Artículos
Los instrumentos musicales y objetos sonoros tradicionales en El Salvador
Traditional musical instruments and resounding objects in El Salvador
Revista de Museología Kóot
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
ISSN-e: 2307-3942
Periodicidad: Anual
núm. 11, 2020
Aprobación: 01 Noviembre 2019
Resumen: A través del tiempo, nuestro pueblo ha sabido salir adelante ante las adversidades naturales, sociales y política, buscando su propia identidad. En el reino de Cuscatlán, también conocido como precolombino (¿-1524 d. C.), se utilizó lo que el medio le proveía. En ese período, también hizo uso del barro y de la metalurgia para elaborar instrumentos musicales que jugaron un papel importante en los rituales de la medicina, a la naturaleza y, por supuesto, en su contacto con los dioses del inframundo. En el Mestizaje cultural (1524- 1950) amalgamó lo útil conocido con todo lo que venía de las otras culturas (europeas, asiáticas y africanas), e insertó en los rituales católicos instrumentos que les servirían en sus propias celebraciones. En el capitalismo industrial se fortaleció su identidad con los materiales naturales y los productos de desecho y, por supuesto, con los instrumentos musicales que se incorporaron en lo cultural, social y en los rituales católicos.
Palabras clave: Instrumentos musicales indígenas - El Salvador, Música afroamericana, Identidad cultural - El Salvador, Música folclórica salvadoreña, Música - aspectos sociales, Etnomusicología - El Salvador.
Abstract: Through time, our people has been able to move forward in the face of natural, social and political adversity, and in the pursuit of their identity. In the kingdom of Cuscatlán, also known as the Pre-Columbian kingdom (?? – 1524), people used what their environment was able to provide. During that same period, metalurgy and clay were also used to manufacture musical instruments which played a relevant role in the different rituals of nature and medicine as well as to establish contact with the gods of the Underworld. In relation to the cultural blend (1524 – 1950), it melted their own known products with those coming from other cultures (European, Asian and African); it also incorporated useful instruments for their own catholic rituals and celebrations. Within the industrial capitalism, their identity was strengthened by means of the use of natural materials and the elaboration of waste products in addition to the musical instruments that were incorporated in culture, society and catholic rituals.
Keywords: Indigenous musical instruments - El Salvador, African American music, Cultural identity - El Salvador, Salvadoran folk music, Music - social aspects, Ethnomusicology - El Salvador.
Iniciando del año 1976, comenzamos a investigar lo relativo a la literatura oral-tradicional, con especial énfasis en la música. Nuestro acercamiento a los estudios realizados sobre este tema nos enfrentó a una limitación: la falta de información sobre nuestra cultura, en especial, la tradicional. El reto era grande y había que comenzar desde el principio, desde las entrevistas personales. En esa época no contábamos con internet ni con los avances tecnológicos que ahora conocemos, solo había información oral. Los costos en aparatos, cintas, casetes, baterías y largas horas de grabación eran cada vez más altos y el trabajo implicaría cientos de horas, prácticamente incosteables.
El objetivo principal de nuestro estudio es que el conocimiento científico sobre los instrumentos musicales tradicionales, contribuya a rescatar, divulgar, proyectar y aplicar estos elementos de nuestra cultura, que, sin duda, contribuirán a definir y reforzar nuestra salvadoreñidad. En el presente trabajo tratamos de ubicar una cronología panorámica de los instrumentos musicales desde el periodo pre-colombino; y hemos integrado aquellos de otras culturas con las que históricamente hemos tenido contacto, especialmente aquellos instrumentos que han permanecido vigentes.
Para el presente estudio, nos hemos basado en los criterios taxonómicos de Erich von Hornbostel y Curt Sachs, quienes han sistematizado una clasificación donde todos los instrumentos del mundo tienen un lugar. Según dicha clasificación, los instrumentos musicales se dividen en: idiófonos 1, membranófonos 2, cordófonos 3, aerófonos 4 y electrófonos 5. Este último lo excluimos por no concordar con los criterios arqueo-antropológicos. Las secciones de instrumentos se han ordenado alfabéticamente.
Los primeros instrumentos musicales en El Salvador datan de varios miles de años. Gracias a los estudios realizados por la Arqueología, la Historia y la Etnomusicología, hemos podido recabar datos acerca de los modos de vida de nuestros antepasados y por la técnica de la estratigrafía6 y del carbono 14 se les ha ubicado en el tiempo. Asimismo, la Antropología ha hecho valiosos aportes y ha sentado bases para estudios posteriores. En esa línea, esperamos que este trabajo sea un aporte para la comprensión y estudio del tema que aquí nos compete.
Es importante, por tanto, definir nuestro concepto de cultura, entendida esta categoría como el cultivo de la realidad. Al enfrentar el mundo y la vida, el hombre creó cultura, porque llenó todo tipo de necesidades —materiales, sociales y espirituales —, y también construyó, paso a paso, en ese devenir, un mundo vitalmente equilibrado e interactuante dentro del universo, del cual él (el hombre) era una parte importante, pero solo eso: una parte.
Las expresiones plasmadas en un sinfín de materiales recrean valoraciones del mundo y de la vida que identifican a cada grupo social en el tiempo y el espacio. Por ello, los hechos de cultura son clasificados por algunos especialistas latinoamericanos como cultura material o ergológica, que estudia el objeto en sí; cultura social, que estudia el hecho folklórico como elemento compartido por un entorno colectivo; y cultura espiritual-mental, que trata las expresiones más profundas, como esa conciencia e inconsciencia colectivas de las que surgen los ritos, los mitos y las leyendas y formas de pensamiento milenario heredado por generaciones a una colectividad, en cuyo crisol se ha fundido el “sentido común” y el “buen sentido”. Un artefacto, por ejemplo, podrá clasificarse como material o ergológico, y, por su uso, si forma parte de un ritual, en espiritual-mental.
El papel que ha jugado la música en el transcurso del tiempo es valioso. Muchos de los materiales, usualmente orgánicos, que se han utilizado desde el principio de los tiempos en la confección de los instrumentos musicales han sido corruptibles; y solamente a través de los grabados plasmados en recipientes, códices, bajorrelieves, reseñas hechas por los cronistas, etc., sabemos de la existencia de la música en esas épocas.
Según el resultado del estudio del hombre, se ha determinado que la música, la danza y la poesía, en las más remotas civilizaciones, han sido expresiones indivisibles, no se daban por separado, eran una sola expresión. Mesoamérica no fue la excepción. El baile, el canto y la poesía eran formas que permitían una comunicación directa con los dioses, eran alabanza colectiva sin tiempo y espacio, era un canto cósmico del que —todavía— todos seguimos siendo parte.
Los criterios que hemos utilizado para calcular la duración de cada etapa histórica han sido los mismos que registran la Antropología, 7 Arqueología, 8 la Historia, 9 la Etnomusicología 10 y la Organología11.
Las etapas históricas a estudiar en el presente trabajo son:
I. Período precolombino
Este período se define desde el primer indicio de la presencia del primer hombre en el actual territorio salvadoreño, desde (?)-1200 a. C. hasta 1524 d. C., que llega el primer contingente de españoles a territorio salvadoreño a este. Aquí asumiremos los criterios del arqueólogo Rafael Cobos sobre el período precerámico como equivalente a los períodos lítico y arcaico de la historia salvadoreña.
El presente período lo subdividiremos de la siguiente manera:
1.1Precerámico ([?]-1200 a.C.)
1.1.1 Lítico o paleoindio
1.1.2 Arcaico1.2Preclásico (1200 a.C. - 250 d.C.)
1.3Clásico (200/250 d.C. - 1200 d.C.) y
1.4Postclásico (1200 d.C. - 1524 d.C.)
II. Período del mestizaje cultural
Incluye Conquista, Colonia y República (1524-1950). Durante estos años los instrumentos musicales han cobrado importancia, cada uno en su momento histórico, aunque posteriormente han compartido coetaneidad con instrumentos anteriores y posteriores a ellos. Esto es un ejemplo de la riqueza sincrética de las culturas protagonistas: la memoria colectiva siguió utilizando lo que conocía desde el período pre-colombino e incorporó lo que le era útil de las culturas europea y africana.
III. Período del capitalismo industrial
Abarca desde 1950 hasta nuestros días. La principal característica de esta etapa es la conformación del capitalismo industrial y su aporte indirecto en la cultura, y, muy especialmente, en la manufactura de artefactos musicales con productos industriales de desecho.
Primera parte: Período precolombino:
Período precerámico ([?]--1200 a.C.)
