Artículos de divulgación

¿Cómo descolonizar nuestras aulas? Reflexiones para incorporar una perspectiva interseccional a nuestras clases de Historia de las Artes Visuales (2do año - Bachillerato de Bellas Artes/UNLP)

How to decolonize our classrooms? Considerations to incorporate an intersectional perspective into our History of Visual Arts classes (2nd year - Bachillerato de Bellas Artes, UNLP)

Federico Santarsiero
Historia de las Artes Visuales. Bachillerato de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Delfina Zarauza
Historia de las Artes Visuales. Bachillerato de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Plurentes. Artes y Letras

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 1853-6212

Periodicidad: Anual

núm. 13, e049, 2022

revistaplurentesunlp@gmail.com

Recepción: 15 Septiembre 2022

Aprobación: 26 Septiembre 2022

Publicación: 28 Octubre 2022



DOI: https://doi.org/10.24215/18536212e049

Resumen: Como docentes de la materia Historia de las Artes Visuales del 2do. año del Bachillerato de Bellas Artes UNLP, hemos divisado en su programa la reproducción de un relato eurocéntrico y patriarcal, que privilegia el estudio de expresiones artísticas europeas, desde una subjetivación predominantemente masculina; desconociendo la diversidad histórica, cultural y territorial que aportan otras perspectivas. Para resolver este problema iniciamos un proyecto de investigación con la intención de incorporar una mirada interseccional en la planificación y desarrollo de nuestra materia, que permita generar un análisis de la cultura visual articulando las perspectivas de clase, género y etnia.

Palabras clave: Historia del arte, mirada decolonial, perspectiva interseccional, pedagogía.

Abstract: As teachers of the subject History of Visual Arts in second year of Bachillerato de Bellas Artes Secondary School, UNLP, we have noticed the reproduction of a Eurocentric and patriarchal story in its syllabus, which privileges the study of European artistic expressions from a predominantly male subjectivation and ignoring the historical, cultural and territorial diversity which other perspectives provide. To solve this problem, we have started a research project in order to incorporate in the planning and development of our subject an intersectional perspective which allows us to do an analysis of the visual culture by articulating the perspectives of class, gender, and ethnicity.

Keywords: History of art, decolonial gaze, intersectional perspective, pedagogy.

Introducción

Como ya se mencionó previamente, el proyecto de investigación “La producción de imágenes desde la historia de las artes visuales. Pedagogía visual en el Bachillerato de Bellas Artes. Perspectivas teóricas y prácticas académicas” fue ideado por los integrantes de ese equipo a partir de ciertas problematizaciones que compartimos en relación al modo en que proyectamos y desarrollamos nuestras clases de Historia del Arte en 2do año del Bachillerato de Bellas Artes. Ambos somos docentes de este espacio curricular y logramos divisar de las revisiones críticas que se han desarrollado en torno a las perspectivas teóricas desde las cuales abordamos la planificación de esta materia, que la estructuración de contenidos que figuran en el programa y las estrategias didácticas desde las cuales se propone abordarlos continuaban reproduciendo una mirada eurocéntrica y patriarcal.

Principalmente nos generaba una fuerte incomodidad pensar que los contenidos propuestos colocaban en un lugar central una cronología histórica y lineal del desarrollo de las sociedades europeas, dejando en un segundo plano otras comunidades y formaciones culturales que estaban por fuera de este enclave territorial.

A su vez, percibimos que muchas propuestas que intentaban romper con esta perspectiva y pensar la imagen atravesada por relaciones de poder donde se entrecruzan el género, la clase y la etnia quedaban como experimentaciones áulicas (dentro de lo que podríamos denominar como el currículum oculto), sin verse reflejadas en nuestras planificaciones escritas. Por eso consideramos necesario generar un espacio para sistematizar estas experiencias áulicas, reflexionar sobre ellas y encontrar el modo de posicionarlas dentro de nuestras propuestas curriculares.

