Avances de investigación

Experiencias de organización y migración: Jóvenes del cordón hortícola platense

Alejandra Dávila Pico
Facultad de Trabajo Social, UNLP, Argentina

Experiencias de organización y migración: Jóvenes del cordón hortícola platense

Escenarios. Revista de Trabajo Social y Ciencias Sociales, núm. 29, 2019

Universidad Nacional de La Plata

Recepción: 15 Febrero 2019

Aprobación: 13 Marzo 2019

Resumen: El presente artículo surge de la reciente investigación en curso “Juventudes Organizadas. Jóvenes del Movimiento de Trabajadores Excluidos MTE-rural (2018-2022)” perteneciente al primer año de la beca doctoral de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires. En el mismo se pretende primero, analizar los relatos de algunos/as jóvenes que desde el año 2018 se encuentran construyendo el área de juventud de la organización y, en segundo lugar, conocer e identificar el proceso migratorio experimentado por parte de algunos de los/as jóvenes y comprender de qué manera este proceso influyó o no en la subjetividad de los y las jóvenes. La metodología desarrollada es de corte cualitativo, se desarrolla a partir del relato de los propios actores, la participación en diferentes eventos políticos-gremiales y la observación participante en una de las asambleas donde nace el área de jóvenes del MTE - rural.

Palabras clave: Organización social, Juventud, Migración.

Abstract: This article arises from the recent ongoing investigation “Organized Youth. Youth of the MTE-Rural Excluded Workers Movement (2018-2022)” belonging to the first year of the doctoral scholarship of the Scientific Research Commission (CIC) of the province of Buenos Aires. In the same one it is tried first, to analyze the stories of some young people who since 2018 are building the youth area of the organization and, secondly, to know and identify the migratory process experienced by some of the / young people and understand how this process or not influenced the subjectivity of young people. The methodology developed is of qualitative nature, it is developed from the story of the actors themselves, participation in different political-union events and the participant observation in one of the assemblies where the youth area of the MTE - rural is born.

Keywords: Social organization, Young, Migration.

A modo de introducción

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) nace como una escisión del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) conformado en plena crisis del 2001 en la Argentina, inicialmente en algunas localidades del Gran Buenos Aires. El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se fundó en el año 2002 y su principal actividad fue el trabajo cartonero2, aunque su objetivo fundacional consistía en agrupar a la clase trabajadora sin derechos que quedó por fuera del mercado tras la crisis del 2001.

En el año 2011, se fundó la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), reuniendo las experiencias vinculadas al movimiento piquetero, asociaciones de trabajadores de fábricas recuperadas, cooperativas y otras organizaciones sociales. La CTEP -que incluye en su interior al MTE entre otras organizaciones- se presenta como un híbrido entre una organización política y social de base con fuerte inscripción territorial y una entidad de representación gremial de los llamados trabajadores de la economía popular. La economía popular comprende el conjunto de actividades económicas y prácticas sociales que son llevadas a cabo por los sectores populares con el fin de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas (Icaza, 2003).

En el año 2015 se había constituido en el cordón hortícola el Movimiento de Pequeños Productores (MPP) para dar respuesta a la grave crisis que atravesaban los pequeños/as productores/as. Se organizaron para dar respuesta a sus problemas económicos, para exigirle al Estado que interviniera y que generará subsidios para el sector puesto todos los insumos que se necesita para producir se encuentran dolarizados y cada día éstos incrementan su valor. Además de las exigencias al Estado esta organización se fundó para discutir política para su sector. Una de las movilizaciones más fuertes fue llevada a cabo en febrero de 2016, el llamado tractorazo, el cual implicó el corte de rutas aledañas a la ciudad como forma de protesta ante el aumento de los servicios de luz y agua, como de los insumos atados a precio dólar (Ambort, 2017). Durante 48 hs. cientos de productores y productoras hortícolas abandonaron los puestos de trabajo para bloquear los principales accesos de la ciudad, entregando volantes a los autos e impidiendo el paso de los camiones que comercializan la producción, demorándolos al costado de la ruta por períodos de 12hs o más.

A partir de múltiples discusiones al interior del MPP comprendieron necesario ampliar los marcos de unidad y visibilizar sus luchas, reclamos y exigencias y concluyeron unirse al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y fundar la rama rural de esta organización, puesto se reconocen como trabajadores/as de la economía popular. De esta manera, una de las actividades, ahora comprendidas dentro la economía popular es la agricultura familiar. Los propios referentes de la organización definen qué es la economía popular:

“Entonces, cuando hablamos de economía popular nos referimos a la forma en que los sectores populares administran los recursos que tienen a su alcance. (…)

Hemos dicho que la economía popular es el sector económico que anda en chancletas. En realidad, la economía popular es, en primer lugar, la economía de los excluidos, pues está conformada por todas las actividades que surgieron como consecuencia de la incapacidad del mercado para ofrecernos a todos un trabajo digno y bien remunerado como obreros en una fábrica o empresa.