Según las investigaciones realizadas, los primeros datos sobre la presencia del hombre en El Salvador —de manera organizada— nos los da Rafael Cobos; en su publicación Síntesis de la arqueología de El Salvador (1850-1991) refiere las únicas muestras de este período que se han encontrado en Chalchuapa (Sharer, 1978): varios desechos de navajas de obsidiana y materiales cerámicos. Luego, prosigue el mismo autor: “Por otra parte, Sheets (1991) observó en colecciones particulares puntas de proyectil (puntas Folsom) elaboradas de obsidiana y cuyas formas se asemejan a las reportadas en períodos más tempranos en otros puntos del continente” (Cobos, 1994, p. 49).
Período lítico o paleo-indio
La arqueología salvadoreña —por el momento— no nos da mayores datos respecto este período, puesto que falta intensificar dicho estudio. Recordemos que nuestra patria es todavía un terreno virgen en materia de investigaciones de orden cultural. Ahora bien, al tomar en consideración los datos aportados por los estudios científicos realizados en el resto de Mesoamérica, sabemos que durante este período los grupos culturales eran comunidades de cazadores y recolectores que practicaban actividades no especializadas, con lo cual no lograron mayor eficiencia en la utilización de los recursos de un lugar determinado (Ministerio de Educación, 1994, p. 10). Con el transcurso del tiempo, los paleoindios fueron comprendiendo los diversos usos de las plantas y animales (alimentación, cestería, tintes y medicinas) y las épocas en que podrían ser aprovechables y de mayor duración. Para ello, los líderes de la comunidad llevaban registro de las estaciones apoyándose en calendarios sencillos (Ministerio de Educación, 1994, p. 11).
Musicalmente hablando, el conocimiento acumulado ayudó a los chamanes a que le dieran mayor preponderancia a la voz y al cuerpo humano. Los cantos de alguna manera tuvieron que ver con el ciclo de vida, la naturaleza y el universo. Por esa razón los cantos también se utilizaron en rituales, curaciones y otras expresiones que se recreaban en la repetición constante hasta llegar a una monotonía casi hipnótica.
Se sabe que en el transcurso de este período aparecieron los primeros idiófonos: los raspadores de piedra y hueso, el carapacho de tortuga, los sartales de caracoles y entre los aerófonos: las flautas sin agujeros y el palo zumbador.
Estos principios sonoros se comienzan a aplicar a diversos materiales existentes en el hábitat. Los antecesores del güiro, el carapacho de tortuga y las flautas tapadas dan origen desde este período a prácticas musicales que se comparten con otras de períodos siguientes hasta llegar a nuestros días.
Período arcaico
Durante este período, las comunidades eran cazadoras y recolectoras de recursos silvestres con “evidencia de división en rangos sociales, chamanismo y otras especializaciones dentro de comunidades permanentes o semipermanentes” (Ministerio de Educación, 1994: 13). Desde hacía mucho tiempo en Mesoamérica se venía domesticando cultivos como el maíz, el ayote y el frijol, y hasta 1600 a.C. aproximadamente aparecen las primeras comunidades agrícolas. Desde este momento, la agricultura se vuelve la principal fuente de alimentación.
La caracterización de este período se debe a que los materiales sonoros del medio ambiente son incorporados a la práctica ritual y vital. Para entonces, los árboles huecos de la montaña, o troncos ahuecados, fueron musicalmente experimentados y posiblemente de ahí se originó el prototeponahuaste, idiófono que, al principio de este período en América, se usó en tamaños de hasta 7 metros (Brasil y Colombia), antecesor del teponahuaste mesoamericano; y el modelo para construir el tambor simple de un parche (membranófono), similar al huehuetl mexicano; y posiblemente, también, el cuero de venado haya sido preferido dada su elasticidad y sonoridad.
Otro idiófono de este período es el bastón rítmico similar al cayado, que creemos fue utilizado por los curanderos para sacar los malos espíritus. Los aerófonos son representados por las flautas con perforación, la concha de caracol. Respecto a la caramba, cordófono —arco de cacería, con aditamento resonador, utilizado como instrumento musical— algunos especialistas como la folklorista Baratta (1952), sostienen que fue utilizado por los pueblos mesoamericano, la caramba puede aplicarse dos técnicas de ejecución: una rítmica, y otra, melódica, lo que podría dar la posibilidad de una combinación sincrética. Como resultado de muchos años de estudios etnomusicológicos, sostenemos que, hasta el momento, no hemos encontrado indicador alguno, en códices, reseñas, documentos, etc., de que el arco de cacería haya sido utilizado en nuestro territorio de esa forma. La evidencia apunta más hacia su origen afro, dada su amplia dispersión en todo el continente africano, y por su variedad de tamaños y técnicas.
Al parecer, expresiones musicales de esta época, son: arrullos, cantos rítmicos, cantos de trabajo colectivos, cantos infantiles y de amor.
Clasifcación | Instrumentos musicales |
Idiófonos: | Carapacho de tortuga, raspadores, bastón rítmico, cuerpo humano |
Membranófonos: | Tambor simple, voz humana |
Aerófonos: | Concha de caracol, flautas con perforación, flautas sin agujeros. |
Período preclásico (1200 a. C.-250 d. C.)
Poco a poco, por la necesidad de subsistencia, los grupos humanos nómadas se establecieron en esta tierra donde las condiciones les fueron más favorables. Al parecer, los primeros pobladores se instalaron en la planicie costera porque ahí podían enriquecer su dieta alimentaria con animales y frutas silvestres de la montaña y los recursos marinos de la costa (Ministerio de Educación, 1994, 23).
El gran descubrimiento de este período es la cerámica. La experimentación sonora toma gran auge porque la cerámica no frena el uso de otros materiales. Los nuevos instrumentos se construyeron de cerámica y en muchos casos se reprodujeron los modelos anteriores con ese mismo material: sonajas, raspadores y sartales de barro. También, se elaboraron los timbales de parche simple en forma de olla (fondo cóncavo) o de vaso y luego los de parche doble con tabique intermedio, de diversos tamaños.
Con la utilización del barro florece una cantidad descomunal de aerófonos, como: flautas de filo en u (con embocadura similar a las quenas) sin aeroducto; flautas dobles rectas o globulares con un solo canal de soplo o con dos independientes; flautas globulares de una (ocarinas), dos o tres cámaras de resonancia interconectadas; silbatos simples y dobles; vasos silbadores (Boggs, 1974).
Clasifcación | Instrumentos musicales |
Idiófono: | Sonaja |
Aerófonos: | Flauta de flo, flautas dobles, pitos (ocarinas) Silbatos, vasos silbadores. |
Período clásico (250-900 d.C.)
Lo que caracteriza al período clásico, es la excelencia organológica que resulta de la fusión de la estética con lo empírico. Esta fusión se traduce en términos de una asombrosa variedad y multiplicidad de artefactos sonoros reelaborados en diversos materiales ya conocidos, que se adicionan coetáneamente a aquellos que se elaboraron sobre una acústica posterior bastante experimentada.
Durante este período, quedan constituidos, entre los idiófonos, el cántaro, que se afina con agua; fue usado musicalmente como instrumento rítmico, como idiófono de golpe directo; entre los aerófonos, una gran cantidad y variedad de flautas de barro de hasta de seis agujeros, flautas rectas sin agujeros con émbolo de bola interno, que nos hace concluir que ya se conocía en esa época el microtonalismo y las trompetas de madera de unos 2.5 metros, aproximadamente. Estas grandes trompetas, de madera y con extremo terminal en forma de campana, fueron grabadas en una vasija precolombina encontrada en el territorio nacional. En dicha vasija, se puede observar un grupo de ejecutantes cuyas trompetas se encuentran apoyadas contra el suelo en un ángulo aproximado de sesenta grados (ver figura). El único membranófono que se tiene registrado es el timbal de agua, de los mayas. Vicente Mendoza, citado por Castellanos, nos hace una interesante observación sobre la presencia de “tresillos y dosillos, mezclados con valores de un tiempo, de manera que ningún instrumento ni la voz coinciden, obteniéndose una gran riqueza polirrítmica” (Castellanos, 1970, p. 44). La expresión del tiempo plasmado en la música indígena actual corresponde a la concepción del tiempo cultural que, sin duda, es precolombino.
Clasifcación | Instrumentos musicales |
Idiófonos: | Cántaro |
Aerófonos: | Flautas de seis agujeros, flautas de émbolo interno, trompetas de madera |
Membranófonos: | Timbal de agua |
Período post-clásico (900 d. C.-1524 d. C.)