Nuestra intención fue retomar ciertas problematizaciones que nos fueron surgiendo en el transcurso de nuestras clases para realizar una revisión de los relatos que se han construido, y se han naturalizado, sobre la Historia del Arte, con la intención de ofrecer a lxs estudiantes la oportunidad de ampliar sus miradas en torno a las producciones artísticas para que puedan construir otros discursos en torno a esta disciplina teórica que contemplen una reflexión crítica e incluyan la diversidad de identidades que nos atraviesan como personas. Consideramos necesario incorporar en nuestra materia esta amplitud de miradas para lograr desarmar los relatos hegemónicos que imperan hoy en día en nuestra sociedad, condicionando nuestra forma de percibir e interpretar tanto a las imágenes como a las comunidades donde se producen, y crear nuevas formas, más democráticas y colectivas, de abarcar el universo visual que nos rodea en la vida cotidiana y a lo largo de nuestra historia.

Para llevar adelante esta tarea, recuperamos el concepto teórico de interseccionalidad que nos permitió desarrollar nuestro posicionamiento ideológico en el cual consideramos que toda formación de subjetividades y todo proceso de producción simbólica está atravesado por una articulación entre las vivencias y las relaciones de poder que se estructuran en torno al género, la clase y la etnia.

Este abordaje epistemológico lo desarrollamos desde los aportes teóricos de la antropóloga estadounidense, con ascendencia palestina, Lila Abu-Lughod y de la filósofa y activista política afroamericana Ángela Davis. Ambas autoras feministas se propusieron analizar cómo las desigualdades y los procesos de opresión y dominación que padece una comunidad en relación a la clase o la etnia son experimentados con mayor violencia por las mujeres.

En el caso de Ángela Davis, sus estudios sobre la esclavitud negra en Estados Unidos muestran cómo las mujeres esclavas de dicha comunidad sufrían una mayor opresión, y eran en varios casos víctimas de violaciones por parte de los sujetos masculinos blancos. También analiza cómo la construcción de una masculinidad patriarcal se desarrollaba entre los hombres blancos occidentales articulándose con la consolidación de un sistema económico basado en la apropiación de los cuerpos de las personas afrodescendientes y su esclavitud. Para Davis, es imposible pensar la opresión y los procesos de dominación étnica sin atravesarlos por una reflexión sobre las relaciones de poder que se establecen en torno a las distinciones de clases y la construcción de identidades de género.

Por su parte, Lila Abu-Lughod (1991-2006) nos ha ofrecido una reflexión sumamente interesante sobre las relaciones de poder que se establecen en la construcción del concepto antropológico de cultura, de las distinciones culturales que se establecen a partir de las relaciones entre los términos del binomio “yo” y “otro cultural”, y el modo en que se define aquello que se considera como otredades. En uno de sus artículos denominado “Escribir contra la cultura” (1991), la mencionada antropóloga se propuso iniciar una revisión de la forma en que opera el binomio conceptual “yo-otro cultural” para delimitar los lugares de investigador e interlocutores en la construcción del concepto del otro cultural, fundante de la disciplina antropológica. Para llevar adelante este objetivo, la autora recupera la experiencia de lxs antropólogxs feministas y halfies (grupo de personas cuya identidad cultural o nacional es mixta por migración, educación en el extranjero o por descendencia). Ella observa que, históricamente, la voz de quienes integran estos dos grupos fueron excluidas o despojadas a un segundo plano para construir la subjetividad del “yo” y así establecer como hegemónico un discurso antropológico que ha permitido consolidar una distinción clara y jerarquizada entre el “yo” que investiga y “lxs otrxs” que son estudiados. El “yo” que investiga se fundamenta en una subjetivación masculina, blanca, europea y que desarrolla un rol activo en cuanto a la soberanía de tomar decisiones de carácter epistémico, y sus correlatos en el ejercicio del poder. Por contraposición se construye la subjetivación del “otro cultural”, en una relación epistémica que está atravesada por el fundamento científico de la modernidad, sustentado en la relación sujeto/objeto, entonces queda más bien reducido a una objeto de estudio, un otro cultural sobre el cual implícitamente se deposita una mirada que lo ubica jerárquicamente infravalorado.