Definimos a la economía popular como los procesos económicos inmersos en la cultura popular, basados en medios de trabajo accesibles y al trabajo desprotegido” (Grabois y Pérsico, 2017, p. 33).

Desde que el MPP decide fundar la rama del MTE – rural inicia discusiones con otras organizaciones que se encuentran en el Gran La Plata y el Gran Buenos Aires. Estas organizaciones se suman a construir y conformar el MTE, y a su vez también surgen nuevos territorios y/o asambleas del MTE. De esta manera, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE – rama rural), se conforma en diecinueve territorios, o como los propios actores también lo denominan asambleas, en el Gran La Plata y parte del Gran Buenos Aires. En estas asambleas, se reúnen cada mes para discutir y debatir diferentes problemáticas, como el acceso a la tierra, el acceso a los servicios básicos, la comercialización de su producción, eventos y actividades de la organización, marchas y reclamos por parte del sector, entre otros temas.

Gracias al trabajo de campo realizado en el marco de esta investigación, y a partir del aporte de dos herramientas fundamentales como la observación participante en diferentes espacios, asambleas, reuniones, talleres y también a partir de las entrevistas realizadas a los/as jóvenes productores/as, se entiende que a estas asambleas concurre toda la familia o parte de ésta, y en que en estos espacios asamblearios participan algunos/as jóvenes los/as cuales se interesan por los temas que se discuten y debaten en allí. A partir de esta participación más activa y del involucramiento para con la organización uno de estos/as jóvenes empieza a pensar que es necesario un espacio por y para los/as jóvenes.

En este sentido, este artículo pretende, en primer lugar, analizar los relatos de algunos/as jóvenes que desde el año 2018 se encuentran construyendo el área de juventud del MTE. Estos/as jóvenes se plantearon la necesidad generar un espacio propio dentro de la organización, en el cual pudieran definir sus necesidades como jóvenes, sus deberes, sus derechos, sus deseos, entre otros múltiples aspectos que hacen a la vida social y juvenil. En segundo lugar, se busca conocer e identificar el proceso migratorio experimentado por parte de algunos de los/as jóvenes y comprender de qué manera este proceso influyó o no en la subjetividad de los y las jóvenes.

Aspectos metodológicos

Esta investigación se realiza en el marco de una beca doctoral de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), a partir de un estudio cualitativo. Los ejes fundamentales están centrados en la descripción de las experiencias, percepciones y vivencias que tienen los/as jóvenes que pertenecen al área de juventud de la organización, de una de las diecinueve asambleas del MTE–rural. La metodología cualitativa permite producir datos descriptivos y con un diseño de investigación flexible “que involucra virajes hacia tras y adelante entre los diferentes componentes del diseño” (Maxwell, 1996, p. 23). El diseño de carácter flexible otorga la posibilidad de realizar modificaciones durante el transcurso del proceso de investigación, que resulta de gran importancia a la hora de trabajar con una realidad social dinámica.

Lo interesante de este trabajo y lo que podría llegar a aportar acerca de la juventud rural, reside en que, si bien existen numerosas investigaciones acerca de las condiciones sociales y económicas de los/as productores/as del cordón hortícola platense, no existen numerosos estudios acerca de la juventud rural de pequeños productores/as de la agricultura familiar, en especial del Movimiento de Trabajadores Excluidos rama rural, puesto esta experiencia es sumamente novedosa para la organización y así como para gran parte de los estudios de juventud rural en la Argentina.

Es preciso mencionar que se entiende a la juventud como una construcción histórica, no natural, puesto que no siempre existieron jóvenes como es concebido hoy en día desde el sentido común, lo comercial, estatal, cultural, etc. En este sentido, se piensa en términos de juventudes puesto no existe una sola forma de entender lo juvenil, estos/as jóvenes están atravesados por diferentes situaciones sociales, económicas, políticas, culturales y étnicas propias. Los aportes realizados por Chaves (2010) refuerzan este argumento:

“La juventud no es una categoría definida exclusivamente por la edad y con límites fijos de carácter universal, no es algo en sí, sino que se construye en el juego de relaciones sociales. Cada sociedad, cada cultura, cada época definirá su significado y a su vez este no será único, habrá sentidos hegemónicos y los habrá alternos (…)” (p. 35).

