Dossier

Conservación y contextualización de las acuarelas de la Colección Benjamín Muniz Barreto (Museo de La Plata)

Conservation and contextualization of the watercolors of the Benjamín Muniz Barreto Collection (La Plata Museum)

Conservação e contextualização das aquarelas da coleção Benjamín Muniz Barreto (Museu La Plata)

Julieta A. Pellizzari
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
M. Guillermina Couso
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Laura A. Yoma
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Yamila C. Besa
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argelia
Carmen Teijido y Matto
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
M. Inés Preti
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Revista del Museo de La Plata

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 2545-6377

Periodicidad: Semestral

vol. 5, núm. 1, 2020

secretaria_rmlp@fcnym.unlp.edu.ar

Recepción: 01 Mayo 2019

Aprobación: 01 Enero 2020

Publicación: 01 Junio 2020



Resumen: Entre los años 1919 y 1929, Benjamín Muniz Barreto, financió y patrocinó expediciones arqueológicas al Noroeste argentino, generando una colección que consta de 12.000 objetos arqueológicos elaborados en material cerámico, lítico, óseo, textil, metal y malacológico. La documentación en soporte papel que acompaña estos objetos son: libretas y diarios de viaje, cuadernos, fotografías, mapas, planos, bocetos y acuarelas, aportándole así valor científico a la Colección, ya que permite contextualizar los materiales y realizar, por ejemplo, la reconstrucción de contextos culturales y de cronologías relativas, llevándonos, gracias a su estudio, a la recuperación de nuestro pasado precolombino. La Colección actualmente se encuentra en guarda en la División Arqueología del Museo de La Plata. En este trabajo trataremos sobre la conservación de las acuarelas como fuente documental, sobre cómo hemos identificado y caracterizado sus deterioros, y sobre las acciones tomadas en tal sentido para su acondicionamiento, enmarcando estas actividades dentro del “Proyecto de Puesta en Valor de las Colecciones depositadas en el Depósito 7 de la División Arqueología del Museo de La Plata”. Se trata de 111 acuarelas realizadas en soporte papel, que sufrieron cambios en su composición física y funcional durante casi un siglo, poniendo en peligro la información consignada en ellas. Para salvaguardar estos documentos se efectuó un plan de conservación destinado a reducir y minimizar los deterioros acaecidos, realizando acciones de conservación preventiva e interventiva para preservar el acervo documental, acorde a los lineamientos actuales establecidos dentro de los códigos de ética profesional. En tal sentido, favoreciendo la protección de los documentos y evitando su manipulación, se creó un catálogo digital que facilita el acceso a las mismas.

Palabras clave: Colección Muniz Barreto, Documentación, Restauración, Arqueología.

Abstract: Between 1919 and 1929, Benjamín Muniz Barreto financed and sponsored archaeological expeditions to the Argentine Northwest that generated a collection consisting of 12,000 archaeological objects made of ceramic, lithic, bone, textile, metal and malacological material. The documentation on paper that accompanies these objects are: travel notebooks and diaries, notebooks, photographs, maps, plans, sketches, and watercolors, all of which adds scientific value to the collection, since it allows contextualizing the materials and, for instance, a reconstruction of cultural contexts and relative chronologies; thus, their study leads to the recovery of our pre-Columbian past. This collection is currently stored in the Archaeology Division of Museo de La Plata. In this work we discuss the conservation of watercolors as a documentary source, how we have identified and characterized their deterioration, and the actions taken in this regard for their conditioning, as part of the “Project for the Protection and Enhancement of Collections hosted in Deposit 7 of the Archaeology Division of Museo de La Plata”. These are 111 watercolors on paper, which underwent changes in their physical and functional composition for almost a century, jeopardizing the information contained in them. In order to safeguard these documents, a conservation plan was made to reduce and minimize deterioration, involving preventive and interventive conservation actions to preserve the documentary collection, in accordance with current guidelines established within the codes of professional ethics. In this sense, to protect these documents and avoid their manipulation, a digital catalog was created that facilitates access to them without direct manipulation.

Keywords: Muniz Barreto Collection, Documentation, Restoration, Archaeology.

