Resumen: Este artículo trata sobre la valoración analítica de la memoria institucional, pionera experiencia de acreditación y reacreditación del programa de Historia de la Universidad del Atlántico. El primer proceso se alcanzó en el 2011 y el segundo se realizó en el 2015. Por lo que se parte del supuesto que la Acreditación es el acto por el que el Estado adopta y hace público el reconocimiento sobre la calidad de un programa o institución. Sobre esa premisa conceptual el objetivo persigue responder a: ¿Cuál es el impacto significativo del proceso de acreditación y reacreditación de esta unidad académica humanística? El proceso metodológico de elaboración de este trabajo de reflexión sobre la memoria de los actores responsables de las dos acreditaciones, tuvo en cuenta las técnicas de recolección de la metodología documentalista, la hermenéutica historiográfica y la crónica histórica [2] . Los resultados de la investigación muestran las experiencias significativas de los dos procesos de autoevaluación con fines de acreditación de calidad.
Palabras clave: Acreditación, reacreditación, programa, historia, ciencias humanas.
Abstract: This article deals with the analytical evaluation of the pioneer institutional memory, the accreditation experience and the re-accreditation of the history program of the Universidad del Atlántico. The first process was reached in 2011 and the second was done in 2015. Therefore, it is assumed that accreditation is the act by which the State adopts and makes public the recognition about the quality of a program or institution. On this conceptual premise the objective pursues to answer: What is the significant impact of the process of accreditation and reaccreditation of this humanistic academic unit? The methodological process of elaborating this work of reflection on the memory of the actors responsible for the two accreditations, took into account the techniques of collection of documentary methodology, hermeneutic history and historical chronicle. The results of the research show the significant experiences of the self-evaluation processes with the quality accreditation fines.
Keywords: Accreditation, Reaccreditation, Program, History, Human Sciences.
Resumo: Este artigo trata da avaliação analítica da memória institucional pioneira, da experiência de acreditação e do re-acredenciamento do programa de história da Universidad del Atlántico. O primeiro processo foi alcançado em 2011 e o segundo foi feito em 2015. Portanto, supõe-se que a acreditação é o ato pelo qual o Estado adota e torna público o reconhecimento da qualidade de um programa ou instituição. Nesta premissa conceitual, o objetivo busca responder: Qual é o impacto significativo do processo de acreditação e re-acredenciamento dessa unidade acadêmica humanista? O processo metodológico de elaboração deste trabalho de reflexão sobre a memória dos atores responsáveis pelos dois processos de acreditação levou em conta as técnicas de coleta de metodologia documental, história hermenêutica e crónica histórica. Os resultados da pesquisa mostram as experiências significativas dos processos de autoavaliação com as multas de acreditação de qualidade.
Palavras-chave: Acreditação, Re-acreditação, Programa, História, Ciências Humanas.
Artículos
La memoria de la acreditación y reacreditación del Programa de Historia de la Universidad del Atlántico
The memory of the Accreditation and Re-accreditation of the History program of the University of the Atlantic
A memória do programa de Acreditação e Recredenciamento da História da Universidade do Atlântico
Recepción: 23 Abril 2016
Aprobación: 29 Junio 2016
Esta articulo parte del supuesto de que la Acreditación es el acto por el cual el Estado adopta y hace público el reconocimiento sobre la calidad[3] de un programa o institución con base en un proceso previo de autoevaluación de manera voluntaria, en el que intervienen la institución, las comunidades académicas y el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), sustentado legalmente por Ley 30 del 28 de diciembre 1992 y reglamentado por el Decreto 2904 de diciembre 31 de 1994.
Por lo que tal proceso se desarrolló en ámbito universitario colombiano de la última década, el cual se articula a las transformaciones globales de la educación transnacional (Grace Ávila, 2006), por lo que el problema central responde esta pregunta: ¿Cuál es el impacto significativo del proceso de acreditación y reacreditación del programa de historia 2011- 2015?
Esta cuestión se articula al proceso de autoevaluación de la primera acreditación, que, arrojó problemáticas como la deserción estudiantil y alta tabla de retención de egresados; evidenciándose la necesidad de fortalecer el proceso de enseñanza con el fomento de las TIC e interdisciplinariedad como estrategias significativas de la problemática académica. En efecto, su impacto motivó el eje de la formulación del PEP[4] como proyecto educativo en búsqueda de acreditación de calidad.
