Resumen: En la actualidad diferentes estudios sugieren que el capital social es un determinante clave de la salud física y psicológica en la población; sin embargo poco se sabe acerca de la relación entre éste y las conductas asociadas a los estilos de vida. El presente estudio tiene como objetivo identificar las evidencias empíricas que evalúan la relación entre el capital social y las conductas asociadas a los estilos de vida mediante una revisión de la literatura. Se examinaron fuentes originales en inglés, español y portugués de las bases de datos: Pubmed, Scielo, Ebsco, Google Scholar y Sciencedirect entre los años 2000 y 2017; utilizando los siguientes descriptores: capital social, estilos de vida, conductas de salud. La muestra final quedó conformada por treinta y seis (36) artículos. Los hallazgos evidencian que el capital social se relaciona con todos los factores asociados a los estilos de vida en mayor o menor magnitud.Los estudios sustentan la idea de que la participación social, las redes sociales de apoyo, la confianza social y la membresía como elementos del capital social, poseen una influencia notable sobre los estilos de vida, de allí su importancia de incorporarlo en futuros programas e intervenciones de promoción de la salud.
Palabras clave:capital social, estilos de vida, promoción de la salud.
Abstract: Currently many studies suggest that social capital is a key determinant of physical and psychological health in the population; however little is known about the relationship between this and the behaviors associated with lifestyles. The aim of this study is to identify, through a review of the literature, the empirical evidence that assesses the relationship between social capital and behaviors associated with lifestyles. Original sources in English, Spanish and Portuguese of the databases were reviewed: Pubmed, Scielo, Ebsco, Google Scholar and Sciencedirect between the years 2000 and 2017; was using the following descriptors: social capital, lifestyles and health behaviors. The final sample consisted of thirty-six articles. The findings suggest that social capital is related to all the factors associated with lifestyles to a greater or lesser extent. Studies support the idea that social participation, social support networks, social trust and membership as elements of social capital have a significant influence on lifestyles, hence the important of incorporating it in future programs and interventions of health promotion.
Keywords: Social capital, lifestyles, health promotion.
Articulos de Revision
CAPITAL SOCIAL Y ESTILOS DE VIDA: UNA REVISIÓN DE LA LITERATURA
Social capital and lifestyles: a review of the literature
Recepción: 23 Junio 2018
Aprobación: 01 Julio 2018
El término capital social ha sido por mucho tiempo tema de interés entre los profesionales dedicados al estudio de los fenómenos que tienen lugar en el seno de una sociedad. También ha generado intensos debates debido a sus múltiples acepciones, definiciones, dimensiones, e incluso, en cuanto a su validez como teoría científica.
Actualmente existen variados enfoques y posturas con respecto a este término, y sus aplicaciones se direccionan hacia la capacidad de movilizar recursos, la pertenencia a redes, las fuentes que la originan, las acciones (individuales o colectivas) que la infraestructura del capital social posibilita, así como las consecuencias y resultados favorables o desfavorables que se pudiesen generar1.
Para Bourdieu y Loïc2 el capital social es entendido como el conjunto de recursos reales o potenciales asociados con una red extensa y duradera de vínculos más o menos institucionalizados de conocimiento o reconocimiento mutuo. Por su parte, James Coleman3 y Robert Putman4 expresan que el capital social comprende un conjunto de atributos propios de una determinada sociedad, como la confianza y el compromiso mutuo entre los miembros que la componen, las normas de reciprocidad y sus redes de participación colectiva que pueden incrementar su eficiencia al facilitar acciones comunes y coordinadas. De esta manera, el capital social expresa los atributos del colectivo más que de los individuos.
En la actualidad se reconocen dos tipos de capital social, el primero relacionado con el capital social cognitivo y el segundo con el capital social estructural5. El capital social cognitivo hace referencia a elementos ideológicos que son reforzados por la cultura como valores, actitudes, creencias y normas que posibilitan comportamientos cooperativos6. Mientras que el capital social estructural está relacionado con reglas, roles, precedentes, procedimientos y una extensa variedad de redes e instituciones, que podrían vincular a los individuos de manera horizontal –relaciones recíproca entre grupos que comparte características similares- o vertical -distintos niveles de poder y recursos dentro del colectivo- dentro de una sociedad7. Más recientemente, se incorporan dos tipos de capital social a los ya descritos anteriormente, el capital social de los procesos formales que está relacionado con los procesos estructurados y/o legales, y el capital social de los procesos informales, referido a las interacciones con miembros de la comunidad, parientes, compañeros y/o amigos.8
Los estudios han demostrado la influencia que posee el capital social sobre la salud, mostrando beneficios tanto para la salud física como psicológica y el bienestar de las personas8,9-12. La conexión entre capital social y salud que a juicio de los autores y siguiendo los planteamientos de Cullen y Whiteford13, se puede establecer mediante dos vías hipotéticas. Una primera vía que plantea que el capital social posee un efecto directo sobre diversos indicadores de salud física y psicológica, tal como lo describen algunos investigadores en sus estudios 9, 10,11,14-16. La segunda vía plantea que el capital social posee un efecto indirecto sobre la salud a través de tres mecanismos: a) los comportamientos saludables, ya que el capital social influiría en los hábitos de salud de los miembros de una comunidad, promoviendo que se difunda información respecto a la salud e incrementando la probabilidad de que las personas adopten normas de comportamientos saludables, además de ejercer un control social sobre el colectivo previniendo conductas nocivas o perjudiciales para la salud, b) el acceso a los servicios, donde la comunidad unida solicitaría y accedería con mayor facilidad a los servicios y c) los procesos psicosociales, donde el capital social provee a las personas de mayor apoyo afectivo que favorecerían su autoestima y el respeto mutuo, y con ello un mejor logro de indicadores de salud13 (Figura 1).