Según Castellanos, el teponahuaste fue inventado en este período. También, en este período, la metalurgia fue aprendida por los nahuas hacia 800 d.C. de los pueblos que existieron en ese entonces, ubicados en los territorios de los actuales países de Perú y Colombia. El campanólogo español Cieza de León, afirma que —en este período y en los territorios antes mencionados— existieron campanas precolombinas de oro que eran sonadas durante los ritos religiosos y sacrificios humanos (Casanova de Párraga, 1969, p. 6), que formaban parte de una visión del mundo y de la vida de una estructura teocrática socialmente establecida.
Según datos registrados, regionalmente, resulta interesante comparar la similitud de términos que identifican instrumentos sonoros, metálicos, más o menos cercanos. En El Salvador, por ejemplo, se han encontrado cencerros y cascabeles de metal que en muchos lugares son identificados como chinchines. Posiblemente el chinchín (sonaja) de hojalata, de los pueblos de Sonsonate, sea un reminiscente de ese original metálico. En Perú —según Castellanos—, le llaman chilchil a algunos instrumentos metálicos precolombinos. En Nicaragua recibe ese nombre una pequeña campana, y en México, una sonaja de metal (Castellanos, 1970, p. 44).
Clasifcación | Instrumentos musicales |
Idiófonos: | Teponahuaste, cascabeles, chinchín, cencerros. |
A continuación, veremos cuáles instrumentos musicales fueron de uso corriente durante el período del mestizaje cultural, cuyo uso ha perdurado hasta el final del siglo xx.
II Etapa del mestizaje cultural (1524 - 1950)
La cultura popular salvadoreña está fundamentada en la cultura de varias etnias mesoamericanas, cuyo acervo llega hasta nosotros a través de prácticas tradicionales; en la cultura europea, que comienza a enraizar desde hace 500 años durante la Conquista y Colonia; y, posteriormente, en el aporte africano que se logra absorber totalmente, quedando estas tres corrientes originales engranadas en una unidad sincrética.
Resulta un dato curioso la siguiente afirmación que hace Contreras Arias cuando habla de lo sucedido a los instrumentos precortesianos en el México colonial:
Usualmente, las modificaciones en los instrumentos musicales; como en los materiales, las decoraciones, y otros, se dan hasta en la actualidad. Este dato resulta interesante porque hasta el momento, refiriéndose, entre otros, a la flauta de carrizo, los estudiosos, al no encontrar en los sitios arqueológicos una flauta de carrizo precolombina, aducen, como única explicación, que los materiales son corruptibles y con el tiempo y la humedad se hayan deteriorado (Contreras Arias, 1988, p. 68).
El mestizaje cultural es la etapa histórica más compleja que se ha vivido. Las diversas corrientes culturales que confluyeron desde muchas partes del mundo a nuestro país incidieron en el enriquecimiento de nuestra cultura y, en especial, en los instrumentos musicales.
Durante dicho contacto –prosigue Contreras Arias– muchos instrumentos musicales que vinieron a nuestra tierra.
Haciendo un recuento histórico, recordemos que los instrumentos musicales conocidos en el sur de Europa para la Edad Media procedían del Asia a través de Bizancio o del imperio islámico. España se sacudió ocho siglos de dominación militar árabe en su territorio, pero quedó marcada por la cultura mora. Esta conflagración conmocionó tanto al mundo conocido, que puso en íntimo contacto a Europa con Asia y África. “Lo prolongado del período de dominación islámica permitió no sólo la extensión de una homogeneidad cultural entre estos pueblos, sino que por los constantes intercambios, también se incorporaron rasgos culturales de nuevas poblaciones dominadas, las cuales poseían características peculiares y en algunos casos desarrollo avanzado en áreas de conocimiento respecto al grupo dominante, así lo evidencian los rasgos de estas culturas manifiestos aún en la actualidad en España y en América Latina” (Centro para las Culturas Populares y Tradicionales, 1988, p. 10). Recién salida de esa experiencia, España descubre el Nuevo Mundo. Para entonces, muere el siglo XV y nace el XVI.
Los españoles que se embarcaron con los conquistadores fueron los que no tenían nada que perder: los aventureros, los soñadores, los ambiciosos y los que tenían cuentas pendientes con la justicia española. Casi todos traídos de las capas sociales inferiores, aunque también hubo excepciones. Ya en América, “los disímiles patrones culturales de conducta entre militares, frailes y aristocracia, ocasionaron que su influencia en las culturas mesoamericanas fuera diferente entre sí, debido al variado repertorio e instrumentos utilizado por cada estrato” (Contreras Arias, 1988, pp. 68-69).
Durante la colonia –prosigue Contreras Arias–, hubo dos corrientes que determinaron el destino de los instrumentos musicales:
Los instrumentos musicales usados por los militares españoles fueron utilizados en los despliegues militares y los que éstos ejecutaban en momentos de descanso. Algunos de los artefactos –idiófonos– utilizados en las danzas por los soldados españoles: palos, machetes, espadas, etc., poco a poco fueron incorporados por los indígenas a sus bailes.
Como podemos apreciar, los idiófonos que había en Mesoamérica eran tan numerosos que el aporte hispano fue mínimo. Los cascabeles, como lo hemos visto anteriormente, ya eran utilizados por los indígenas. Entre los membranófonos traídos por los soldados figuraban los atabales o timbales (de fondo cóncavo) en conjunto con trompetas, cornetas o con sacabuches (se trata de los trombones antecesores de aquéllos y no los sacabuches tradicionales). En las acciones militares y para acompañar y dar realce a las ceremonias cívicas y religiosas, fueron sustituidos –los atabales o timbales– por bimembranófonos, de manera que aún en la actualidad, en las bandas de pueblo se los puede observar.
Otro de los instrumentos musicales europeos, que se utilizó muy temprano, durante la conquista es la espada de cazoleta. Este idiófono fue utilizado en la “Historia de moros y cristianos” cuya práctica se remonta al siglo xii durante las Cruzadas. Esta representación logró aceptación entre la soldadesca medieval porque lograban mayor confianza en el combate ya que siempre –con la ayuda de Santiago apóstol– salían airosos contra los árabes de aquella época.
En América, la “historia” según Bernal Díaz del Castillo, nos relata que entre finales de 1524 y principios de 1525, Hernán Cortés hizo su expedición a las Hibueras (Honduras) y al pasar por Coatzacoalcos se le recibió con arcos triunfales y presenció “ciertas emboscadas de cristianos y moros”.
El tambor militar europeo contaba con dos aros que servían para sujetar el amarre con forma de “w” y de esta manera templar los parches o membranas y con un rústico “zarcillo” consistente en dos cuerdas ubicadas diametral y exteriormente a la membrana inferior, de tal manera que, al golpear el tambor, ésta, a su vez, golpeaba la membrana por resonancia redoblando dicho golpe.
El tambor campesino actual cuenta con los aros, los amarres, dos membranas, el zarcillo, más la cuerda de tensión que circunda el instrumento retorciendo los amarres en w. Las bandas de tensión permiten afinar y balancear directa y manualmente el temple en cada parte de la membrana, tal como se hace actualmente con sistemas mecánicos y pernos.
También es digna de mención la técnica de ejecutar simultáneamente por un solo ejecutante, tal como se ejecuta el txistu del país vasco, una flauta de carrizo, de pico de dos agujeros dactilares llamada calambo y un tambor mucho más pequeño que el atahualné (que actualmente en Cacaopera llaman tamborcito). Entre los pueblos precolombinos, dicha técnica fue ampliamente utilizada en los pueblos suramericanos, según lo registra Von Hagen en su libro Los incas, y, asimismo, nos dice Contreras Arias que “quizá tenía una connotación especial en las culturas mesoamericanas como puede observarse en los códices donde un solo personaje ejecuta un membranófono junto a otro instrumento, como maraca o caracol. Esta dotación permaneció en las danzas y festejos de carácter religioso” (Contreras Arias, 1988, p. 70).