Los antropólogos han construido su noción del “yo” en relación a “lxs otrxs”, pero nunca han problematizado sobre el hecho de que esxs otrxs fueron sometidos a una serie de opresiones y vulneración de sus derechos. Desde este posicionamiento, la antropología ha seguido siendo el estudio del yo occidental frente al otrx no occidental, incluso en los intentos de dar voz a esas otredades. La experiencia de lxs halfies y las escritoras feministas alteran las fronteras entre el yo y lxs otrxs, permitiendo revisar los efectos políticos de dicha distinción. Su propia identidad, y su voz antropológica, aparecen complementadas con los propios grupos que han pretendido analizar. Y esto ha permitido instalar una pregunta crucial para revisar los propios fundamentos sobre los cuales se estructura la antropología: ¿Qué pasa cuando lxs otrxs que lxs antropólogxs estudian se constituyen simultáneamente como un “yo”?

Si bien estas reflexiones llevadas adelante por Lila Abu-Lughod fueron planteadas en torno a la conformación y definición de la antropología como disciplina científica, a lxs integrantes de este equipo de investigación nos resultó un gran aporte para repensar aquellas cuestiones que buscábamos revisar con respecto a nuestro desempeño como docentes en el espacio curricular donde compartimos experiencias. Principalmente porque sus aportes teóricos nos recordaron que el yo es siempre una construcción que se desarrolla en un proceso complejo donde se privilegian ciertas particularidades de lxs sujetxs, desconociendo o negando otros aspectos de su ser.

Ante lo expresado por esta antropóloga estadounidense de ascendencia palestina, podemos afirmar que, operativamente, el concepto de cultura sirvió en una primera instancia como herramienta conceptual para pensar el problema de lo humano y generar una respuesta superadora a las teorías biologicistas raciales que dieron origen a la antropología como disciplina de conocimiento. Su formulación ofreció un nuevo lugar a los estudios en torno a las diferencias de género, étnicas y a las diversas desigualdades sociales. Las teorías evolucionistas y racistas ya no iban a poder seguir sosteniendo el supuesto de que existía una superioridad natural que justificaría las jerarquizaciones de lxs diversxs seres humanxs como una característica natural e innata en ellxs.

Sin embargo, hoy en día es necesario pensar bajo qué otros condicionantes elaboramos las distinciones que estructuran el binomio yo-otros en las diversas disciplinas científicas que abordamos, permitiéndonos hacer visibles los problemas que aún subsisten en la definición de nuestra propia identidad.

Fundamentalmente constituye un aporte para revisar desde qué subjetividad es construida la noción de “lxs otrxs”, qué idea de “yo” ponemos en juego en esta elaboración, qué sentidos proyectamos y depositamos en la delimitación de esta distinción.

En este sentido, la selección de contenidos para abordar en el transcurso de la materia no constituía un acto inocente, objetivo y valorativamente neutro, ya que implicaba promover en las aulas una identificación de nuestra sociedad con un relato histórico y cultural representativo de una comunidad específica, la europea. Por ende, en esa selección de lo que se va a dar y no se va a dar en Historia de las Artes Visuales, nosotrxs/docentes estábamos definiendo operativamente un acto de colonización.

Los contenidos de Historia de las Artes Visuales para 2do año del Bachillerato de Bellas Artes ¿qué nos dicen?

El contexto de pandemia que experimentamos durante los años 2020 y 2021 hizo difícil sostener una continuidad en la revisión de los programas de las materias que conforman la currícula de la escuela, entre ellas las del espacio curricular de las Historias de las Artes Visuales para los diversos años del bachillerato. Es por este motivo que, para el desarrollo de nuestro trabajo de investigación, hemos utilizado como material de análisis el programa de Historia de las Artes Visuales planificado en el 2019 y su reformulación realizada este año, en el 2022.

De la lectura y análisis de la Fundamentación y los Objetivos planteados para el abordaje de la materia, pudimos observar que el programa de Historia de las Artes Visuales para 2do año propone un abordaje de las manifestaciones artísticas entendiéndolas, en forma conjunta, como expresiones culturales de distintas sociedades y como discursos sociales, de esta manera se abre el juego a pensarlas desde la perspectiva de la cultura visual, más que del arte, línea teórica que nosotros deseamos fortalecer. Tiene por objetivo central construir una mirada crítica y reflexiva ante estas producciones artísticas/culturales. Por ende, propone incentivar a lxs alumnxs para que, durante el transcurso de la cursada, vayan generando una práctica de lectura, percepción e interpretación visual, para que puedan poner en relación sus conocimientos aprendidos e incorporar otros, transformar su mirada sobre esta problemática y profundizar su interpretación. La imagen es planteada así como un vehículo para entrar en relación con las cosmovisiones de las comunidades que las produjeron. Pero hacerlo asumiendo el anacronismo que implica su estudio a partir de aquí y ahora, un anacronismo que será una gran herramienta para pensarnos hoy como integrantes de la comunidad que habitamos.

