Recepción: 10 Junio 2018
Aprobación: 10 Julio 2018
Resumen: Mediante el conocimiento los seres humanos han transmitido a través de generaciones las técnicas, procedimientos y prácticas de las distintas profesiones. El conocimiento contable y el de auditoría son tan antiguos como la humanidad y los mismos se basan en corrientes filosóficas como las de Descartes con su plano cartesiano y el positivismo de Compte. La divulgación del conocimiento contable tiene su génesis en el año 1494 con la publicación del libro Summa de Artimetica, Geometria, Proportioni et Proportionalita, de Fray Luca Paccioli, quien presenta el método utilizado por los mercaderes de Venecia para llevar el registro de las cuentas utilizando la partida doble. A partir de esa publicación el conocimiento contable y el de auditoría han contribuido en gran medida con el desarrollo de las empresas.
Palabras clave: Conocimiento, Contabilidad, Auditoría, Cartesiano, Positivismo.
Abstract: Through knowledge, human beings have transmitted through generations the techniques, procedures and practices of the different professions. The accounting knowledge and the audit are as old as humanity and they are based on philosophical currents such as those of Descartes with his Cartesian plan and Compte's positivism. The disclosure of accounting knowledge has its genesis in 1494 with the publication of the book Summa de Artimetica, Geometria, Proportioni et Proportionalita, by Fray Luca Paccioli, who presents the method used by the merchants of Venice to keep the record register using the double entry. Since that publication, accounting and auditing knowledge have contributed greatly to the development of companies.
Keywords: Knowledge, Auditing, Accounting, Cartesian, Positivism.
INTRODUCCIÓN
Se puede decir que el conocer es un proceso a través de cual un individuo se hace consciente de su realidad y en éste se presenta un conjunto de representaciones sobre las cuales no existe duda de su veracidad. (Martínez & Ríos, 2006)
El conocimiento contable es tan antiguo como la humanidad y surge por la necesidad de mantener registros de las actividades económicas realizadas por los individuos. A raíz de esto nace el interés de verificar estos registros dando como resultado el desarrollo y el conocimiento de la auditoría.
Para comprender mejor su importancia y evolución es necesario explorar la génesis del conocimiento contable y su correspondencia con los principios filosóficos de Descartes y el Positivismo de Compte, siendo esto el objetivo principal del presente artículo.
Concepto de Conocimiento
No existe definición única acerca de qué es conocimiento debido a que su definición ha tenido cambios importantes a lo largo del tiempo.
El Diccionario de la Lengua Española (2000) lo define como acción y efecto de conocer y según Chavez & Escurnia (1998) en su Diccionario Filosófico, es el proceso en virtud del cual la realidad se refleja y reproduce en el pensamiento humano.
El conocimiento, tal como se le concibe hoy, es el proceso progresivo y gradual desarrollado por el hombre para aprehender su mundo y realizarse como individuo y especie. (Ramírez, 2009) se aprende de otro, no abandona al emisor, pero se añade al conocimiento del receptor, existe dentro de las personas y se deriva de la información.
Mora (1981) expresa que el conocimiento es el proceso en virtud del cual la realidad se refleja y reproduce en el pensamiento humano. Dicho proceso está condicionado por las leyes del devenir social y se halla indisolublemente unido a la actividad práctica.
De todo lo anterior podemos precisar, que el conocimiento es todo aquello que comprende el caudal de aprendizajes que tiene toda persona, algunas veces originado de la experiencia propia que ha tenido con él o ella, también con relación a otras personas, seres vivos, sucesos o cosas dentro de su entorno, y otros que les son transmitidos a través de los estudios o por experiencias de otras personas. El conocimiento constituye base fundamental para el desarrollo de los seres humanos.
En ese sentido podríamos afirmar, que sin conocimiento no hay desarrollo de ningún ser humano y consecuentemente de ninguna ciencia, disciplina, profesión u oficio.