En la literatura a nivel nacional e internacional son amplios los estudios que refieren que el estilo de vida que llevan a cabo las personas son los principales determinantes de la morbilidad, la mortalidad y la salud17. Así por ejemplo, las conductas relacionadas a la alimentación están estrechamente relacionadas con enfermedades como la diabetes, cardiovasculares y el cáncer18, un incremento en la actividad física está relacionada con una mejor percibida de salud19, las personas fumadoras poseen una expectativa de vida 10 años inferior a los no fumadores20 y adecuados hábitos de sueño está asociado con mejores indicadores de salud y bienestar 21. También se sabe que el capital social es un determinante clave de la salud, sin embargo poco se sabe acerca de la relación entre éste y los factores asociados a los estilos de vida, que podría actuar este último como un factor mediador entre el capital social y la salud física y psicológica.
Por lo tanto, el presente artículo tiene como propósito identificar la información disponible acerca de la relación entre el capital social y las conductas asociadas a los estilos de vida, a través de una revisión de la literatura.
Los artículos de la presente revisión se obtuvieron de la consulta directa y acceso vía internet de los documentos recuperados en las siguientes bases de datos: Pubmed, Scielo, Ebsco, Google Scholar y Sciencedirect. Tras realizar la revisión se hizo una nueva búsqueda tomando en cuenta las referencias de los artículos ya encontrados.
Como estrategias de búsqueda se usaron las siguientes ecuaciones de búsqueda: “capital social and estilos de vida”, “capital social and conductas de salud” “capital social and drogas” “capital social and actividad física” “capital social and alimentación” “capital social and salud oral” “capital social and vacunación” “capital social and conducta sexual” y “capital social and sueño” en español, inglés y portugués. Estos términos fueron tomados del tesauro de ciencias de la salud (DeCS), según la página: www.decs.bvs.br.
Como criterios de inclusión se tuvieron los siguientes: 1). los estudios deben ser artículos primarios, publicados en revistas reconocidas, indexadas y revisadas por pares, 2). ser escritos en inglés, portugués o español, 3). que aborden la relación entre el capital social y los estilos de vida, 4). que se hayan publicado durante el periodo comprendido entre enero del 2000 y diciembre del 2017. Se excluyeron aquellos artículos repetidos en las base de datos, artículos de revisión, estudios que no se presentaron en formato de artículos primarios como guías, cartas al editor, editoriales, tesis doctorales y disertaciones. Al realizar la búsqueda se identificaron242 artículos entre todas las bases de datos, posteriormente se procedió a leer los títulos y resúmenes para seleccionar los artículos a ser analizados.
En la presente revisión no se evaluó la calidad metodológica de los estudios. Se realizó una extracción de los datos utilizando una hoja de protocolo que permitió organizar la información de cada artículo. El protocolo recogió información de los siguientes campos: autores, año de publicación, país de origen, título del estudio, diseño y resultados encontrados más relevantes.
De las bases de datos utilizadas se localizaron un total de 242 artículos, que tras la lectura repetida de los títulos y los resúmenes, se excluyeron 199 de ellos, obteniéndose 43 posibles artículos relevantes. Al leer los textos completos de estos artículos y aplicando los criterios de inclusión-exclusión finalmente se incluyeron un total de 36 artículos que relacionan el capital social con aquellas conductas relacionadas a los estilos de vida, tales como alimentación, actividad y ejercicio físico, consumo de drogas, comportamientos sexuales, hábitos de sueños y conductas preventivas relacionadas con la salud oral y vacunación. En la tabla 1 se presentan los estudios incluidos.