También en el programa de la materia queda expresada una intención de romper con una forma de estudiar la Historia del Arte a partir de un relato temporal lineal, donde las diferentes manifestaciones artísticas sean organizadas y analizadas por año en sucesión cronológica.

En su lugar, se expresa el objetivo de incorporar una modalidad cíclica y hasta por momentos constelar o rizomática, que genere idas y vueltas en el tiempo desarticulando la organización de una cronología histórica.

Si bien estas deconstrucciones quedan expresadas en el programa de la materia, al momento de plantear y organizar los contenidos, podemos observar que esta iniciativa se diluye y termina reproduciendo una historización lineal de los hechos artísticos, donde ocupan un lugar central aquellas manifestaciones que constituyen una historia del arte representativa de las sociedades europeas.

Separados en tres unidades, así aparecen organizados los contenidos en el programa (2019, 2022) de la materia:

UNIDAD 1:

UNIDAD 2:

UNIDAD 3:

Los intentos de incorporar otras expresiones artístico-culturales, como las desarrolladas en las comunidades americanas, quedaban librados a la decisión personal de cada docente, para agregarlas al desarrollo de la cursada. Cuando esto sucedía, esta incorporación se llevaba a cabo dentro de lo que podríamos llamar el currículum oculto; es decir, aquello que no se hace explícito en un espacio formal como es la redacción del programa de la materia.

Analizando conjuntamente esta organización y selección de contenidos, ambos integrantes de este equipo rememoramos aquellas preguntas con las cuales nos propusimos proyectar esta investigación: ¿Desde dónde contamos la historia del arte? ¿Qué temporalidades utilizamos? ¿Dónde aparece la otredad y de qué modo? ¿Por qué continuamos sosteniendo un relato eurocéntrico de la Historia del Arte?

Si bien estos interrogantes invitan a desatar reflexiones abiertas que se vayan actualizando a medida que se profundiza en el análisis y el debate colectivo, podemos esbozar algunas respuestas momentáneas que nos permitirán pensar la dificultad que se nos presenta al momento de llevar adelante esa amplitud de perspectivas sobre la historia del arte que tanto nos hemos propuesto hacer.

Desde nuestras experiencias como docentes, podemos decir que una de las mayores dificultades que se nos han presentado ha sido llevar adelante las incorporaciones de nuevas expresiones artístico-culturales experimentando una exigencia de dar los contenidos estipulados en los tiempos de la cursada. Siendo parte de un currículum oculto, la diversidad cultural, étnica, de género y de clase no cuentan con un tiempo propio dentro de la materia para ser trabajadas. Por eso se vuelve una necesidad urgente formalizar su presencia en los programas; porque, al volverlas visibles, se les da un territorio y un tiempo dentro de la Historia del Arte que nos proponemos enseñar.

Estrategias de visibilización

Una pregunta central que se nos formuló a partir de los debates planteados anteriormente en este artículo fue ¿qué hacer con una materia que está estructurada a partir de una única forma de entender la historia (una forma progresiva y lineal) y dónde nos toca abarcar un segmento de esa línea histórica?

Es importante remarcar que Historia de las Artes Visuales es un espacio curricular que está presente en seis de los siete años de cursada programados para finalizar con el título secundario que ofrece el Bachillerato de Bellas Artes. Es una materia que solo cursan aquellxs alumnxs que continúan la orientación en Artes Visuales, quedando excluida para quienes siguen la orientación en Música. Para cada año se ha destinado un periodo histórico distinto, abarcando de forma lineal y progresiva desde la prehistoria hasta las manifestaciones artísticas contemporáneas. En 2do año está planificado desarrollar desde los últimos años de la Antigüedad clásica hasta el final de la Edad Media. Como es posible observar, incluso la vinculación entre un año y su sucesivo se establece a partir de la temporalidad que propone el relato eurocentrista.

