Artículos de investigación
Recepción: 26 Agosto 2022
Aprobación: 02 Septiembre 2022
Publicación: 28 Octubre 2022
Resumen: En este trabajo abordaremos el uso de algunos marcadores que hacen los hablantes en la conversación coloquial y en la entrevista a políticos, a fin de proyectar la marcación epistémica -entendida como la actitud del hablante frente al contenido proposicional expresado, en algunos casos- o de manifestación de evidencialidad, en tanto dan cuenta de la fuente de información que abastece lo dicho. Estos recursos se relacionan con ciertos grados diferentes de coconstrucción en el marco de la intersubjetividad que encuadra la gestión de la información por parte de los hablantes.
Palabras clave: marcación epistémica, evidencialidad, intersubjetividad, conversación, entrevista.
Abstract: In this article we will study the use of some markers which speakers use in colloquial conversation and in political interviews in order to project the epistemic marking – understood, in some cases, as the speaker's attitude towards the expressed propositional content- or the manifestation of evidentiality, as they account for the source of information of what it is said. Within the framework of intersubjectivity which frames the management of information by speakers, these resources are related to different degrees of co-construction.
Keywords: epistemic marking, evidentiality, intersubjectivity, conversation, interview.
Introducción
Robert Stalnaker (2002, p. 702) señala que el intercambio intencional de información que caracteriza a la mayoría de las conversaciones tiene como objetivo indagar y descubrir cómo son las cosas y contribuir de manera creciente con información verdadera a un cuerpo de información compartida. Por su parte, John Heritage (2013, p. 552) define el concepto de “lo epistémico” como la organización, la atribución y las representaciones del uso del conocimiento en la interacción. Por un lado, el estatus epistémico se relaciona con el acceso relativo y el derecho a saber algo sobre un cierto dominio del conocimiento por parte de los hablantes y la postura epistémica se refiere a cómo los hablantes codifican su estatus relativo, todo lo cual queda plasmado en la organización del mensaje. El autor señala que lo epistémico es el conocimiento reclamado por los participantes en tanto lo registran, lo asertan y lo defienden a lo largo de la conversación en secuencias de interacción. De este modo, a lo largo del desarrollo de la conversación, los interactuantes se orientan hacia la prospección, actualización y retrospección de la transmisión de la información. Se plantea el conocimiento en forma de gradientes epistémicos: los hablantes saben más o menos, formulan aserciones o preguntas, van ajustando su postura epistémica en relación con el interlocutor, en un juego intersubjetivo de cesión o apropiación del gradiente de conocimiento. Precisamente, los participantes monitorean turno a turno su relativo estado de conocimiento.
Asimismo, Paul Drew (2018, p. 164), siguiendo a Heritage, afirma que lo epistémico se refiere a la atribución de conocimiento, por parte del hablante, hacia sí mismo y hacia el interlocutor en el dominio público que se constituye con la interacción. Así, es posible estudiar cómo se presentan los participantes, sabiendo o no sabiendo, revelando como cómo han obtenido la información y mostrando su actitud frente a este conocimiento.
En trabajos anteriores (Piatti, 2022) indagamos sobre el lugar que los hablantes otorgan al saber y al no saber en la transmisión de la información. El uso frecuente de ciertos marcadores de modalidad como la verdad que y es verdad (que), por un lado, y no sé, qué sé yo y yo qué sé, por otro, puede darnos una pista de la diversidad de funciones que se marcan en relación con el género conversacional. Asimismo, hemos analizado la marcación mirativa (Piatti, 2020) entendida como una macrofunción que puede ser cubierta por ciertos recursos lingüísticos tales como los marcadores en serio, no me digas, mirá, entre otros de uso frecuente en el corpus estudiado, que proyectan la actitud de sorpresa o falta de credibilidad ante la información que se transmite en el transcurso de las conversaciones analizadas. Como hemos sostenido en otros trabajos (Piatti, 2015, 2017) la función general de la conversación coloquial es contribuir a estrechar los lazos interpersonales, buscando la mayor expresividad propia, pero sin descuidar la inteligibilidad del interlocutor. Así, los modos de transmisión de la información se verán influenciados por ciertas expectativas de los hablantes tales como las de ser corteses, claros, afables, cooperativos, e incluso ocurrentes en la transmisión de la información, atendiendo al interlocutor, en un proceso intersubjetivo de coconstrucción.
