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Guerrilla y población civil: trayectoria de las FARC 1949–2013
José David Moreno M.
José David Moreno M.
Guerrilla y población civil: trayectoria de las FARC 1949–2013
Revista Razón Crítica, núm. 4, 2018
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
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Resumen: El profesor Aguilera ha hecho diferentes recorridos académicos e intelectuales por la historia de Colombia en diversas épocas. No obstante, sus últimas investigaciones y publicaciones han versado sobre los aspectos de la insurgencia y las guerrillas en Colombia y América Latina, lo cual lo hace un referente necesario en la materia. El texto hoy reseñado hace un énfasis especial en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como su desarrollo histórico desde 1949. Este trabajo es el resultado de una investigación rigurosa de innumerables fuentes trabajadas por el profesor Aguilera y que se suma a otros trabajos enfocados en el área de las guerrillas y el conflicto armado en Colombia a lo largo de las últimas seis décadas.

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Reseñas

Guerrilla y población civil: trayectoria de las FARC 1949–2013

José David Moreno M.
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Colombia
Revista Razón Crítica
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Colombia
ISSN: 2500-7807
ISSN-e: 2539-5300
Periodicidad: Semestral
núm. 4, 2018


Aguilera M.. Guerrilla y poblacion civil: trayectoria de las FARC 1949-2013. 2014. Bogotá . Centro Nacional de Memoria Histórica.

El profesor Aguilera ha hecho diferentes recorridos académicos e intelectuales por la historia de Colombia en diversas épocas. No obstante, sus últimas investigaciones y publicaciones han versado sobre los aspectos de la insurgencia y las guerrillas en Colombia y América Latina, lo cual lo hace un referente necesario en la materia. El texto hoy reseñado hace un énfasis especial en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como su desarrollo histórico desde 1949. Este trabajo es el resultado de una investigación rigurosa de innumerables fuentes trabajadas por el profesor Aguilera y que se suma a otros trabajos enfocados en el área de las guerrillas y el conflicto armado en Colombia a lo largo de las últimas seis décadas.

Esta contribución resulta de amplio valor para el conocimiento de los aspectos históricos más relevantes de las FARC, sin duda alguna, uno de los actores más destacables de la ultimad mitad del siglo en el marco del conflicto armado. El autor aborda la temática a través de tres ejes que él mismo destaca en su introducción: a) las representaciones de las FARC sobre sí mismas y, al mismo tiempo, la representación que la sociedad tiene de ellas; b) el desarrollo militar que ha presentado esta guerrilla en las últimas seis décadas y c) las relaciones que esta organización ha desarrollado con la población civil.

Resulta significativo resaltar el desarrollo y enfoque que el autor le da a las relaciones entre la guerrilla de las FARC y el Partido Comunista (PC) a lo largo de esas décadas de guerra en Colombia iniciando la discusión con este hecho, así como con un esbozo histórico; este será un hilo conductor permanente de amplia utilidad para la comprensión del lector. Allí es importante destacar, justamente, esa presencia y acción del PC en la década de los 30. La acción del PC se desarrolla, sobre todo, en relación con los sectores campesinos colombianos en un país que para este momento era eminentemente rural y las condiciones de desigualdad y pobreza eran muy altas. El autor se apoya en dos casos emblemáticos y ejemplares que van poniendo en evidencia los conflictos agrarios del país y las dinámicas de resistencia que de allí se desprenden: los casos de resistencia en Viota y Chaparral evidencian entonces las conexiones entre el PC y los campesinos que buscaban de una u otra forma mejorar las condiciones de vida de quienes allí vivían y trabajaban. A este antecedente el profesor Aguilera va a denominarlo como “el pasado no perdona”, tomando estos sucesos como base del desarrollo de la génesis de las FARC y las guerrillas en general en Colombia.