Resumo: Entre 1919 e 1929, Benjamín Muniz Barreto financiou e patrocinou expedições arqueológicas ao noroeste argentino, gerando uma coleção composta por 12.000 objetos arqueológicos de material cerâmico, lítico, ósseo, têxtil, metálico e malacológico. A documentação em suporte de papel que acompanha esses objetos são: livros e agendas de viagem, cadernos, fotografias, mapas, planos, esboços e aquarelas, contribuindo com valor científico para a Coleção, pois permite contextualizar os materiais e fazer, por exemplo, o reconstrução de contextos culturais e cronologias relativas, levando, graças ao seu estudo, à recuperação de nosso passado pré-colombiano. Atualmente, a coleção está em custódia na Divisão de Arqueologia do Museu La Plata. Neste trabalho, discutiremos a conservação de aquarelas como fonte documental, como identificamos e caracterizamos sua deterioração e as ações tomadas nesse sentido para seu condicionamento, enquadrando essas atividades no “Projeto para definição de valor de Coleções depositadas no Depósito 7 da Divisão de Arqueologia do Museu da Prata”. São 111 aquarelas feitas em suporte de papel, que sofreram alterações em sua composição física e funcional por quase um século, comprometendo as informações nelas contidas. Para salvaguardar esses documentos, foi elaborado um plano de conservação para reduzir e minimizar a deterioração, realizando ações de conservação preventiva e interventiva para preservar a coleção documental, de acordo com as diretrizes atuais estabelecidas nos códigos de ética profissional. Nesse sentido, favorecendo a proteção dos documentos e evitando sua manipulação, foi criado um catálogo digital que facilita o acesso a eles.

Palavras-chave: Coleção Muniz Barreto, Documentação, Restauração, Arqueologia.

Introducción

Durante los primeros años de la década de 1920, Benjamín Muniz Barreto conformó, gracias al financiamiento de sus expediciones, una de las colecciones arqueológicas más importantes de nuestro país. La colección generada fue de tal magnitud que aún hoy es considerada por los investigadores como una de las más importantes a nivel nacional e internacional. El acervo fue comprado por parte del Gobierno Nacional e ingresado al Museo de La Plata en 1933, donde permanece en guarda desde entonces, preservado en los depósitos de la División Arqueología (Sempé 1987; Torres 1932).

La Colección Benjamín Muniz Barreto se generó a raíz de las expediciones llevadas a cabo durante casi una década en las provincias de Jujuy, Catamarca y el Territorio Nacional de los Andes (Farro et al. 2012). Estas fueron dirigidas por Karl Schuel en un primer momento y posteriormente por Vladimiro Weiser, quedando en manos de su ayudante, el dibujante Friedrich Wolters a partir de su fallecimiento en 1926 (Arena 2008; Balesta & Zagorodny 2000; Farro et al. 2012; Sempé 1987; Torres 1932).

Está constituida, como ya mencionamos, por 12.000 piezas arqueológicas (peruanas y argentinas) contextualizadas y elaboradas en diferentes materiales –cerámico, lítico, óseo, textil, metal y malacológico–. Su importancia reside, además de en la riqueza del material mencionado, en la minuciosa documentación asociada que acompaña a estas piezas, que da cuenta de las labores realizadas durante el desarrollo de las expediciones como las libretas y diarios de campo, fotografías, mapas, planos, bocetos, correspondencia y las acuarelas que son materia de este trabajo.

En palabras de Farro y siguiendo a Podgorny (2003, 2007, 2008a y b, 2009) “(…) ese corpus documental producido durante las expediciones y los trabajos de excavación pueden ser entendidos en relación con el proceso de construcción de la evidencia científica. Con la publicación de los primeros manuales que normalizaban el trabajo de campo a comienzos del siglo XX los procesos de la ingeniería y los medios técnicos para la reproducción de los monumentos, a través de prácticas tales como la excavación y el registro en forma de planos, croquis, fotografías, inventarios y catálogos, constituirían el núcleo deseado de la arqueología moderna. En este sentido, solo el registro completo en el momento de la excavación haría posible la transformación de la observación en el campo en una experiencia repetible y constituirse así en evidencia salvando al monumento de la desaparición” (Farro et al. 2012, p. 139).

Es decir, esta documentación le da valor científico a la Colección, ya que contextualiza el material colectado, indicando por ejemplo en las libretas de campo un dibujo en planta y corte de donde se obtenían los objetos (sepulcros o viviendas) siendo estos además numerados cronológicamente, registrándolo, en muchos casos, el evento fotográficamente (Fig. 1).

Además, nos permite situarnos en un momento de la historia de la arqueología argentina donde se comienza a institucionalizar la disciplina, siendo uno de los temas de discusión la originalidad de los objetos que ingresaban a los museos, por eso se enfatiza el buen registro de campo como uno de los elementos que le “otorgaría” valor a la originalidad de estos (Podgorny 2004). Por estas razones aquí mencionadas es que se plantea como objetivo llevar adelante una investigación e intervención de conservación que permitan la preservación de los valores de estas obras, no sólo como objetos susceptibles a deteriorarse, sino como objetos portadores de historia.