Los cordófonos fueron el mayor aporte que recibimos de las culturas no americanas. De éstos se quedaron: la guitarra de órdenes simples (seis cuerdas) y de órdenes dobles (doce cuerdas); la guitarrilla de cuatro cuerdas que proviene de las guitarrillas antiguas medievales de fondo plano, de origen latino; la mandolina: tanto la de fondo plano (latina) como la oriental de fondo cóncavo. Otros cordófonos que tienen tanta importancia como los ya mencionados son el violín y el contrabajo. Las cuerdas han ocupado principal importancia desde el inicio del período colonial en ritos religiosos tales como misas, rezos, matrimonios, etc. No hay que olvidar que cuando diseñaron las construcciones monumentales de las iglesias coloniales, el “coro” ocupaba un lugar especial —en alto— y en contacto directo con el altar mayor. En este caso, el término “coro” es un espacio dedicado a los músicos con sus respectivos instrumentos musicales y a los cantores, los cuales han sido elementos importantes dentro de la liturgia. Recién iniciado el período colonial — refiere Delgado—, la Iglesia diseñó un cuerpo de auxiliares que ayudarían a su labor pastoral, como se muestra a continuación:
Los misioneros comenzaron utilizando los instrumentos militares. También tenían para uso específico dentro de la liturgia: las campanas monumentales que instalaban en el campanario, lugar alto y abierto cuyo sonido podía escucharse a grandes distancias. Una de las variantes conocidas, son es las campanas volteadoras, especie de noria rústica, que se gira durante la consagración. Un ejemplo de estas norias se encuentra en la iglesia de Panchimalco, lateralmente, en el altar mayor. Otros idiófonos son la matraca y la carraca, ambas de origen árabe, se usaron durante la Europa medieval y por razones de uso práctico sustituyeron a la campana en los ritos religiosos católicos que requerían de la movilidad de los feligreses tal y como se da en las procesiones. Las cadenas azotadas contra las calles empedradas durante la procesión del Jueves Santo también tienen origen medieval. El peine es un membranófono, mirlitón europeo, con una dispersión geográfica prácticamente mundial. El órgano, fue otro de los instrumentos que sobrevivieron por adaptarse totalmente a la liturgia católica. Una muestra es el órgano tubular colonial, aerófono, que se encuentra en el coro de la iglesia de Metapán.
De las violas –cordófono de frotación–, se origina el violín. En Cacaopera, en el departamento de Morazán, utilizan un violín rústico que se ejecuta de manera similar que dicha viola. El violín se apoya en el antebrazo del ejecutante y para sujetarlo utilizan una cuerda que se afianza en el brazo.
La aristocracia por tener interés en traer lo nuevo de España, trajo especialmente instrumentos de cuerdas: versiones de las antiguas violas, violines, violas, violoncelos y contrabajos; así, también, versiones de las antiguas guitarras, guitarrillas y vihuelas.
El desarrollo que tuvo la provincia de San Salvador durante la Colonia, posibilitó condiciones que mostraran una mayor apertura a formas y expresiones más sofisticadas en el arte musical e instrumental. A mediados del siglo xviii en la Alcaldía Mayor de La Trinidad de Sonsonate (Escalante Arce, 1992, p. 25) se organizaban bailes de contradanza y zarabandas, con música de violines, vihuelas y trompetas y muchos otros instrumentos que amenizaron las Plausibles Fiestas Reales, y la Recordación Florida, que coinciden con el período de construcción de las iglesias monumentales en territorio salvadoreño.
El respaldo que en ese momento se le dio a la música vocal e instrumental da cuenta de los numerosos talleres de ebanistería donde, entre otros, se construía y arreglaban instrumentos de cuerda.
Son muchos los instrumentos registrados en nuestro país que vinieron en esa época. Por ejemplo, tenemos: el serrucho que vino de Europa utiliza dos técnicas de ejecución: de golpe y frotada; las monedas o bambas idiófono, de origen oriental, que suenan por entrechoque durante el baile; las polainas, idiófono de sacudimiento, europeo; el acial instrumento de posible origen oriental que imita el sonido del látigo, y el cayado del Asia menor que se usa en los “Autos sacramentales” y nacimientos en “vivo”.
“Desde el siglo xvi —según Contreras Arias— los frailes dominicos llevaron esclavos negros hacia áreas que hoy conforman Chiapas, Tabasco y Guatemala (posiblemente se extendieron hasta nuestro país, dado el intercambio comercial que existía ya en ese entonces y porque algunos propietarios de grandes haciendas en nuestro territorio radicaban en Guatemala), para que trabajaran sus fincas, lo que seguramente provocó la influencia de la marimba desde entonces en esa región —en sus dos versiones: criolla y de arco—, que es donde mayor arraigo tiene en la actualidad este instrumento. El término, marimba, remite a una palabra de origen bantú, relacionada con este instrumento en diferentes partes del África como: Mozambique, Camerún, Nigeria y Senegal, entre otros” (Contreras Arias, 1988, p. 81), de donde se trajeron, según estudios del Dr. Aguirre Beltrán —citado por Contreras Arias— la mayor cantidad de esclavos negros de la costa de Guinea y del Congo, a México en el período colonial.
Otros instrumentos africanos son: la quijada de burro o charrasga constituido por el maxiliar inferior de un burro (caballo o mula) que, estando completamente limpio, se le ejecuta tomándolo del vértice y se golpea lateralmente con el puño cerrado. La otra forma es ludiendo las muelas con algún otro objeto como alambre, cuerno de venado o un trozo de madera. Otros instrumentos de diversa clasificación, de origen afro, son: las claves, idiófono, palos de entrechoque, el cacho, idiófono de ludimiento que consiste en un cuerno de res con incisiones de uso similar al güiro; el güiro que llega a nosotros por la vía afro-americana, el sacabuche y la sambumbia que son instrumentos que se remontan al neolítico africano aplicado en ritos de iniciación y fertilidad. El cajón que es una forma camuflada del teponahuaste o préstamo-variante del cajón africano. La caramba es un cordófono descendiente del arco africano de cacería. Según estudios realizados en el arco africano, éste se registra desde el neolítico africano y tiene técnica de ejecución melódica. La caramba, descendiente directo del arco rítmico africano, en nuestro país, está vigente.
La necesidad de mantener permanentemente las paradas militares, los actos civiles y ritos católicos no sólo ha dado origen a una práctica vocal e instrumental, sino que ha sido el medio de subsistencia de grupos vocales y bandas pueblerinas que se han potenciado paulatinamente desde la época colonial hasta nuestros días. La necesidad de atender la religiosidad de los pueblos de indios obligó a algunos clérigos a iniciar a los indígenas como “maestros de coro”, que no eran más que los “asistentes” que sostenían el trabajo pastoral.
Transcurre el tiempo, y los instrumentos musicales fueron combinándose hacia nuevos usos, técnicas de ejecución, ceremonias y reuniones de esparcimiento. Lo mismo sucedió con el canto, de los que se pueden clasificar los siguientes:
A mediados del siglo xix (1841), se organiza la primera banda militar. Desde entonces, la milicia ha contado con personal profesional que ha formado musicalmente a nuevos miembros y los ha integrado a las bandas militares de los diferentes destacamentos durante su servicio militar. Al respecto observa Clará de Guevara: “Todo esto hace suponer también que antes del siglo xix predominó la música oral (vocal) y que, tanto la música religiosa como las pequeñas bandas de pueblo, fueron las exponentes tempranas de lo que luego sería la música nacional” (Guevara. Documento inédito).
Uno de los ritmos de la música popular que llegaron a nuestro país a mediados del siglo xix fue el habanero cubano que influenció durante esa época a los pueblos en el interior de nuestro país. Como ejemplo de ello, podemos citar: “Me levanto de mañanita” pieza registrada en pueblos como Panchimalco, Ataco, Nahuizalco y otros de las diferentes zonas de nuestro país.
A finales del siglo xix vienen como el último grito de la moda tecnológica las victrolas y los fonógrafos que funcionaban a cuerda. En los cascos de hacienda y las casas veraniegas, comienzan a sonar las piezas de moda europeas, americanas, mexicanas y algunas suramericanas. Dichas piezas comenzaron a ser interpretadas por las marimbas criollas y las bandas pueblerinas.
Los altos estratos sociales salvadoreños, siempre fueron sensibles a los cambios políticos europeos. Cuando España enfrentaba serias dificultades para sostener el imperio en América, a través de la música la cultura italiana ya permeaba al Nuevo Mundo. Hubo mayor influencia italiana durante el siglo xix y principios del xx las ideas de la Revolución francesa vinieron casi simultáneamente. El cultivo de la práctica del violín y el piano eran tan importantes, que se afirma que había, por lo menos, “un piano en cada casa”. La educación francesa y la cultura italiana fueron muy apreciadas en los colegios y escuelas privadas, a tal grado que el gobierno salvadoreño estableció –desde entonces– en todo el territorio, el currículo y la enseñanza del idioma francés hasta que se realizó la primera Reforma Educativa a finales de los años 60.
Entre los años 1900 a 1930 hubo muchas piezas que grabó la marimba “Centroamericana” con las cuales logró popularidad internacional, realizando giras artísticas en las salas de teatros importantes y, también, ante las cortes de los reyes europeos. Los sellos discográficos que hicieron posible dicha fama fueron: Víctor, Columbia y Brunswick. De estos discos las bandas regimentales hicieron sus propias versiones y las tocaban durante los conciertos en el kiosco de la plaza central de ciudades y pueblos.
