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Clase pueblo. Subjetivación política y grupos subalternos
Aldo Fabián Hernández Solís
Aldo Fabián Hernández Solís
Clase pueblo. Subjetivación política y grupos subalternos
Pueblo Class. Political subjectivation and subaltern groups
Analéctica, vol. 0, núm. 2, pp. 14-27, 2014
Arkho Ediciones
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Resumen: El concepto de “pueblo” se pierde en la polisemia, en el lugar común de su uso en la política y en la poca claridad que acarrea. En las páginas que siguen se encuentra, una reflexión sobre el concepto “pueblo” desde la subjetividad política que se nutre de algunos planteamientos de Ernesto Laclau (1978, 2006, 2011), Jacques Rancière (1975, 1991, 1996, 2003, 2006, 2006b, 2007, 2010) y Enrique Dussel (2001, 2006); y la propuesta conceptual de “clase pueblo”. La idea de pensar al “pueblo” en clave clasista no es nueva, sin embargo, ha sido relegada de la academia en los últimos tiempos, este trabajo la recupera y la teoriza. “Clase pueblo” se propone ser un concepto que ayude a leer los procesos de irrupción política de los grupos subalternos que se viven en múltiples y diversos lugares de México y América Latina. Palabas clave: clase, pueblo, emancipación

Abstract: The concept of "people" is lost in polysemy, in the common place of its use in politics and in the lack of clarity that it brings. In the pages that follow you will find a reflection on the concept of "people" from political subjectivity that is nourished by some approaches of Ernesto Laclau (1978, 2006, 2011), Jacques Rancière (1975, 1991, 1996, 2004, 2006, 2006b, 2007, 2010) and Enrique Dussel (2001, 2006); and the conceptual proposal of "class people". The idea of ​​thinking of the "people" in a classist way is not new, however, it has been relegated from the academy in recent times, this work recovers it and theorizes it. “Pueblo class” aims to be a concept that helps to read the processes of political irruption of subaltern groups that live in multiple and diverse places in Mexico and Latin America.

Keywords: class, people, emancipation.

Carátula del artículo

Clase pueblo. Subjetivación política y grupos subalternos

Pueblo Class. Political subjectivation and subaltern groups

Aldo Fabián Hernández Solís
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México
Analéctica
Arkho Ediciones, Argentina
ISSN-e: 2591-5894
Periodicidad: Bimestral
vol. 0, núm. 2, 2014

Recepción: 01 Octubre 2013

Aprobación: 30 Diciembre 2013


El concepto de “pueblo” se pierde en la polisemia[i], en el lugar común de su uso en la política y en la poca claridad que acarrea. En las páginas que siguen se encuentra, una reflexión sobre el concepto “pueblo” desde la subjetividad política que se nutre de algunos planteamientos de Ernesto Laclau (1978, 2006, 2011), Laclau y Mouffe (1987) Jacques Rancière (1975, 1991, 1996, 2003, 2006, 2006b, 2007, 2010) y Enrique Dussel[ii] (2001, 2006); y la propuesta conceptual de “clase pueblo”. La idea de pensar al “pueblo” en clave clasista no es nueva, sin embargo, ha sido relegada de la academia en los últimos tiempos, este trabajo la recupera y la teoriza. “Clase pueblo” se propone ser un concepto que ayude a leer los procesos de irrupción política de los grupos subalternos que se viven en múltiples y diversos lugares de México y América Latina[iii].

La noción de “pueblo” que quiero rescatar[iv] se puede ejemplificar con la pieza pictórica “La libertad guiando al pueblo” de Eugéne Delacroix. En este cuadro del romanticismo el personaje principal es el “pueblo”, sin embargo, la forma en la que esta representado es muy característica. En él se aprecia una escena de lucha, una barricada, la libertad (en forma de mujer) y el pueblo armado, desbordado, caminando hacia adelante, por encima de cuerpos de combatientes caídos. Dejando al espectador la alternativa de unirse o de ser arrollado por ese “pueblo”. Aquí, el “pueblo” aparece como sujeto de la historia en su lucha política[v]. Es la señora Libertad la que le da al “pueblo” la capacidad de ser sujeto histórico[vi].