El conocimiento contable
A través de la historia se ha demostrado que el conocimiento y la investigación son vitales para la Contabilidad, y en consecuencia para la profesión. Actualmente la Contaduría Pública como profesión liberal asume grandes retos frente a un mundo cambiante; su responsabilidad social se analiza desde perspectivas económicas, sociales y académicas, y en tal sentido se requiere por parte del profesional que la ejerza apropiados fundamentos teóricos y alta capacidad de análisis para evaluar contablemente los marcos nacionales e internacionales, el comportamiento global de los negocios, las magnitudes que los integran y los factores que condicionan su equilibrio. (Villarreal, 2009)
Los elementos que integran el conocimiento son el sujeto y el objeto, el sujeto no es otro que el ente particular que conoce su exterior, que recibe informe de su circunstancia. Por el contrario, el objeto de conocimiento, aquello que es conocido, es
en primera aproximación el mundo exterior, los entes circundantes, las cosas. (Luque Rodríguez, 1993)
En otras palabras, el sujeto se pone en contacto con el objeto y se obtiene una información acerca del mismo y al verificar que existe coherencia o adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente, es entonces cuando se dice que se está en posesión de un conocimiento. (Martínez & Ríos, 2006)
El objeto formal de la contabilidad se concreta en el conocimiento cualitativo y cuantitativo de la realidad económica. Este objeto formal lo cumple la disciplina contable actuando en un doble sentido, sobre la realidad de las unidades económicas: realiza en primer lugar las funciones de captación, medición y valoración de aquellas masas que integran las estructuras económicas y financieras de las mismas, contemplando de esta forma una determinada situación de ellas, y en segundo lugar, efectúa una adecuada representación de las variaciones cualitativas y cuantitativas de los elementos que componen esas estructuras. (Villarreal, 2009)
Desde el punto de vista de la Contabilidad (García, 2007) sostiene que el sujeto del conocimiento contable es primeramente, el Contador, pero no es el único, todo aquel que se interesa por su estudio y aplicación se convierte en sujeto, es así como gerentes administradores, inversionistas, acreedores, empleados, entre otros que de alguna manera u otra tienen que ver con la Contabilidad, son sujetos de ese conocimiento.
Ejemplo de los antes señalado es lo que ha ocurrido a través de la historia puesto que han sido no contadores los mejores exponentes de la Teoría Contable. Como el caso del italiano Lucas Pacciolo (filósofo y matemático) el británico Richard Matessich (Ingeniero Mecánico y doctor en economía) y el español Jorge Tua Pereda (abogado y economista)
La construcción del conocimiento contable (desde una visión científica), presenta sus inicios en el siglo XVIII, tiempo donde se promueve la consideración de la contabilidad como ciencia; diversos investigadores buscan abordar su progreso científico que viene gestionando un camino de lo pragmático a fundamentos conceptuales teóricos. El conocimiento contable, desde la óptica científica, surgió con la obra de Coffy en Francia en 1836, y luego su formalización y desarrollo con los aportes que permitieron el avance científico presentados por Franceso Villa en Italia en 1840. (Villarreal, 2009)
Podemos dividir el Conocimiento Contable en tres etapas: una primera basada en la organización y el desarrollo del terreno donde se debe trabajar, como segunda etapa podemos destacar las infinidades de innovaciones la cual obligan incansablemente a la profesión a rendir de manera más sólida los servicios prestados y por último o tercera etapa la crítica constructiva por supuesto enmarcada hacia mejorar los esfuerzos y mantener la unidad en cuanto a sus normas y servicios. (Chacón, 2005)
La Contabilidad en un primer momento se encargaba de dar cuenta de las operaciones económicas de un ente, con el fin de cumplir con esto se hacían las anotaciones respectivas para evitar olvidos u omisiones de transacciones, en ese entonces la contabilidad se enmarcaba desde los preceptos del paradigma del registro que veía a la contabilidad con fines netamente prácticos. Este paradigma surgió durante el período de auge del paradigma premoderno de las ciencias. (Farfán Liévano, 2010)
En el origen, la contabilidad fue una técnica empleada con el fin de sustituir los fallos de la memoria humana para llevar razón de las operaciones mercantiles. La historia de la contabilidad está indisolublemente ligada a la del comercio. Cuando el hombre comienza a intercambiar productos necesarios para su supervivencia y dicho intercambio evoluciona, se van desarrollando técnicas para registrar y controlar las operaciones. De este modo, y de la mano de la evolución del comercio, van mejorando también las técnicas de registro, haciéndose más sofisticadas, requiriendo cada vez
más instrumentos y dando origen a la aparición de las cuentas y los libros. (Méndez Picazo & Ribeiro Soriano, 2012)
Más adelante, durante los siglos XIII y XIV, primó el paradigma moderno de las ciencias, cuya base fundamental se encontraba en la razón; es también el período pre- científico de la contabilidad en el que la razón se expresa mejor en términos cuantitativos, matemáticos y exactos, dando origen al paradigma del patrimonio, en este paradigma la contabilidad se ocupa precisamente de la cuantificación del patrimonio y de la riqueza en términos numéricos. Dicha cuantificación del patrimonio es una demostración del concepto de exactitud, pero no demuestra del todo la realidad. (Farfán Liévano, 2010)
El conocimiento contable ha ido evolucionando con el paso de los años debido a los estudiosos de la Ciencia Contable, que siempre han buscado la forma de mejorar el análisis y presentación de la información que proporcionan los registros de contabilidad y los informes de auditoría. Este proceso evolutivo ha llevado consigo la aplicación de diversos paradigmas, como se indicó anteriormente.