Origen | Clasificación | Instrumentos musicales |
Europeos: | Idiófonos: | Cadenas, campana, espada. norias, bambas, polainas, serrucho |
Membranófonos: | Tambor, peine | |
Cordófonos: | Contrabajo, guitarra, violín, guitarrilla, mandolina | |
Aerófono: | Calambo | |
Asiáticos: | Idiófonos: | Acial, carraca, cayado, matraca |
Africanos: | Idiófonos: | Cacho, claves, güiro, quijada de burro. |
Membranófonos: | Sambumba, sacabuche | |
Cordófono: | Caramba | |
Aerófonos: | Butute | |
Mesoamericano-europeo: | ||
Membranófonos: | Atahualné | |
Mesoamericano-africano: | ||
Membranófonos: | Cajón, tamborcito | |
Afro-mesoamericano: | ||
Idiófono: | Marimba de arco | |
Afro-criollo: | ||
Idiófono: | Marimba criolla | |
III Período del capitalismo industrial: (1950 hasta nuestros días)
Según el acuerdo entre los historiadores, el capitalismo industrial en El Salvador inicia desde mediados del siglo xx, en 1950. En sí, el capitalismo nos interesa en cuanto al aporte indirecto que en la cultura popular ha realizado, en tanto, que, los materiales de desecho han servido de materia prima para los hacedores de la cultura popular. Los instrumentos musicales enriquecieron su contexto histórico. Estos instrumentos no se caracterizan por comprarse en el comercio internacional especializado, sino porque son elaborados por artesanos o por los propios usuarios. Nuestro criterio de selección de estos instrumentos musicales y objetos sonoros es arqueológico –por la herencia precolombina–, y, antropológico porque es un aspecto cultural importante en el estudio del hombre salvadoreño.
La primera fábrica de gaseosas (bebidas carbonatadas) se fundó en Santa Ana en 1906. En esa época, la fábrica comenzó funcionando artesanalmente y en ese proceso pasaron varios decenios antes de que se colocara la primera corcholata a la “chibola”. Se le daba ese nombre porque originalmente, esta se sellaba con una pelotita de vidrio. Para beber el refresco, se empujaba dicha chibola al interior de la botella. La corcholata y la inventiva popular, dieron como resultado el pito de corcholata (nombre puesto por el autor), que sonaban los niños y adultos de ese entonces, en la ciudad de Santa Ana.
Una ley que emitió el Ministerio de Trabajo de El Salvador iniciando los años sesenta, del siglo pasado, obligaba a los talleres —cualesquiera que fuese el oficio— a pagar el salario mínimo a sus aprendices. Esto provocó —en general— la disminución del personal y el cierre de muchos talleres que suplían informalmente a las escuelas que necesitaba la población. En dichos talleres, la juventud que no podía o no quería seguir estudiando, aprendía un oficio.
Actualmente, existen algunos talleres donde se fabrican instrumentos musicales, especialmente guitarras, mandolinas, violines, etc. Paralelamente a la labor que realizan dichos talleres, funcionan como tales, los existentes en las penitenciarías o centros penales distribuidos en todo el país.
Otro de los objetos sonoros es la anona (nombre puesto por el autor). Éste es producto de la inventiva espontánea de unos niños santanecos. En un momento de creatividad, un niño abrió una semilla de anona, le sacó la almendra y comenzó a frotarla sacándole sonidos mordentes. Esta invención se llevó a cabo hace unos cuarenta años o más aproximadamente.
Hay algunos instrumentos que sufrieron un proceso sin el cual no podrían haber llegado a cumplir su actual función. Un ejemplo de esto es la pajilla que, desde su origen, en México —el popote— se ha utilizado para succionar líquidos. Su origen es muy popular, un tubo vegetal natural, luego, al industrializarse se confeccionó con una tira de papel encerado y, por último, de plástico. Esta última versión no data de más de treinta años. La pajilla vino comercialmente a El Salvador como objeto de succión. El aporte salvadoreño consiste en hacerlo objeto sonoro.
El decenio de los setenta, se caracterizó por la unificación de la identidad latinoamericana generada por los grupos musicales del Cono Sur que irradiaban su cultura y rebeldía hacia el resto de los países. Éstos encontraron en los instrumentos tradicionales sus propias formas sonoras de expresión. La juventud salvadoreña, afín al movimiento, sintió la necesidad de crear sus propios medios sonoros y la vaina del árbol de fuego llena –en parte– ese vacío. Este árbol es originario de Madagascar.
Durante los ochenta, la vaina del árbol de fuego (Delonix regia) llega a los escenarios —dentro y fuera del país— como parte del instrumental de los grupos musicales juveniles de música latinoamericana. Dada su popularidad, la vaina del árbol de fuego se puede conseguir en el campo, en el suelo o suspendido de los árboles, en parques y/o lugares diseñados para el solaz del turista.
El ronrón es un objeto sonoro que lo elaboran los artesanos salvadoreños o de Guatemala. Éste se confecciona con papel de desecho, plumas coloreadas, pegamento, un palo, pita y brea, o pueden comprarse ocasionalmente a bajo costo, en mercados o en las fiestas patronales. Los niños lo hacen sonar girándolo sobre sus cabezas y el sonido que produce es característico de la frotación. Cuando se imprime mayor velocidad al ronrón, el sonido se hace intenso y agudo.
El pito de lata es un mirlitón que se construye con latas de desecho o de aceite automotriz y con tiras plásticas muy delgadas. El marco o cuerpo del instrumento se manufactura en lata, y la banda que vibra, en plástico. Con este instrumento los niños pueden tocar algunas melodías de moda, así como imitar giros melódicos de pájaros propios de nuestra fauna.
Por la influencia de la música ranchera, tríos y mariachis, en nuestro país, la vihuela de fondo cóncavo, se ha incorporado últimamente como parte de su instrumental. El nombre vihuela no corresponde al instrumento genérico, que es de cuerda frotada. Esta vihuela, de cuerda rasgada, con función estrictamente acompañante, se relaciona más con la guitarra tiple y ha tomado en “préstamo” dicho nombre.
Según información recibida, durante el conflicto civil, en uno de los ex batallones de reacción inmediata, se construyó con un pedazo de manguera de jardín y el alma plástica de un cono de hilo industrial, un instrumento con sonido similar al de la corneta. También en el mismo período antes apuntado, en las filas guerrilleras se formó un grupo musical que interpretaba su música con instrumentos musicales construidos con desechos bélicos. No tenemos información, en ambos casos, sobre su forma, si han tenido continuidad o no, si se les nombró de alguna manera, etc. Estos hechos en sí, obligan al investigador a registrar esas invenciones realizadas por salvadoreños en un período que causó mucho dolor a la familia de nuestro país.
La cultura oral-tradicional como toda expresión humana necesita de sus afluentes. Las pastorelas, los rezos, las posadas, los velorios, etc., han sido desde siempre las vertientes que posibilitan los afluentes de una parte de la cultura. El surgimiento y proliferación de las iglesias protestantes en los pueblos y cantones, ha afectado la cultura tradicional porque a muchos líderes de la zona, que tenían a su cargo la música y/o los bailes tradicionales, no se les es permitido que sigan con dichas prácticas. Otro factor que afecta la tradición es la modalidad de velar a los difuntos en las casas mortuorias profesionales. Ya no se reúnen las familias materna y paterna del difunto para ayudar en las necesidades y confección de comida y golosinas para el velorio. Tampoco en las ciudades, durante los velorios, las personas hacen uso de la literatura oral tradicional como: cuentos, chistes, leyendas y juegos que hacían indistintamente los adultos y la “cipotada” en el transcurso de la noche, que les entretenía y les servía para “disimular” el sueño. La dualidad que siempre se ha manifestado en nuestra cultura, dolor- alegría, se debe, a la tristeza por la pérdida de un ser querido y, por otra parte, a la suerte de tener un ángel que desde el cielo va a velar por los que se quedan.
Otro caso que traemos a colación, en un suceso durante la guerra civil. El ensayador del baile de “los negritos” de Cacaopera tuvo que irse como refugiado a Mesa Grande, Honduras. Como estaba muy anciano, murió. Nadie más sabía tocar el calambo y mucho menos la música del baile de los negritos. Gracias a una grabación –no profesional, en casete– realizada antes del conflicto se pudo recuperar dicha música. Sin esa grabación, el baile se hubiera perdido para siempre.