El proceso de autoevaluación con fines de acreditación en Uniatlántico se inició con la creación del Comité General de Autoevaluación institucional y Acreditación, además del Comité Técnico Asesor de Autoevaluación. Por ello, el 28 de marzo de 2008 fue presentada la solicitud ante CNA para acreditar seis programas de pregrado: Economía, Licenciatura en Música, Química y Farmacia, Historia, Ing. Industrial y Física, teniendo como supuesto que nuestra institución cumplía con las condiciones iníciales para someterlos de manera voluntaria a este novedoso y pionero proceso.
La visita oficial del CNA de apreciación de condiciones iníciales por parte de sus comisionados se realizó el 20 de agosto de 2008, y el 26 de agosto del mismo, fue aceptada la Universidad del Atlántico en el Sistema Nacional de Acreditación.
Es importante rememorar el carácter temporal (Todorov, 2011) de la acreditación según la Ley 30 de 1992.Dicho carácter temporal le exige al Sistema Nacional de Acreditación la estipulación de criterios y procedimientos para la renovación de la acreditación, tal como se presentó en el documento de autoevaluación del programa, cuya calidad requiere el esfuerzo continuo de la institución para cumplir en forma responsable con las exigencias propias de las funciones sustantivas (docencia, investigación, proyección social).
Existen tres componentes de la evaluación, los cuales dan forma a tres etapas del proceso de Acreditación. Estas son:
La Autoevaluación, que consiste en el estudio que llevan a cabo las instituciones o programas académicos, sobre la base de los factores, las características, y los aspectos a evaluar: definidos por el Consejo Nacional de Acreditación. La institución debe asumir el liderazgo de este proceso y propiciar la participación amplia de la comunidad académica en él.
La Evaluación Externa o Evaluación por Pares, que utiliza como punto de partida la autoevaluación, verifica sus resultados, identifica las condiciones internas de operación de la institución o de los programas y concluye en un juicio sobre la calidad de una u otros (Lineamientos para la Acreditación de Programas de Pregrado, 2013).
La Evaluación Final que realiza el Consejo Nacional de Acreditación a partir de los resultados de la autoevaluación y de la evaluación externa.
La necesidad de un programa de Historia en la Universidad del Atlántico[5], comenzó a plantearse en el año 1993 con la primera cohorte de la Maestría en Historia de Colombia, debido al convenio suscrito entre la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad del Atlántico, cuando sus maestrantes sustentaron el imperativo categórico de crear un programa académico con el objetivo de formar historiadores en el nivel de pregrado, muy competentes para abordar los problemas de recuperación de la memoria histórica e investigación historiográfica local, regional y nacional, además con el fin de fortalecer la identidad histórica del Caribe colombiano.
La resolución 005 de abril 2 de 1997 creó oficialmente el programa de pregrado en Historia, adscrito a la naciente facultad de Ciencias Humanas. Después la resolución 064 del 7 de diciembre de 2005 del Consejo Académico adoptó su plan de estudios y requisitos del programa.
Un año después la resolución académica 027 del 28 de diciembre de 2006 aprobó la reforma del plan de estudios, justificado en el contexto nacional de las condiciones mínimas de calidad de la denominada Revolución Educativa del gobierno reformista de Álvaro Uribe Vélez, bajo el liderazgo de la ministra María Cecilia Vélez White [6], en el que se ensayó la experiencia del núcleo común de los programas de Ciencias Humanas: Historia, Filosofía y Sociología. Más aún, su propósito curricular buscaba establecer el diálogo interdisciplinario de las disciplinas específicas de cada carrera humanística como innovación del saber disciplinar, investigación, formación integral y flexibilidad curricular (Álvarez, 2003)[7].
Cuando discurre el año catorce de su existencia como unidad académica fue cuando se inició el proceso de acreditación, siendo el suscrito su Coordinador y el Doctor Luis Alarcón Meneses como responsable del proceso administrativo ante el Comité de Autoevaluación con fines de alta calidad. En esa calenda el programa de historia había entregado a la sociedad local y regional ocho (8) promociones en el 2010, con la titulación de ciento cinco (105) historiadores.
Este número importante de egresados prestan sus servicios profesionales a instituciones universitarias y educativas, empresas culturales e investigativas; contando con grupo significativo con estudios de Maestría y Doctorado, que reafirma el impacto al saber historiográfico del país y la región Caribe. Ahora veamos cuál es la problemática educativa del PEP.
En consecuencia su PEP como eje articulado a las políticas y objetivos del PEI[8] que rige el norte de la institución, tiene los siguientes principios: “Igualdad, Responsabilidad Social, Participación, Libertad de cátedra”. Por lo que el Proyecto Educativo del programa define sus relaciones institucionales con su entorno legal, social, político y económico.