Diario de campo y
fotografía de la expedición de Schuel en 1919
Figura 1.
Diario de campo y fotografía de la expedición de Schuel en 1919

Las acuarelas

El conjunto de acuarelas a intervenir contiene 111 pinturas aguadas, elaboradas en soporte de papel de diversos tamaños y espesores, donde se representan objetos cerámicos, en madera, hueso, cestería, metal, artefactos líticos y también esquemas detallados de sepulcros, provenientes de la provincia de Jujuy (Besa et al. 2016).

Durante más de 80 años estos documentos han sufrido los avatares y deterioros naturales producto del envejecimiento por el paso del tiempo, a los que se suman deficiencia en tareas de limpieza, de control de plagas, marcadas fluctuaciones de temperaturas y humedad, y a una manipulación directa y constante por parte de los investigadores y técnicos de la División. Esta situación fue lo que dio origen a nuestro interés por accionar sobre estos materiales como medida prioritaria, pensando en su preservación a largo plazo, entendiendo tanto el valor histórico como científico de esta documentación (Pellizzari et al. 2016).

El hecho de que sean documentos de estudio de constantes consultas por parte de investigadores llevó a la necesidad de establecer un plan de medidas de prevención que consistieron en la restauración de los deterioros, el resguardo de los bienes bajo medidas de conservación y su correcta digitalización con el fin de que siga siendo material de estudio consultado, pero bajo otro formato, preservándose el original.

Para su tratamiento se estableció una intervención basada en criterios ajustados a las teorías actuales de conservación, que pueda servir como modelo de sucesivas intervenciones en la totalidad de los materiales de la Colección. La singularidad del corpus a intervenir, sumado a las imposibilidades de ciertos equipamientos específicos, hizo necesario establecer un método personalizado donde se atendieron principalmente aquellas cuestiones prioritarias, basado siempre en los códigos de ética profesional (Cortés Pizano 2014).

La persona detrás de las acuarelas: Karl Schuel

Una nota periodística encontrada en el acervo documental de la División Arqueología, mientras realizábamos la búsqueda de antecedentes documentales, nos permitió conocer mejor a Karl Schuel, el primer expedicionario contratado por Muniz Barreto. La nota es del diario La Prensa de Buenos Aires del 5 de abril de 1970 (Secciones ilustradas de los domingos), y se titula “Carlos María Schuel pionero en las ciencias naturales en Jujuy”, realizada por Martin Alberto Ibáñez-Novión.

En 1906 Karl Schuel, radicado en Jujuy, y fascinado por la Quebrada de Humahuaca decidió conocer e investigar quienes fueron sus primeros habitantes, estudiando sistemáticamente los sitios arqueológicos donde vivieron, como así también su entorno ambiental, generando colecciones arqueológicas, zoológicas y botánicas.

En el artículo periodístico se reseñaba lo siguiente: “El colectar, el observar y el describir minuciosamente y el pintar en acuarela a la manera de un artista los especímenes que poblaban la lujuriante selva y muchas veces extendiéndose en sus investigaciones hasta la alta pampa jujeña, fue una tarea más que se impuso como motivo de su existir” (Ibáñez-Novión, 1970)(Fig.2). La nota realzaba la figura de este magnífico personaje “El barón Carlos María Schuel”, quien nació en Moravia (Viena) el 14 de agosto de 1857 y murió a los 70 años de edad el 7 de febrero de 1927 en San Salvador de Jujuy (Argentina). Hijo del barón Eduardo von Schuel y la baronesa María von Garnen, fue el único hijo varón de los tres hijos de este matrimonio.

Schuel cursó sus estudios en Viena, recibiéndose de ingeniero agrónomo e ingeniero perforador, prestando, además servicios militares en el ejército Landwehr, para luego continuar sus trabajos relacionados con las explotaciones petrolíferas en el Viejo Mundo. En 1906 se radicó en Jujuy como Director General de la compañía “El Petróleo Argentino Limitada”, desde donde se realizaban importantes exploraciones en Laguna de Brea y Santa Bárbara. En el mismo año, encantado por la Quebrada de Humahuaca, comenzó sus investigaciones en Jujuy sobre arqueología, botánica y zoología, entablando relaciones con investigadores como Carlos Luis Spegazzini y Carlos Bruch, a quien muchas veces les enviaba parte del material reunido, tanto insectos como material botánico (Farro et al. 2012). Estudió varios sitios arqueológicos de la Quebrada de Humahuaca como el Pucará de Tilcara, Juella, Coctaca, Hornillos, Antumpa, Pueblo Viejo, entre otros, colectando piezas arqueológicas pertenecientes a dichos sitios. Algunas de estas piezas, especímenes botánicos y zoológicos, las envío al Museo de Historia Natural de Viena en el año 1913 (Becker-Donner 1950; Ibáñez-Novión 1970).