En este sentido, desde la propia organización social, el MTE desde el área de delegados/as de jóvenes, establecieron un límite de edad en que los/as jóvenes de las diferentes asambleas del MTE se integren a la misma, las edades son: desde los 12 años hasta los 30 años. Esta fue una decisión consensuada al interior de la organización en donde los/as diferentes delegados/as de diferentes áreas como administración, tesoreros, comercialización, juventud, entre otras tantas, se reúnen a debatir en torno a la organización y toman diferentes definiciones con respecto a la misma.

Acercando la lupa al área de juventud MTE3

La idea de generar un espacio para jóvenes surge a partir de la participación de uno de ellos en dos espacios: la asamblea general de base de su localidad y el plenario nacional del MTE. A este plenario nacional acudían todos/as los/as militantes del MTE rural del país, productores/as de verduras, frutas, flores, chanchos, pollos, entre otras producciones relacionadas con la agricultura familiar y el campo en general. En los plenarios nacionales se encuentran todos/as los/as militantes de las diferentes áreas que tiene la organización (administración, comercialización, tesorería, salud, agroecología, y juventud, género, que son las áreas constituidas más recientemente, entre otras) para debatir acerca de las dificultades que tienen para comercializar sus productos a un precio justo, para discutir acerca de la accesibilidad a la salud, la educación, el transporte público, la violencia y discriminación que sufren constantemente, para discutir acerca de las dificultades que tienen para producir dado los altos costos de los insumos también para discutir acerca de la necesidad de realizar el pasaje de la agricultura con el uso de agroquímicos y agrotóxicos a una agricultura libre de estos, es decir realizar la transformación de sus producciones hacia la agroecología. Por último, para problematizar algunos temas esenciales en nuestra sociedad, como es la violencia de género, el adultocentrismo y la juventud.

A partir de introducirse en estas discusiones, Camilo4 analiza la situación en el lugar en donde vive, la gran cantidad de jóvenes que al igual que él viven de cultivar la tierra junto a sus familias, pero a diferencia de sus padres éstos/as no asisten a las asambleas. De aquí surge la preocupación por generar un espacio fundamentalmente para los/as jóvenes, un lugar donde se pudieran expresar, decir lo que piensan, lo que sienten, generar nuevas ideas, cuestionarse su lugar dentro o fuera de la organización. En sus palabras:

“Todas las cosas que yo pasé, porque como joven fui pasando por la escuela, me cambié de escuela, los cambios de qué sé yo, de cosas cotidianas que hacía, que Mendoza no es lo mismo que aquí, yo puedo creer que Bolivia no es lo mismo que aquí, entonces, los jóvenes ahí a veces se reprimen y yo me sentía también reprimido y a veces necesitas un espacio para poder hablar”.

La importancia que se confiere al hecho de tener un espacio en el cual todos/as puedan expresarse, hablar acerca de lo que les sucede, a su vez la comprensión acerca de las diferentes situaciones por las que pueden estar atravesando los/as jóvenes se puede identificar con lo mencionado por Scott (2001)

“La experiencia es, en este acercamiento, no el origen de nuestra explicación, sino aquello que queremos explicar. Este acercamiento no hace a un lado la política negando la existencia de los sujetos, sino que interroga a los procesos de creación de éstos, y al hacerlo reconfigura la historia y el papel del historiador, y abre nuevas maneras de pensar acerca del cambio” (p. 73).

En este sentido, estas vivencias no son tan solo una anécdota más en la vida de estos/as jóvenes, estas experiencias forman y transforman la conciencia de los/as jóvenes y sus condiciones. En otras palabras, los/as jóvenes no se encuentran determinados por sus condiciones de vida, hacen uso de las experiencias vividas, de lo compartido con otros/as para generar cambios, para construir espacios en los cuales otros/as más jóvenes y ellos/as mismos cuenten con espacios donde hablar de sus problemas, donde preguntar, donde cuestionarse. El concepto de experiencia nos permite pensar al sujeto no como un ser absolutamente determinado, sino como un agente con capacidad de acción dentro del mundo, más allá de que se encuentre en un sistema socioeconómico específico.