Dejando de lado los límites de una analogía gráfica, esta imagen permite ejemplificar una visión de “pueblo” como sujeto político en lucha, como sujeto histórico, diferenciándose de otras posibles miradas que ven al “pueblo” como sustancia, como el número de personas que comparten una situación (los pobres) o un lugar en una estructura[vii].

“Pueblo” es un sujeto político e histórico. Entendiendo por política la forma en que sujetos colectivos inciden en el ahora y en el futuro. Pero “pueblo” se diferencia de otros sujetos políticos ya que es uno opuesto al poder y antagónico a una dominación. Ya sea: “la parte de los sin parte” (Rancière, 1996), el “bloque histórico de las clases subalternas” (Laclau, 2006) o una “cadena de equivalencia, fruto de demandas insatisfechas” (Laclau, 2006), el rasgo característico del “pueblo” es mostrar una oposición al estado de cosas, al poder y a las clases dominantes.

Por tanto, el antagonismo es parte central de la definición de “pueblo” ya que es el ámbito de experiencia (Modonesi, 2010) por el que se constituye. Esto hace del antagonismo un proceso de subjetivación política[viii]. El carácter antagonista del sujeto “pueblo” no implica la superación de la dominación o un actuar autónomo por parte de los sujetos. La experiencia antagonista[ix] del “pueblo”, parte de reconocer el origen subalterno o dominado de él. El carácter antagónico del “pueblo” es con respecto al poder y con las clases dominantes, de ahí que su origen sea el de la dominación y su experiencia subalterna.

El “pueblo” no tiene una existencia permanente, no es algo preexistente a la acción política, como señala Dussel, el “pueblo” antes de su lucha “es una cosa a disposición de los poderosos” (Dussel, 2006). El “pueblo”, parafraseando a E.P. Thompson (1966, 1984,1989, 2001), no es, va siendo y está presente en su misma construcción. El “pueblo” se establece a partir de oposiciones, la frontera antagónica que separa cadenas equivalenciales (Laclau, 2006), el desacuerdo sobre el reparto de lo sensible (Rancière, 1996, 2007) y la lucha contra una dominación a favor de la voluntad de la vida (Dussel, 2006), dan cuenta de la primacía del antagonismo en la conformación del “pueblo”.

“Pueblo” es un sujeto político contingente que se conforma en el fragor de la historia. Sin embargo, y aquí recupero a Laclau (2011), “pueblo” es también articulación, conformación de un bloque histórico de los de abajo. Esto es fundamental, ya que no hay un sujeto “pueblo” pre-existente. El ámbito del “pueblo” son los subalternos y grupos críticos de la sociedad (Dussel, 2001). La articulación necesaria para conformar al “pueblo” da cuenta de la heterogeneidad y complejidad social. El mundo subalterno, lugar de conformación del “pueblo”, es un espacio abigarrado por trayectorias diversas, múltiples experiencias de lucha y distintos tipos de dominación. La unidad del mundo subalterno no es automática, ni natural, al contrario, pasa por procesos de articulación por medio de una lucha hegemónica.

La articulación como proceso en que aparece el “pueblo” está presente en la reflexión de Laclau quien señala, como momento de conformación del “pueblo”, la condensación de una cadena de equivalencia por medio de un significante vacío (Laclau, 2006), y en Dussel quien observa al pueblo como la conformación de un “bloque social de los subalternos” a partir de un “hegemon analógico” (Dussel, 2006). “Pueblo” se construye a partir de la unión que se da en los grupos y sectores subalternos (o insatisfechos (Laclau, 2006) de una sociedad. Articulación como unión, como conformación de un sujeto que no existe como algo natural y cuya unidad no está inscrita en el destino, será una característica del “pueblo”. Esta contingencia y necesidad de articulación, centra la atención en el proceso de construcción del “pueblo”, en el hacer “pueblo” a partir de la unión. El “pueblo” no es, se hace.

“Pueblo” como sujeto producto de una articulación de las clases, sectores y grupos subalternos junto con sectores críticos, implica un paso hacia la superación de la dominación cuyas características son, de acuerdo a Gramsci, desunión, estar disgregados y sufrir la iniciativa de las clases dominantes. “Pueblo” es la constitución de un sujeto histórico, son los mismos sujetos dominados en su irrupción política (Rancière, 1996; Dussel, 2006).

