asomando desde hace tiempo en la filosofía burguesa que necesita realizar una crítica a los undamentos escolásticos medievales que justifican un cierto orden de la naturaleza, del hombre y de sus organizaciones.

El antecedente más manifiesto de este nuevo mundo que se está gestando lo podemos encontrar en la figura de Maquiavelo, quien, sin nombrarla, anticipa algunos temas que se van a desarrollar metódicamente a lo largo del siglo XIX bajo el concepto de ideología. Sobre todo en el análisis del origen de la parcialidad de los juicios de los hombres por sus apetitos e

intereses, por el modo en que se relaciona la religión con el poder, y sobre la manera en que se utiliza la fuerza y el fraude para acceder y mantenerse en el poder (Maquiavelo, Discursos sobre la primera década de Tito Livio).

Maquiavelo, miembro prominente de la burguesía incipiente europea, está comenzando a socavar los cimientos sobre los que se sostenía el antiguo orden medieval y al mismo tiempo, introduciendo en el pensamiento político el giro que va desde la contemplación a la producción. Una nueva cosmovisión se hace necesaria para acompañar los cambios en la política, la economía y la ciencia que, en el paso hacia el paradigma experimental, requiere una nueva actitud por parte del sujeto que actúa sobre la realidad y que, para dominarla, primero la tiene que “romper”, para que ella le descubra sus secretos. Sobre el antiguo ideal de humildad y contemplación hacia un mundo jerarquizado y sagrado, se levanta una nueva concepción que valora la función práctica del pensamiento. Esta nueva actitud requiere desprenderse de aquellos elementos artificiales que impiden el acceso al conocimiento desinteresado de la naturaleza. Por eso, de la mano del surgimiento de las ciencias experimentales y naturales, surge la preocupación por aquellos factores que obstaculizaron su desarrollo. En otras palabras, el nacimiento de la ciencia va necesariamente acompañado de una crítica de los métodos anticuados de conocimiento.

El NovumOrganum de Bacon (1620)(Bacon, 1984)y el Discurso del Método de Descartes (1637)(Descartes, 2004) son representativos de este nuevo clima intelectual de crítica de los métodos del conocimiento tradicionales de la ciencia. Es necesaria una nueva metodología para superar los límites del pensamiento medieval. Por su clara posición racionalista, Descartes se mantiene en el nivel de la deducción que surge por el discurrir del Cogito. Bacon, en cambio, por su orientación más empírica, enfatiza el rol de la ciencia positiva con su carácter observacional. El mismo título de la obra NovumOrganum es una respuesta superadora del Organum aristotélico, reemplazando la lógica formal deductiva por un enfoque inductivo.

¿Pero cuáles son los obstáculos que impiden acercarse a un conocimiento nuevo y cierto de la realidad? Son los así llamados idola de la tribu, de la caverna, del mercado (o del foro) y del teatro (Bacon, 1984, págs. 39-40).

Con Bacon se comienzan a establecer los fundamentos de la crítica social del conocimiento y de las determinaciones sociales en la configuración del mundo, a pesar de las contradicciones de su pensamiento, ya que ¿cómo sería el sujeto capaz de desentenderse de deformaciones innatas de su pensamiento?

Sin embargo, los temas expuestos están en la base de lo que posteriormente va a ser estudiado con mayor sistematicidad.

De los cuatro ídolos, los dos primeros tienen que ver con la manera en que la razón actúa sin una cura, es decir, sin un método que le salve de las supersticiones en las cuales rápidamente cae, tanto por la tendencia innata a tergiversar lo que la experiencia le aporta, cuanto por las deformaciones que brotan de la interacción con los otros hombres, en las cuales entran a formar parte de los juicios aspectos emotivos y pasionales que desfiguran los juicios que deberían ser científicos. La intención de Bacon es aquí bien pragmática, quiere que los hombres se aboquen al estudio de lo natural en sí, antes que envolverse en discusiones circulares que poco aportan al desarrollo del conocimiento.

Los dos restantes son deformaciones que brotan de la interacción social. Los ídolos del foro provienen del modo en que los hombres se comunican entre sí, lo cual hace maniatar a la inteligencia a una serie de conceptos que, más que ayudar, impiden el acceso a lo real. Se hace necesario una depuración del lenguaje para hacerlo científico. Por último están los ídolos del teatro, los cuales hacen referencia a los sistemas filosóficos que nos llevan a envolvernos en discusiones sobre imágenes creadas por ellos mismos y que terminan por apartarnos de lo real, como representaciones imaginarias en escena.