Frente a esta situación, pensamos que una buena estrategia para redefinirnos era recuperar los debates que se han desarrollado dentro de la Antropología en torno a lx otrx cultural. Nuestra intención ha sido apropiarnos de esos debates para replantear los modos en que se construyen otredades en los relatos de la Historia de las Artes Visuales que proponemos como material de aprendizaje en nuestras clases. Esto nos permitiría reflexionar acerca de aquellos condicionantes sobre los cuales definimos y construimos nuestra propia identidad, evidenciando aquellas particularidades o características que decidimos silenciar en este proceso identitario.

Al calor de estas reflexiones llegamos a formular el objetivo vertebral de este proyecto, el cual ha sido pensar y diseñar estrategias para incorporar aquellos problemas que hasta el momento habían sido marginados. Fundamentalmente, tratando de posicionar como problemática central la pregunta de qué es lo que negamos de nosotrxs mismxs al aceptar ciertos relatos de la Historia del Arte

Una de las posibilidades que ideamos para dar una solución potencial a estos problemas es abandonar la narrativa lineal cronológica del relato eurocentrista para definir la selección de contenidos y organizar nuestro espacio curricular en núcleos de problematización. La intención es encontrar en las imágenes propuestas para trabajar en el aula un disparador, o varios, que nos permitieran problematizar conjuntamente con lxs alumnxs sobre nuestro presente.

Una lectura que nos ayudó a proyectar esta reestructuración de los contenidos fue el libro Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria de la filósofa estadounidense, de ascendencia italiana, Silvia Federici (2015). En este texto la autora desarrolla una revisión de la teoría marxista desde una perspectiva feminista, afirmando que, si Marx hubiera tenido en cuenta el lugar que el capitalismo había destinado para las mujeres, se hubiera dado cuenta que no existía en ese sistema económico, político y social ninguna forma de liberación para lxs seres humanxs. Limitándose a la reproducción de la fuerza de trabajo, y negando las tareas de cuidado y crianza como una forma de trabajo, las mujeres nunca dejaron de estar condicionadas a una explotación física muy similar a la experimentada en la Edad Media.

Ver y hacer visible la historia de las mujeres en el desarrollo y consolidación del capitalismo como orden mundial de organización social, le permitió a Federici formular la idea de que el cuerpo ha funcionado históricamente como un campo político. Ha servido como terreno de explotación y opresión, siendo el Estado y la Iglesia los agentes de poder que operaron sobre ellos buscando su disciplinamiento; pero también ha constituido un lugar de resistencia. Es así como el cuerpo fue presentado como un campo de batalla en su intento de dominarlo y domesticarlo.

La propuesta teórica de Federici nos funcionó como disparador para pensar las políticas del cuerpo, habilitándonos una arista para reflexionar sobre las significaciones que construimos en torno a nuestros cuerpos y proyectar algunas estrategias didácticas para imaginar cómo los análisis sobre las diversas representaciones visuales que nos proponemos estudiar en la cursada nos sirven como instrumento para construir nuevos sentidos sobre nosotrxs mismxs y el mundo que nos rodea.

Bibliografía:

Abu-Lughod, L. (1991). Writing against culture. Andamios. Revista de Investigación Social, 9 (19). Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Abu-Lughod, L. (2006). La interpretación de la(s) cultura(s) después de la televisión. Íconos. Revista de Ciencias Sociales (24). Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Ecuador.

Bang, N., Gentile, L. y Santarsiero, F. (2019). Historia de las Artes Visuales. 2do E.S. Ciclo Lectivo 2019 (Programa de materia). UNLP. Bachillerato de Bellas Artes “Prof. Francisco A. De Santo”.

Bang, N., Santarsiero, F., Savloff, L. y Zarauza, D. (2022). Programa de Historia de las Artes Visuales. 2do E.S. Ciclo Lectivo 2022 (Programa de materia). UNLP. Bachillerato de Bellas Artes “Prof. Francisco A. De Santo”.

Davis, A. (2004). Mujeres, raza y clase. Editorial Akal. España.

Federici, S. (2015). Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Editorial Tinta Limón. Argentina.

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