En este trabajo analizamos el uso de ciertos recursos que se presentan con una doble función, según sean las necesidades comunicativas proyectadas por los hablantes. Los marcadores me parece/creo y pienso/creo, funcionan, respectivamente, como recursos de marcación epistémica, como atenuación de la certeza invitando a la coconstrucción, en algunos casos, y de evidencialidad, en otros, proyectando un valor de resultado de la reflexión o posición tomada, y por lo tanto, menos abiertos a la coconstrucción. La fluctuación de esos valores resulta estratégica en tanto los participantes pueden jugar con esta ambigüedad funcional en las conversaciones, pero más aún en la entrevista a políticos.
1. Marcación epistémica y evidencialidad
En su trabajo sobre la evidencialidad en el discurso, Hoye (2008) sostiene que la elección del marcador está condicionada por la motivación del hablante, su actitud y postura frente a la información, la especificidad de la interacción, los significados intersubjetivos relacionados con el tipo de interacción, el tópico y el género. Por su parte, González (2014, p. 410) retoma la definición de Fraser (1996, p. 868) de los marcadores pragmáticos entendidos como “claves lingüísticas codificadas que señalan las potenciales intenciones comunicadas por el hablante”. Agrega la autora (2014, p. 412) que los hablantes usan marcadores pragmáticos, en general carentes de significado proposicional, para orientar procesos de interpretación, de procesamiento de información y restringir así los efectos contextuales. Tal como enuncia Pilleux (2003), el dominio de los marcadores discursivos es un área compleja, tanto por la heterogeneidad de las unidades que lo integran como por la dificultad para determinar algunas funciones pragmáticas que podrían cumplir. Pérez Álvarez y Patiño Sánchez (2014) prefieren hablar de marcación discursiva para referirse a un funcionamiento más que a una serie de unidades léxicas muy disímiles y difíciles de reunir en una única categorización. En ese sentido, Porroche Ballesteros (2015, p. 10) señala que la marcación del discurso es “una macrofunción mediante la que el emisor se hace presente en el enunciado para manifestar su relación con el receptor, la organización de su discurso y su subjetividad”. La autora caracteriza los marcadores como:
palabras discursivas (…) suprimibles (fundamentalmente, desde el punto de vista de la transmisión de los contenidos sobre la realidad a los que nos referimos en el enunciado). Esta característica se debe al tipo de significado que transmiten y a que, a las instrucciones de procesamiento que proporcionan las palabras discursivas de las que nos ocupamos, se puede acceder también mediante un proceso de ostensión/inferencia –proceso interpretativo que permite deducir el significado implícito de un enunciado teniendo en cuenta los datos proporcionados por el contexto. (2015, p. 12).
Asimismo, menciona dos funciones en relación con la aserción de verdad o posibilidad, enmarcadas en la función interpersonal, en relación con la modalidad -la atención se centra en el emisor-: de modalidad epistémica que expresa la valoración de la aserción en grados de verdad o no verdad; y de expresión de incertidumbre o duda.
Por otra parte, el proyecto de indagación que se desarrolla a lo largo de las conversaciones y de las entrevistas proyecta las actitudes de los hablantes por medio de los marcadores. Según Cuenca (2015) me parece, pienso, creo se encuentran entre los marcadores interpersonales de conocimiento y proporcionan información pragmática sobre el grado de certeza y la fuente de conocimiento sobre el contenido del enunciado que proyectan, como se observa en el caso 1:
1.