Origen | Clasificación | Instrumentos musicales |
Salvadoreños: | Idiófonos: | Anona, vaina. |
Afro-americano: | Cordófono: | Ron-rón |
Aerófono: | Pito de lata. | |
Salvadoreños: | Aerófonos: | Pajilla, pito de corcholata |
La tecnología llega a El Salvador desde finales del siglo antepasado cuando llegan las primeras victrolas y fonógrafos.
Los compositores enviaban sus partituras por medio de una casa local a Nueva York y las compañías disqueras las hacían grabar con sus orquestas y reconocían una modesta cantidad al autor. Este es el inicio de la canción popular comercial salvadoreña que coincide con la introducción de la energía eléctrica y la radio en la capital del país.
En 1926, el Gobierno de la República instala la primera estación de radiodifusión (en El Salvador y Centroamérica), en el último piso del Teatro Nacional con las iniciales del nombre del mandatario: A.Q.M. transmitiendo únicamente dos horas diarias (6:00 - 8:00 p.m.). La música que se transmitía era de marimba, bandas regimentales en cuyo repertorio estaban valses, fox-trots, sones (cubanos), tangos, rancheras, etc.
Entre 1930 y 1960 varios compositores como: Felipe Soto, Wenceslao Rodríguez, David Granadino y José Napoleón Rodríguez graban para el sello Columbia. Al inicio de los años 40, se instala la primera radio comercial Y.S.P., en la Dirección General de Policía. En 1942, la compañía de alumbrado eléctrico instala contadores en las viviendas. La transmisión se amplía a siete horas diarias. Luego iniciaron sus actividades las radios Y.S.O., Y.S.I., Y.S.U., Y.S.C., aquí comienzan los programas de entretenimiento con música salvadoreña. En 1940-1950 las marimbas (Cuscatlán, Nima Quiché, Sonora, Nuevo Mundo, Royal y Atlacatl) popularizan el swing, el mambo, el cha-cha-cha, el bolero y la música country. La marimba “Atlacatl” dio conciertos en varios países de América y Europa. Desde 1945 surgen las grandes orquestas de baile las cuales se mantienen en su apogeo hasta 1960 que comienza a tomar fuerza el rock and roll. En 1960 vienen los primeros televisores en blanco y negro y los concursos juveniles imitando los ya existentes en E.U.A. y México. Desde este momento el disc-jockey y sus programas se orientan hacia el público juvenil. La única compañía disquera en el país (DICESA) comenzó en esta época y desapareció en la primera mitad de los años ochenta. Posteriormente, con el avance de la televisión llega el computador, el betamax, los juegos de video, los video-clips. El resto es otra historia.
Fuera del mundanal ruido, la cultura popular musical sigue su curso de la mano con la historia, innovando, recreando y enriqueciéndose con los recursos que están a su alcance buscando su auténtica y genuina expresión.
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Glosario (Libro de instrumentos musicales)
Acial, arcial o látigo: Idiófono de golpe indirecto, por sacudimiento. Entre los
instrumentos rítmicos de la orquesta sinfónica se conoce como látigo.
Advocación: Título que se da a una capilla o imagen.
Aerófono: Instrumentos musicales que suenan por la vibración del
aire o por medio del soplo.
Agrícola: Cultivo del campo.
Aguacate: (Percea americana). Árbol de la familia de las lauráceas, de madera suave. Originalmente el cuerpo de
los tambores se hacía de los troncos huecos de montaña.
Alvéolos dentarios: Son los agujeros que tienen los maxilares, donde se alojan las raíces dentarias. El ganado equino, por ser herbívoro, no tiene caninos, solo incisivos y molares. Los incisivos, siendo delanteros, al desaparecer
la encía, fácilmente se caen. En los molares en cambio, las raíces están
orientadas hacia los lados. Esto no permite que los molares se caigan de una
mandíbula descarnada.
Anona: Idiófono
de frotamiento. Objeto sonoro que da sonidos mordentes. Invención salvadoreña.
Se elabora de la semilla del fruto de la Annona
reticulata L.
Arcaico: Similar a antiguo.
Autos
sacramentales: Conjunto de
actuaciones sobre temas bíblicos.
Ayacaxtle: Sonaja indígena de la zona de
Cacaopera, departamento de Morazán.
Bambú: Bambusa
vulgaris. Gramínea de caña
leñosa originaria de la India.
Bejuco: nombre
genérico con que se nombran diversas plantas trepadoras, tropicales, de la
familia de las bignoniáceas. Voz caribe.
Bolillos: Son
varitas de madera, que poseen en uno de sus extremos la “cabeza percutora”.
Dicha cabeza se forma enrollando en un extremo de dicha varita, una banda de
hule crudo. Usualmente, los bolillos se utilizan para tocar la marimba.
Brea: Savia
del pino. A simple vista, en estado natural, esta savia es gomosa, amarillo brillante. Para homogeneizarla, se calienta, volviéndose líquida, oscura y aromática. Al enfriarse, se vuelve más oscura
y su aspecto de consistencia dura y vítrea.
Breviario: Libro que contiene el rezo eclesiástico.
Butute: Aerófono elaborado con un cuerno de res, sin boquilla,
con agujero de soplo lateral.
Cacho: Idiófono de raspadura, elaborado con un cuerno de res.
Cadenas: Idiófono de golpe indirecto,
elaborado con una cadena metálica.
Caja de resonancia:: Recipiente hueco, natural o artificial, que amplifica el
sonido de un instrumento musical.
Cajón: Idiófono de golpe directo, consistente en una caja (baúl) de madera, que acompaña el baile del cajón.
Calambo: Aerófono, flauta de pico, de carrizo, con canal de insuflación. Posee únicamente dos agujeros dactilares.
Su técnica de ejecución (simultánea con un tamborcito), se asemeja a la del txistu vasco.
Campanas: Idiófono de golpe directo, de sacudimiento, cuya
vibración va del centro hacia fuera.
Campanas volteadoras: Idiófono de golpe indirecto, norias. Instrumento de
origen colonial.
Canal de insuflación: Canal de soplo, interno, en los aerófonos.
Cántaro:: Idiófono de golpe directo. Se
afinaba con agua. De origen precolombino.
Caracol: Aerófono, trompeta natural, con
agujero de soplo en el vértice, de origen precolombino.
Caramba: Arco musical
tradicional salvadoreño, de origen africano.
Carapacho de tortuga: Idiófono, vaso de percusión y/o de frotación. De origen
precolombino.
Carbono
14: Técnica que trata de medir
la cantidad de radiocarbono en los materiales arqueológicos, para calcular su posible edad, en miles de años.
Carraca: Idiófono de
sacudimiento, de origen turco-árabe.
Cartucho: Cono que se elabora con
cualquier material, papel, por ejemplo, que sirve para depositar y/o envolver
cualquier objeto.
Carrizo: Especie cercana al bambú, de la
que se elaboran los pitos o flautas tradicionales.
Cayado: Idiófono,
bastón rítmico.
Cazoleta: Pieza de hierro u otro metal,
ancha y curva adosada a la empuñadura de la espada. Esta sirve para resguardar
la mano.
Chamanes: Curanderos.
Chapetones”, “los: Baile burlesco, tradicional salvadoreño, que inicia
durante la Colonia. En él se ridiculizan las costumbres de los españoles de esa
época.
Chicharra o ronrón: Cordófono de fricción. Consiste en un objeto sonoro
compuesto por una cuerda en uno de cuyos extremos forma una laza no apretada, que rodea el cuello de un taco
de madera que está cubierto de brea. Al girarlo, en círculos, emite un sonido
propio de la fricción. En el otro extremo está sujeta a un cilindro de cartón,
cerrado con una membrana elaborada por varias capas de papel pegado con engrudo.
La cuerda queda sujeta al centro de esa membrana, funcionando ese cilindro como un resonador o amplificador
de sonido.
Chinchín: Sonaja
de vaso, metal. Sonaja de hojalata que acompañaba el baile de “los pastores” de
Nahuizalco
Chumelo: Panal o colmena de una abeja pequeña y sin aguijón que produce una miel agridulce. El Chumelo usualmente
se ubica dentro de los troncos, muros y paredones.
Cedro: (Cedrela odorata). Árbol muy
apreciado por la calidad de su madera.
Cera
negra: Cera producida por la
abeja del chumelo
Cerámica: Arte de
fabricar vasijas y objetos de barro cocido
Ciclo de vida: Comprende desde el nacimiento hasta la muerte.
Claves: Idiófonos, palos de entrechoque.
Instrumentos populares de origen africano.
Códice: Libro
precolombino elaborado en hojas de papel del amate
Coetaneidad: Condición
en la que objetos de diferentes épocas comparten funcionalmente el mismo
período de tiempo.