Esta característica del “pueblo” indica otra que se relaciona con el ámbito de lucha en el que participa. Lejos de las demandas específicas de los movimientos sociales, el “pueblo” disputa el poder y la dominación. Su mirada, al ser producto de una articulación amplia del campo subalterno, es el cambio de régimen y no demandas puntuales. Las demandas del “pueblo” son amplias y de una radicalidad suficiente para unir a las diversas demandas particulares de sectores y grupos subalternos, lo que implica una reconfiguración de dichas demandas en una más amplia, como Laclau y Dussel lo sugieren. Con esto no se niega una relación entre los movimientos sociales y el “pueblo”, al contrario, generalmente los movimientos son la punta de lanza del “pueblo”, los primeros indicios de una articulación de los de abajo.

“Pueblo” como sujeto producto de una articulación de grupos y sectores subalternos antagónicos al poder y a las clases dominantes, queda corto en su significante. La visión que estoy planteado de “pueblo” se acerca a un funcionamiento de clase, por lo que planteo el concepto de “clase pueblo” (Rancière, 1996). Esta idea (la de “pueblo” como clase) ha sido utilizada por alguna historiografía marxista, incluido el propio Marx y por otros pensadores[x]. El concepto de “clases populares” está en sintonía con lo que propongo. Creo que, si bien la idea de entender al “pueblo” como clase ya está presente en muchos trabajos, no ha sido teorizada con amplitud y en los últimos tiempos ha sido relegada del ámbito académico.

Antes de establecer el concepto de “clase pueblo” es preciso plantear la noción de clase a utilizar, que es entenderla como relación y proceso. El concepto de clase social es eminentemente marxista. En la obra de Marx el concepto de clase aparece de dos formas que han dado pie a dos lecturas distintas de clase. Una, en la que las clases son producto de un modo de producción particular y se establecen a partir del lugar que se ocupa dentro del proceso productivo y a la que le corresponde cierta conciencia. Otra, socio-histórica, que establece a las clases sociales como la relación entre productores y apropiadores y las considera como sujetos históricos a partir de la lucha de clases.

Marx percibió la complejidad que contiene el concepto de clase, tanto así, que llegó a pensar dos momentos de su conformación. En “El 18 brumario de Luis Bonaparte” al referirse a los campesinos parcelarios de Francia, durante la coyuntura revolucionaria, señala que se comportaron, a causa de condiciones específicas de Francia en esos años, no como clase, a pesar de serlo. De ahí que Marx haga el planteamiento de que, si bien representan una “clase en sí”, (una clase social a nivel económico), a nivel político no lo fueron, ya que no habían adquirido una organización y conciencia de sus intereses, no son, aún, una “clase-para sí”. Lo que trae a cuenta una visión de la clase como sujeto-histórico en donde la lucha política fruto de relaciones de dominación, es la parte central.

Estos postulados de Marx abrieron vetas de análisis, para el estudio económico, sociológico e histórico. La teoría de las clases sociales siguió dentro del marxismo un itinerario amplio y diverso, en donde se pueden encontrar por lo menos dos maneras de concebirlas: 1) clase como lugar en la estructura (estilo geológico (Meikins, 2000) y 2) clase como relación y proceso. Cada una de estas opciones acarrea una serie de consecuencias en el campo teórico y también en el proyecto político.

Este trabajo recupera una noción de clase como relación y como proceso. De raíz marxista, esta visión fue desarrollada por E.P. Thompson (1966) a lo largo de sus trabajos, y retomada por Ellen Meikins Wood (2000), entre otros pensadores. En oposición a definiciones estructuralistas y mecanicistas, Thompson propone una visión del concepto de clase como proceso y como relación, donde la clase está presente en su propia construcción. En palabras de Thompson “la clase la definen los hombres mientras viven su propia historia y, al fin y al cabo, esta es su única definición” (Thompson, 1989).