Diario La Prensa de Buenos Aires, 5
de Julio de 1970
Figura 2.
Diario La Prensa de Buenos Aires, 5 de Julio de 1970

Karl Schuel y su relación con el Museo de la Corte Imperial de Historia Natural de Viena (actual Museo de Etnología de Viena)

Al comenzar el acondicionamiento y la digitalización de las acuarelas hallamos un papel escrito en tinta en el sobre que las contenía, y que decía lo siguiente “Dibujos de Karl Schuel publicados en “Archive für Völkerkunde” – 1950 por Dr. Etta Becker – Donner en Die Nordwest argentinischen Sammlungen des Wiener Museums für Völkerkunde”, encontrando esta misma inscripción en alguna las acuarelas, además del sello que identifica la documentación original de la Colección.

Etta Becker-Donner, fue una etnóloga y lingüista austríaca, investigadora y encargada de las colecciones de arqueología sudamericana del Museo de Etnología de Viena, convirtiéndose en su directora en 1955. En su artículo de 1950 hace referencia a dos grandes colecciones que se encontraban en el Museo de Etnología de Viena adquiridas por el entonces director del museo, Franz Heger (Palamarczuk & Grimold 2016). La primera de ellas fue comprada a Rudolf Schreiter, y fue enviada en dos partes; la primera parte llegó a Viena en 1910, siendo una muestra sencilla de piezas arqueológicas carente de información contextual y, según Becker-Donner (1950), contando sólo con un pequeño informe realizado por el mismo Schreiter, indicando que esos restos pertenecían al pueblo Diaguita. La segunda parte llegó en 1912 conteniendo un mayor número de piezas arqueológicas y un informe más detallado que en el caso anterior, indicando que las piezas provenían de ruinas arqueológicas del noroeste de Catamarca y el noroeste de Tucumán, de la zona de los Valles Calchaquíes. Asimismo, se detalla que muchas de esas piezas corresponden a urnas y pucos del tipo Santa María (Becker-Donner 1950).

En su trabajo Becker-Donner investiga los estilos cerámicos pertenecientes a la alfarería enviada por Rudolf Schreiter y los de otra colección proveniente de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy), enviada por Karl Schuel. En esta publicación encontramos ilustradas varias de las piezas retratadas en las acuarelas de la Colección Muniz Barreto, es decir, que en las acuarelas se encuentran retratadas piezas que fueron enviadas al Museo de Etnología de Viena, según el trabajo de Becker-Donner (1950), y que se encuentran allí (Fig. 3).

 a. Acuarela número 58, según
nuestro número de identificación. b.
Dibujo de la misma pieza retratada en la publicación de Becker-Donner (1950)
con el número 47. Según el artículo esta pieza proviene del sitio Puerta de
Juella.
Figura 3.
a. Acuarela número 58, según nuestro número de identificación. b. Dibujo de la misma pieza retratada en la publicación de Becker-Donner (1950) con el número 47. Según el artículo esta pieza proviene del sitio Puerta de Juella.

Es por ello, y con el fin de comenzar a organizar la información, realizamos una tabla donde se registró un número de identificación, otorgado por nosotras, la denominación que presentaban en el anverso y reverso de la acuarela, y la descripción realizada por la autora en la publicación (Tabla 1).

