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Sandra Contreras, En torno al realismo y otros ensayos. Rosario, Nube Negra Ediciones, 2018, 228 páginas. 1
Florencia Garramuño
Florencia Garramuño
Sandra Contreras, En torno al realismo y otros ensayos. Rosario, Nube Negra Ediciones, 2018, 228 páginas. 1
Orbis Tertius, vol. 23, núm. 28, 2018
Universidad Nacional de La Plata
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Libros

Sandra Contreras, En torno al realismo y otros ensayos. Rosario, Nube Negra Ediciones, 2018, 228 páginas. 1

Florencia Garramuño
Orbis Tertius, vol. 23, núm. 28, 2018
Universidad Nacional de La Plata

¿Qué hay en la escritura de Sandra Contreras que resulta tan fascinante?, me pregunto al leer En torno al realismo y otros ensayos, seducida por un ritmo constante que va entrelazando ideas, conceptos, situaciones, eventos e historia literaria y cultural, que no deja de volver sobre sus pasos para corregir líneas y argumentos, que anticipa proposiciones polémicas que solo explicará muchas páginas después (?Volveré sobre esto?, dice una y otra vez) y que va disponiendo los elementos con los que se formará el ensayo parsimoniosamente, como si se tratara de una artista de la instalación que decide en qué lugar situar micro-relatos, conceptos y discusión teórica y crítica.

¿Qué es eso que hace que el libro, compuesto por ensayos independientes escritos a lo largo de más de una década, y que por lo tanto demandarían ser leídos de modo independiente, respire sin embargo con un aliento largo que me lleva a querer llegar, rápida, al final del libro, como si se tratara, casi, de una novela contemporánea?

No es, claramente, por el realismo ?qué sopor. Y es que tampoco debiera pensarse que el libro de Sandra trate sobre el realismo en la literatura argentina. En lugar de tomar el realismo como una categoría histórica cuyo sentido, límites y alcances el libro buscaría precisar o discutir, En torno al realismo ?subrayo en torno? se propone pensar el realismo, cito: ?como el espacio enrarecido en que se dirimen y también se reinscriben, insistentes y al mismo tiempo transfigurados, los restos de esa práctica de escritura que seguimos llamando literatura? (p. 17). En torno al realismo es, entonces, más un libro sobre las transformaciones del estatuto de lo literario en la literatura argentina contemporánea, y su modo de reinscribir, repensar y lidiar con lo real que un libro, por lo tanto, sobre el realismo.

¿Pero por qué entonces situar al realismo en un lugar tan central y otorgarle ese nivel de protagonismo? Entiendo que es solo al situar estos ensayos en ?ese espacio enrarecido? al que Sandra denomina ?realismo? ?ahora entre comillas? , que el libro hace evidente, con mayor claridad, el alcance de la intervención crítica que está realizando. Porque es solo en relación con ese espacio que su libro se revela no solo como una discusión sobre el modo en que algunas de las literaturas argentinas más contemporáneas reinscriben su preocupación con lo real y reafirman y redefinen una determinada concepción de la realidad, sino sobre todo también una minuciosa reconstrucción de los debates de la crítica literaria, cinematográfica y cultural de estos últimos años.

Los ensayos se organizan en torno a cuatro partes: I. Intervenciones, II. Economías, III. Representaciones, y IV. Pulsiones documentales, además de un prólogo, una introducción y un epílogo. En esos apartados se recortan con precisión problemas que se van desplegando según el modo en que fueron escritos los ensayos, entre 2005 y 2016 y que van marcando, la cito, el ?tránsito que va del problema del realismo al de las lecturas del presente?, construyendo así un mapa de lectura y una suerte de cronología de las discusiones en torno a la problemática y a la aparición, cada vez novedosa, de una vocación por lo real de la literatura argentina. En el camino se ensayan también algunas de las lecturas más inteligentes de textos de Aira, Fabián Casas, Washington Cucurto, Incardona o Sergio Chejfec, así como discusiones precisas sobre las formas de leer de la crítica argentina ?Kamenszain, Speranza, Aguilar, Horne, Avaro? que logran captar algo esencial de lo que estaba ocurriendo en la literatura y la crítica argentina de esos años. Pero además, el mapa razonado que traza Sandra en el libro entra y sale de la literatura para ponerla en discusión con otras prácticas que también se conectaron, de modo desviado o directo, incisivo o incómodo, con una preocupación por lo real, como el cine de Campusano o de León y Martínez, o el teatro de Romina Paula.