1-Carolina: No. Yo, bueno, después que me operé…viste, la nariz no me dolió tanto
2- porque me sacaron... en realidad no fueron adenoides lo mío, era… los cornetes y…
3-las amígdalas. Creo que eso es lo peor. Y la nariz no me dolió tanto, después cuando…
4-la garganta, era algo que no… Yo no lo podía tolerar. Era… tenía que estar todo el
5-tiempo tomando agua o con un helado…creo que comí, que me comía un kilo de
6-helado por día, así o más.xxx no me quedaba otra cosa. No, pero tenía que estar todo
7-el tiempo pasando algo frío por la garganta porque… si no lo toleraba y no podía
8-dormir, me despertaba cada 15 minutos con todo seco, la lengua, todo, así.
055-2010-IIM
En este caso, Carolina emplea el marcador creo en su doble funcionalidad: en primer lugar, en la línea 3, se trata de un recurso de evidencialidad, en tanto proyecta su opinión justificada a partir de la experiencia vivida (la cirugía de amígdalas). En cambio, en la línea 5, el marcador creo, tiene como función atenuar la certeza, proyectando la estimación de la cantidad del helado consumido. Es interesante que dicha atenuación se ve acompañada por la fluctuación a nivel aspectual –perfectivo-imperfectivo-: “Creo que comí, que me comía un kilo de helado por día”. La combinación con el aspecto imperfectivo, además del uso estilístico del pronombre como intensificador pragmático, da cuenta del valor aproximativo de esta apreciación y del grado de menor certeza e incluso posible irrealidad (o realidad hiperbólica) del enunciado.
De este modo, tanto la evidencialidad como la epistemicidad son categorías funcionales interpersonales asociadas con el conocimiento. Como señala Cornilie (2009), en un sentido amplio, la evidencialidad puede verse como una estrategia discursiva a nivel interpersonal mediante la cual el hablante da información sobre la fuente de conocimiento (la propia experiencia, en el caso 1). En cambio, la epistemicidad se relaciona con la menor o mayor certeza que se proyecta con lo dicho. Tal como señala el autor: “la evidencialidad se refiere a los procesos de razonamiento que conducen a una proposición y la modalidad epistémica evalúa la probabilidad de que esta proposición sea cierta” (2009, pp. 46-47). Por su parte, Aikhenvald (2004) considera que las dos categorías no se correlacionan necesariamente y Bermúdez (2005) sostiene que la evidencialidad no es simplemente una referencia a la fuente de información de un enunciado, sino que es un fenómeno deíctico que refiere a un hablante o conceptualizador y a su compleja relación con la información y sus fuentes: se trata de una forma de la perspectivización, un aspecto de la expresión del punto de vista del hablante.
De Saeger (2007, p. 269) se refiere al uso de los verbos de actitud proposicional (tales como creo, me parece) de modalidad epistémica, en relación con la mayor o menor certeza, mientras que su carácter evidencial (en general con el pronombre de primera persona explícito en español) adquiere fuerza argumentativa. De este modo, se observa que el empleo del verbo creo como marcador de menor probabilidad de un estado de cosas se registra en contextos no valorativos, mientras que los usos que denomina evidenciales se actualizan en contextos valorativos, destacando así su carácter argumentativo. Sobre la base de características sintácticas, semánticas y funcionales, el autor distingue entre valores de incertidumbre (como modalidad epistémica) y de opinión (como evidencial).
Como señala en detalle González Ruiz (2014) el uso de creo se presenta en tres configuraciones y habilita dos lecturas. En efecto, encontramos tres posibilidades estructurales: creo que (como verbo principal de una subordinada sustantiva), creo parentético (en un inciso con sujeto elíptico) y creo yo parentético (en un inciso) en posición final con sujeto posverbal. En cuanto a sus interpretaciones, se trata de un recurso de epistemicidad atenuada o, contrariamente, un recurso que señala el compromiso con lo que se proyecta: respectivamente, un recurso de epistemicidad (equivalente a me parece) o un evidencial (equivalente a pienso que). Aunque varios autores señalan la existencia de estas dos interpretaciones en diferentes idiomas (por ejemplo, Ajmer 1997, Simon-Vandenbergen 2000, Fuentes Rodríguez 2010, Henneman, 2012, González Ruiz 2014 y 2015), la interpretación como recurso de epistemicidad atenuada en español es la más frecuente en la bibliografía, particularmente en la conversación coloquial. De hecho, Simon-Vandenbergen (2000) sobre el inglés, señala la existencia del uso evidencial (como recurso de compromiso con lo que se dice) particularmente más frecuente en el discurso político. La autora (2000) compara el uso de I think en entrevistas radiales políticas y conversaciones casuales. Concluye que su frecuencia aumenta en las entrevistas políticas, y que, en este género, el marcador no suele expresar incertidumbre o falta de compromiso, como es el caso de la conversación. Por el contrario, transmite una opinión firme, que “sugiere autoridad más que vacilación” (2000, p. 60).
