LA INTERDISCIPLINARIDAD DE LA TRADUCCIÓN

Rafael Cárdenas
Universidad de Panamá, Panamá

Cátedra: Revista Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos

Universidad de Panamá, Panamá

ISSN: 2415-2358

ISSN-e: 2523-0115

Periodicidad: Anual

núm. 16, 2019

abdielarleyrodriguez@hotmail.com

Recepción: 15 Abril 2019

Aprobación: 26 Abril 2019



Resumen: La traducción es una actividad interdisciplinar que debido a su complejidad requiere analizar todos los campos con los que esta intersecta. Su cercana relación con las humanidades la hace un área de conocimiento importante para la mejor comprensión de la historia, el pensamiento y otras culturas. Este artículo plantea múltiples puntos de interés para el acercamiento por otros campos establecidos para el beneficio mutuo del enriquecimiento de las humanidades y viceversa. PALABRAS CLAVES Traducción, interdisciplinariedad, humanidades.

Palabras clave: Traducción, interdisciplinariedad, humanidades.

Abstract: Translation is an interdisciplinary activity that due to its complexity requires the analysis of all the fields it intersects with. Its close relationship with the humanities makes it an important area of knowledge for an improved understanding of history, ideas and other cultures. This article proposes multiple interest points for the approach by established fields for the mutual benefit of enriching the humanities and vice versa.

Keywords: Translation, interdisciplinariety, humanities.

Para comprender la interdisciplinariedad de la traducción es fundamental definir “traducción” como el acto de transcribir “significados, “cultura” y “sentido” entre códigos, sean estos lingüísticos o no, según una conceptualización difundida. En primer lugar, para definir traducción es necesario entenderla como una histórica forma de comunicación para la expansión de ideas y culturas, practicada por las cunas de la civilización conocida, grandes donantes de traducciones para la diseminación de sus ideas y la prevalencia de su cosmovisión y orden social por medio de textos, independientemente del material usado (arcilla, papiro, roca, etc.). La importancia del texto traducido, difusor de ideas es y ha sido en gran medida la sostenibilidad de sistemas socioeconómicos, culturalmente respaldados por literatura ligada a la educación y al saber cómo medios de preservación y acumulación de conocimiento. A través de la “preservación acumulativa” del saber se establecieron por medio de sus sistemas educativos hasta la actual y reinante educación escolarizada, expresión y fundamento de la actual civilización con sus valores, buenos y malos. Todo lo anterior destaca el papel de la traducción y del “acto de traducir” en la consolidación de la civilización como la entendemos y aspira a responder las preguntas ¿por qué se traduce?; ¿qué es traducir?, ¿qué pasa cuando se traduce? A lo cual solo podemos respondernos que es una actividad centrada en el significado o sentido de lo que se comunica. La traducción busca expresar significados con la mayor precisión, efectividad y coherencia posible a pesar de las limitantes naturales propias de las lenguas humanas.

Al intentar explicar “las lenguas humanas” en términos lingüísticos, llegamos a “la langue”, (la lengua), de Ferdinand de Saussure quien la pone en función del significante, las ideas o conceptos que preceden al lenguaje escrito. En primer lugar, para la lingüística “traducir” es la concreción de ideas “por medio de la lengua” como vehículo. Por ejemplo, el diccionario de la Real Academia de la Lengua nos dice al respecto:

  1. Traducir [Conjugar el verbo traducir][2]

    Del lat. Traducĕre 'hacer pasar de un lugar a otro'.

    Conjug. c. conducir.

  2. 1. tr. Expresar en una lengua lo que está escrito o se ha expresado antes en otra

  3. 2. tr. Convertir, mudar, trocar

  4. 3. tr. Explicar, interpretar

Este sesgo conceptual tendiente hacia la traducción interlingual, con respecto a los conceptos precedentes a la traducción enfoca todo el sentido de

Este sesgo conceptual tendiente hacia la traducción interlingual, con respecto a los conceptos precedentes a la traducción enfoca todo el sentido de la tarea hacia la interpretación y reinterpretación de ideas, e ignora el decisivo papel del traductor en la tarea de conceptualizar para comunicar. En segundo lugar, el traductor es quien posibilita la expresión, conversión y explicación de ideas ya que la innegable complejidad causada por la multiplicidad de lenguajes requiere de la mediación de facilitadores de significado ya que esta es una tarea eminentemente humana.