Bacon le va a dedicar largas páginas al análisis de estas deformaciones del espíritu humano porque ve en ella la puerta de salida para un acercamiento radicalmente nuevo a lo real. Su mérito está en haber expuesto los problemas de fondo en la constitución del concepto posterior de ideología: ¿Tiene un origen social, y por lo tanto históricamente determinado por las configuraciones sociales que le dieron origen, o más bien tiene un origen en elementos irracionales y emotivos que están presentes en la misma razón humana y que, si no se pueden anular, al menos podrían y deberían ser determinados y encerrados al momento de hacer ciencia? El tema no queda cerrado en su obra y las contradicciones no quedan resueltas. Sin embargo lo que en Bacon juega un papel secundario, a la postre va a terminar ocupando el primer lugar en quienes continuarán con estos desarrollos. Los obstáculos de los ídolos del mercado y del teatro posteriormente van a ser asumidos como “prejuicios” por Condillac, Helvecio, Holbach y la ilustración francesa, con la diferencia que para estos últimos, ellos constituyen las representaciones religiosas tradicionales, y para que desaparezcan estos prejuicios debería desaparecer la misma religión.

Para Bacon sin embargo, no es necesario plantearse la desaparición de la fuente, sino separar debidamente los ámbitos de la teología y la filosofía.

La Ilustración, con su pretensión emancipadora va a llevar al extremo la crítica de la religión como forma de dominación sobre los hombres y principal obstáculo en el verdadero desarrollo de una sociedad libre. La herramienta para esto no son las armas, sino la educación de corte enciclopedista que supera la imposición de los dogmas y las verdades religiosas, colocadas en el escaparate de los prejuicios y supersticiones que solo sirven para que una casta sacerdotal obtenga y mantenga las prebendas conseguidas. Por eso, el nombre propio de la religión es la hipocresía.

El orden medieval se sostiene transmutado en las monarquías nacionalistas y absolutas y en el sistema de terratenientes, poseedores de la tierra y la propiedad, amparados por los sacerdotes que actúan como justificadores y protectores de los nuevos amos. El prejuicio principal que sostiene el orden existente es el dogma de la vida futura con sus premios y castigos, que sujeta las pasiones humanas y le permite al estado mantener a sus súbditos bajo su yugo.

El siguiente paso en el desarrollo del concepto de ideología va a encontrar en los hombres de la revolución francesa su marca distintiva. La figura descollante de Destutt de Tracy en el InstitutNationale va a contar en un primer momento con el apoyo de Napoleón Bonaparte, quien ve en los intelectuales de la burguesía francesa, los principales aliados para desarticular el ancienrégime pero que, en poco tiempo, van a terminar convirtiéndose en su principal enemigo interno al intentar frenar sus pretensiones absolutistas de gobierno.

El término Ideología (Idéologie) es acuñado por Destutt de Tracy como una rama nueva de la ciencia que va a permitir superar los obstáculos para una sociedad racional, libre, democrática y republicana. Es al mismo tiempo heredero y realizador de las esperanzas de la ilustración en su intento de extraer de la razón todos los contenidos pasionales e irracionales que nublan el juicio e impiden, no solo el acceso a lo real, sino a la configuración de una sociedad justa. Posee el idealismo de los racionalistas cartesianos y el empirismo de Locke que pretende hacer desaparecer todo fondo metafísico en la configuración de las ideas. Junto con él aparece una pléyade de pensadores entre los cuales figuran Condorcet, Condillac, Siéyes, Daunnou, Volney, Cabanis, La Romiguièreque quienes, con sus matices, tienen un fondo común: la idea de Condillac de reducir todo el conocimiento humano a las impresiones sensitivas.

Las leyes que rigen el surgimiento de las ideas en la razón deberían ser conocidas y aprehendidas de forma tan clara y distinta como se conocieron y establecieron las leyes de la gravedad. Tracy pensaba que era necesario que surgiera un Newton para la ciencia del pensamiento. Hay un camino directo desde las sensaciones, hasta las más altas realizaciones espirituales que tienen que estar sujetas a determinadas leyes mentales y fisiológicas. La Ideología se alzaba así como la verdadera ciencia revolucionaria que daría con sus resultados un golpe de muerte a las pretensiones oscurantistas de la teología, en manos de sacerdotes y reyes que se estatuían como custodios y técnicos de la vida interior.