En este trabajo veremos que ambos usos se encuentran tanto en la conversación coloquial como en el discurso político, ubicándose en una escala gradual que va de mayor a menor refuerzo de marcación epistémica hacia la menor/mayor evidencialidad. En el discurso político, en las entrevistas analizadas, encontramos también ambos usos, quizás con una cierta labilidad que no deja de ser estratégica dado el género: se trata de una “actuación” del político que es entrevistado y que está atento a las proyección de su propia imagen: por un lado, mostrarse afiliativo, no autoritario, atenuando lo que dice para dejar espacio al destinatario previsto (la audiencia) y al mismo tiempo, proyectar su compromiso y su saber a partir de evidencias que van más allá de la experiencia personal (tal como observamos en el fragmento 1 de conversación coloquial), y que se puede apreciar también en 2 (fragmento de una entrevista a un político):
2.
Diego Santilli: A mí me parece que parte de lo que la gente nos pidió a nosotros es poner en orden las cosas. Gracias a Dios creo que tenemos una fiscal que actuó en tiempo y en forma, que tenemos una condena…
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/12/2018)
En este caso, la primera ocurrencia de la marcación discursiva, “me parece”, plantea una opinión personal atenuada sobre la intencionalidad de los votantes, mientras que la segunda marcación, “creo que”, pone en evidencia a través de un hecho (una prueba contundente: tenemos una condena) su afirmación, proyectando de esta forma -a través del uso evidencial del marcador- una imagen de un político con conocimiento fundado. Este vaivén se puede observar en varios casos del corpus de entrevistas, aunque predomine la segunda función de la marcación, como recurso de evidencialidad, de menor a mayor grado.
2. “Creo que” como marcador epistémico. Análisis de casos
El uso de creo (que) como marcador de atenuación epistémica es muy frecuente en las conversaciones. En efecto, equivalente a me parece, proyecta la rebaja de la aserción, la probabilidad, y se constituye como modalizador del decir, tal como se puede observar en el caso 3:
3.
Ce: Y para las salsas también utilizan la salvia.
Lu: Yo creo en casa tengo... albahaca, perejil y no tengo más nada porque se me secaron las otras.
34-2006-IIIF
En este caso1, Luz proyecta el carácter dubitativo de su formulación: no está segura de la existencia de las hierbas aromáticas en su casa y así lo señala dado que las demás plantas se le han secado. En el caso 4, el uso de creo plantea también la duda:
4.
1-Ce: Yo estuve unos días en Sanc, en San Clemente. Estee, [fuimos la segunda quincena.]
2-Lu: [Sí, yo sabía que...] Sabía que te ibas a ir. Creo que Belén, no Belén, no, alguien me dijo
3- que... Che, a Belén no la he visto, ¿en qué anda?
4-Ce: [Y Belén...]
5-Lu: [Porque me enteré] que había vuelto y no...
6-Ce: ... iba a preparar, eh, Introducción a la filosofía, creo.
7-Lu: Ah, está estudiando entonces.