Cofradía: Organización religiosa campesina, que funciona independientemente de la Iglesia católica. Celebran las fiestas tradicionales bajo la advocación
del santo patrono. En dicha celebración pueden o no unir esfuerzos con la
iglesia del lugar.
Contrabajo, violón o bajo: Cordófono de cuerda punteada y/o frotada, similar a un violín de gran tamaño.
Corcholata: Tapa hermética hecha de lámina con empaque de corcho, que sirve
para tapar las bebidas gaseosas.
Coro: Espacio físico construido y ubicado sobre la entrada principal de las iglesias coloniales. Por su excelente visibilidad, este lugar fue diseñado para ubicar a los grupos musicales e instrumentales que amenizaban los ritos religiosos católicos y pudieran tener contacto visual directo con el sacerdote oficiante.
Cronología: Orden correlativo establecido en el tiempo.
Cuñas: Clavijas
o clavos de madera que suspenden por medio de cuerdas, las teclas de la
marimba.
Cuauhtémoc: Último
emperador azteca (¿1495?-1525) que defendió heroicamente a México, fue vencido
y capturado. Sometido a tortura por negarse a dar información sobre el tesoro
real, soportó admirable y serenamente
el suplicio del fuego. Fue ahorcado por orden de Cortés.
Cultura: Cultivo
o accionar sobre una realidad social de la que emana un conjunto de
manifestaciones de las cuales, algunas expresan la vida tradicional de un
pueblo.
Dactilar: Relativo a los dedos.
Dios fálico: Deificación
de la autoridad y del poder, la fuerza y la dominación, representada por el cetro real, simbolizada por el órgano sexual masculino. Rito
ancestral de origen oriental.
Émbolo: Pieza interna de un aerófono (flauta) con forma de esférica o cilíndrica con que se puede extender o acortar la columna de aire interna, provocando con ello, sonidos agudos o graves, si el espacio de
la columna de aire es corto o más largo, respectivamente.
Empírico: Práctico.
Engrudo: Masa de almidón acuoso y cocido
que sirve para pegar papeles u otros objetos.
Ensarta: Manera compacta y segura de
sujetar por medio del amarre las mercancías. Como ejemplos, la ensarta de
cangrejos para su venta.
Escala cromática: Escala
musical dividida en doce medios tonos.
Escotadura: Nombre que se da al agujero frontal, superior, extremo, no dactilar,
donde finaliza el canal de soplo de las flautas de carrizo. Sinónimo de boca en la flauta dulce.
Espadas o machete: Idiófonos de golpe directo, de entrechoque de placas. Estas espadas o machetes son utilizados
en el baile de “moros y cristianos”.
Estratigrafía: Parte de la Geología que estudia las rocas en las capas terrestres.
Esta técnica es útil para ubicar en el tiempo artefactos que fueron elaborados
por los grupos humanos.
Etnia: Grupo humano en el cual todos sus miembros se identifican entre sí, con base en una real o presunta genealogía común, en lazos históricos, prácticas comunes sean estas lingüísticas o religiosas y que reclaman para sí una estructura social, un territorio, pero no necesariamente tienen un Estado político que lo represente.
Etnomusicología: Ciencia que estudia la música oral-tradicional.
Flautas globulares: Flautas precolombinas formadas por cámaras internas,
ovaladas e interconectadas.
Folsom: Pueblo norteamericano donde primeramente se registró ese específico tipo de puntas de flecha
elaboradas de obsidiana.
Fuerza Centrífuga: es cuando el objeto al que se le aplica la fuerza en un
giro curvilíneo, se aleja del centro generando un radio que se prolonga a medida que la fuerza aumenta.
Fuerza centrípeta: Es la fuerza o al componente de la fuerza que actúa
sobre un objeto en movimiento sobre una trayectoria curvilínea y que está
dirigida hacia el centro de curvatura de la trayectoria.
Fulminantes tradicionales: Artefactos que estallan al chocar por contacto
contra una superficie. Los fulminantes tradicionales se elaboraban con arenilla
y una gotita de nitrato de plata dentro de un cartuchito de papel de china y luego con los dedos
untados de engrudo, unían y retorcían
las esquinas superiores del papel hasta dejarlo compacto en una pieza. El
nitrato de plata lo obtenían deshaciendo una moneda de plata en ácido nítrico.
Guara: Guacamaya.
Güiro: Idiófono
de raspadura de palillos o tubos. Se ejecutan con una pieza doble de alambre
con mango de madera.
Guitarra: Cordófono
de origen latino, muy difundido por su popularidad en el mundo entero. Las hay en sus versiones de seis y doce cuerdas, siendo la primera la más popular.
Guitarrilla: Guitarra
de menor tamaño, de cuatro cuerdas, procedente de las guitarrillas europeas
antiguas.
Habanera: Ritmo del baile originado de La Habana, Cuba.
Herodes,
los: Baile inspirado en el Evangelio sobre el rey de Judea del año 40 al 4 a.C. que, según la historia católica, mandó a asesinar, en Belén, a todos los niños menores de dos años ante el anuncio del advenimiento de un rey que habría de dominar sobre los demás.
Hojalata: Lámina de
hierro, estañada por ambos lados.
Hormigo: Madera muy apreciada por su
dureza y buen sonido. Se usa para elaborar las teclas de las marimbas.
Huehuetl: Tambor de un solo parche que
usaron los aztecas. Se le adjudica origen sagrado.
Huestes: Ejércitos en
campaña.
Hule: Del nahuat ulli,
caucho. Goma elástica, de la savia del árbol de hule (Olguahuitl).
Idiófono: Instrumento que suena por la vibración del
material propio del instrumento musical.
Idioglota: lengüeta que es prolongación del marco del
instrumento musical, en una sola pieza.
Idolatrías: Es todo culto divino dado a
falsos dioses. Usualmente en muchos países, la religión oficial señala como
idólatra cualquier culto ajeno.
Incisiones: Cortaduras
que se hacen con un instrumento cortante.
Insuflación, canal de: Canal de soplo, interno, ubicado en la boquilla.
Intervalo: Distancia entre dos notas. Éstos pueden ser ascendentes, descendentes, conjuntos o disjuntos.
Juque o sacabuche: Membranófono de fricción muy antiguo, utilizado en los ritos de iniciación africanos desde hace unos 25,000 años. Ampliamente difundido en Europa. En El Salvador
se corta por el medio de la parte superior de la calabaza, (conocida también
como botella de peregrino o tecomate (Cucurbita vinatera). Luego se le coloca un pedazo de cuero crudo sobre el epicarpio –limpio y de boca amplia, provocada por el corte– del tecomate y se le amarra fijamente a la cintura de la corteza del fruto. En el centro del cuero se introduce una vara de cohete cubierta de brea, el cuero envuelve un extremo de la vara y se le amarra para que la fricción sea efectiva. El sonido es característico de la fricción. El nombre juque es onomatopéyico.
Lianas: Vea: Bejucos.
Literatura oral-tradicional: Literatura no escrita que es transmitida por medio de la palabra, de padres a hijos, de generación en generación, por medios
no académicos, etc.
Lítico: Relativo a la piedra.
Luthiers: Maestros
artesanos que fabrican instrumentos musicales.
Macaco: Moneda de plata, troquelada, que circuló durante la
Colonia.
Mango: Maneral, asidero.
Mandolina: Cordófono de origen oriental en su versión de fondo convexo. Tiene cuatro órdenes dobles de cuerdas.
Manufactura: Obraecha a mano.
Maracas: Voz caribe, de sonajas que se ejecutan en pareja.
Marimba criolla:: Instrumento de origen africano que se modificó en México
y América Central el siglo pasado, adquiriendo patas, escala cromática y mayor tamaño. Se diferencia del xilófono, porque ésta tiene
un mirlitón en la caja de resonancia, el cual le da su timbre característico.
Marimba de arco: Instrumento que toma su nombre por un arco que los separa del ejecutante. Casi no ha sufrido alteración de su original africano que incluye un mirlitón en su caja de resonancia.
Materiales corruptibles:: De corta duración.
Matraca: Idiófono, de golpe indirecto, de
sacudimiento, de marco, de péndulo. Origen árabe.
Medio tapadillo: Se utiliza para señalar en las flautas de carrizo la característica de que en su extremo terminal (en el nudo del carrizo) no está completamente abierto, ni cerrado, sino
perforado por un agujero reducido.
Memoria colectiva: Es el recuerdo guardado por la práctica de una colectividad, en un contexto económico social.
Mesoamérica: Cultura indígena que se extendió desde el norte de México hasta la mitad de Costa Rica.