Tal como lo señalan Mantilla & Vásquez (2004) El conocimiento contable implica una variedad de técnicas que van desde la captación de la información, el registro (en comprobantes, auxiliares, libros) el procesamiento y la preparación de estados financieros, hasta el análisis, la toma de decisiones, la auditoría, la asesoría y la consultoría. Para ello existen diversos métodos y procedimientos los cuales se han ido incorporando los adelantos de la computación.
La información contable, lejos de constituir un valor en sí misma, se subordina a la consecución de los objetivos que el decisor tenga planteados. La información más útil no es la mejor elaborada, ni la más coherente con la teoría que la sustenta, sino la que
proporciona mejores resultados por permitir tomar decisiones más eficientes al usuario. (Cañibano & Gonzalo)
En el caso de la auditoría se adhiere al sistema contable para retroalimentar la organización, dicho sistema debe gestionar la información de carácter: administrativo, financiero, productivo, de control, humano social entre otros tipos de información pertenecientes en la organización y su objeto social, el cual debe ser utilizado a favor de la empresa como una ventaja competitiva de la gestión del conocimiento. (Fuentes, 2011)
Entre los procedimientos que se han incorporado al conocimiento contable, se destaca la labor que realizan los distintos órganos a nivel internacional que promueven la investigación contable y la divulgación de nuevas técnicas a través de normativas, como las Normas Internacionales de Información Financiera (NIFF) de la International Accounting Standards Board, (IASB) las Normas Internacionales de Auditoría de la Federación Internacional de Contadores (IFAC) y el Marco Integrado de Control Interno del Committe of Sponsoring of the Treadway Commission (COSO), para citar algunos ejemplos.
En primer lugar, es evidente que los estándares internacionales de contabilidad se sustentan cada vez más en los paradigmas de la utilidad, tal vez, el referente epistemológico más recurrido, cuando no el único, en las asignaturas de contabilidad financiera. En esa medida, se considera que la contabilidad es cada vez menos un instrumento de control para diversos propósitos y usuarios y se potencia su mensaje eminentemente financiero, justamente adecuado para las decisiones de los usuarios que toman estas decisiones de carácter económico en un entorno globalizado. Y, este conveniente soporte al proceso de toma de decisiones se sustenta, además, en la necesidad de tener un lenguaje común que aumente la comprensibilidad y
comparabilidad de los estados financieros, tal y como lo exige la economía global de hoy día. (Rueda -Delgado, 2015)
Génesis del conocimiento contable y el de auditoría
Para tener una visión más clara de la evolución que ha tenido el conocimiento Contable presentamos su génesis.
Según Montesinos (1978) la Contabilidad inicia con la partida simple, época que se extiende hasta el siglo XV, agrega que la Contabilidad es tan antigua como el hombre, pues en todo tiempo los hombres se plantearon los problemas que constituyen el núcleo fundamental de nuestra disciplina, al menos en su aspecto patrimonial. (Citado en Méndez Picazo & Ribeiro Soriano, 2012)
Con la invención de la imprenta por Gutenberg, en 1450, el conocimiento pudo ser conservado y transmitido con mayor celeridad. En esta época, la contabilidad tuvo sin duda fabulosos cambios, pero el que transformó radicalmente esta profesión fue la partida doble, que seguimos utilizando en nuestros días. (Romero, 2010) Siendo el precursor de publicar este conocimiento Fray Luca Paciolo.
Eran los años en que el Renacimiento estaba en pleno vigor y los hombres de ciencia abarcaban diversas ramas científicas y Paciolo pertenecía a esas mentes brillantes atraídas por el conocimiento. En 1494 Pacciolo publica la obra que le proporcionó un sitio privilegiado en la historia: Summa de Artimetica, Geometria, Proportioni et Proportionalita, obra matemática que también abarcaba temas sobre filosofía, geometría y aritmética.