034-2006-IIIF
En la línea 2, Luz intenta recordar la fuente de información. El marcador creo que plantea la posibilidad de haberse enterado por Belén del viaje a San Clemente de Cecilia, aunque luego queda desechada. Resulta interesante que el marcador señale la probabilidad de la fuente de información, se atenúa entonces la evidencialidad (fuente de la información) de lo dicho, que termina siendo indeterminada con “alguien me dijo”. Luego, en la línea 6, encontramos el uso del marcador en posición final. Cecilia responde a la pregunta formulada por Luz en la línea 3 y señala la probabilidad de que Belén “iba a preparar” una materia. El uso del imperfecto acompaña la atenuación de la aserción. La posición final del marcador creo acentúa su carácter intersubjetivo en tanto invita a la coconstrucción de la información. En efecto, inmediatamente en la línea 7, Luz retoma lo dicho por Cecilia y extrae la inferencia correspondiente marcada por el conector consecutivo: “está estudiando entonces”. En este sentido, tal como sostiene Cuenca (2015, p. 377), en su interpretación predeterminada (o por defecto), creo /creo yo indica incertidumbre y menor compromiso con lo que se dice dado que se utiliza como un dispositivo mitigante.
En algunas entrevistas políticas analizadas, encontramos también este uso de la marcación epistémica, tal como se puede apreciar en el caso 5:
5.
Diego Santilli (Vicejefe del gobierno de CABA)
- Yo creo que si hay una autocrítica que yo haría es que por ahí subestimamos la rapidez de la salida de la crisis en la que estábamos que mucha gente tal vez no la veía.
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/12/2018)
En 5, Santilli utiliza la marcación epistémica para atenuar su opinión. Además de utilizar otros recursos que acompañan la rebaja de la aserción: la estructura condicional y el tiempo condicional en “si hay una autocrítica que yo haría”, los adverbiales como “por ahí” y “tal vez”, el uso del pronombre de primera persona que relativiza, de alguna manera, la opinión que está presentando. Esta combinación de recursos se orienta hacia la atenuación de la autocrítica, formando parte de una estrategia de preservación de la propia imagen del político.
Sin embargo, en otros casos como en 6, el uso de la atenuación puede refuncionalizarse en el transcurso mismo de la intervención del político:
6.
Axel Kicillof (candidato a gobernador de la Pcia. De Buenos Aires)
- Me parece que lo que está pasando en la provincia es muy grave, tiene que ver mucho con la economía, pero con muchas cosas más, es muy muy grave y hay varias confusiones con respecto a lo que está pasando en el país (…)
Me parece que lo que está haciendo está mal; la gestión de la gobernadora es muy mala
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/7/2019)
En 6, observamos que el político comienza su intervención con una marcación epistémica de rebaja de la aserción (Me parece) que luego escala a través de una variedad de recursos de intensificación (uso de cuantificadores como “muy” y “muchas”, repetición, subjetivemas de evaluación negativa como “grave” y “confusiones”, modalidad declarativa, borramiento del yo discursivo, uso del presente con el verbo de existencia y el presente actual “está pasando”). De esta forma, el dinamismo discursivo pasa de una primera atenuación epistémica que luego resulta neutralizada por el uso de intensificadores. Así, la crítica subjetiva al gobierno, en principio atenuada por el marcador de rebaja epistémica, termina cargándose de un valor asertivo no sujeto a discusión ni a negociación intersubjetiva.