Tabla 1.
Se detalla el número de identificación que le otorgamos, denominaciones al anverso y reverso de la aguada, y sus referencias en el artículo de Becker-Donner (1950)
N° IdDenominación en anverso de acuarela Denominación en reverso de la acuarela Descripción Etta Becker – Donner (1950) (traducción de las autoras)
52 181 y 117 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N° 14 y 13 Las piezas provienen de Juella. La pieza número 13 es una fuente que se angosta hacia su parte superior. Decorada con pintura en cuadraditos desde su diámetro máximo hacia el borde superior. La pieza tiene una altura de 5,5cm y su boca es de 7,5cm de diámetro.
58 94 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°47 Proviene de Puerta de Juella del fundamento de una casa. Es una olla de cerámica negra con grabados. Tiene 13,5cm de alto y 14cm de diámetro máximo, que se angosta hacia arriba hasta llegar a los 7,8cm. El borde y las manijas están quebrados.
59 95 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°12 Proviene de Juella del viejo fundamento de una casa. Se trata de una olla de 9,1cm de altura y 11,5cm de diámetro, las manijas son angostas y tienen tres rayaduras horizontales, y un cuello angosto en el que se observan triángulos negros.
61 98 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°8 Proviene de Juella. Posee una altura de 16cm, y tiene pintada una cinta negra que va en forma de cruz alrededor de la pieza.
78 30 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°33 y 34 Ambas piezas provienen de contextos funerarios del Pucara de Tilcara y tienen un diámetro de 33cm. Las piezas tienen figuras con distintas curvas pintadas de negro que forman una especie de remolino en el lado exterior.
80 35 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°24 Proviene del Pucara de Tilcara, con un interior color rojo ladrillo y cinco líneas negras, bien pulido, y un diámetro de 16cm. Su parte exterior es roja y lisa, posee además dos manijas.
83 43 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°30 Proviene del Pucara de Tilcara, y tiene un diámetro de 13,4cm Está dividida en cuatro zonas con una conexión de hoja zarcillo al medio.
84 144 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°40 Proviene de Puerta de Juella hallada en los fundamentos de una casa y estaba asociada a cuatro fuentes más y una ollita. La pieza tiene una altura de 8,4cm. y un diámetro de 21cm. Es una fuente grande con un borde un poco doblado.
85 46 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°27 Proviene del Pucara de Tilcara. Es una fuente amplia con un diámetro de 20,5cm. y una altura de 7,5cm. El interior de la pieza es áspero con un fondo decorado con pintura cuadriculada, presentando en los bordes cuatro flores en sentido de las agujas del reloj.
88 49 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°26 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro de 14 individuos. Es de color rojo oscuro con una decoración con líneas que dividen a la pieza a lo largo y seis líneas en forma de pluma, que seguramente representan hojas, desde un “tallo”.
90 51 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°32 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro de 15 individuos asociados a 15 vasijas tipo fuente. La pieza es lisa por dentro y está cubierta por una capa de pintura roja muy clara, muestra en algunos sectores una decoración en negro de rayos.
95 62 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°17 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro de 14 individuos. Está decorada con triángulos negros y un espiral del mismo color. Posee un diámetro de 22,2cm.
96 64 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°31 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro asociada a 12 fuentes más. Decorada con tres campos con cuadraditos encontrándose tres hojas o flores. Posee un diámetro de 19,5cm.
97 68 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°25 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro de 14 individuos. Es una fuente cuya decoración interna presenta una zona angosta cuadriculada que divide la parte interior de la vasija en dos partes, en ambos lados se observan motivos florales.
98 70 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°20 Proviene del Pucara de Tilcara de un contexto de entierro de 15 individuos asociados a 15 fuentes. Esta pieza presenta una decoración que la divide en cuatro partes con líneas que forman medios círculos en cada cuarto.
100 79 y 73 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°45 - 16 a y 16 b. Proviene del Pucara de Tilcara de los fundamentos de una casa y estaba asociada a varios instrumentos. La pieza N° 45 es una fuente tiene una base plana y angosta con manijas amplias en forma de bucles que también sirven de soporte de la pieza.
102 82 y 83 Public Archiv Jür Völber Kunde 1950 N°15 Proviene del Pucara de Tilcara. Es una fuente con ángulos de casi 90° y una apertura de 4,4 y 4,8cm. En el borde del área que se dobla hacia adentro presenta dos manijas, en un lado entre ambas manijas aparece una forma modelada una cabeza de serpiente.

Las imágenes de las vasijas que aparecen retratadas en el artículo de Becker-Donner (1950), según la autora provienen de la Quebrada de Humahuaca, de los sitios del Pucará de Tilcara, Juella y Puerta de Juella, según la información brindada por Schuel. Como ya mencionamos, estas mismas piezas aparecen retratadas en las acuarelas de la Colección Muniz Barreto, lo que nos indicaría que fueron realizadas antes del envío de las mismas a Viena, ¿podría tratarse de obras pintadas por el mismo Schuel, si tomamos lo dicho en el artículo periodístico en relación a las acuarelas? (Fig. 4).