Sin embargo, no podemos hablar de una presencia permanente de guerrillas en el país. Es importante hacer alusión a lo que el autor caracteriza como las autodefensas agrarias, que serían justamente el origen de las futuras guerrillas y, para nuestro caso, las FARC. Realizando una mirada sobre esos orígenes llegamos entonces a los que las propias FARC han denominado como las cuatro guerras que han tenido que padecer. Una primera guerra estará anclada en el complejo año de 1948, en el cual se intensifico la persecución a los campesinos liberales con el patrocinio del Estado y como consecuencia de los desórdenes provocados por el asesinato del líder Gaitán. La segunda guerra tiene lugar en Villarrica, en el año de 1956, periodo en el cual la dictadura militar de Rojas Pinilla declaraba ilegal al PC y se desarrollaban acciones armadas en esta región, que no se había logrado pacificar dentro de las dinámicas propuestas por el gobierno militar. La tercera y cuarta guerra tendrán lugar en un espacio de seis años (1962–1964) en lo que se conoce como la “operación Marquetalia”, mucho más compleja de lo que la literatura y los medios reconocen y que se ubica en una región especial del departamento de Tolima, e incluye luchas de resistencia por parte de campesinos y colonos ante el acoso de fuerzas del estado, pájaros o terratenientes en un conflicto prolongado por el acceso y el trabajo de la tierra. En el marco del Frente Nacional, y ante el caos tanto militar como político, se da la génesis del movimiento guerrillero. Lo que serían inicialmente grupos de autodefensa con desarrollos económicos y sociales particulares –denominados por Álvaro Gómez como repúblicas independientes– se irían transformando paulatinamente en grupos armados de carácter insurgente y reivindicativo.

En ese contexto, se rastrea en especial la significación que tuvieron los nexos entre el PC y los campesinos. En ese marco van a nacer las FARC como un brazo armado del PC, muy dependiente de este, así como de sus postulados, siempre articulados a través de la figura de Jacobo Arenas. A lo largo de la segunda mitad de la década de 1960 se efectúa la muy difundida disputa sino–soviética que va a acarrear una crisis del orden ideológico y doctrinario del mundo comunista. Este debate tendría eco en Colombia y en las filas del PC, y por ende en las FARC, lo que hizo necesario aclarar posturas.

En medio de este contexto, las FARC tendrían un momento de crisis que se puede ubicar entre 1966 y 1970. Pocos combates, desaciertos tácticos y una suerte de estancamiento caracterizan la guerrilla de estos años. Será solo hasta la realización de la VI Conferencia, en 1978, que se podrá evidenciar un cambio sustancial en las dinámicas internas tanto políticas, como militares de esta organización. Esta conferencia resultó clave para los cambios que necesitaba la guerrilla. A partir de este momento, se disciplinó más y se organizó y estructuró de una forma más adecuada. Adicional a ello, las FARC fueron trabajando de la mano del PC en múltiples localidades del territorio colombiano. Esto no resultó nada fácil, ya que la dirección del partido y la dirección de la guerrilla no lograban armonizar a cabalidad sus estrategias políticas. Por último, el autor hace referencia a las relaciones establecidas entre la guerrilla y la población civil a lo largo de este primer periodo. De esta forma, en regiones apartadas del país, muchas veces caracterizadas por ser zonas de colonización reciente, la ausencia de Estado era una realidad palpable. En ese orden de ideas, las FARC se establecen y ponen en marcha un marco organizativo que entra a suplir algunas de esas responsabilidades del estado y permiten un mejor orden social. Así, esta guerrilla buscó, en muchas de esas zonas, mejorar las condiciones de los trabajadores campesinos. Este trabajo se hizo igualmente en consonancia con las zonas en donde el PC podía tener alguna influencia política.

Para el segundo periodo trabajado por el autor, se destaca el rol que jugo la VI Conferencia de las FARC, como se ha señalado previamente, y el salto, por lo menos dentro de la concepción de la guerrilla, de lo defensivo hacia lo ofensivo. Es allí donde se comienza a rastrear por primera vez un verdadero plan estratégico. Eventos posteriores a la conferencia, pero de alto significado, se pueden hallar en la revolución de los hermanos Ortega en Nicaragua, en 1979. Esta revolución, al igual que la de castro en Cuba en 1959, da un nuevo aliento a la lucha revolucionaria latinoamericana, destacando el caso de las guerrillas centroamericanas. Estas dinámicas irán acompañadas de lo que el autor denomina el boom de las guerrillas urbanas, que para el caso de Colombia se ven representadas en el caso del M-19. Las FARC entran, de esta manera, a los 80 de una forma relativamente renovada y con perspectivas político–militares novedosas. En ese marco, llega la propuesta de paz del presidente Betancur, al cual las FARC se apuntan junto a otros grupos guerrilleros, como el M-19 y el ELN. Lo que es interesante de ver es el aspecto político con el que las FARC ven el proceso al apreciarlo más como una plataforma política inscrita en la máxima de todas las formas de lucha que como un verdadero proceso de desarme y desmovilización. En ese contexto, se abre la disidencia conocida como el frente Ricardo Franco, que ante la idea de la negociación se declara en rebeldía frente a las directivas de la guerrilla y el proceso puesto en marcha con el gobierno.