En tercer lugar, la traducción es ignorada por la escaza valoración de la mediación valiosa del traductor en su actividad profesional al asumirse la escritura y comunicación multilingüe como una actividad de libre acceso y habilidad “universal” a sabiendas que la humanidad carece de una lengua común desde los albores de la civilización.

En realidad la traducción interlingual ha sido responsable de la comprensión de realidades culturales y diseminación del conocimiento de formas y a niveles sin precedente gracias a la voz que le aporta el traductor sin demeritar la propagación de las tecnologías de la comunicación, y la globalización como fenómeno cultural que han convertido la traducción en vehículo de la comunicación intercultural. Finalmente, el valor de la traducción en su aspecto disciplinar es legitimado por las ciencias, las culturas, y las humanidades independientemente de las épocas en las que se haya realizado la actividad.

La relación entre las humanidades y la traducción intersecta en diversos campos por lo que es necesario considerar la diversidad de sus relaciones al ponderar su interdisciplinaridad. En primer lugar, la lingüística es un primer punto de intersección por medio de los subcampos de lingüística contrastiva, lingüística del corpus y la lingüística cognitiva; sin embargo, el análisis de discurso y del texto son dos de sus campos de mayor valor debido a la dinámica naturaleza de la misma y a la necesidad de su interpretación. En segundo lugar, los estudios literarios son otro punto de intersección por medio de la poesía, retórica, crítica literaria, y narratología.

La traducción y estudios de la traducción han ayudado a la diseminación de la literatura y a la erudición literaria, y la consideración de la traducción como un trabajo en permanente progreso ha ayudado al reavivamiento de obras maestras modernas y clásicas por medio de “la re-traducción”. En tercer lugar, según Pym (2014: 198) los estudios culturales también intersectan con la traducción por medio de la cinematografía, temas de lenguaje y poder, ideología, estudios de género, estudios sobre la homosexualidad, historiografía, y postcolonialismo. Estos son todos importantes campos humanísticos que se amplían a medida que se comprenden mejor los productos culturales y la herencia cultural como patrimonio.

En cuarto lugar, la implementación de tecnologías en los procesos de lenguaje ha orientado esta relación hacia las “humanidades digitales” por medio de la ingeniería de lenguaje. Por ejemplo, para Hatim y Munday (2004: 327) los subcampos de traducción automática, traducción por medio del corpus, lexicología, terminología y multimedia son de gran potencial al mediar esta relación entre las humanidades, la traducción con las tecnologías y la lingüística computacional. En conclusión, los puntos de relación son diversos; sin embargo, dentro del espectro humanístico, la filosofía es el referente de mayor valor debido a su intersección con las ideas y el pensamiento.

La definición de una traducción humanista e interdisciplinaria pasa por el estudio de la filosofía de la traducción como actividad que involucra al texto, traductor y contexto del acto mismo. La filosofía de la traducción propuesta por Paul Ricouer[3] presenta dos vertientes naturales y coherentes: una lingüística y otra ontológica, ambas ligadas a la hermenéutica del texto. En otras palabras, para Ricouer el texto es el elemento por develar tanto en su naturaleza lingüística como producto diseñado según las reglas de la lengua (semántica, léxico-sintácticas) como en su papel como medio para la revelación del “ser” en su contexto, entendido como el texto y narrativa.

Esta visión no demerita al traductor como mediador en la comprensión de las ideas, construidas y deconstruidas alrededor del elemento más importante de todos en la traducción: “el significado como expresión lingüística de las ideas”. Para comprender lo traducido se debe estudiar el significado de las ideas que se expresan por medio del texto. El abordaje humanista de la traducción también construye y deconstruye “sentido” por lo que el pensamiento deconstruccionista de Jacques Derrida[4] plasma al traductor como el “deudor” del significado, al que solo le puede mantener cierta fidelidad. La necesidad de diseñar mensajes fieles al signo, significante y significado es paradójico en traducción por la inevitable pérdida de significado, imposible de preservar íntegramente debido a la poca equivalencia entre lenguas y culturas, una limitante impuesta por la naturaleza de las lenguas.