La Teología debe ser destronada y en su lugar debe gobernar la Ideología. Esto no representa sólo un cambio en la concepción del conocimiento, sino ante todo, un cambio político esencial. Si la sociedad debe regirse únicamente por la razón, sin apelar a la Providencia o ninguna fuerza extraña a ella, las instituciones que conforman la sociedad deben configurarse únicamente bajo el conocimiento exacto de la naturaleza humana. Quizás estemos presentes ante el primer gran experimento moderno de ingeniería social, el cual va a ser criticado posteriormente por Marx y Engels.

Pero antes de llegar a esta crítica es interesante ver lo que sucedió ya en tiempos de Tracy con su proyecto, ya que en su primera etapa tuvo la venia del poder encarnado en Bonaparte, sin embargo, con la creciente polarización del poder absolutista del mismo Napoleón, la relación de este con los miembros del InstitutNational pronto va a resquebrajarse, ya que este va necesitar de los artificios sociales y las esperanzas vanas sobre la identidad del pueblo que los intelectuales atacaban como obstáculos para una sociedad racional. El nuevo emperador, que ha realizado un pacto con la Iglesia Católica reconociéndola como religión oficial de Estado con la firma del concordato de 1802, comienza a tratar como anticatólicos y destructores de la moral del hombre, a la clase intelectual que pretende enseñarle como gobernar, y cambia la denominación idéologistes (como así mismos se hacían llamar estos pensadores) por el término idéologues, que posee un tono despectivo y burlón (quizá parafraseando al antiguo mote socrático de “sofistas”).

Se abre aquì un tema recurrente entre los gobiernos y los intelectuales que va a hacer que vaya variando el rol que los mismos van a ir tomando respecto a la conformación de la sociedad. La crítica de Napoleón, paradójicamente va terminar confluyendo en la crítica posterior que van a realizar Marx y Engels, esto es, la pretensión empirista y científica de una conciencia pura y racional posee en sí misma notas irracionales que, al olvidar esta conexión con los propios intereses de clase de quienes lo sostienen como bandera, terminan haciendo de la ideología un ensamiento aislado, deformado y desconectado de lo real.

La influencia de Destutt de Tracy se va a hacer sentir más allá de las fronteras europeas llegando a los recientes países independizados como Estados Unidos, donde tuvo una fluida relación con Thomas Jefferson, quien realizó una traducción al inglés del Tratado de Política Económica, la obra principal del conde, con clara finalidad de política educativa; y en la propia Argentina en donde, bajo el influjo de la figura de Rivadavia, quien había conocido a Tracy en su estadía en Francia, y con la apertura de la cátedra de Ideología (1821-1827) en la Universidad de Buenos Aires a cargo del Profesor Juan Manuel Fernández de Agüero, se intentó aplicar en el clima de republicanismo presente en estas tierras, lo que el despotismo estaba impidiendo realizar en Europa 1

La crìtica principal que va a recibir la visiòn del InstitutNational, paradójicamente no va a provenir de los ambientes “oscurantistas” que pretendían erradicar, sino del corazón mismo del proyecto ilustrado. A su vez, esta crítica va a provocar la mayor transformación en el concepto mismo de ideología, el cual a partir de aquí va a tener como referencia principal la visión orgánica de la teoría marxista, tanto para asumirla como para intentar superarla.

Referencias

Bacon, F. (1984). Novum Organum. Madrid: Sarpe.

Bauman, S. (2003). En búsqueda de la política. México: FCE.

Condillac, E. (1975). Lógica y extracto razonado del tratado de las sensaciones. Buenos Aires: Aguilar.

Condorcet, N. d. (2004). Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano. Madrid: Centro de estudios políticos e institucionales.

Descartes, R. (2004). Discurso del Método. Buenos Aires: Losada.

Egleton, T. (2005). Ideología. Una introducción. Madrid: Paidós.

Larrain, J. (2007). El concepto de Ideología. Santiago de Chile: LOM.

Maquiavelo, N. (1999). El Príncipe. México: Porrúa.

Maquiavelo, N. (s.f.). Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Recuperado el 5 de mayo de 2019, de https://www.annanoticies.com/wp-content/uploads/2014/10/Discursos_de_tito_livio-1.pdf

Pasquale, M. d. (2011). La recepción de la Idéologie en la Universidad de Buenos Aires. El caso de Juan Manuel Fernández de Agüero (1821-1827). Recuperado el 05 de mayo de 2019, de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1852-04992011000100004#nota

Tracy, D. d. (2009). A treatise on political economy. Auburn: The Ludwig von Mises Institute.

Notas

1 Para un estudio más detallado de este tema recomiendo la lectura del artículo del Mariano diPasquale, La recepción de la Idéologie en la Universidad de Buenos Aires. El caso de Juan Manuel Fernández de Agüero (1821-1827) (Pasquale,2011).
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