El libro pasa también revista a algunas de las posiciones de críticas de Sarlo y Ludmer, a las discusiones de Gramuglio sobre el imperio del realismo y al escepticismo de Miguel Dalmaroni sobre ese supuesto imperio; entra además en debate con los planteos de Martín Kohan que insistían en no llamar realismo a una categoría expandida que ya habría dejado de significar algo concreto y especificable. Es precisamente en el merodeo de esa expansión de una categoría en sí misma ya bastante más proteica que lo que habría sido en la crítica europea y las posiciones que, entre Lukacs y Brecht llegan hasta Franco Moretti o Jacques Rancière, que Sandra Contreras también repasa con inteligencia, que se revela algo así como un retorno traumático de la preocupación ?de un arte con prisa por llegar a lo real? ?la bella formulación es de la autora? como una constante que organiza las discusiones sobre la literatura argentina a lo largo de la historia. Quizás eso explique también una insistencia de gran parte de la crítica de nuestro país en apostar por una lectura inmanente que precise, a través de las torsiones de la trama, el modo de una literatura por articular una determinada relación con lo real o la realidad, y la insistencia, tal vez como en ninguna otra parte del mundo, de idear especificaciones diversas para definir esa relación que va desde el realismo visionario de Arlt, pasa por el realismo delirante de Aira, para llegar a la pulsión documental de Sergio Chejfec ?y estoy obviando de la lista una larga serie de fórmulas semejantes.

Como quiera que sea, el libro de Sandra hace evidente que el realismo ?les recuerdo: ?ese aire enrarecido?? , resulta un problema central para leer simultáneamente un estado de la literatura argentina y de su crítica, que permite visibilizar los trazados y los embates de ese campo de un modo privilegiado.

Si es posible pensar que esa insistencia en retornar a lo real de la literatura argentina habría estado, en todo caso, más circunscripta específicamente a la novela que a la poesía u otras formas de la escritura (el realismo, señalaba Kazin, es un problema de la novela), lo cierto es que la indistinción de estas modalidades de la escritura en la literatura contemporánea ?de la que el reciente libro, El libro de Tamar de Tamara Kamenszain, sería su más perfecto ejemplo?, hacen que la pregunta y el desafío de Contreras se desborde también de la narrativa y puedan revelarse productivos para comprender la pregunta a la vez constante y recurrente de una literatura en estado de transformación, lo que evidencia que la cuestión no es ?vuelvo a citarla? ?mera discusión estéril entre críticos?.

Pero quisiera por último agregar un detalle, que sin embargo considero central, en la escritura de Sandra Contreras. Escribe estos textos señalando datos coyunturales, situando de modo concreto cada uno de los ensayos y sus circunstancias de escritura, sin borrar ?como podría haberlo hecho? estas marcas que conectan la escritura de los textos con la experiencia misma del debate, de la crítica, y de la actuación en un campo cultural. Quedan, por lo tanto, allí, las referencias a los congresos ?en Rosario, en Leiden? donde se presentaron estos textos; aparecen también los personajes con los cuales se discute y debate ?Cristian Molina, Mariana Catalin, Patricio Fontana, Lucía de Leone?, y los restos de una temporalidad concreta insuflan vida a la crítica definiendo su intervención coyuntural como un modo, también preciso, de involucrarse y comprometerse con su tiempo.

En casi todos los casos analizados, la referencia al realismo tanto de textos como de las discusiones críticas emerge como un modo de hacerse cargo de la marginalidad, la pobreza, las exclusiones, y la comunidad. Lo cual también hace posible que nos preguntemos si esa singular vocación cíclica por lo real de cierta literatura, pero también de cierto teatro y cine argentinos, e incluso de las artes visuales ?y pienso acá en la referencia que Sandra hace a La familia obrerade Bony, pero podríamos agregarle Berni, y más recientemente, a Gian Paolo Minelli , y la discusión por lo real del llamado ?nuevo cine argentino?? pienso, entonces, si esa vocación no será más bien el singular modo en que nuestra cultura parece reaccionar ante las cíclicas oleadas de profundización de una pobreza y exclusión que en nuestro país, hoy nuevamente parecen recrudecerse con intensidad. Esas vueltas del realismo o de la realidad, serían, quizás entonces, las vueltas que la cultura argentina ha encontrado para enfrentar nuestras cíclicas economías de exclusión y marginación. En ese sentido, como todo buen libro de crítica, no es solo un libro sobre la literatura argentina de las últimas décadas sino, también, irremisiblemente, un libro sobre los modos de organizar e imaginar nuestra comunidad.

Entiendo entonces qué es lo que me atrae en la escritura de Sandra Contreras: y es que en el modo de entrelazar discusiones, debates, literatura, obras de teatro y cine, su escritura logra que algo de la vida ?de nuestra vida en común? late allí. Veo en ese latido su más importante contribución.

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1 Texto leído como presentación del libro, el día 4 de julio de 2018, en la librería Eterna Cadencia, CABA.
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