3. “Creo que” como marcador de evidencialidad
La marcación de evidencialidad refiere a la mención directa o indirecta de la fuente de información que los habitantes presentan. En general, puede citarse directamente-mediante mecanismos de estilización a través del estilo directo o indirecto (Piatti, 2011)- o enunciar a través de ciertos marcadores como pienso o creo, aquello que sería el fruto de un proceso de reflexión personal, incluso dando razones para el hecho de contar con esta información (experiencia personal, lectura, datos, hechos). De Saeger (2007, p. 269) sostiene que en el caso del español creo que “no parece contribuir al contenido proposicional del enunciado, y su función es puramente pragmática, es decir, la de indicar subjetividad, compromiso y convicción”. Como ya mencionamos, nos limitaremos a revisar los mismos marcadores que hemos visto como epistémicos (en relación con el conocimiento más o menos certero), las mismas formas, pero con otras funciones. Así, estos usos de creo (equivalentes a pienso) señalan la fuente reflexiva, la opinión como resultado de un proceso de reflexión. Se entiende la opinión como una manifestación de subjetividad pragmática que incluye valoración, aparte del compromiso epistémico del hablante. Tanto en las conversaciones como en el discurso político, encontramos ocurrencias de estas marcaciones; en el primer caso, los hablantes se comprometen con lo que dicen, ofrecen su opinión personal, invitando al interlocutor a la coconstrucción argumentativa. En cambio, en el discurso político, en las entrevistas analizadas, la marcación evidencial constituye un recurso al servicio de la proyección de la imagen de un político que se compromete con lo que dice y marca su originalidad. Sabe que se espera de él una opinión. Las intervenciones no invitan a la coconstrucción y proyectan una imagen de seguridad, reflexión y racionalidad.
Tal como sostiene Bermúdez (2005, p. 28) la evidencialidad es una cuestión de perspectivización y de ajuste de las posiciones epistémicas:
la evidencialidad requiere del oyente la negociación o interconstrucción del significado. Es el oyente el que debe elaborar la referencia a la fuente de información hecha por el hablante y realizar todos los ajustes necesarios en función de su identidad, su individualidad y su posición epistémica frente a las fuentes, que puede ser diferente respecto del hablante, y a partir de allí otorgar un grado de fiabilidad.
Precisamente, en las entrevistas, más que una posición epistémica atenuada para negociar con el interlocutor de las conversaciones coloquiales, el político pone en juego el valor evidencial justificando su posición epistémica en su saber y experiencia, con el objetivo de construir y ganar la confianza del periodista y más aún de la audiencia.
Precisamente, en las entrevistas, más que una posición epistémica atenuada para negociar con el interlocutor de las conversaciones coloquiales, el político pone en juego el valor evidencial justificando su posición epistémica en su saber y experiencia, con el objetivo de construir y ganar la confianza del periodista y más aún de la audiencia.
En las conversaciones analizadas, también encontramos estos usos de creo que como recurso de marcación evidencial:
7.
Noel: [¿Qué en una de básquet?]
Julia: No.. en la de fútbol.. que es tierra.. ni siquiera es pasto.. es tierra.
Noel: Creo que prefiero la tierra.
Julia: ¡No! Pero…
Noel: Porque es más compacta que el pasto.
Julia: Pero.. es un [asco eso para caminar.]
Noel: [Sí.. también.. pero bueno.]
Julia: Si entrenás ahí y te llenás de tierra…
017_2006-IIM
En 7, Noel expresa su opinión en desacuerdo con lo expresado y realzado focalmente en “ni siquiera es pasto… es tierra” por Julia. Se trata de un uso evidencial del marcador ya que es una afirmación fundamentada por la prueba que se ofrece luego: “porque es más compacta que el pasto”. De todos modos, la expresión del desacuerdo parece atenuarse con el uso del verbo: la marcación epistémica como dispositivo de mitigación de la aserción resuena en el uso evidencial.
En el caso 8, encontramos un nuevo ejemplo del uso evidencial:
8.
Andrés: No.. este… y bueno.. de ahí lo… Esto está… Esto es interesante. Está bueno porque… yo al menos no me doy cuenta.. no sé cómo será en Buenos Aires.. pero una cosa que pasa mucho acá en La Plata es.. y creo que está dado por su condición de pueblo chico.. en definitiva… Se conocen todos entre todos… Son todos amigos.. entonces.. que también organizan mucha movida paralela.. bueno.. digo.. tanto en el Teatro como de última en la casa de alguno.. o cosas así [de…]
056_2010-IIHIIM
Andrés fundamenta su opinión sobre la movida cultural en La Plata en su creencia de que la ciudad es un pueblo chico en donde se conocen todos. En el final del fragmento, se registra un uso del verbo decir “digo”2 que presenta también con valor evidencial para proyectar la especificación sobre a qué se refiere cuando menciona la “movida paralela”. En este caso, el marcador anuncia un procedimiento de reformulación parafrástica de especificación además de validar con ejemplos la evidencia de su decir.