En este estadio, se plantea una vez más la cuestión recurrente a través del libro y es la de las relaciones establecidas entre el PC y la guerrilla de las FARC. La pregunta de base que se plantea el autor es si existe una coincidencia entre el plan militar para la toma del poder por parte de las FARC y los planes políticos del PC. En efecto, las relaciones entre estas dos organizaciones a lo largo de la década de los 80 fueron de alguna forma tensas dado que el PC pensaba que la guerrilla de las FARC se aprovechaba y usaba al partido a través de sus bases sociales diseminadas en diversas esquinas de la geografía nacional. De hecho, el mismo PC llegó a repudiar en algún momento las acciones de la guerrilla en aquellas zonas donde el partido era fuerte como consecuencia del rechazo de la población a las acciones violentas y la asociación directa que la población civil de la guerrilla con el PC. A esta dinámica se suma la posterior creación de la Unión Patriótica (UP), considerada a finales de los 80 brazo y plataforma política de las FARC. Podemos afirmar, de acuerdo con el autor, que las relaciones entre las FARC y la UP no fueron tan regulares y constantes como se podría esperar. Si bien este partido nace de la plataforma política de las FARC, el inicio del exterminio que comienza a operar hacia sus integrantes hace que sus dirigentes tomen la alternativa de distanciarse de la guerrilla. Esto con el fin de dejar de ser el blanco indefenso de los escuadrones de la muerte y grupos paramilitares que los identificaban como sus agentes. En medio de un ambiente muy complejo del aniquilamiento de los militantes de la UP y el distanciamiento cada vez mayor con el PC, las FARC llegan a 1990, año de la séptima papeleta, de la unificación alemana y la reciente desmovilización de importantes guerrillas tales como las del M-19. Sin embargo, a pesar de los acercamientos entre el gobierno Gaviria y las FARC, las condiciones para la participación de esta última en la redacción de la nueva carta magna no estaban dadas. El asalto a Casa Verde, en diciembre de ese año, terminó por cerrar la puerta de un posible diálogo.

En términos militares, lo primero que se debe destacar de la década de los 80 es un crecimiento exponencial y significativo de la guerrilla tanto en hombres en combate, como en el número de armas. Esto se hizo especialmente cierto en los años de la tregua decretada con el gobierno Betancur y continuada los primeros meses de la administración Barco. El profesor Aguilera señala igualmente que al tiempo de este crecimiento se fue dando en las filas de la guerrilla una suerte de anquilosamiento del orden militar ante la falta de combates y acciones armadas. Es decir, que las filas se “sedentarizaron”, ya no querían combatir, y se “campamentizaron”. Los dirigentes de la guerrilla hicieron balances y evaluaciones internas que buscaron remediar esta situación. Posterior a esta situación, se presentó la aproximación de la guerrilla al negocio del tráfico de cocaína en una época de esplendor de los carteles en Colombia. Esto comenzó a generar importantes recursos a la organización, especialmente en lo que refiere a los frentes instalados en las zonas de producción de hoja de coca. Lo cierto es que para finales de la década de los 80, la guerrilla intensificó los combates, los secuestros y los ataques a las poblaciones, al mismo tiempo que copaban cada vez más territorios. Era sin duda alguna la nueva fórmula de las FARC para presionar al gobierno de turno en la idea de ir a la mesa de negociación.

En lo que refiere a las relaciones con la población civil durante este periodo, nos presenta el autor cuatro acciones claras que permiten dibujar un nuevo panorama. En primer lugar está el control militar y en algunas ocasiones político de zonas de producción cocalera y de los campesinos que allí vivían, manteniendo un control riguroso y no siempre aceptado sobre dichas poblaciones. En segundo lugar, las FARC se apoyaron en las estructuras de la UP para incentivar el activismo electoral a través de maniobras forzadas, en muchos casos, para lograr el control político de importantes zonas del país. En tercer lugar está la expansión de la guerrilla, evidenciada a través de la creación de nuevos frentes guerrilleros. Por ultimo está el complejo renglón de las relaciones entre las poblaciones indígenas y la guerrilla. Sobre esto, el autor insiste en varios apartes que estas relaciones nunca fueron fluidas y que siempre existió un ejercicio de resistencia ante la penetración de la guerrilla a las estructuras y modos de vida indígena.