En este conjunto enciclopédico inserta un tratado especial: Tractrus Particularis de Computis et Scripturis, en este apartado explica la Contabilidad utilizando un sistema de cuentas usado por los comerciantes de Venecia, que fundamenta el uso de la partida doble.
No olvidemos que dos años atrás en 1492, Cristóbal Colón había llegado a América por lo que Europa se encontraba en pleno auge comercial, lo que aumentó la aplicación del método utilizado por los comerciantes Venecianos para mantener el registro ordenado de las actividades comerciales que se realizaban en esa época, lo que pudo motivar y con la ayuda de la invención de la imprenta, la publicación del célebre libro que inició la divulgación del conocimiento contable.
Luca Paciolo construyó una teoría contable que se ha impuesto a lo largo de la historia y ha sido objeto de estudio en academias y universidades, a pesar de los muchos detractores que tuvo. Con su célebre frase “fatua imaginatione que questa bodega sia una persona” deja inaugurada la primera doctrina contable: la personalización de las cuentas. (Chacón, 2005)
Como se ha destacado antes, la partida doble surgió como una evolución de los registros por partida simple, cada vez más sofisticados, que intentaban cubrir las cada vez mayores necesidades de información de los mercaderes, influida por la progresiva complejidad del entorno económico de la época. (Méndez Picazo & Ribeiro Soriano, 2012)
Hay que destacar, que Montesinos (Citado en Méndez Picazo & Ribeiro Soriano, 2012) sostiene que, también existen documentos de esta época referentes a sistemas de contabilidad de costes, así como también se practicaba en ocasiones la revisión de cuentas, precedente de la auditoría actual.
En el caso de la auditoría, es tan antigua como la humanidad y tiene origen en la práctica de la contabilidad. (Montilla & Herrera, 2006) En su origen más antiguo la auditoría es una actividad que se creó como una aplicación de los principios de contabilidad, basada en la verificación de los registros patrimoniales de las haciendas, para observar su exactitud. (Sandoval, 2012)
La auditoría tiene sus orígenes en la antigua Roma, cuando se utilizaban personas en las plazas llamados “audires” (verbo latino que significa oir) que certificaban las posesiones de los súbditos para el pago de impuestos al emperador.
Se empieza a utilizar el término auditor en Inglaterra, durante el reinado de Eduardo I, refiriéndose a quien practicaba de modo independiente la verificación de los registros patrimoniales de las haciendas para observar su exactitud. (Montilla & Herrera, 2006) Para 1862, en Inglaterra con la Ley británica de Sociedades aparece por primera vez el desarrollo de la auditoría.
A partir de 1880 aproximadamente, capitalistas escoses e ingleses empezaron a invertir su dinero en el mercado de valores estadounidense principalmente en acciones de empresas cerveceras. Estos capitalistas, con el fin de vigilar y proteger sus inversiones y comprobar la buena marcha de estas empresas, enviaron a sus auditores al otro lado del atlántico, iniciándose, de este modo, la implantación de una nueva actividad profesional que en años posteriores habría de conocer un desarrollo extraordinario. (Gironella, 1978)
Teorías y Pensamientos Filosóficos que Contribuyeron al Conocimiento Contable Existen autores cuyo pensamiento filosófico han sido utilizados en el campo contable contribuyendo también a otorgarle carácter científico a la profesión de la Contabilidad.
En 1637 el filósofo francés René Descartes (1596-1650), publica el Discurso del Método, origen de la filosofía Cartesiana.
Monagas (2005) describe, la visión de Descartes de la siguiente forma: Descartes basó su visión de la naturaleza en una división fundamental, en dos reinos separados e independientes el de la mente y de la materia con lo que rompe con el “dualismo”
concebido para la época. Es así como a través de su célebre frase “cogito ergo sum”, Descartes lleva al hombre occidental a identificarse con la mente por sobre todo lo demás, porque se concibe en forma clara y precisa.