La relación entre el capital social y los hábitos de alimentación como la ingesta de frutas y verduras fueron descritos en ocho investigaciones8, 23, 30, 31, 34, 46, 54, 55. Un estudio en los Estados Unidos encontró que tanto las redes sociales de apoyo y las normas sociales se asociaron con cambios importantes en la ingesta de frutas y verduras34. Loch et al.8 reportaron que un nivel bajo de capital social estuvo asociado con un consumo irregular de frutas y verduras en la población. Otros estudios han encontrado que un mayor involucramiento por parte de los miembros de una comunidad en actividades sociales y mayores redes de apoyo, se asociaron con una mayor ingesta de verduras46, además la participación social redujo de manera moderada las diferencias socioeconómicas en el consumo de vegetales en ambos sexo, y el consumo de frutas en las mujeres 23. Poortinga señala que las personas con altos niveles de capital social a nivel comunitario tendieron a reportar un consumo de frutas y verduras entre dos y cinco porciones diaria. Por su parte, aquellos que carecían de menores redes de apoyo tenían menos probabilidades de consumir al menos cinco porciones diarias.31
La relación entre el capital social y el consumo de droga fueron reportados en quince investigaciones8, 22, 24, 26-31, 35, 40, 45, 46, 49, 50. En estos estudios se evidencia una asociación negativa y significativa entre la participación social y la confianza; como indicadores del capital social, con el consumo de tabaco8, 22, 24, 29, 30, 40 y el número de cigarros consumidos35.Asimismo se encontró una relación positiva entre la participación social y el abandono del consumo de tabaco en fumadores diarios22. Esto indica que una baja participación social y confianza en los miembros de la comunidad incrementa la posibilidad de consumir tabaco, mientras que una alta participación social se relaciona con el abandono del consumo. Por otra parte, los elementos del capital social como las relaciones sociales y la membresía no mostraron relación con el consumo de tabaco, al igual que elementos como la confianza en las organizaciones, las relaciones reciprocas en los miembros de la comunidad, la integración comunitaria y la participación social35.
En cuanto al consumo de alcohol, los resultados de los estudios indican que elevados niveles de participación ciudadana y capital social aumentan la probabilidad de consumir de 0-2 unidades de alcohol por día31, esto pudiese explicarse ya que las personas consumen mayores niveles de alcohol cuando socializan. En cambio otros estudios han mostrado un efecto débil entre el capital social contextual y el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas 45 y ningún efecto con el abuso de alcohol8. Los hallazgos debe tomarse con cautela pues al parecer el consumo de alcohol podría favorecer una mayor socialización y por lo tanto incrementar el capital social en los miembros de la comunidad, el cual resulta paradójico ya que un hábito considerado de riesgo para la salud pueda favorecer al incremento de recursos sociales.
En la presente revisión se identificaron cuatro estudios que relacionan el capital social y la actividad y ejercicio físico8, 30, 46, 56. Los hallazgos sugieren que un bajo nivel de capital social y de participación social estuvo relacionado con una mayor inactividad física8, 46. Por su parte, una mayor confianza social entre sus miembros, mayores redes de apoyo y una membresía comunitaria incrementan los niveles de actividad física30. Se ha descrito que la seguridad de la comunidad se ha considerado un factor que ayuda a promover prácticas de actividad física saludable y que la violencia posee efectos perturbadores pues genera conflictos sociales y una cultura de miedo afectando las regulaciones en la comunidad que guían las prácticas y relaciones de solidaridad.8
Se identificaron tres estudios que evidencian la relación entre el capital social y los hábitos de sueño30, 46, 52. Estos estudios revelan que una alta confianza social, relaciones sociales y reciprocidad se asociaron con mejores hábitos de sueño30, 46. Además, los niños de padres que poseen un mayor capital social, tienen menos probabilidades de padecer de trastornos del sueño.52
Dentro de los estudios localizados se pudo identificar cuatro de ellos que abordaron la relación entre el capital social y las conductas sexuales25, 37, 48, 53. Los mismos muestran que el capital social se relaciona de manera inversa con los comportamientos sexuales de riesgo y de manera positiva con los comportamientos sexuales de protección. Un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos reportaron asociaciones negativas entre el capital social y algunas conductas sexuales de riesgo como el haber tenido sexo frecuentemente, inicio de las relaciones sexuales ante de los 13 años, estar activa/o sexualmente en los últimos tres meses, quedar embarazada y tener relaciones sexuales con cuatro parejas mínimo. También se reportó relaciones positivas con conductas sexuales protegidas como el uso de la píldora anticonceptiva en la última relación sexual25. Aquellos hombres que reportaron un bajo nivel de confianza en los demás tuvieron un mayor riesgo de no usar condones frecuentemente con una nueva pareja y tener múltiples parejas, mientras que en mujeres este se asoció con un menor riesgo para el debut sexual37. Aunque en el estudio de Amin48 el capital social no predijo las relaciones sexuales sin protección, este si se asoció con otras conductas de riesgo como tener sexo con extraños, multiplicidad de parejas sexuales, inyección de drogas y relaciones sexuales entre hombres. Resultado similar fue reportado por Odimegwu et al.53 quienes encontraron que un capital social alto no predice la conducta sexual, pero niveles moderados de capital social si se asociaron con una mayor probabilidad de usar el condón en las relaciones sexuales.