A lo largo de su obra, Thompson debate temas centrales en torno al concepto de clase, a la par del trabajo histórico, formula ideas y reflexiona sobre conceptos y teorías. Se encuentra en su obra una visión de clase que si bien no niega el aspecto material que permite su formación presta mayor atención al proceso en que se construye. En su concepción de clase aspectos como el entramado cultural y la lucha misma adquieren relevancia, junto con las tradiciones y las leyes.

El concepto de “experiencia” que Thompson define como “dialogo entre el ser y la conciencia social” (Thompson, 1989), funciona como la liga entre las condiciones materiales y los procesos de conciencia y de construcción de sujetos. Esta experiencia implica toda la complejidad que hay detrás de los sujetos, su pasado, tradiciones, sus esperanzas y las diversas situaciones que se les presentan (las condiciones materiales de dominación y explotación).

La clase es también un proceso de unión y articulación de sujetos y sectores diversos, y la creación de una identidad a partir una “experiencia” común. Punto a destacar, la clase actúa a favor de sus intereses y en oposición (antagonismo) a clases opuestas a la suya, a intereses contrapuestos a los suyos (Thompson, 1989).

La clase, por lo tanto, se forma como proceso en el que ella está presente, pero, además, implica relaciones desde tres ámbitos: 1) en relación a la experiencia de explotación y dominación, 2) en relación externa como antagonismo o lucha de clases y 3) relación interna como articulación y unión.

Como se puede notar, hay puntos de encuentro entre lo que hemos escrito sobre “pueblo” y la noción de clase como proceso y relación. En primer lugar, tanto “pueblo” como clase son sujetos históricos, también, los dos se constituyen a partir de procesos, en tercer lugar implican relaciones con otras clases y en lo interno (antagonismo y articulación según el caso); y, por último, los dos tienen una matriz objetiva social, en el caso de la clase obrera y del “pueblo” se estructuran a partir del ámbito de experiencia de la subalternidad (Modonesi, 2010). Es por eso que propongo hablar de “clase pueblo” cuando se piense en el “pueblo” como sujeto histórico- político antagónico a una dominación.

El concepto de “clase pueblo” ayuda a diferenciar al “pueblo” como sujeto histórico contrario a una dominación, de otros de los múltiples significados de “pueblo”. “Clase pueblo”, además, permite centrar la mirada de análisis en los procesos de dominación clasista que se dan en la sociedad[xi].

“Clase pueblo” da cuenta de la profunda heterogeneidad del mundo social que hoy no puede reducirse a un sujeto colectivo pre-determinado. Se puede decir que la conveniencia y actualidad de un concepto como “clase pueblo” radica en la pérdida de centralidad de la clase obrera como sujeto histórico[xii]. “Clase pueblo” es producto de una articulación de sujetos, grupos y otros sectores, que comparten una experiencia de dominación o la crítica a dicha dominación.

A diferencia de ciudadanía, sociedad civil y los movimientos sociales[xiii], “clase pueblo” permite pensar la política como lucha y emancipación. “Clase pueblo” disputa una dominación particular, sus demandas no serán específicas de un sector, (aunque las contenga), sino será una demanda por el cambio de régimen. Será una demanda que se aleja de reclamos y demandas puntuales, para centrarse en la disputa del poder político y la transformación social.

“Clase pueblo” contiene un potencial político ya que lleva intrínsecamente una estrategia. Como ya se explicó, “clase pueblo” es un sujeto producto de la unidad por medio de una articulación de las clases, sectores y grupos subalternos junto con sectores críticos de la sociedad. Esto lleva a una estrategia política que pasa por la organización y la unidad de los propios subalternos. Hay una política en la teoría. En el caso de “clase pueblo” existe una estrategia política alejada de vanguardismos y del dar por hecho su existencia. La “clase pueblo” se construye y los sujetos están presentes en su construcción (es auto-organización y auto-emancipación). La estrategia política se vuelve disputa contra-hegemónica. La liberación parte de los propios sujetos dominados, con su tradición, sus experiencias, su cultura, toda ella reconfigurada en pos de la emancipación[xiv].