El método de Descartes también se caracterizó por adoptar el modelo matemático (deducción) con el que se confirmó de alguna manera lo expuesto por Galileo Galilei, en el sentido de que la naturaleza estaba escrita en el lenguaje de las matemáticas. De ahí que muchas prácticas contables se sustenten en la medición y cuantificación de los hechos para su reconocimiento, revelación y análisis. (Vargas-Restrepo, 2014)
Mejía (2006) nos comenta la relación que tiene la Contabilidad con la filosofía Cartesiana al señalar que desde el punto de vista deductivo surge el basamento teórico del “Balance General” que se estudia como un conjunto de todas las cuentas del Mayor, avance que se muestra en la obra “Tratado de teneduría de libros del jesuita Ludovico Flori”.
La evidencia del arraigo de la filosofía cartesiana se manifiesta en la utilización del plano cartesiano como base para la representación gráfica de la transacción comercial del libro Mayor (Monagas, 2005) y el de la teoría de la partida doble. (Romero, 2010) Este método se divide en cuatro reglas evidencia, análisis, síntesis y comprobación, en el caso de la auditoría, tal como sucede con la contabilidad, se aprecia la influencia cartesiana en todas estas reglas principalmente en la de la evidencia, cuando sostiene que no se admite nada como verdadero a menos que sea evidente. Los auditores deben recabar evidencia suficiente y adecuada que sustente su opinión al momento de dictaminar la razonabilidad de los estados financieros.
De 1830 a 1842 aparecen los seis volúmenes del curso de filosofía positiva, movimiento que inició el filósofo y matemático francés Augusto Compte (1798-1857) para el
positivismo el hecho es la única realidad científica y la experiencia y la inducción los métodos exclusivos de la ciencia.
Se puede colegir entonces que las posturas anteriores dan pie a la objetividad en la cuantificación y medición de los hechos (y fenómenos) por parte de la contabilidad, pensamiento propio del positivismo, el cual derivó en buena medida de la racionalidad científica de Descartes y que se ha consolidado como el paradigma ortodoxo en materia de teoría e investigación contable. (Vargas-Restrepo, 2014)
En los diversos campos del conocimiento, la polémica Objetivo-subjetivo, ha sido incesante. Según Abbagnano, (Citado en Jiménez Aguirre, Gracia López & Franco Ruíz, 2014) el término objetivo ha sido aplicado a lo válido para todos, lo externo con respecto a la conciencia o al pensamiento, lo independiente del sujeto, lo conforme a ciertos métodos o reglas. Lo subjetivo se relaciona con lo que pertenece al sujeto; en otros términos, como perteneciente al yo o una representación de la relación de las cosas con nosotros, o sea, una relación con el que las piensa.
El positivismo descansa en que lo único que se puede conocer es el hecho, entendiendo por hecho el fenómeno estudiado, lo que perciben nuestros sentidos en el entorno inmediato externo y de una manera objetiva, cuantificable y por ende, susceptibles de medición. (Monagas, 2005)
Del positivismo de Compte, se basan los principios y la normativa contable en base a los hechos comprobables y verificables a partir de la observación de los mismos.
Es importante advertir sobre la evolución de la investigación contable, que ésta, no ha estado alejada de la pretensión—siempre presente, al menos, desde mediados del siglo XX, de querer formular teoría general de la contabilidad. Podría afirmarse, que desde comienzos y mediados del siglo XX, una de las preocupaciones centrales giró en torno
a la formulación de la construcción de teoría general científicamente soportada. De tal manera, las preocupaciones sobre el método, en la investigación contable en relación con la construcción de teoría(s), es parte de una misma dimensión de discusión. (Jiménez Aguirre, et al., 2014)
La ciencia contable ha respondido fielmente a los paradigmas creados por el positivismo, a saber: el funcionalismo y el estructuralismo. Estos enfoques paradigmáticos le han dado la fisonomía que hoy tienen los sistemas contables, la clasificación y distribución de las cuentas en los estados financieros, las técnicas de registro utilizadas, el conjunto de tareas y tiempo del ciclo contable, los métodos de auditoria, las funciones de costos y utilidades, entre otros.(Casal & Norka, 2007)
Si bien, en el caso de la contabilidad, los enfoques positivos de investigación son los más aplicados en el mundo, existen, además, otros de carácter normativo, que igual se apoyan en la síntesis y en el análisis. Por ejemplo, el enfoque de las reglas de decisión (…) que tratan de determinar, con razonamientos hipotéticos deductivos, las reglas de conducta óptima para las diferentes situaciones de decisión de la empresa, constituyéndose en un enfoque altamente normativo (Álvarez, 2001). Sin embargo, existe la posibilidad de unidad en ambos enfoques (positivo y normativo), integrándose, de tal manera, que como afirma Tua “exista una adecuada incardinación, con campos específicos de aplicación en uno y otro caso, que de ningún modo deben ser confundidos” (Tua,1983). (Citados en Jiménez Aguirre, et al., 2014)
No cabe duda, que el conocimiento contable se inserta dentro de la filosofía positivista al satisfacer necesidades sociales, cuando describe y registra hechos financieros que suceden en su entorno, así como cuando el auditor presenta el dictamen de auditoría, que permite a los stakeholders (partes interesadas) conocer la situación de carácter financiero y la gestión de las empresas.