A pesar de esta diversidad en la palabra, frase, oración y texto, para Derrida lo importante es la idea del traductor que es también un constructor de ideas que usa el significado de otras construcciones lingüísticas para expresar lo nuevo “traducible “o “intraducible”. Esto es referente al aspecto contextual de la comunicación humana, ya que solo existe lo que se puede decir, escribir o traducir mientras lo incomprensible simplemente no puede traducirse.

Por otro lado, la valoración de la traducción por su “traducibilidad”, la posibilidad de reformulación coherente en otra lengua, lo expresa el pensamiento de Walter Benjamin en relación a “la traducibilidad del texto en el contexto en el que se crea”. Benjamin plantea que la calidad original es conducente a la calidad de la versión traducida por medio por su texto “The Task of the Translator” (Venuti, 2000: 15, 16).

La traducibilidad según Benjamin implica que un original sin calidad no puede generar una traducción superior a su original. En conclusión, la traducción posee gran valoración filosófica desde las humanidades que permea hacia toda la diversidad disciplinar del propio acto de traducir.

Comprender la traducción interdisciplinariamente involucra considerar los tipos de traducciones posibles ya que traducir no es una actividad unitaria ni uniforme. (Venuti, 2000: 113) explica que Roman Jakobson fue el primero en intentar definir las clases de traducción por medio de su artículo “On Linguistic Aspects of Translation” (1959), escrito muy influyente en el campo de estudios de la traducción durante el siglo XX. Según Jakobson la traducción es una actividad que involucra tres posibles niveles de interpretación de la información: intralingual, interlingual, e intersemiótica. La traducción intralingual es la que se realiza dentro del mismo código lingüístico o idioma por medio del resumen, la paráfrasis o la reescritura de mensaje.

Esta es una clase de traducción que a pesar de basarse en las ideas, radica su valor en las formas por medio de las cuales se comunican las ideas. Por otro lado, la traducción interlingual es para Jakobson aquella que involucra dos códigos lingüísticos o idiomas diferentes. Al ser ésta la más notable debido a su impacto en la comunicación internacional, intercultural y multilingüe, llega a ser denominada por él como “la traducción correcta”.

El establecimiento de la diferencia entre ambas clases de traducciones “interlingual e intralingual” es de gran valor para la comprensión de las posibilidades de expresión de ideas mediada por códigos lingüísticos en la comunicación. Además, Jakobson estableció la comunicación por medio de símbolos como una forma válida en el proceso de traducción. La traducción de signos, denominada semiótica, implica explicar códigos acústicos, visuales, geométricos u otros en términos lingüísticos.

Sin embargo, la prevalencia de la traducción interlingual sobre la intralingual y la semiótica ha sesgado en gran medida otras áreas de valor de la traducción y es responsable por la visión esquemática de la traducción como una actividad que expresa ideas de un código fuente a un código meta por medio de un receptor o mediador hacia una lengua meta. La complejidad traductológica se empieza a visualizar a través del proceso de toma de decisiones en miras a un resultado deseado, comprendiéndola como una obra en proceso o inconclusa que siempre es perfectible y mejorable. Este moderno entendimiento de la traducción facilita el surgimiento de la traductología a partir de los estudios de la traducción como forma de describir la traducción como “procesual, perceptible y predecible.”

La traductología surge como campo de estudio a partir de la necesidad de comprender los múltiples factores relacionados con el acto de traducir. Venuti (2000: 172) explica que principal exponente fue James Holmes cuyo artículo, “The Name and Nature of Translation Studies (1972)”, sentó las bases para la comprensión de la traducción y estudios relacionados en dos grandes subcampos: la traducción pura y la aplicada. La primera se ocupa de estudios descriptivos de la traducción desde la perspectiva de las teorías sobre la traducción, mientras la segunda aborda la crítica de traducción y los apoyos usados por el traductor.