El impacto de la VIII Conferencia de las FARC, celebrada en 1993, le da un nuevo impulso a la guerrilla. Atrás quedaron las ideas de negociación o participación política, como la de la UP, y se buscaba darle un nuevo aliento a la organización. Se quería, a partir de ese momento, consolidar a la guerrilla como un verdadero ejército que buscaba cumplir el plan estratégico y dar el paso de la guerra de guerrillas a la guerra de posiciones. Al mismo tiempo, las FARC se volcaron sobre el negocio del narcotráfico y solidificaron sus propias finanzas. A ello se le puede añadir un segundo renglón económico proveniente del secuestro y un tercer renglón de la extorsión. Es así como en la segunda mitad de la década de los 90, las FARC logran asentar contundentes golpes no solo a la población civil, sino también a las Fuerzas Armadas. Los diálogos establecidos con el presidente Pastrana fracasaron contundentemente debido al manejo de una doble agenda oculta por parte de la guerrilla y del gobierno. Ante el fracaso de los diálogos, se dio paso a una nueva escalada de violencia. Este será señalado por el autor como el momento de mayor auge de la guerrilla, dado que a partir de 2002 comenzará el declive de esta organización. Acciones de parte de las Fuerzas Armadas como el Plan Patriota I y II, así como el Plan Cabecillas representaron importantes golpes a las FARC. Gracias a esas acciones y al desarrollo de estrategias de inteligencia, se logró la liberación de secuestrados en acciones de renombre como el Plan Jaque. La crisis se agravó en el momento en que comenzaron a ser masivas las deserciones, las delaciones y las traiciones. Esto no demostraba más que el cambio significativo de la balanza de poderes militares y, a su vez, de las lógicas del conflicto.

En lo que concierne a las relaciones con la población civil, las FARC mantuvieron y ampliaron la dinámica desarrollada en la época inmediatamente anterior. En primer lugar, siguieron afianzando su presencia en zonas cocaleras e instrumentalizaron a los campesinos cultivadores de coca para sus intereses y en contra del gobierno. Adicional a ello, desplegaron una estrategia que el autor denomina de “poder dual” a través de la cual se pudieron desmoronar las bases institucionales de zonas apartadas del país o inclusive de la zona de despeje con el fin de vincular poderes manipulados por la guerrilla misma. A todo esto se sumó una política agresiva a través de la cual manipulaban la política local representada en concejales, diputados, gobernadores y congresistas, especialmente de los departamentos del Putumayo y el Caquetá, pero también extendido a otras regiones del país, combinando las armas y las urnas. Toda esa serie de hechos, sumadas al secuestro y la puesta en práctica delas famosas “pescas milagrosas” solo logro gestar el repudio de la población que el 4 de febrero de 2008 salió a manifestar de forma masiva el repudio a la guerrilla y sus métodos que incluían desde el luego el secuestro, bastante expandido para esa época.

Los planteamientos del autor avanzan al final de la obra hacia los años más recientes de las FARC. Luego de un gran momento de auge, tanto militar como político y financiero, los años de la administración Uribe representaron sendos golpes para la organización. En términos estratégicos, fue necesario dar reversa y retomar viejas prácticas militares. De la muerte de Alfonso Cano a los acercamientos secretos con alias Timochenko, el autor nos va señalando el epílogo de una organización que tres años después de terminado el libro firmará la paz con el presidente Juan Manuel Santos. La gran apuesta y el reto que desarrolla el autor a lo largo de toda la obra es encontrar los nexos, desde una perspectiva histórica, entre la guerrilla y la población civil. En una mirada teórica, intenta encontrar momentos de crisis y de auge a su vez en las diferentes etapas de desarrollo de la organización.

Es sin duda alguna un libro que se hace necesario leer, pues Aguilera es tal vez uno de los más agudos investigadores de esta guerrilla convirtiéndose en un referente junto a otros autores, como Carlos Medina, quienes se han propuesto explorar de forma rigurosa los elementos históricos más significativos de las FARC. Conocer esta historia a profundidad y dentro del ameno relato de Aguilera le permite comprender al lector muchas de las claves actuales en un momento de transición significativa para el país. El lector podrá hallarse inmerso en la historia de las FARC, pero a su vez se hallará dentro de los hitos más significativos de la historia contemporánea colombiana.

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