Conclusiones
El conocimiento es todo aquello que comprende el caudal de aprendizajes que tiene toda persona, algunas veces originado de la experiencia propia que ha tenido con él o ella, también con relación a otras personas, seres vivos, sucesos o cosas dentro de su entorno, y otros que les son transmitidos a través de los estudios o por experiencias de otras personas.
Mediante el conocimiento, los seres humanos han transmitido a través de generaciones las teorías, técnicas, procedimientos y prácticas de las distintas ciencias y profesiones; por ello el conocimiento es importante en toda ciencia y profesión, incluida la contabilidad y por ende, la auditoría, por cuanto las nutre constantemente de información necesaria para su desarrollo.
Históricamente el conocimiento contable surge de la necesidad que se tenía para registrar transacciones en términos de dinero que permitieran llevar en forma ordenada las actividades comerciales realizadas, ya sea por los monarcas o comerciantes. Esa misma necesidad de controlar, vigilar y verificar los hechos económicos, hizo posible la aparición de la disciplina de la auditoría.
La partida doble como eje fundamental del conocimiento de la contabilidad moderna, se origina precisamente para sustituir el registro de contabilidad por partida simple, este último que resultó obsoleto para llevar una contabilidad integral de todas las cuentas que se afectaban producto de las transacciones.
No se puede negar la influencia que ha tenido el positivismo en la generación del conocimiento contable, aunque existen, tal como lo indican las corrientes doctrinales, otros enfoques que coadyuvan en la generación de dicho conocimiento.
De acuerdo a la doctrina, el paradigma de la utilidad fundamenta los estándares internacionales de la Contabilidad. Ello implica que además de la contabilidad, la
auditoría también aplica ese paradigma. Lo anterior lleva como propósito que los estándares de presentación de la información persigan que la misma sea presentada utilizando el mismo lenguaje técnico normativo que permita que sea comparable.
La Auditoría surge precisamente para verificar la razonabilidad y corrección de la información contable. Hoy día, al igual que sucede con la Contabilidad, el conocimiento ha hecho que la Auditoría no solo pueda examinar los aspectos cuantitativos de las transacciones, sino también los cualitativos, habida cuenta que los Estados Financieros al igual que toda la información que los sustentan, presentan información cuantitativa y cualitativa que es susceptible de ser analizada.
Basándose en corrientes filosóficas como las de Descartes y Compte la Contabilidad y la Auditoría son vistas como una rama dentro de las Ciencias Sociales capaces de presentar de manera ordenada y razonable la información derivada de las transacciones financieras de un negocio, así como también el manejo adecuado de todos los bienes, por lo que apoyan de esta manera, en la toma de decisiones, a los dueños o a la alta gerencia, así como a terceros que tengan interés en la información financiera generada a través de la contabilidad y los dictámenes o resultados de las auditorías efectuadas a la información financiera.
La Contabilidad y la Auditoría como áreas del conocimiento y ejercicio profesional, llevan implícitas la fe pública ante la sociedad. Es decir, en ellas se deposita la credibilidad o confianza de la sociedad, con relación a la razonabilidad y corrección de la información financiera, basado precisamente en el conocimiento científico, técnico y profesional que las rige.
Los constantes y rápidos cambios que produce la globalización de la sociedad del conocimiento y la información en el entorno empresarial, como los grandes avances en la tecnología, la apertura comercial y el desarrollo de nuevos productos, hacen que el
conocimiento contable expanda su proyección hacia nuevos conocimientos tales como: planeación estratégica, tecnología de la información, administración financiera, auditoría forense, entre otras, lo que sitúa al contador y al auditor en un lugar destacado dentro de la sociedad, como científicos de las empresas, que estudian los fenómenos financieros que afectan a las mismas y les dan las soluciones necesarias para agregar valor, basados en la corrección, razonabilidad, transparencia y utilidad de la información.
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