Tal como sostiene Simon-Vandenbergen (2000), al comparar el uso de creo que/pienso en las entrevistas radiales políticas y en las conversaciones coloquiales, la frecuencia del uso evidencial aumenta en el género periodístico mencionado. En general, el político no suele expresar incertidumbre o falta de compromiso como es el caso de la conversación. Por el contrario, transmite una opinión firme que “sugiere autoridad más que vacilación” (2000, p.60).
En el caso 9, el entrevistado produce el uso evidencial:
9.
Diego Santilli (Vicejefe de gobierno de CABA)
- Nosotros creemos representar a un sector que es mayoritario con respecto al Frente para la victoria y creemos que nos va a ir mejor (…). Yo creo en este costado, en el 60% de los argentinos que quieren un partido distinto, donde se puede trabajar en paz, donde los delincuentes estén presos, donde las mafias se les acabe donde el narcotráfico no pueda ni acercarse ni pisar nuestro país, yo creo en ese país
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/12/2018).
En el fragmento 9, vemos cómo Santilli hace uso del verbo creer claramente con valores evidenciales aunque en la segunda ocurrencia puede resonar el uso epistémico de rebaja de la aserción. En efecto, en “nosotros creemos representar”, se desplaza a la expresión de la posibilidad: “creemos que nos va a ir mejor”. A continuación, el político hace foco en el uso del verbo con su valor ideacional (como verbo de creencia): “yo creo en este costado, yo creo en ese país”, expresando su convicción (enmarcada en su partido político al principio) avalada por la cifra (dato que ofrece verosimilitud) que se proyecta tanto en un modo indicativo real como en el modo subjuntivo del deseo. En este sentido, decimos que la separación entre modalidad epistémica atenuada y uso evidencial de creo, aunados al significado ideacional de este verbo, suelen solaparse estratégicamente al servicio de la proyección de la imagen del político. En la segunda ocurrencia “creemos que nos va a ir mejor”, sin sujeto pronominal como sí se da en las ocurrencias ya mencionadas, se juega con la ambigüedad de la rebaja de aserción, pero no deja de resonar el uso evidencial dado el entorno de las demás ocurrencias. Como hemos visto, en el caso 6, el juego estratégico con la ambigüedad que ofrece el uso epistémico o evidencial de creo, es un recurso al cual los políticos acuden con el interés de construir su imagen de persona comprometida sin dejar de afiliarse con la audiencia o el futuro electorado.
Como señala De Saeger (2007, p. 269), la expresión de opinión tiene una función argumentativa, mientras que la expresión de duda debilita la argumentación. Así, creo con valor evidencial se utiliza a menudo en el debate parlamentario como un marcador de afirmación fuerte, cuya función pragmática es la de enfatizar lo que viene a continuación. Indica que la fuente de conocimiento es el hablante, y presupone que él o ella tiene datos suficientes para decir lo que está diciendo y, por lo tanto, es una fuente confiable de información. Así, en el caso 10, se observa la construcción que hace el político a partir de la pregunta del periodista que pone en cuestión la conformación de su candidatura:
10.
Luis Novaresio:
- ¿Estás cómodo con este espacio tan diverso?
Axel Kiciloff (candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires):
- En primer lugar, creo que hay una comprensión muy importante, no sólo de Sergio, del movimiento renovador, del movimiento Evita, de Alberto, de Felipe, de Pino Solanas, de figuras importantes relevantes de la Argentina que fueron muchos de ellos opositores de nuestro gobierno en algún período y que hoy comprenden que la situación está jodida. Hemos encontrado coincidencias en el marco de diferencias que hay yo creo que de matices.
