Creación
POEMAS
Gramma
Universidad del Salvador, Argentina
ISSN: 1850-0153
ISSN-e: 1850-0161
Periodicidad: Bianual
vol. 32, núm. 65, 2020
Intemperie
En el cruce de dos ramas, una torcaza
alimenta a su cría que tiembla.
Llegaron cuando la luz del día lluvioso
empezaba a deslizarse hacia la oscuridad.
En el cielo los relámpagos iluminan apenas
el esqueleto grisáceo del fresno sin hojas
pero alcanzo a ver bajo la lluvia
a las palomas acurrucadas,
como si ese solo montón de plumas
palpitando en medio del
vendaval
fuese el corazón de la noche.
Ahora que la luz avanza nuevamente
ellas se sacuden y
vuelan hacia el tejado.
Lejos, algunos benteveos
Cantan.
Ráfagas
Este viento lleno de remolinos
y de ráfagas ululantes
me trae una sensación que de lejana
creí perdida.
Es una mezcla de temor y
alegría:
la confianza de sentirme a salvo
en el borde exacto
del vendaval.
Candiles
La noche cerrada avanza
llena de pequeños candiles.
Cuando mis ojos se acostumbran
y mi oído se aguza,
los ruidos me iluminan.
Un rozar o un chasquido brillan: las sombras
se acunan entre las hojas del sueño que cae
hasta que el viento afina otra vez
sus voces de caña.
Entonces amanece y la mañana esconde
los rumores luminosos de la noche.
Corazón de Buey
¿Cuánto tiempo palpita el germen vivo
dentro de su carozo?
Toda su forma contenida allí:
un árbol lleno de ciruelas rojas, llamadas corazón de buey,
y la memoria atávica de aguaceros,
primaveras tempranas, el calor
de la tierra que lo cubre.
Sin embargo, despierta devorado
ya por la pérdida
mientras echa ramas y
frutos
hasta el último latido.
Fuego en el monte
La quema de los
pastos
se propagó hasta el monte
y de allí hasta el camino.
Quedaron, como fantasmas vigilantes, tizones negros, huecos deshabitados
y raíces ardientes
en las que anidan solo brasas vivas.
Unos cuises atraviesan la ruta y
veo que en sus
pequeños lomos
llevan los signos del fuego.
Desde la negrura
espían los ojos sonámbulos
de los pájaros muertos.
Notas