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Volver a la Pedagogía
Daniel Prieto Castillo
Daniel Prieto Castillo
Volver a la Pedagogía
Revista Innovaciones Educativas, vol. 22, núm. Esp.0, 2020
Universidad Estatal a Distancia
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Resumen: El texto hace referencia a un itinerario de más de treinta años de práctica de mediación pedagógica en espacios educativos formales y no formales, con énfasis en alternativas de promoción y acompañamiento del aprendizaje en sistemas presenciales y a distancia. El eje de la reflexión en estos tiempos de pandemia plantea lo siguiente: es posible superar lo que significa la apropiación de recursos tecnológicos, lo que no es sencillo es remontar carencias pedagógicas.

Palabras clave: mediación pedagógica, interaprendizaje, vida cotidiana, COVID-19.

Abstract: This text makes reference to an itinerary of more than 30 years of pedagogical mediation practice in both formal and informal educational environments. It emphasizes alternatives of learning promotion and follow-up in distance learning as well as in in-person classroom learning. The preeminent consideration amidst the pandemic raises the following question: Is it possible to outweigh the appropriation of technological resources while still striving to overcome poor pedagogy

Keywords: pedagogical mediation, interlearning, daily life, COVID-19.

Resumo: O texto refere-se a um itinerário de mais de trinta anos de prática de mediação pedagógica em espaços educacionais formais e não formais, com ênfase em alternativas para a promoção e acompanhamento da aprendizagem em sistemas presenciais e à distância. O eixo da reflexão nestes tempos de pandemia levanta o seguinte: é possível superar o que significa a apropriação de recursos tecnológicos, o que não é simples é ultrapassar deficiência pedagógicas.

Palavras-chave: Mediação pedagógica, interaprendizagem, vida cotidiana, COVID-19.

Carátula del artículo

Editorial Científico

Volver a la Pedagogía

Daniel Prieto Castillo
Revista Innovaciones Educativas
Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica
ISSN: 1022-9825
ISSN-e: 2215-4132
Periodicidad: Semestral
vol. 22, núm. Esp.0, 2020

Recepción: 01 Septiembre 2020

Aprobación: 05 Septiembre 2020


Introducción

La propuesta de mediación pedagógica, que desarrollamos con nuestro recordado Francisco Gutiérrez Pérez surgió en dos universidades guatemaltecas en los últimos años de la década de 1980, en el marco de un sistema en modalidad a distancia. Ambos veníamos de un largo trabajo en el campo de la comunicación y la educación tanto en espacios comunitarios y populares como en sistemas de enseñanza formal.

Ese inicio de la mediación pedagógica constituyó un puente entre dichos espacios. Con el aporte de lo que habíamos atesorado en comunicación y educación surgieron las propuestas de mediación pedagógica de contenidos, de las prácticas de aprendizaje y de la forma de los materiales de estudio. Fue un camino desde la práctica educativa hacia lo conceptual y, sobre todo, hacia la construcción de método. Aclaro esto: no llegamos con las manos vacías a las experiencias de Guatemala, contábamos con todo lo vivido y construido por cada uno a lo largo de años en distintos contextos latinoamericanos. La estructura de la mediación pedagógica, la caracterización y el desarrollo de la misma en un ámbito de estudios a distancia, fueron un punto de llegada entre 1987 y 1991, y no de partida. Desde el comienzo de ambos proyectos y la escritura de nuestro libro La mediación pedagógica, apuntes para una educación a distancia alternativa (Gutiérrez Pérez y Prieto Castillo, 1991), transcurrieron cuatro años de interaprendizaje con las y los colegas de las dos universidades, al final de los cuales pudimos caracterizar la mediación pedagógica de la siguiente manera:

la promoción y el acompañamiento del aprendizaje en el horizonte de una educacíón concebida como participación, creatividad, expresividad y relacionalidad.

Tal caracterización está sostenida, atravesada por lo comunicacional, es imposible llevarla a la práctica sin esa clave.

Uno de los pasos importantes consistió en impulsar la producción de las y los docentes de materiales de estudio mediante el recurso del texto paralelo, que propusimos como un registro y seguimiento del aprendizaje a cargo del propio aprendiz. Nuestra obsesión se mantuvo siempre en lograr que las y los colegas elaboraran una obra pedagógica destinada al aprendizaje de sus estudiantes.

Un segundo momento en la construcción intelectual que compartimos con Francisco correspondió a la elaboración del libro Mediación pedagógica para la educación popular (Gutiérrez Pérez y Prieto Castillo, 1994). Tal tarea nos llevó a ampliar el alcance de lo desarrollado en Guatemala. El texto se abre con las siguientes palabras:

“La vida cotidiana como hogar del sentido”.