Ambas vertientes del tema adquirieron importancia a medida que fue necesario comprender la actividad desde una perspectiva empírica; sin embargo, los estudios descriptivos sobre la traducción y el análisis contrastivo del texto lograron relevancia en la búsqueda de la comprensión del “saber hacer” por parte del traductor. La mayor contribución traductológica vino del lingüista israelí Guideon Toury quien a través de su artículo “Descriptive Translation Studies and Beyond” (1995)” establece premisas traductológicas de gran validez y utilidad para profesionales y académicos del campo por su empirismo y abordaje interdisciplinario enfocado al texto como resultado de las decisiones del traductor que lo mantienen en un estado de transformación y adaptación.

Para Venuti (2000: 198), El aporte de Toury al establecer el campo de los estudios descriptivos de la traducción fue la formalización del nivel académico de la traducción como campo por derecho propio. Los aportes de teóricos y pensadores del campo han elevado la traductología al estatus de campo de estudios establecido y a su posterior prosperidad debido a la interdisciplinariedad que le caracteriza.

La interdisciplinariedad de la traductología ha incrementado su valoración como campo de estudio a través de los estudios culturales, un campo floreciente. El creciente campo de los estudios culturales intersecta las prácticas de los traductores con el estudio de las ideologías de cada contexto. Las ideologías en traducción son entendidas como las creencias y valores colectivos que influyen las decisiones del traductor al realizar traducciones literarias o técnicas.

La existencia de un “giro cultural” en traducción involucra enfatizar términos e ideas en función de su afinidad con el contexto al que se dirigen sobre otras que al ser foráneas o incomprensibles son relegadas a un segundo plano, adaptadas o eliminadas. La innegable existencia de estos “filtros culturales” del traductor y su contexto es causante de la traducción domesticante y extranjerizante del texto. El teórico de la traducción Venuti (1995: 17) explica que hay temas, ideas y términos que son adaptados debido al sesgo cultural del traductor mientras que otros son simplemente eliminados, o manejados como “intraducibles o indomesticables” por lo que se eliminan o reemplazan por formas más aceptables para la cultura receptora: “metacultura”.

Por este motivo, las traducciones son actualmente estudiadas en función del género y de las ideas sobre poder y autoridad que estas reflejen. Los estudios de género y postcolonialismo también son parte de la interdisciplinariedad de la traductología al describir la traducción como un acto realizado por el traductor en un contexto y un tiempo. Muchos estudios de género revelan el uso de términos sexistas o afectuosos en la traducción de textos. Chamberlain (1998) presente ejemplos de esto en su escrito. Además, hay visiones del pensamiento postcolonial en traducción proveniente de contextos periféricos de los dominios europeos en los que se expresa la necesidad de re-traducir obras escritas hace siglos para adecuarlas a conceptos respetuosos de la diversidad y autodeterminación de los pueblos.

El postcolonialismo se entiende como el estudio de las relaciones de poder entre culturas en las que la traducción ha sido instrumental tanto como para innovar y hasta para dominar. En los escritos de autores como Gatrayi Spivak (2000) “The Politics of Translation”, Homi Bhaba (1994) de la India y Vicente Rafael (1993) de Filipinas se realiza una seria crítica traductológica desde el pensamiento postcolonial. El postcolonialismo, estudios culturales y estudios de género constituyen recientes aportes en relación a la interdisciplinariedad de la traductología; sin embargo, su intersección con las tecnologías y las “humanidades digitales” hace de esta algo mucho más amplio y complejo.

Las tecnologías han facilitado el establecimiento de relaciones entre campos y áreas de estudio que eran impensables. La necesidad de incorporar tecnologías de la información y comunicación en el desarrollo de proyectos de traducción ha ocasionado que el propio campo de la traductología cambie. La incorporación de memorias de traducción, corpora, traductores en línea, diccionarios en línea y otras formas de asistir el proceso de traducción han ayudado en gran medida a la tecnificación del campo.

La incorporación de tecnologías especializadas conocidas como “CAT tools”, herramientas computacionales para la traducción asistida, son un componente importante para la traducción actual debido a la necesidad de acceder a una gran cantidad de recursos virtuales que inciden en la calidad de la traducción actual. Además, el desarrollo de proyectos de traducción a distancia requiere del uso de estas herramientas colaborativas que permiten el manejo de datos sin necesidad de la presencia física de los traductores o equipos de traductores.