Desde esa perspectiva el programa académico se acoge al modelo pedagógico institucional; bajo la premisa de una formación integral e interdisciplinaria, con la interacción de actores, saberes y escenarios para materializar la unión del ser, del saber y del hacer, como escenifica su PEI:
El desarrollo permanente del conocimiento y la reflexión crítica, así como la construcción de nuevos principios sociales inspirados en la democracia, la participación y la tolerancia (Lineamientos: Estructura modelo pedagógico, 1999).
Este programa se proyecta como un espacio de docencia, investigación y proyección social acreditado socialmente y reconocido por sus calidades académicas y aporte a la construcción de discursos historiográficos que iluminen el devenir regional con explicación de las esferas temporales de la historia política, económica, social y cultural, aunadas a las distintas teorías de la historiografía mundial y latinoamericana. Pero, ¿cuál es la misión, visión, objetivos y perfil de la formación del historiador de Uniatlántico?
Su misión es el reto de la formación integral de profesionales en la disciplina historiográfica con capacidades teóricas y metodológicas para desempeñarse en campos como la investigación histórica, extensión, proyectos de desarrollo social y cultural; en programas de recuperación y fortalecimiento de las identidades, memorias y patrimonio histórico - cultural, la gestión documental, a divulgación del conocimiento histórico y apoyo a la docencia. De igual manera se espera que actúen como ciudadanos(as) comprometidos (as) con el futuro de la sociedad y que participen en la transformación de la misma.
Su visión se proyecta al 2019 como un espacio de docencia, investigación, extensión y proyección social acreditado institucionalmente, con vínculo a sus calidades académicas a redes internacionales de carácter científico, el cual se vinculado a programas de posgrados en niveles de Maestría[9] y Doctorado (PEP Historia).
El objetivo del programa es la formación del profesional de la historia, innovador y creativo con excelente nivel científico, destreza analítica, liderazgo académico, pertenencia institucional, compromiso ético y sensibilidad social; y que sea capaz de integrar su escenario conceptual al desarrollo historiográfico de la historia mundial, nacional y regional.
De ese modo accederán a nuevos conocimientos historiográficos y tecnologías digitales de comunicación e información, con lo que aspirarán a integrarse a las redes de la comunidad científica, nacional e internacional a través de la generación de investigación y producción de artículos científicos arbitrado (Freire, 2012).
El perfil de formación del historiador contempla la formación de un historiador que sea capaz de identificar los componentes teóricos y metodológicos de la disciplina historiográfica, las diversas tendencias que han existido a lo largo del desarrollo de esta, las habilidades en la lectura, expresión escrita y trabajo sistemático, así como una actitud abierta a los presupuestos de otras disciplinas humanísticas y sociales.
La problemática educativa y humanística que se recoge en el PEP es fruto del proceso de autoevaluación con fines de calidad del programa de historia, pionero en la Universidad del Atlántico10 desarrollada desde el 2009 y que fue asumida como ejercicio de autorreflexión valorativa de acciones teóricas y prácticas desarrolladas por estudiantes, docentes, egresados, directivos, personal administrativo, empleadores y usuarios del programa.
El proceso de autoevaluación como acción cambiante de la unidad académica se inició con el acopio de la información de sus actores para autoevaluar las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades. Este se hizo operativo para la toma de decisiones, correctivos y acciones de mejoras pertinentes de la Acreditación de Calidad.
Nuestro programa se constituyó en el primer programa en recibir visita de pares evaluadores del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), quienes llegaron a evidenciar los soportes evaluativos y calificativos del documento de autoevaluación con fines de ser otorgada la certificación de calidad.
Esta vista se constituyó en un hecho histórico por darse en una universidad que estaba colapsada por los problemas financieros, administrativos y académicos en el 2006 con la llegada de la ingeniera Ana Sofía Mesa y la votación de la ley 550 de reestructuración de pasivos. Rectora que tuvo la audacia para tomar la decisión de que existían varios programas con fortalezas para afrontar voluntariamente el reconocimiento de su calidad académica ante la sociedad.
En esta atmósfera de retos y desafíos entendimos que teníamos que lanzarnos a consecución de esta tarea intencionada, la cual fue realizada, paso a paso con entusiasmo, optimismo y responsabilidad social por el equipo de trabajo que motivó y movilizó a los estamentos responsables con el lema de “historia hace historia”.
