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Yves Cotrel (1925-2019)
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología, vol.. 84, núm. 2, 2019
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología

Obituario



Recepción: 17 Marzo 2019

Aprobación: 17 Marzo 2019

DOI: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2019.84.2.967




YVES PAUL CHARLES COTREL nació el 25 de abril de 1925, en Dinan, Côtes-d’Armor, FRANCIA; y su destino fue ser un creador, un innovador, un revolucionario y una mente preclara del siglo XX en la Cirugía de las Deformidades Raquídeas.

Luego de cursar sus estudios en su ciudad natal, ganó el concurso y entró en la Facultad de Medicina de París, en donde finalizó su formación y Doctorado. Quería convertirse en Cirujano Obstétrico y volver a instalarse en su Bretaña natal, pero haciendo un remplazo de interno en la Maternidad de Neuilly-Sur-Seine aceptó –para ayudar a un amigo– una pasantía transitoria en el Institut Calot en Berck Plage (Berck-Sur-Mer, Côte d’Opale). Llegó a Berck el 6 de octubre de 1948, “se encuentra con la escoliosis” –como a él le gustaba decir–, y no se fue más de allí hasta su jubilación (casi 30 años después). Escribió con Georges Morel, Gaston Héripret y Jean Duriez uno de los capítulos más gloriosos de dicho Instituto, y colaboró para poner en el primer plano mundial, durante el siglo XX, a la Escuela Francesa de Cirugía Ortopédica.

Comenzó su carrera en el Institut Calot ocupándose del tratamiento ortopédico de los enfermos pótticos –que eran allí numerosos–, pero con el advenimiento de los antibióticos, el reclutamiento de todo tipo de deformidades espinales que dicho hospital tenía y el nombramiento del Prof. Jean Cauchoix como Cirujano Jefe del estableci-miento, rápidamente la atención, los cuidados y su investigación viraron hacia las deformidades. En 1953, Cau-choix –asistido por Cotrel– realizó la primera artrodesis para una escoliosis en el Calot. En 1958, Cotrel recibió una Beca de formación para visitar los principales Servicios de Ortopedia donde se trataba la escoliosis en los Estados Unidos: conoció y compartió así con John Cobb, Joseph Risser, John Moe, Ignacio Ponseti y Walter Blount, entre muchos otros. Se asombró, sin embargo, de la nula atención que sus colegas le prestaban al método ortopédico de corrección de Abbot –del que François Calot había sido el adalid en Europa–. Como dato anecdótico, durante la visita a Ignacio Ponseti en Iowa, su jefe –el gran Arthur Steindler– tenía como Fellow al Maestro argentino Rodolfo Cosentino, para quien Steindler escribió un resumen y un pensamiento de lo debatido con Cotrel. Atisbo quizás del futuro interés y relación de la escuela argentina de ortopedia con la escuela francesa de cirugía del raquis…

A su regreso de los EE.UU., en 1959, concibió y creó con un amigo la Sociedad de Fabricación de Materiales Ortopédicos (SOFAMOR), que inicialmente ocupó el taller de una antigua casa de reparación de sillas de ruedas, y que produjo y fabricó todos sus diseños en estos años, pero que tanta importancia cobraría en las décadas de los 80 y 90 cuando se convertiría en SOFAMOR-Danek. Durante su estadía, estableció también lazos fuertes con la Escuela Norteamericana y sembró los gérmenes de una serie de creaciones que produjo durante los siguientes 15 años: los yesos EDF (y su mesa correspondiente) –yesos que últimamente han sido revalorizados por dicha escuela como elemento terapéutico útil para las escoliosis de comienzo temprano–, la tracción continua activa preopera-toria, la mesa de cirugía espinal para corrección perioperatoria, el injerto autólogo en tirante de tibia –encastrado y fijado con ganchos en los extremos– y su distractor dinamométrico para insertarlo en corrección (precursor del método de Harrington si se quiere), y el famoso DTT que se asociaba a la barra de Harrington. Además, los lazos que erigió hicieron, por ejemplo, que, en 1967, sea el único invitado extranjero en la Segunda Reunión de la SRS creada el año anterior, y promovieron la fundación en 1968 del Grupo de Estudio de la Escoliosis (GES) junto con otros amigos (Pierre Stagnara, Pierre Queneau, Christian Salanova, Claude-Régis Michel).

En 1975, a los 50 años, cuando parecía estar en su mejor momento científico y profesional, sufrió tres paros cardíacos por una arritmia severa; debió entonces cesar su actividad profesional tomando un retiro prematuro, en 1977, “por invalidez definitiva”. Pero cuando todo parecía terminado por sus problemas de salud, Cotrel dio una enorme lección de vida y lejos de rendirse se lanzó entre 1978 y 1983 a la investigación de una nueva filosofía y una nueva instrumentación para la corrección de las deformidades raquídeas que permitiría mejores resultados y evitar todo tipo de contención posoperatoria.