Acuarelas que retratan vasijas
cerámicas que fueron enviadas a Viena y, b.
las mismas piezas retratadas en la publicación de Becker-Donner (1950)
Figura 4.
Acuarelas que retratan vasijas cerámicas que fueron enviadas a Viena y, b. las mismas piezas retratadas en la publicación de Becker-Donner (1950)

Karl Schuel, su relación con Benjamín Muniz Barreto y la colección en guarda en el Museo de La Plata (Argentina)

Los trabajos de Schuel en la Quebrada de Humahuaca llamaron la atención del coleccionista Benjamín Muniz Barreto, quien lo contrató en 1919 para que llevara a cabo una serie de expediciones arqueológicas en sitios de la zona. Estas comenzaron el 17 de agosto y duraron hasta el 20 de octubre de 1919. Schuel relata en su primer diario de viaje de 1919 lo siguiente:

“Hemos empesado el trabajo en puevlo Juez de Maydana con 3 peones. El antigualesta situado en kilometro de ferrocarril 86 a 87 pasando al norte a la isquierda mas o menos un ki­lómetro”. Luego sigue su recorrido por el sitio Zenegillas “El antigualestamas o menos 12 kilómetros al Norte de Tilcara a I kilómetro a la isquierda del ferocarril, no estuvo tocado”… (Schuel 1919 p. 1).

Otro sitio visitado fue La Cueva que:

“es un antigual bastante grande al Norte de Ne­gra Muerta a mas o menos dos leguas. Ya en el camino se pueden ver mucho rastrojos, de los indios a 2-3 kilóme­tros de largo pero no son visibles casitas. La cueva esta en conglomerato de una superficie de 15 a 20 metros de largo y que estuvo usado años antes como escuela. Ariva es una peña alta y ensima de la peña hay un antigual grande las paredes son caidas pero bien visibles los cimientos” (Schuel 1919 p. 29).

También visitó Hornaditos, que es un “(…) antigua laquiesta bastante grande y en algunas par­tes muy a pico” (Schuel1919 p. 40), y otros sitios arqueológicos como el Pucará de Tilcara, Madrejon, Calete I, Calete II, Hucumaso, entre otros (según los diarios de Schuel (1919) del Archivo de la División Arqueología del Museo de La Plata [MLP-Ar] Diarios de Viaje y Libretas de Campo de la Colección Benjamín Muniz Barreto 1919/1929).

Lo interesante de este documento escrito por Schuel, además de las descripciones de los sitios arqueológicos visitados y del material hallado, es que refiere a los días festivos, a cuestiones vinculadas con los permisos de los propietarios de las fincas para excavar, además de nombrar la colaboración del Ing. Weiser en sus trabajos (quien continuaría luego con el trabajo de Schuel a pedido de Muniz Barreto), como también la llegada del mismo Muniz Barreto a Jujuy para entrevistarse con él (Fig. 5).

Posteriormente y debido a su gran interés por la ciencia, Schuel siguió colectando piezas, generando una importante colección, que lo llevo a fundar y dirigir el primer Museo Provincial del Jujuy, creado por Decreto Provincial el 4 de octubre de 1924 “(…) en las bohardillas de la Casa de Gobierno de Jujuy, una pequeña y valiosa colección de alfarería indígena, de cráneos y objetos recogidos de diferentes antigales, o sea de restos de poblaciones o de enterratorios indígenas” (Diario La Prensa de Buenos Aires, 1970).

Diario de Viaje de Schuel, donde se lee el trabajo realizado, y una
carta enviada a Muniz Barreto, donde le informa cuestiones de campo
Figura 5.
Diario de Viaje de Schuel, donde se lee el trabajo realizado, y una carta enviada a Muniz Barreto, donde le informa cuestiones de campo

Sepulcros retratados en las
acuarelas de la colección Barreto y en la publicación de Schuel (1929)
Figura 6.
Sepulcros retratados en las acuarelas de la colección Barreto y en la publicación de Schuel (1929)

Schuel falleció a los 70 años en la provincia de Jujuy, y con su muerte se desarmó el Museo Provincial de Jujuy. Las colecciones arqueológicas producto de sus trabajos tomaron distintos rumbos, como los materiales ya mencionados enviados al Museo de la Corte Imperial de Historia Natural de Viena (actual Museo de Etnología de Viena), a los que se les sumarían el Museo Carlos Darwin del Colegio Nacional Teodoro Sánchez de Bustamante y el Museo Histórico Provincial, ambos situados en la capital jujeña, como también los que forman parte de la Colección Benjamín Muniz Barreto del Museo de La Plata.

Como corolario de sus investigaciones arqueológicas en la Quebrada se publicó en 1929 un trabajo póstumo titulado “Ruinas de las poblaciones de los indígenas de la Provincia de Jujuy”, presentado en el marco del Congreso de Patología Regional del Norte. En él se hace una breve reseña de todos los sitios que visitó, como los ya mencionados de Hornillos, Pueblo Viejo, Pucará de Tilcara, Coctaca y La Cueva. Lo novedoso de este trabajo es que Schuel ensaya una suerte de cronología relativa para la zona, dividiéndola en cuatro periodos: de Piedra, de los Calchaquíes, de los Incas y, por último, el Período de la Conquista Española. En este artículo se describen varios sepulcros, semejantes a los retratados en las acuarelas de la Colección Muniz Barreto (Fig. 6).