Estos hallazgos reflejan una influencia significativa del capital social sobre cada una de las conductas asociadas a los estilos de vida. Por lo que este constructo actúa como un recurso social que surge del funcionamiento social en colectivo de un contexto social particular. Este contexto social puede desempeñar un rol importante en la promoción de cambios en los hábitos poco saludables.
Las evidencias empíricas han demostrado que el capital social puede influir de manera positiva sobre la salud física y psicológica de las personas. Aunque el mecanismo que explique esa relación sigue estando en debates, se sabe que éste actúa sobre la salud a través del incremento y el mantenimiento en el acceso a los recursos de la comunidad, como control social sobre aquellos comportamientos que son considerados de riesgo (ej. multiplicidad de parejas sexuales, consumo de drogas ilícitas, fumar) y diseminación de mensajes positivos relacionados con el comportamiento y la salud8.
De esta manera, hay que evitar en lo posible los tres riesgos que enfrenta el capital social en el área de la salud: a) la culpabilización de las comunidades de sus propios problemas de salud, b) la argumentación de que el capital social es una solución barata para abordar la problemática de la pobreza y las inequidades en salud, justificando así la poca intervención del Estado para resolverlo, y c) poca claridad de las políticas e intervenciones necesaria para construir capital social.57
En la presente revisión se encontraron investigaciones cuyas evidencias provienen de estudios mayoritariamente de naturaleza transversal y retrospectiva, esto supone una limitación metodológica para la implementación de intervenciones que efectivamente incrementen el capital social. Aun así, los estudios muestran de manera clara que el capital social se asocia con la puesta en práctica de comportamientos más saludables, el cual se verá reflejado además en un mejor estado de salud en la población.
Muchos de estos estudios permiten reforzar la idea de que el constructo de capital social sea estudiado no solo a nivel comunitario, con medidas de tipo ecológica y comunitaria, sino también a nivel del individuo. De hecho, Suzuki et al.58 plantean que una integración de ambas perspectivas puede llevarse a cabo con estrategias metodológicas que permitan abordarlo, como por ejemplo las técnicas de modelamiento multinivel.
En Latinoamérica aunque se ha avanzado en la realización de estudios que demuestren la relación entre capital social y salud7, todavía siguen siendo muy pocos aquellos que abordan el capital social y los estilos de vida. En Venezuela resulta de mucha importancia el estudio del capital social como recurso para potenciar el estado de salud, los estilos de vida y el bienestar en la población. Lindström señala que el capital social y sus elementos como la participación social, las redes de apoyo y la confianza se promueven mejor cuando existen condiciones y estructuras sociales estables y una baja tasa de migración29. Con la crisis económica y social de los últimos años en este país, mucho de los vínculos sociales y redes de apoyo han debilitado la estructura social generando efectos negativos sobre el capital social de la población, evidenciándose a través de una baja participación en actividades de tipo social y un descenso en la confianza interpersonal. A esto se suma las precarias condiciones psicosociales de trabajo que también debilitan el capital social, la participación social y por consiguiente repercutir en los comportamientos saludables y la calidad de vida.29
La presente revisión plantea retos a futuros para el capital social como potenciador de hábitos y conductas saludables, como el desarrollo de políticas e intervenciones claras y sostenibles que incrementen el capital social en la población, el empoderamiento de las comunidades para potenciar la participación social activa y el reconocimiento de iniciativas de promoción de la salud que incorporen la interdisciplinariedad y la intersectorialidad.
En conclusión, los estudios sustentan la idea de que el capital social y sus elementos como la participación social, las redes sociales de apoyo y la confianza social poseen una influencia notable sobre los comportamientos de salud y por consiguiente sobre la salud y el bienestar de la población. Resulta necesario su incorporación en futuros programas e intervenciones de promoción de la salud.
Como citar: Guerrero Alcedo, J., & Gudiño Bastidas, E. (2018). Capital social y estilos de vida: una revisión de la literatura. Revista Venezolana De Salud Pública, 6(1), 31-42. Recuperado a partir de https://revistas.ucla.edu.ve/index.php/rvsp/article/view/1052
https://revistas.ucla.edu.ve/index.php/rvsp/article/view/1052 (html)