Microtonalismo: Técnica de composición que puede emplear cuartas u octavas
partes de tono, de un intervalo de segunda mayor. Actualmente se le encuentra en la música oriental.
Mirlitón: Superficie elástica adherida a un cuerpo sonoro que vibra por simpatía
y modifica el timbre del sonido. Todo instrumento que modifica el timbre
del sonido por medio de una membrana, se conoce como mirlitón.
Monedas o bambas: Idiófonos, de golpe directo, de entrechoque, de placas.
Monedas que van chocando entre sí en los tocados de los moros en el baile de
“moros y cristianos”.
Monotonía casi hipnótica: Acto repetitivo, constante y monótono, que causa sueño o aletargamiento. Efecto que causan los arrullos en los niños, por ejemplo.
Moro: Antiguamente se le llamaba de esa manera al
habitante de Mauritania.
Morro: Vasija pequeña hecha del fruto del árbol de morro (Cresentia cujete, C. Alata, C. Ayete).
Morritos o guacalitos: (Cresentia Alata). Idiófono de golpe directo, de entrechoque de
vasos. Usualmente, ambas mitades de este fruto, limpio, se utilizan en los
jardines de infantes.
Nitsuga: Inversión de Agustín.
Nómada:: Errante, sin domicilio fijo. Grupo humano que se movilizaba con sus
haberes, de un lugar a otro, en búsqueda de alimento.
Obsidiana: Roca volcánica vítrea de color oscuro (gris o verde),
conocida popularmente como “piedra del rayo” de la que los indígenas elaboraban cuchillos, flechas y otros utensilios.
Oquedad: Superficie curva, en un cuerpo sólido, cuyo centro está
más hundido.
Orejas
de conacaste: Fruto del Enterolobium cyclocarpum.
Orfebrería tradicional: Artesanía que labra el oro y la plata para elaborar
objetos de uso personal, tales como anillos, aretes, pulseras, cadenas, etc.
Organología: Ciencia que estudia los instrumentos musicales.
Paleoindio: Sociedad cazadora y recolectora.
Palo zumbador: Paleta de madera, sujeta por uno de sus extremos, que, al ser girada
sobre la cabeza del ejecutante, corta el aire, haciendo un sonido intermitente.
Parche: Sinónimo de membrana o superficie templada, similar al
cuero o pergamino del tambor.
Pedúnculo: punto de unión entre el fruto y el tronco o la rama de la planta.
Pita: Cuerda hecha de la fibra del henequén.
Pito: En El Salvador, se le llama pito a todo lo que emite un sonido (por medio del aire, al soplarlos o por medios electrónicos): el pito del carro (Claxon), flautas de carrizo, ocarinas, mirlitones, cubiertas de chicle desechables forrados de papel celofán, de hojas vegetales, etc.
Pito de corcholata: Aerófono de soplo verdadero, de filo.
Pito
(flauta de carrizo): Aerófono,
flauta vertical de pico que posee seis agujeros dactilares.
Pito de lata: Membranófono,
mirlitón, de vaso.
Pito de pajilla: Aerófono de filo, sin canal de insuflación, longitudinal, aislada,
sin agujeros.
Pito
(ocarina): Aerófono de filo, con
canal de insuflación interno, aislada, vasculares con agujeros.
Polainas: Idiófono de golpe indirecto, de
sacudimiento de vasos de metal. Se usan en el baile de “los negritos”, de
Cacaopera.
Polifónico: Varias voces (instrumental o vocal) que interactúan simultáneamente, cada una con su propia
dinámica y libertad melódica.
Post-clásico: Según la arqueología
salvadoreña, es posterior al período clásico (1200 d.C. - 1524 d.C.)
Pre-clásico: Según la arqueología
salvadoreña, corresponde al tiempo anterior al del período clásico (1200 a.C. -
250 d.C.)
Pre-colombino: Antes de
la venida de Cristóbal Colón en 1492.
Preponderancia: Superioridad de crédito, mayor influencia o autoridad.
Productos
industriales de desecho: Materia
prima reciclable de la industria que se utiliza para la elaboración de objetos
sonoros y artesanías.
Protagonistas: Personas
que en un suceso cualquiera tienen la parte principal.
Proto-teponahuaste: Idiófono de golpe directo, antecesor del teponahuaste.
Quijada
de burro: Tiene doble
clasificación: 1. Idiófono, de sacudimiento, de percusión. 2. Idiófono de
raspadura.
Ramada: Construcción consistente en postes de madera o bambú,
sembrados en cuadro y unidos en su parte superior por varas. Sobre estas
últimas, se colocan ramas y especialmente ramas del cocotero, ciprés o también
para hacer almácigos. Las ramadas, tradicionalmente, sirven durante el día, para proteger del sol a los celebrantes de las fiestas patronales de los pueblos, así también, en reuniones
sociales, casamientos. Por la noche, protegen del sereno a los asistentes a los velorios.
Sacabuche: Membranófono de fricción que fue utilizado por los africanos en sus ritos de fertilidad desde hace unos 25,000 años. Probablemente, éste haya
dado origen al sack-but aerófono medieval similar al trombón de vara.
Sartales: Conjunto de objetos amarrados y pendientes de una cuerda.
Por ejemplo, los indígenas usaban en los bailes rituales, caracoles amarrados
y colgantes en tobillos y muñecas, en cuyo movimiento permitían el entrechoque
de éstos.
Sereno: Frío nocturnal al aire libre. Vigilante nocturno.
Sincrético: Mezcla de dos o más religiones,
culturas, formas de pensamiento.
Talapo o torogoz: Exceptuando
al quetzal, el talapo (Eumomota
superciliosa) es el ave más hermosa del país. Se caracteriza por tener
colores vivos en la cabeza, el
pecho y dorso. El resto es azul tornasolado y su cola está formada por dos
plumas que se interrumpen por el medio prosiguiendo su vena central y en la
parte terminal, las plumas vuelven a ensancharse.
Fue declarado ave nacional mediante decreto legislativo.
Tela: Membrana
sacada de la panza del cerdo, que se usa como mirlitón en los resonadores de la
marimba.
Temporada, la: Período que comprende la época de la corta del café, desde octubre en
los terrenos bajos, hasta febrero en las zonas más frías.
Teponahuaste: Tronco
hueco que ostenta unos cortes en forma de H
en su superficie superior, exponiendo dos lengüetas de diferente tamaño. Se le adjudica origen sagrado.
Timbal de agua: Membranófono de fondo redondeado y cóncavo, que se afina con agua.
Timbre: La voz característica del sonido que identifica a un
instrumento musical.
Tiple: Llaman
de esa manera en la zona de Izalco, a la baqueta o bolillo de doble cabeza
percutora, que usan en la marimba de arco.
Trompetas de madera: Trompetas
de 2.00 mts. aproximadamente, que formaban
parte de grupos instrumentales precolombinos.
Troncos ahuecados: Troncos de árboles de montaña que naturalmente han
perdido su centro leñoso. Cuando han pasado su período de madurez, los árboles comienzan a deteriorarse para
servir de alimento y protección a otros seres vivos, y, en ese proceso, caen y llegan a descomponerse sobre la superficie montañosa.
Txistu: Aerófono tradicional vasco.
Vasco: Pueblo
europeo de origen milenario, con historia, costumbres e idioma propio: el
euskera. Dicho pueblo, ubicado originalmente entre Francia y España,
actualmente forma parte de España.
Vaso: Es
toda oquedad que pueda servir como caja de resonancia.
Vasos silbadores: Invención
maya del pre-clásico. Consiste en dos recipientes interconectados por su base.
Uno de ellos, abierto por arriba y de boca ancha. El otro, cerrado, con un mínimo orificio. Se le echa agua al primero
y al ir llenándose éste, forma un vacío a presión en el segundo recipiente. Al aumentar la presión, el aire, al salir por el agujerito,
emite un silbido.
Vigente: Funcional en un lugar y tiempo determinado.
Voladores: Danza ritual que se efectúa en el Estado de Chiapas, en el sur de México.
Zarcillo: Consiste en cuerdas o juego de resortes que van sujetos diametralmente en el marco inferior externo del redoblante y al
ajustarse quedan en contacto con el pergamino o membrana inferior. La función
de este aditamento es, que, al
golpear la membrana superior, por “simpatía”, la vibración se reproduce en la
membrana inferior y por el contacto directo de ésta, con el zarcillo, se multiplican los golpes. De esta manera redoblan y resuenan los golpes en
el instrumento.
Zoomorfo: Que tiene forma o apariencia de animal.
Apéndice
Notas
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