Acondicionamiento y catalogación digital de las acuarelas de la Colección Benjamín Muniz Barreto

Para la realización de esta tarea, el trabajo se dividió en tres etapas. En la primera de ellas se llevó a cabo la confección de una ficha de registro, donde se describen todas las características principales de cada acuarela, el tipo de soporte, la técnica de realización de la obra, la descripción del deterioro en caso de poseer, el tratamiento que debe realizarse y observaciones particulares (Fig. 7).

Registro de las acuarelas en fichas diseñadas para tal fin
Figura 7.
Registro de las acuarelas en fichas diseñadas para tal fin

La segunda etapa focaliza en el trabajo en dos tareas fundamentales: por un lado, la restauración, y por otro la conservación preventiva. Las tareas de restauración estuvieron destinadas a la corrección de algunas alteraciones, con el fin de devolverle a las piezas su integridad física; entre ellas abordamos acciones de limpieza mecánica superficial tanto del anverso como del reverso, de modo controlado y gradual, para esto se utilizaron pinceles suaves, muñecas con goma rallada, esponjas de maquillaje y limpieza directa con goma. Para la eliminación de concreciones foráneas se utilizó bisturí y palillos de madera. En cuanto al aplanado y desdoblado de pliegues, se abordó un procedimiento que implica humectación, con agua destilada y alcohol, calor por medio de la utilización de una espátula térmica, y presión con plegadera y peso. Finalmente, en algunos casos puntuales, se realizaron reparaciones menores en rajaduras por medio de papel Japón de gramaje muy fino (6gr), previamente entonado para que se asemejara a la coloración amarillenta de la hoja, aplicado puntualmente en las roturas utilizando como adhesivo metilcelulosa. Se ha dejado registro del procedimiento realizado en las fichas de restauración que se encuentran tanto en soporte papel como en soporte digital (Fig. 8).

Restauración de las acuarelas
Figura 8.
Restauración de las acuarelas

Como acción preventiva, se tomaron medidas para anticiparnos a posibles daños en las obras y, de esta manera, evitar la necesidad de una futura restauración. Entre las principales medidas podemos mencionar: a) la confección de un soporte individual para cada una de las acuarelas, para evitar de este modo la manipulación directa. Para ello se utilizó un soporte de papel de 240gr, libre de ácido, de tamaño mayor a la acuarela, al cual se le realizaron cuatro solapas en los esquineros para retener la acuarela sin utilizar ningún tipo de adhesivo. Además se utilizó como medio de interfoliado papel kraft de grado médico el cual presenta un PH neutro y esterilizado, generando una barrera contra la penetración de microorganismos y polvo ambiental; b) la segunda medida de conservación preventiva fue la fabricación de un contenedor a medida que reuniera el total de la colección de acuarelas. Se realizó con corrugado de polipropileno blanco libre de ácido de auto encastre, evitando así el uso de adhesivos que puedan ser perjudiciales en un futuro. Este material es químicamente estable e inerte y genera una barrera de protección, además de las antes mencionadas; c) como tercera medida se realizó el acondicionamiento del mobiliario donde se guardan las acuarelas. Previo a esta intervención, las mismas se encontraban en un sobre de papel, colocado en un mueble de madera, el cual albergaba además diversos materiales arqueológicos tanto orgánicos como inorgánicos. Este mueble no había tenido un monitoreo y control adecuado, habiéndose encontrado al momento de su abordaje agentes biológicos activos, tanto sobre el mueble como sobre los materiales allí alojados. Actualmente las acuarelas se encuentran dentro de un mueble (dentro del contenedor descripto) que, si bien es de madera, se encuentra en correctas condiciones de conservación; y d) finalmente se contempló la climatización del espacio de guarda, teniendo en cuenta que para esto es fundamental evitar las constantes fluctuaciones de temperatura, humedad y luminosidad. Además, en este espacio se encuentra reunida la totalidad del material documental de la División de Arqueología por lo que se unificaría en un solo espacio todo lo concerniente a documentación en soporte papel (Fig. 9). En la actualidad se realizan revisiones constantes ante presencia de agentes biológicos activos, se cuenta con un equipo de aire acondicionado y, además, con un cerramiento completo del mueble que reduce la entrada de polvo y demás contaminantes, a la vez que disminuye el contacto del material con la radiación.