Incorporamos como eje de reflexión y de búsqueda de alternativas de promoción y acompañamiento del aprendizaje, lo que caracteriza la vida cotidiana de quienes andamos por el mundo:

• Certidumbre e incertidumbre

• La inmediatez

• El conocimiento práctico

• La inferencia analógica

• Las experiencias decisivas

• La complejidad social

• Rutinas y hábitos

• El orden y el poder

• El espacio de la contradicción

• Egoísmo y relaciones solidarias

En ese territorio el concepto de mediación pedagógica se amplió de la siguiente forma:

Mediar entre lo inmediato y lo mediato, entre lo cercano y lo lejano, entre lo más sentido y lo menos sentido, entre lo privado y lo público, entre lo personal-familiar y lo político, entre lo individual y lo organizativo, entre un horizonte de comprensión y otros, entre un yo, un tú y un nosotros, entre lo micro y lo macro.

Un tercer momento, siempre relacionado con esa ampliación, correspondió al libro que escribí a pedido de la Organización Católica de Comunicadores de América Latina y el Caribe (OCLACC), La vida cotidiana fuente de producción radiofónica (Prieto Castillo, 1995), como primer texto de un conjunto de cuatro destinados al aprendizaje a distancia de integrantes de emisoras educativas y culturales de buena parte de los países latinoamericanos. Tenía que comunicarme con más de 200 grupos, ¿cómo mediar pedagógicamente con todos ellos? Entraron en juego en la elaboración del libro los universales de la vida cotidiana para sostener la comunicación y la educación. Mi argumento es que no hay vida humana posible sin ellos:

• Relato

• Emoción

• Conversación

• Memoria compartida

• Humor

• Poesía

• Juego

• Fiesta del lenguaje

• Experiencias decisivas

• Rituales

• Autorreferencias

Esas búsquedas se completaron, siempre abiertas a otros caminos, con el texto escrito para la Universidad de Loja, Ecuador, La interlocución radiofónica, destinado a la reflexión y la práctica de colegas de emisoras educativas y culturales de ese país. El horizonte de la mediación pedagógica, entendida siempre en nuestra propuesta como promoción y acompañamiento del aprendizaje se abrió a:

• La interlocución

• La personalización

• Hablar con alguien

• Hablar de alguien

• Presencia de otras voces

• Valor de la primera persona

• En torno a la experiencia

• Para comunicar, relatar

• Testimonios

• Elogio de la memoria

• La fiesta del lenguaje

• Encuentro con la poesía

Todos esos recursos y muchos más, construidos y sostenidos por millares de seres en nuestros países, son válidos para nutrir la mediación pedagógica en distintos niveles del sistema educativo formal, en el trabajo con educación no formal y en la existencia toda.

Reitero: en la existencia toda. Retomo palabras de Hugo Assmann (2002): “La Pedagogía surgió del cariño de los padres y de los deseos de supervivencia y las formas de convivencia que la especie humana aprendió a configurar para construir nichos vitales”.

De ello derivo:

La condición humana, la posibilidad de humanización de cada una y cada uno de nosotros está signada por el aprendizaje.

Desde un comienzo, en el aprendizaje hay siempre otro.

Ganamos en humanización, nos volvemos seres humanos, a través de otros seres humanos.

En el camino de alguien a sí mismo, siempre hay otro.

Ese sí mismo significa el desarrollo de lo que se posee como potencialidades, de lo que se puede llegar a ser en la existencia.

Desde Lev Vygotsky sabemos que no hay habla posible sin el habla del otro.

Educación y comunicación están a la base de nuestra humanización.

Aprendemos del otro y con el otro. Lo hacemos, entonces, en común unión.

Desde allí todas las variantes: aprendizaje colaborativo, aprendizaje cooperativo, apoyo mutuo para aprender.

Hemos adherido, desde hace años, a las palabras de don Simón Rodríguez:

“Todo aprendizaje es un interaprendizaje”.

“Estamos en el mundo para entreayudarnos y no para entredestruirnos”.

La comunidad es la condición de posibilidad del interaprendizaje.

Donde no hay comunidad, difícilmente hay interaprendizaje.

Si la comunidad es la condición de posibilidad del interaprendizaje, necesitamos crecer en comunidades, crecer y sostenernos en ellas.

La crisis educativa provocada por la pandemia, las idas y vueltas para orientar el trabajo a distancia, no fueron solo provocadas por la poca capacidad de utilización de las tecnologías; a la base de esa desorientación, ese no saber bien qué hacer, estuvo, y está en muchos casos, una carencia pedagógica. Insistimos desde hace años en lo siguiente: dime qué hiciste con las anteriores tecnologías y te diré qué harás con las nuevas. A ello hemos agregado ahora: dime qué hiciste en la presencialidad y te diré qué harás a distancia.

Quienes llegaron a la virtualidad con una sólida práctica pedagógica, con capacidad para promover y acompañar aprendizajes, con producción propia de materiales de estudio mediados pedagógicamente, con buen diálogo y buen conocimiento de sus estudiantes, incorporaron sin inconvenientes las herramientas de un entorno virtual de aprendizaje.