En la actualidad, la traducción sin acceso al internet como medio de trabajo para el desarrollo de proyectos es impensable debido a la dependencia de tecnologías basadas en el internet para la obtención del trabajo o asignación por medio de la contratación, la gestión de la dinámica colaborativa, y el cobro de los honorarios correspondientes.

La interdisciplinariedad originalmente propuesta está en vías a la transdisciplinariedad mediada por la especialización de los recursos y tecnologías en cuestión. El futuro de la traducción está ligado a las comunicaciones y es por esta razón que la especialización tecnológica marcara el paso de los avances por medio de campos establecidos como la inteligencia artificial, ingeniería de lenguaje y las tecnologías de programación de lenguaje natural, mejor conocida como NLP, como medios de concentrar la traducción en las humanidades digitales debido a su creciente importancia en las lenguas y la expresión del pensamiento.

El peso académico de la traducción y la traductología gravita en torno al valor de la traducción de la literatura y obras literarias, por ser expresiones culturales de gran valor humanista. Itamar Even-Zohar creó la teoría de los “polisistemas literarios” como una forma de valorar y defender los aportes y el papel de las obras literarias traducidas ya que no todas juegan el mismo papel en las culturas a la que están dirigidas. Primeramente, el texto en la traducción las obras literarias se denomina “metatexto” ya que este es el resultado de una traducción de una obra original “prototexto” que requiere ser aprobado en la cultura a la que se dirige en base a sus valores, ideas, estética. La teoría de polisistemas de Even- Zohar argumenta que la cultura de origen “protocultura” selecciona una obra para su traducción en una cultura meta “metacultura” y que este prototexto no juega el mismo papel en la metacultura.

El metatexto es una nueva versión del original y su valoración se puede considerar “innovadora” o “conservadora” dependiendo de la condición de la cultura que la acoge. Según Even- Zohar, si la metacultura es incipiente en términos de su producción literaria, la traducción será considerada innovadora al igual que si esta proviene de una cultura periférica con respecto a la protocultura del texto.

Sin embargo, al dirigir un metatexto hacia una cultura dominante esta será considerada producción literaria conservadora. Esta visión de la traducción literaria es fundamental para comprender el papel de las traducciones y las obras originales en las diferentes culturas ya que este es un campo históricamente discutido y extremadamente interdisciplinario en su naturaleza debido a la importante función del saber y la educación en la traducción de los libros.

CONCLUSION

Desde la Biblia hasta fórmulas medicinales, innumerables volúmenes han sido y serán traducidos a lenguas diversas como parte del avance las letras, ciencias y el saber en general por lo que visualizar la traducción desde su diversidad y riqueza cultural es fundamental para comprender su valor. La traducción y la traductología son aliados de la enseñanza de los lenguajes por lo que su aporte al estudio de lenguas vivas y muertas es imprescindible para el estudio de la expresión humana en la enseñanza de lenguas, antropología, arqueología, y la lingüística histórica.

BIBLIOGRAFÍA

Gouadec, D. (2007). Translation as a profession. Amsterdam: John Benjamins Publishing Company.

Hatim, B. A. y Munday, J. (2004). Translation. An advanced resource book. London: Routledge.

House, J. (2015). Translation quality assessment past and present. London: Routledge.

Pym, A. (2014). Method in translation history. London: Routledge

Robinson, D. (2012). Becoming a translator: An introduction to the theory and practice of translation. Third edition, London: Routledge.

Venuti, L. (1995). The translator´s invisibility: A history of translation. London: Routledge

Venuti, L. (2000). The translation studies reader. London: Routledge

Notas

[2] Definición tomada del diccionario de la Real Academia de la Lengua
[3] Ver en “La hermenéutica y el método de las ciencias sociales” por Paul Ricoeur, traducción al español por Jorge Enrique González, 2013.

Publicado originalmente en: Amselek (1991), Theorie du troit et sciences. París: PUF

[4] Ver en “Des Tours de Babel”, publicado en “Difference in Translation, Ithaca and London, Cornell University Press, 1985. “Desvios de Babel”, traducción al español por Jorge Panesi
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