Señala Rancière que una característica de la democracia liberal es la desaparición del “pueblo” (posdemocracia) (Rancière, 1996). En la academia esta desaparición también ha ocurrido, el debate de los sujetos dio paso al de la acción colectiva y “pueblo” fue cediendo terreno a conceptos como los de “ciudadanía”, “opinión pública” y “sociedad civil”, (en su sentido liberal no gramsciano). Por otra parte, la reflexión sobre la política y lo social fue desprovista de nociones como dominación, clases y emancipación; el antagonismo dio paso al consenso; la disputa política dio paso a demandas específicas impulsadas por movimientos sociales.

El “pueblo” quedó relegado de la reflexión política, aparecía principalmente como lugar común del discurso político, donde se le podía mencionar con engaños y demagogia, sin hacer mención a su potencialidad de hacer historia ni a su contenido social.

El regreso del “pueblo” como sujeto histórico-político, (como “clase pueblo”), en la academia, presente en el pensamiento de Laclau (1978), Dussel y Rancière, va acompañado de una recuperación de la política como disputa y de lo social como dominación. La “clase pueblo” podría ser ese fantasma que en el siglo XIX recorría Europa y hoy aparece con fuerza en nuestra América Latina. Como suele suceder, el pensamiento social va un paso atrás de la realidad, creo que no es casual el regreso de un pensamiento sobre el “pueblo” en nuestros días. La actualidad latinoamericana es un ejemplo de irrupción política de grupos subalternos en contra de una dominación. La heterogeneidad social, la articulación compleja de sectores y grupos, así como, la ambigüedad en demandas y proyectos, hace necesario un pensamiento político creativo, alejado de los cánones liberales que dé cuenta de estos procesos. Es en este contexto donde el concepto “clase pueblo” tiene su potencial explicativo.

A modo de síntesis y cierre, señalo las características y aspectos centrales que contiene el concepto de “clase pueblo”:

  1. 1. La “clase pueblo” es un sujeto histórico-político.
  2. 2. No es un sujeto preexistente, se construye como proceso y en la lucha.
  3. 3. Su construcción parte de los subalternos y los sectores críticos a una dominación.
  4. 4. Es un sujeto antagonista a la dominación y a las clases dominantes.
  5. 5. Es el sujeto de la emancipación, que es auto-emancipación de los subalternos.
  6. 6. Contiene una relación en lo interno como articulación de clases, grupos y sectores, y en lo externo como lucha.
  7. 7. Se construye a partir de un proceso en donde la “clase pueblo” aparece con sus raíces históricas y su memoria, no hay tabla rasa con el pasado, este se direcciona a favor de la emancipación.
  8. 8. Su mirada está puesta en el cambio de régimen, no en demandas aisladas y puntuales.