La experiencia significativa de la encuesta de autoevaluación del programa, consistió en la utilización del modelo del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) para analizar los criterios valoración de los resultados, ya que el experto. Profesor Alarcón Meneses
Cuando terminó la etapa de recolección y organización de la información, tanto documental como de las encuestas, se procedió a hacer operativo el modelo seleccionado con lo que se valoró o calificó cada uno de los factores [10][11], y sus correspondientes características e indicadores. Entonces, la información recolectada fue procesada, valorada, calificada y analizada de con criterios del orden cuantitativo y cualitativo [12] . Aunque, los procedimientos de orden metodológico del CNA, no sufrieran ajustes en un proceso de autoevaluación, sin antecedentes institucionales.
De tal manera que la autoevaluación liderada por el comité de autoevaluación y la coordinación del programa se convirtió en el espacio inédito de sociabilidad y participación colectiva en el que surgió la cultura de trabajo en equipo, con lo que se pudo superar la cultura de la dispersión, apatía y limitantes materiales e institucionales dada la crisis financiera y ausencia liderazgo académico[13] de las directivas universitarias y decanatura de Ciencias Humanas.
Ahora es pertinente que respondamos estos interrogantes: ¿Cuáles fueron las experiencias significativas de la autoevaluación académica y qué enseñanzas arrojó la autoevaluación para la formación de un historiador abierto a los problemas del siglo XXI, global y tecnológico?
Las encuestas y opiniones de estudiantes, docentes, administrativos y empleadores; los recursos académicos, materiales, educativos y financieros, así como el estado de la historiografía mundial, regional y nacional con las disciplinas e interdisciplinas, determinaron los aspectos a mejorar para la calidad del programa. Por ello, el equipo de trabajo diseñó un Plan de Mejoramiento[14] aplicándose los lineamientos del Plan de Desarrollo 2010-2019[15]ante el CNA.
Entre los aspectos significativos se halla el problema de la deserción temprana de estudiantes y alta tabla de retención de egresados; así como la deficiencia de bibliografía especializada, problemas en la formación interdisciplinar, acceso a las herramientas de la TIC y bases de datos idóneos para el buen desempeño del historiador global con las líneas de investigación que desarrollan los grupos de investigación categorizados por Colciencias.
El comité de autoevaluación y la coordinación académica diseñó un plan de acción para bajar el porcentaje de la deserción temprana y disminución de la tabla de retención de egresados con asesorías, tutorías educativas, promociones, creaciones de cátedras, electivas y seminarios en nuevos recursos tecnológicos para enseñanza virtual; participación en encuentros de estudiantes y egresados, asistencias a congresos regionales e internacionales y actividades extracurriculares como la cátedra de interculturalidad ‘Aquiles Escalante [16] ’y aumento de la participaron profesores visitantes nacionales e internacionales.
Los resultados inmediatos no se hicieron esperar, por lo que la deserción temprana se disminuyó en un 60 por ciento y la tabla de retención se bajó ostensiblemente, ya que durante el 2009 y 2010[17] el número de graduados aumentó en un 38 por ciento con relación a las cifras de 2008 y el corte inicial de la autoevaluación en 2005 (Informe de autoevaluación del programa de Historia, 2011).
En dicho año, de 66 estudiantes matriculados se pasó a una población diversa en lo socioeconómico, cultural y geográfico de 187 (2011) alumnos, lo cual es prueba de aceptación, dinamización y preferencia de un programa que adquirió reconocimiento social por su calidad docente, estudiantil y egresados en el liderazgo regional de la historiografía caribeña.
Entre las experiencias significativas de la acreditación se planteó la cuestión de: ¿Sí era necesario el uso de TIC e Interdisciplinariedad en la formación del historiador uniatlanticense con base en un plan de mejoras?
La experiencia significativa de la autoevaluación nos mostró las necesidades del alumnado ávido del paradigma cognoscitivo de las nuevas tecnologías, en la que la Internet es sinónimo de nuevas tecnologías como muestra Manuel Castells, quien compara la actual revolución tecnológica y su impacto en el ser humano con dos hechos singulares de la historia de la humanidad: el nacimiento del alfabeto en Grecia hace 2700 años e invención de la imprenta hace más de 500 años. Este agrega que:
El surgimiento de un nuevo sistema de comunicación electrónico caracterizado por su alcance global, su integración de todos los medios de comunicación y su interactividad potencial, está cambiando nuestra cultura, y lo hará para siempre (Castell, 1997)[18]
Fernand Braudel, padre de la historia total de la Escuela de los Anales (Vilar, 1960)[19], afirmó la tesis que “la historia es hija de su tiempo”.
