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Reseña a Marcela Vignoli y Lucía Reyes de Deu (Coords.) (2018), Género, cultura y sociabilidad en el espacio rioplatense, 1860-1930, Prohistoria Ediciones, Rosario, 235 pp.
Cuadernos de H ideas, vol.. 14, núm. 14, 2020
Universidad Nacional de La Plata

Participé en la presentación de este libro y aplaudí el esfuerzo de quienes se sumaron al proyecto, así como el de las coordinadoras, cuya trayectoria ya las ubica como referentes en sus áreas de experticia, que se animaron a promover a un grupo de jóvenes que inspeccionan nuevas temáticas en la triangulación entre género, cultura y sociabilidad. Sin duda, esa empresa requiere de una postura osada no sólo intelectual y editorial sino también, pedagógica y de aprendizaje sobre cómo dirigir, coordinar e investigar, a la vez que divulgar, problematizar, abrir ideas. También, encomié que este trabajo elige, irreverentemente, el formato libro -y en el difícil arte de la obra colectiva- en un momento de devaluación de este formato frente a la sobrevaloración de las revistas indexadas que reclama el sistema científico. Que el libro hubiera sido financiado con lo que en ese momento quedaba del Ministerio de Ciencia y Teconología, lo convirtieron en una rara avis. La edición, al cuidado de la prestigiosa editorial prohistoria, completa el desafío.

Además, un libro que se piensa en y desde Tucumán y que avisora vínculos con colegas de otros países, reconfirma una trayectoria de investigación que tiene aportes en los estudios de Daniel Campi, María Celia Bravo, Florencia Gutiérrez, Vanesa Teitelbaum, la propia Marcela Vignoli. En efecto, a través del Grupo de Estudios Cornelia (https://cornelias.org/) se ha dinamizado la promoción de jóvenes graduadas y se fortalece el lazo generacional un arte que requiere calibrar los tiempos, paciencia para la experiencia formativa y, asimismo, dedicación y capacidad de escucha y aprendizaje entre las personas más formadas. Ello se hace muy evidente en la presentación misma de este libro que contó no sólo con un lugar privilegiado –la bella Casa Museo de la Ciudad de Tucumán (ex casa Sucar)– sino también, con una estrategia de divulgación creativa con video clips de cada autor y autora leyendo fragmentos de su capítulo. Este fue un momento vibrante y agradable para llegar al amplio público que asistió al evento.1

Así, el libro se compone de dos partes. La primera, Mundo femenino y mundos feministas: debates y representaciones, cuenta con las contribuciones de Lucrecia Johansson sobre las mujeres redactoras en la prensa tucumana de 1870; el de Gisela Andreani sobre la temática de la sexualidad femenina en El Porvenir, periódico entre 1882-1883; Agustín Acuña sobre las posiciones del Diputado Ernesto Padilla en los debates sobre el divorcio en 1902; el trabajo de Vignoli sobre el Consejo Nacional de la Mujer entre 1901 y 1910 y el de la colega uruguaya Inés Cuadro Cawen sobre ese mismo consejo y su creación en Uruguay. En conjunto, esos recorridos unidos a lo representacional nos advierten la materialidad de ese universo simbólico en una pedagogía contundente de lo expectable en términos de género y evidencia, como así también, las tensiones en distinto orden, tal el caso del Consejo Nacional de Mujeres de Argentina y sus vaivenes con sus referentes internacionales o, por oposición, el liberalismo de las uruguayas en ese consejo frente a las de sus pares en la otra orilla. La segunda parte, sociabilidad, cultura y vida cotidiana desde las prácticas femeninas, se adentra en la agencia de las mujeres. Incluye cinco estudios. Uno, de otra de las coordinadora, Lucía Reyes de Deu sobre Herminia Brumana. Dos, el desarrollado por Dinorah Cardozo y Aimé Pelli sobre la participación femenina en el Círculo del Magisterio de Tucumán a comienzos del siglo XX. Tres, sobre la Sociedad de Beneficencia en el aporte de Cecilia Gragiulo. Cuatro, la circulación femenina en el espacio público urbano tucumano en particular, a partir del consumo y el ocio entre fines del XIX y comienzos del XX –capítulo de Eugenia Crusco. Finalmente, el artículo de Steven Hyland sobre las inmigrantes sirio-libanesas y las acciones solidarias en la década del 30, en Tucumán.

Un plus se encuentra en la obra teatral, de interesantísimos ribetes de género, que conforma el anexo documental –Los ojos del muerto, de Luis Eulogio Castro– y que cuenta con una presentación de Vignoli y Acuña sobre el poeta promisorio que truncó su vida tempranamente.

En ese conjunto de capítulos de temáticas diversas agrupadas con criterio preciso por las coordinadoras, el libro se propone, al menos, dos caminos. Por un lado, el ejercicio de la visibilidad de nuevos sujetos y preguntas a partir de ellos. Por el otro, una apertura de nuevos debates, más o menos explícitamente planteados en cada capítulo. Se proponen discusiones con una historiografía de y sobre sujetos masculinos. También, se discute con la bibliografía que recuperó a las mujeres como sujetos, pero simplificó su inclusión de manera meramente aditiva.

Conceptualmente, en efecto, el libro invita a repensar el protagonismo femenino, las representaciones culturales sobre las mujeres al tiempo que evidencia distintas matrices del movimiento feminista –a veces contradictorias– pero nos coloca frente al desafío de encontrar formas creativas de pensar ese pasado. Por caso, algunas preguntas surgen de la lectura del libro para reflexionar sobre sus hallazgos. En relación con el espacio elegido, nos invita a continuar indagando en las redes de circulación de ideas y de diálogos interregionales, ¿cómo enhebramos la geografía tucumana, central en esta colección, con la de Buenos Aires y Uruguay, particularmente Montevideo? ¿Cómo se tejen las sociabilidades en esas distancias finiseculares y cómo se acercan o alejan a lo largo del tiempo? En relación con las categorías analíticas y los conceptos nativos, ¿podemos seguir llamando feministas a las anarquistas que repelieron el feminismo de su época y que rechazaron ese nombre para sí? ¿En qué medida el feminismo conservador es feminismo, aun cuando se autodenomine así? ¿Cómo tamizamos ese sujeto histórico con nuestra mirada investigativa? En torno a la interpretación, ¿Qué nos dicen estas historias de mujeres y sus interseccionalidades de clase, nacionalidad, etnia, edad? ¿Cómo repensamos las relaciones de género en ese sentido cuando vemos a varones sentenciando cómo deben ser mujeres las mujeres que él define como tales? ¿Qué comprensión nos requiere cuando nuestra investigación descubre que las mujeres también pretendían imponer un solo modo de ser mujeres?

Creo que el libro es una invitación a pensar y pensarnos como sujetos que habitamos una temporalidad enlazada con la de que aquellos sujetos históricos que el libro nos propone mirar. Es, en fin, una lectura que provoca a pensar los vínculos porosos entre género y sociabilidad en los marcos consolidados del estado nación y en las apuestas modernizadoras que derramaron, con sus alcances y limitaciones, las fronteras de la ciudad de Buenos Aires y que aquí se piensan de manera crítica desde un foco distinto.



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