Material suplementario
Bibliografía
Dussel, Enrique, (2001) Hacia una filosofía política crítica, Desclée de Brower, Bilbao
Dussel, Enrique, (2006) 20 tesis de política, Siglo XXI-CREFAL, México
Laclau, Ernesto, (1978) Política e ideología en teoría marxista: capitalismo, fascismo, populismo, Siglo XXI, México
Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal (1987) Hegemonía y Estrategia Socialista, Siglo XXI, Madrid España
Laclau, Ernesto, (2006) La Razón populista, FCE, México
Laclau, Ernesto, (2011) Debates y combates, por un nuevo horizonte de la política, FCE, Buenos Aires, Argentina
Modonesi, Massimo (2010) Subalternidad, Antagonismo, Autonomía. Marxismos y subjetivación política, CLACSO, Buenos Aires
Meikins, Ellen (2000) Democracia contra capitalismo, Siglo XXI México
Rancière, Jacques, (1975) La lección de Althusser, Galerna, Buenos Aires
Rancière, Jacques, (1991) Viajes al país del pueblo, Nueva Visión, Buenos Aires
Rancière, Jacques, (1996) El desacuerdo: Política y filosofía, Nueva Visión, Buenos Aires
Rancière, Jacques, (2003) El maestro ignorante, Leartes, Barcelona
Rancière, Jacques, (2006) El odio a la democracia, Amorrortu, Madrid
Rancière Jacques, (2006) (b) Política, policía, democracia, LOM ediciones, Chile
Rancière, Jacques, (2007) En los bordes de la política, La Cebra, Buenos Aires
Rancière, Jacques, (2010) La noche de los proletarios, Tinta limón ediciones, Buenos Aires
Thompson, E.P. (1966), The making of the English working class, Vintage Books Random House, New York
Thompson, E.P. (1984), Tradición, Revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial, Critica, Barcelona
Thompson E.P. (1989) La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona, Crítica
Thompson, E.P. (2001), Costumbres en común, Critica, Barcelona
Notas
Notas
i Algunos significados de “pueblo” son: 1) denominación territorial de un poblado (el pueblo de Atotonilco, el pueblo de Ticoman), 2) el componente humano de un Estado (el pueblo mexicano, francés etc.), 3) una parte de la población (los más, los pobres, los originarios), 3) el ente soberano de un Estado; y 4) la totalidad de la población.
ii La recuperación no será a partir de complementariedad, sino de forma libre recuperado nociones y reflexiones, presentes en alguno de las reflexiones de Laclau, Dussel y Rancière. Llegando a una visión de pueblo con relación a la de los autores, pero también contraria a algunos puntos de su reflexión.
iii El contexto de reflexión de estas inquietudes son los procesos políticos populares que se están viviendo en varios países de Latinoamérica: Bolivia, Venezuela, Argentina y Ecuador. Así como el movimiento obradorista de México.
iv Rescatar ya que la idea del actuar del “pueblo” como clase es vieja y hay ejemplos claros en la historiografía marxista y en por ejemplo en los trabajos Pitor Koprotkin y su “Historia de la Revolución Francesa”. Esta visión de “pueblo” como clase, queda de manifiesto en el término “clases populares”.
v De hecho, el cuadro hace referencia a las “Tres jornadas gloriosas” del 27, 28 29, de julio de 1830 en Paris. Jornadas en que el pueblo francés de estirpe liberal derroca a Carlos X.
vi Este tipo de representación no ha sido la única de la pintura, por ejemplo de “El taller del artista de Coubert se aprecia un “pueblo” sin alma como cosas, posando inermes ante la mirada del autor ahí representado, esta obra “El taller del artista” es un buen ejemplo pictórico de una visión del pueblo como sustancia, estructuralista en oposición en una que mira al “pueblo” como sujeto hacedor de historia.
vii Cuya analogía gráfica sería “El taller del artista” de Coubert.
viii Rancière justo piensa a la política (en clave antagonista) como proceso por el que aparece el “pueblo”, como proceso de su aparecer que hace estallar el orden de lo sensible.
ix Massimo Modonesi define al antagonismo como subjetivación política del siguiente modo: “El antagonismo sería, en grandes líneas, el rasgo característico de la subjetivación conflictual, es decir, la matriz de configuración de los aspectos subjetivos forjados al calor de la lucha y por medio de la experiencia de insubordinación, en el cruce entre espontaneidad y conciencia.” Ver, Massimo Modonesi, Subalternidad, antagonismo y autonomía: marxismo y subjetivación política, CLACSO, PROMETEO LIBROS, Buenos Aires, 2010, pág. 83.
x Un ejemplo paradigmático puede ser la “Historia de la Revolución Francesa” de Piotr Kropotkin, en donde el eje que guía su trabajo es la participación del “pueblo” en esta Revolución. En México la colección “México un pueblo en su historia” coordinada por Enrique Semo fue en el mismo sentido, y también la Revolución Interrumpida, de Adolfo Gilly.
xi Cuestión que desaparece con algunos conceptos como sociedad civil, ciudadanía, movimientos sociales. Y que el termino clase le aporta al de pueblo, para subrayar esta cuestión.
xii Dicha centralidad en el caso de un país como México nunca fue clara, al contrario esa centralidad histórica siempre recayó en articulaciones complejas de sectores, clases y grupos diversos y amplios.
xiii Como acción colectiva con demandas específicas y puntuales.
xiv Como acción colectiva con demandas específicas y puntuales.

Este pasado y tradiciones del pueblo direccionalizado, se aleja de la mirada romántica sobre las costumbres del pueblo y su añoranza, su importancia y su potencialidad se expresa en el posible uso para la transformación social, para la emancipación.

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