Al asociarse al Prof. Jean Dubousset del Hôpital St. Vincent de Paul (Paris) vio la luz la “Instrumentación CD” (Cotrel-Dubousset) y el principio de la “corrección 3D”, que fueron adoptados rápidamente en el mundo entero; una verdadera “revolución” en la concepción de la deformidad, un “giro copernicano” que produjo una modificación drástica en los conceptos válidos hasta ese momento. Cientos de cirujanos espinales del mundo pasaron entonces por el Institut Calot durante los entrenamientos llamados “Semanas C-D” –en las que los argentinos “residentes extranjeros” teníamos una activa participación–, y más numerosos aún eran los que participaban de los encuentros anuales del GICD (Groupe International Cotrel Dubousset). Todos los que asistimos a dichos encuentros, fuimos testigos no solo del deseo de Cotrel de compartir sus conocimientos, sino también de su amabilidad y su generosidad: la primera caja de la instrumentación CD que llegó al país fue un regalo que hizo a uno de los argentinos para poder entrenar a los cirujanos en la técnica… Tenía cierta predilección por nosotros: siempre recordaba con afecto haber cantado “la Marsellesa” en Rosario –durante una reunión– a coro junto con los asistentes (argentinos)… Otro regalo: la Beca de Estudio CD que permitió a muchos cirujanos extranjeros formarse en la técnica y los principios. Cotrel emprendió así en los años que siguieron a la introducción de la Instrumentación CD una suerte de cruzada de formación internacional; al decir de un colega y amigo: “años que significaron la Edad de la Ilustración en la cirugía espinal”.

Durante estos años en los que Cotrel trabajó quizás aún más arduamente viajando por todo el mundo difundiendo las nuevas ideas y la nueva instrumentación, operó en muchos países y recibió numerosas distinciones, como la de Miembro de Honor de la SRS –así como de otras 10 sociedades nacionales más–, Comendador de la Legión de Honor de Francia y Comendador de la Orden de la Corona de Roble del Gran Ducado de Luxemburgo. Fue un verdadero trotamundos en pos de la educación y el intercambio.

Sin embargo, a pesar de la intensa actividad desplegada, Yves Cotrel siempre tenía tiempo para su familia –su esposa Marie-Lou y sus 8 hijos–. De hecho, algunos de sus hijos –especialmente su hija mayor Marie Hélène Plais Cotrel, y Philippe Cotrel (quien fuera un tiempo director de SOFAMOR)– se unieron a él en su esfuerzo de divulgación de la nueva filosofía. Y a tal punto llegó el compromiso de la familia Cotrel con la investigación de las enfermedades del raquis que, en 1999, decidió la creación de la “Fundación Cotrel” –con el apoyo del Instituto de Francia–, dedicada a “coordinar, apoyar y promover la investigación nacional e internacional en el ámbito de la salud y en particular de la patología raquídea”. Su idea era continuar su misión “al servicio de los pacientes”, trabajando ya no sobre los tratamientos, sino investigando las causas de la enfermedad.

En una de sus últimas conferencias, Yves Cotrel confesó que si había aprendido algo era que, en nuestra profe-sión, “hay que abrir grande las ventanas y las puertas de nuestra casa. Abrir las ventanas para ver lo que se hace en otras partes; eso estimula la reflexión y la autocrítica. Los errores de cada uno no son inútiles si sirven a los demás… Abrir las puertas para salir y ver en el lugar, observar, debatir, comparar, y también para recibir a todos los que ‘vienen a ver’”. La gran lección que había aprendido a lo largo del recorrido de su vida es que una misión no se la descarta; se la recibe y se la asume con modestia… Yves Cotrel cumplió ampliamente con la misión que asumió y será por ello recordado largamente. QEPD.

Patricio Manzone

Hospital Pediátrico “Dr. Avelino Castelán”, Resistencia, Chaco

Agradecimientos

El autor desea agradecer por la ayuda en la redacción y corrección del presente manuscrito a sus amigos y colegas, los doctores Jorge Cancinos, Claudio Fernández y Carlos Legarreta, así como a su antiguo jefe el Dr. Christian Morin del Institut Calot.)

Información adicional

Cómo citar este artículo: Manzone P. Obituario. Yves Cotrel. Rev Arg Asoc Ortop Traumatol 2019;84(2):197-198. http://dx.doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2019.84.2.967



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