Por último, en la tercera etapa, se procedió a la digitalización de las acuarelas, generando un entorno de reproducción estable y fiable, de modo tal que el procedimiento no conllevara riesgos innecesarios sobre los originales, tanto por contacto con las piezas como por la exposición a algún tipo de irradiación, estandarizándose el procedimiento para poder replicar condiciones idénticas para cada instancia de digitalización y minimizar la posibilidad de incorporar sesgos técnicos. Como dispositivo de escaneo se utilizó el scanner HP Scan Get 3800, en resolución 600 dpi, formato TIF a 32 bits. El proceso fue minuciosamente documentado, de modo tal que la experiencia puede ser reproducida por futuros operadores, asegurando la confiabilidad por parte de los usuarios respecto de la calidad y la fidelidad del registro (Fig. 10).

Con las acuarelas digitalizadas, se procedió a la elaboración de un catálogo digital, que próximamente se encontrará disponible en el repositorio “Naturalis” perteneciente a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. Esta acción se encuentra actualmente en proceso de efectivización, cumpliendo con las normativas de la Ley N° 26.860 de Repositorios Institucionales Digitales de acceso abierto.

Acondicionamiento de las acuarelas
Figura 9.
Acondicionamiento de las acuarelas

 Digitalización de las acuarelas
Figura 10.
Digitalización de las acuarelas

Comentarios finales

Entendiendo el valor histórico y científico de estos documentos, el trabajo de acondicionamiento realizado sobre las acuarelas de la Colección Muniz Barreto estuvo orientado a minimizar los daños sufridos por este material por el paso del tiempo y por su manipulación, asegurando además un ambiente propicio para su protección y guarda a largo plazo. A su vez, la realización de un catálogo digital tuvo el fin de asegurar el acceso a la información por parte de interesados sin que ello ponga en riesgo el material original. No sólo nos abocamos a la conservación material, sino también a la conservación de su valor documental, pudiendo a partir de la investigación de su origen y posible autor preservar parte fundamental de la historia de estas acuarelas. Un objetivo de este trabajo fue también, sentar las bases para replicar esta metodología de trabajo en la totalidad del material documental de la Colección, entendiendo que sin éste los objetos reunidos en la Colección Muniz Barreto serían “objetos sin contextos”.

Este trabajo nos permitió, además, reflexionar en torno a la vinculación de la conservación y la arqueología las que, siendo disciplinas que comparten el objeto de estudio, muchas veces han mostrado discrepancias en sus metodologías, colocándose a la conservación y restauración simplemente como una disciplina auxiliar. Si bien en nuestro país la arqueología se constituyó como una ciencia a partir de mediados del siglo XX, la conservación continuó como oficio sin intenciones de cambiar de categoría hasta inicios del siglo XXI. Este trabajo es una muestra del potencial que brinda aunar los objetivos en trabajos interdisciplinarios donde la conservación y restauración se desarrollen en paralelo al trabajo del arqueólogo, siendo esta una búsqueda que se viene desarrollando desde la División Arqueología del Museo de La Plata en los últimos años.

Agradecimientos

En primer lugar, a la Facultad de Ciencias Naturales y al Museo de La Plata, lugares de constante formación en los que estudiamos y trabajamos. A los Jefes de la División Arqueología, la Dra. Laura Miotti y el Dr. Mariano Bonomo, por darnos el espacio y la confianza para llevar a cabo nuestros proyectos, apostando a la mejora constante de las colecciones. Y a las personas que han trabajado en diferentes instancias como la Lic. Milagros Aventin Moretti y el Lic. Juan Diego Gobbo. A Diego Ruiz von Dessauer por la traducción del artículo del Archive für Völkerkunde (Becker-Donner 1950), traducción que nos ha sido fundamental para investigar sobre las acuarelas y su relación con las piezas enviadas por Schuel al Museo de Viena. A la traductora, Alen Mac Dougall, por la revisión del manuscrito. Al Dr. Axel Nielsen, por el envío de algunos de los trabajos de Schuel utilizados en este trabajo, y por su entusiasmo contagioso en resaltar la importancia de este personaje en la historia de las investigaciones sobre nuestro pasado. Y por último dedicárselo a la memoria del Dr. Rodolfo Raffino, nuestro amigo y mentor.

Financiamento:

“Proyecto de Puesta en Valor de las Colecciones depositadas en el Depósito 7 de la División de Arqueología del Museo de La Plata” (Resolución del Consejo Directivo n° 259/15)

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