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/7/2019)
En este caso, el político juega con la ambigüedad del uso epistémico y evidencial. En la primera ocurrencia de creo, es un evidencial dado que presenta hechos: los antes opositores ahora se han sumado a apoyar su candidatura. En el final, el uso epistémico se ve modificado por la presencia del sujeto pronominal que hace resonar el uso evidencial. Sin embargo, ambas ocurrencias contribuyen a la proyección de la imagen convincente del candidato.
Finalmente, en 11, vemos otro juego con los usos analizados:
11.
Diego Santilli
- Yo creo que mucho del protocolo o del reglamento que estableció Patricia Bullrich ya lo tenemos en la ley 5688 que fue sancionada 2 años atrás donde tipifica todo lo de ese reglamento.
Luis Novaresio
- ¿Es fascista?
Diego Santilli:
- … Yo no creo que sea fascista, yo no creo que sea fascista, lo que sí creo es que lo que nosotros tenemos por ley… es que lo hicimos por ley.
(entrevista del periodista Luis Novaresio en el programa televisivo Animales sueltos, 10/12/2018).
En este caso, Santilli recurre al uso evidencial del yo creo. En la primera ocurrencia, se fundamenta su aserción en las leyes: nuevamente los números “ley 5688” y “2 años atrás” contribuyen a dar fuerza argumentativa y verosimilitud a la opinión. A continuación, frente a la pregunta polémica del periodista, Santilli se defiende enfatizando el uso evidencial, aunque la posible resonancia del uso epistémico (la incertidumbre que puede sugerir), hacen que recurra primeramente a la repetición (como modo de intensificar el uso evidencial) y luego al refuerzo con el adverbio de afirmación para dar prueba del uso evidencial. El contexto evaluativo que proyecta la calificación de “fascista” demanda una oposición enfática que el político intenta construir con estos recursos, evitando su naturaleza modal con su significado atenuante básico, para intentar construir una afirmación que implica que el político asume la responsabilidad de lo que dice.
Conclusiones
¿Podríamos decir que una marcación atenuada puede graduarse hacia una mayor marcación de evidencialidad? ¿Podríamos afirmar que hay un uso estratégico de esta escala, particularmente en el discurso político?
Tanto en la conversación como en el discurso político, los hablantes ponen en juego estos usos, aunque con funciones diversas, debido a las diferencias genéricas y los intereses comunicativos de los hablantes. En este sentido, vimos cómo en la conversación los hablantes atenúan sus aserciones (junto con otros procedimientos tal como observamos en “creo (me parece) que me comí, me comía un kilo de helado”, pero también dan evidencia para apoyar sus opiniones, como en “creo que eso es lo peor que me hayan operado las amígdalas, por mi experiencia”. Podemos resumir estas diferencias en un cuadro:
En las entrevistas, los políticos hacen uso de estos recursos – asociados a otros procedimientos- con un grado de mayor complejidad, dada la atención a la proyección de la propia imagen frente a una audiencia/un electorado que lo está evaluando. La marcación epistémica de rebaja de la certeza y/o la evidencialidad aportada por el uso del mismo marcador se constituyen en una frontera lábil, que, creemos (usado en este caso ex profeso en ambos sentidos) podría ser empleado estratégicamente en el discurso político al servicio de la proyección de una imagen más afiliativa sin dejar de mostrarse también como asertivo y con las pruebas suficientes para dar cuenta de una imagen de político confiable.
Referencias
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Convenciones de transcripción
[ Un corchete simple a la izquierda indica principio de habla simultánea
] Un corchete simple a la derecha indica el punto donde una emisión termina junto con otra
DOBLE DISCURSO Las mayúsculas indican prominencia de sonidos.
¿ Indica entonación ascendente, modalidad interrogativa.
(XXX) Los paréntesis con XXX indican que ha resultado ininteligible para la transcripción.
, Indica pausa breve
. indica pausa larga
(RISAS) Indica conductas no verbales
Nomenclatura de las conversaciones
050_2006-IMIH
050_: número de orden de la conversación en el corpus del proyecto.
2006: año del registro
II: número de participantes (dos, tres o cuatro)
H M: sexo de los participantes (Hombre, Mujer, o M H: conversación mixta)
Notas