Lo expresamos así:

es posible superar lo que significa la apropiación de recursos tecnológicos, lo que no es sencillo es remontar carencias pedagógicas.

Esto significa para nosotros la necesidad de una vuelta a fondo a lo pedagógico.

Los puntos que he incluido sobre la construcción práctica-metodológica-teórica de la mediación pedagógica han estado presentes en experiencias de educación formal en sus distintos niveles, en iniciativas de la comunicación educativa y popular y en elaboración de materiales para el trabajo a distancia en esas líneas. No los presento como una propuesta cerrada, como si ellos fueran todo lo que puede experimentarse en el camino de promover y acompañar aprendizajes.

Tampoco como LA pedagogía. Escribo estas líneas para aportar a las búsquedas que instituciones educativas y trabajadores de la educación realizan a escala de toda la sociedad a fin de sortear la crisis provocada por la pandemia que ha sacado de la presencialidad más de mil cien millones de estudiantes en el planeta. Una de las grandes preocupaciones presente en nuestros países es el acceso a la virtualidad para sostener la labor a distancia, los llamados a la ampliación de la conectividad son una constante en toda la región. Sin duda toca resolver esto, pero la cuestión central sigue siendo pedagógica. ¿Con qué formación, con qué mirada, con qué base comunicacional de mediación pedagógica mediamos los recursos tecnológicos? Sin aquéllas no se llega muy lejos con éstos, aún cuando se cuente con conectividad y computadoras, tablets y celulares.

Materiales

Volver a la pedagogía entonces

A una pedagogía humana en lo profundo, que pasa de modo esencial por los seres humanos y no se ciega con las madejas discursivas impuestas por las burocracias educativas, ni mucho menos por las pretensiones de algunos discursos de decirlo todo en la presencialidad o a distancia, sin dar cabida a la palabra y la práctica de las y los estudiantes.

A una pedagogía fundada en la interlocución, es decir, en voces que se intercambian, que se entrelazan en el vértigo de la pasión por la palabra y por el otro.

A una pedagogía de vigoroso entusiasmo, plena de la energía que éste necesita, lejana de los discursos exangües, carentes de la alegría de comunicar.

A una pedagogía construida a partir de la palabra caricia, distante de la palabra lanza, de la palabra violencia.

A una pedagogía sostenida por la memoria compartida, construida palmo a palmo con quienes participan de ese juego educativo.

A una pedagogía de la emoción y del sentido.

A una pedagogía empecinada en la participación, la creatividad, la expresividad y la relacionalidad.

A una pedagogía con vocación de mediar entre lo inmediato y lo mediato, entre lo cercano y lo lejano, entre lo más sentido y lo menos sentido, entre lo privado y lo público, entre lo personal-familiar y lo político, entre lo individual y lo organizativo, entre un horizonte de comprensión y otros, entre un yo, un tú y un nosotros, entre lo micro y lo macro.

A una pedagogía que dialogue con la vida cotidiana como hogar del sentido.

A una pedagogía entretejida en la interlocución.

A una pedagogía en clave de interaprendizaje, de comunicación, de comunidad.

Sabemos que tales ideales se han concretado y se concretan en nuestros países, lo sabemos por un largo caminar en espacios de la educación, por el reconocimiento en la práctica de preciosas iniciativas de promoción y acompañamiento del aprendizaje. No nos ha encontrado la crisis con las manos y el corazón vacíos de pedagogía. Nos corresponde volver a ella, recuperarla para iluminar la labor en la presencialidad y la virtualidad.

Se dice una y otra vez que después de la pandemia nada será igual en el trabajo educativo. Estamos convencidos de ello, nos sostiene la esperanza de que todo se reoriente hacia una pedagogía que recupere el sentido de nuestro trabajo en las aulas y fuera de ellas.

Material suplementario
Agradecimientos

Agradezco a mi querido amigo David Grajeda la lectura de este material y las valiosas reflexiones que me aportó. Entre ellas me sugirió ampliar el punto dedicado a conversación, acepto el reto tomando en cuenta un texto que escribí hace años: “El eje de la comunicabilidad en la educación es para nosotros la dialogicidad. Práctica y estilo dialógico en la escritura, en las interacciones, con las y los estudiantes, en el aprendizaje en el contexto. Una profunda estructura conversacional, en el sentido de lo planteado por Humberto Maturana, que nos constituye y nos sostiene como seres humanos”.

REFERENCIAS
Assmann, H. (2002). Placer y ternura en la educación. Hacia una sociedad aprendiente. Madrid, Nercea, p. 47.
Gutiérrez Pérez, F. y Prieto Castillo, D. (1991). La mediación pedagógica, apuntes para una educación a distancia alternativa. San José de Costa Rica, Ed. RNTC.
Gutiérrez Pérez, F. y Prieto Castillo, D. (1994). Mediación pedagógica para la educación popular. San José de Costa Rica, Ed. RNTC.
Prieto Castillo, D. (2005). La interlocución radiofónica. Mimeo, material de trabajo Universidad de Loja.
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