En los tiempos de la globalización digital nuestra disciplina historiográfica también es “hija de los tiempos globales” y “la cultura digital”, lo que justifica un cambio de rumbo de las unidades educativas en la que se forman, investigan y enseñan los historiadores.
Así que es significativo la pertinencia de la enseñanza virtual, los diálogos de saberes interdisciplinarios (Rama, 2006)[20] como sugiere Cabrero Almenares (1990)[21], que se requiere:
Un nuevo tipo de estudiante más preocupado por el proceso que por el producto, preparado para la toma de decisiones y elección de su ruta de autoaprendizaje, preocupado por la adquisición y memorización de información y la reproducción de la misma en función de patrones previamente establecidos (Cabero,1996).
Cuatro años después de haberse otorgada la acreditación del programa de historia en agosto del 2011(El primero en alcanzarlo en UA), se venció según la ley 30 de 1992[22], por lo cual empezó el proceso de renovación ante el CNA, que, contó con la magistral experiencia previa del proceso anterior de nuevas experiencias significativas en lo académico, administrativo, cognoscitivo y recursos materiales.
Este proceso significativo tuvo menos incertidumbre que la acreditación del 2011, aunque se notaron dos factores nuevos de su calidad, como son la “Investigación y movilidad internacional”, los cuales su medición son exigidos por lineamientos del gobierno del Juan Manuel Santos (Informe Autoevaluación de historia, con fines de reacreditación, 2014).
Al ser autoevaluados, estos factores arrojaron una alta ponderación, ya que el programa de historia tiene uno de los grupos de investigación más importante de la Universidad del Atlántico y la revista historia Caribe, la más relevante de Universidad del Atlántico, categorizada por Colciencias A2, lo cual fue corroborado como sus fortalezas significativas en la nueva visita de pares, efectuada en el mes de septiembre del 2015.
Otra acción significativa desarrollada por el comité de autoevaluación con fines de reacreditación que lideró con lujos de detalles el historiador Luis Alarcón Meneses y el coordinador Doctor Tomás Caballero, fue la elaboración de un nuevo PEP y un nuevo rediseño curricular que se ajustó a las exigencias que demandan las nuevas tendencias de un historiador global y flexible, abierto a las tendencias internacionales de la sociedad del conocimiento y el compromiso con la investigación científica. Lo cual arrojó un derrotero del cambio de requisito para la graduación como historiador, ya que ahora el egresado historiador debe realizar un artículo científico evaluado por pares ciegos como demostración de sus competencias profesionales.23
El compromiso con el anterior plan de mejoramiento nos había vislumbrado la pertenecía de las TIC, y había presentado el proyecto del Taller del historiador bajo el liderazgo de nuestra coordinación, el cual se había retrasado por distintos factores y falta de voluntad de la administración de la ingeniera Ana Sofía Mesa, pero al fin este proyecto que se constituye en el laboratorio digital del programa se inauguró en el mes de mayo del 2015, impulsado por la administración del rector encargado Rafael Castillo Pacheco con una inversión de 200 millones de pesos, lo que garantiza la conectividad y el quehacer del ciber historiador, la experiencias significativa de la primera acreditación[23].
Otro hecho significativo es la disminución de la tabla de deserción el programa según el documento de autoevaluación y verificación de los pares. Aun cuando el mencionado documento mostró cifras altas de la tabla de retención de egresados. Por lo que se diseñó un plan estratégico con el fin de incentivar la graduación de nuevos historiadores, lográndose la disminución de ésta misma en un 40 % a finales del año de la reacreditación.
Los pares destacaron esta fortaleza que se constituye en una experiencia significativa de calidad de nuestro programa que cuenta con el concepto favorable de los pares, quienes recomendaron a la sala del CNA la renovación del registro de la alta calidad del programa[24]. El que cuenta profesores con título de magister en un 100 %, 60 % de Doctores, y más de 30 % de egresados con títulos de magister y 20 % con títulos y estudios doctorales, vinculados al mercado laboral como docentes e investigadores en su mayoría.
Lo mostrado por la memoria institucional de experiencias significativas durante el proceso de autoevaluación del programa de historia de 2011 y su renovación durante el 2015, que validan el reconocimiento de su calidad ante la sociedad y el Estado, nos permiten llegar a la siguiente idea concluyente:
Programa de Historia. Febrero de 2011, Universidad del Atlántico, Pág. 19.