Posteriormente de la participación de Camilo en el plenario nacional del MTE, este planteó la necesidad de iniciar el área de jóvenes en su localidad. Por su parte, la organización tomó la creación de esta área como prioritaria, así como la creación del área de género, la cual se inició con la ronda de mujeres. En este sentido, en las diecinueve asambleas de base del MTE se expresaron acerca de la creación de estas dos áreas y a su vez se eligieron y designaron delegados/as para las mismas, quienes iniciaron las respectivas llamadas y convocatorias a los/as jóvenes para participar del área. La asamblea en donde la participación de los/as jóvenes ha sido más constante y sólida ha sido la iniciada por Camilo. La misma viene funcionando desde el final del año 2018, estos/as jóvenes iniciaron reuniéndose todos los sábados desde las 10:00 de la mañana hasta el mediodía aproximadamente. En un inicio se llevaban a cabo dos actividades en conjunto, la reunión del área de jóvenes y el merendero para los más chicos/as y para los/as jóvenes también. Esta última actividad no logró sostenerse en el tiempo dada la fuerte crisis económica5 por la cual está atravesando el país y en particular el sector de la agricultura familiar.

Las reuniones de los jóvenes continuaron realizándose todos los sábados, estos/as se juntaban a charlar acerca de la situación por la que se encontraba atravesando el sector, acerca de las marchas que venía realizando el MTE, discutían cuál era la mejor forma de organización, de hacer escuchar sus reclamos. A su vez diseñaban carteles para las diferentes marchas que estaban llevando a cabo y discutían acerca de las consignas para estos. Estas reuniones iniciaron realizándose todos los sábados del mes, después de unos meses decidieron realizarla cada 15 días, ya que en general los sábados es uno de los pocos días que tienen para juntarse con su familia y celebrar cumpleaños, casamientos, bautizos, entre otras tantas celebraciones, estas son unas de las pocas actividades de ocio y/o esparcimiento que tienen los/as jóvenes productores/as.

Un aspecto significativo en este análisis inicial tiene que ver con las condiciones en las cuales se reproduce la vida cotidiana de estos/as jóvenes, pues a diferencia de los/as jóvenes que viven en la ciudad, estos/as no cuentan con múltiples y variados lugares de entretenimiento tales como el cine, el teatro, la plaza, clubs deportivos, entre otras actividades. Este es otro de los fuertes motivos por los cuales los/as jóvenes deciden generar un espacio de y para ellos/as, en el cual por más de que se encuentren a más de 24 kilómetros de la ciudad puedan tener su lugar propio. Esto no quiere decir que ellos/as se encuentren totalmente desprovistos de ámbitos de ocio en los cuales puedan disfrutar como jóvenes, disfrutan de ciertos momentos como se mencionó anteriormente, las fiestas familiares, fiestas de cumpleaños de amigos/as y vecinos/as, celebraciones religiosas, y la posibilidad de jugar y practicar algunos deportes, pero las diferencias que existen aún hoy día entre el campo y la ciudad son sustanciales. Siguiendo lo mencionado por Williams (2001) en su libro El campo y la ciudad,

“Cada vez que considero las relaciones entre el campo y la ciudad y entre el nacimiento y lo aprendido, compruebo que esta historia se repite continua y activamente: las relaciones no son solo de ideas y experiencias, sino también de renta e intereses, de situación y poder: un sistema más amplio” (p. 32).

Resulta importante destacar sus palabras y comprender cómo menciona, no solo la importancia de la experiencia vivida por los sujetos sino a su vez reconocimiento del sistema económico, político y social en el cual éstos/as viven.

En estos talleres realizados los sábados los/as jóvenes decidieron participar del Primer Foro por un Programa Agrario Soberano y Popular6 que se realizó este año en el microestadio de Ferro, en la ciudad de Buenos Aires, en donde más de 80 organizaciones se reunieron para debatir la fuerte crisis que se encuentran atravesando y las acuciantes problemáticas que sufren día a día. Los/as productores/as, campesinos/as, trabajadores/as de la tierra, se reunieron en más de 23 comisiones, una de ellas fue la comisión de juventud. En esta comisión de juventud se discutió inicialmente las problemáticas actuales que enfrenta la juventud hoy en día, dentro de estas problemáticas se encuentra el hecho de que los jóvenes se están viendo expulsados de sus territorios, de sus quintas, dadas las precarias condiciones en las que se encuentran trabajando, por lo cual en muchas ocasiones deben migrar a la ciudad para continuar en situación de precarización pero en donde logran conseguir algunos ingresos más para ellos y sus familias. Uno de los jóvenes del MTE planteó, con respecto a una propuesta de vuelta al campo que estaban discutiendo, y textualmente dijo:

“Lo que está sucediendo ahora en La Plata, es que cada vez están siendo más desplazados a zonas rurales no productivas, no fértiles y suelen ser muchísimo más caro, más difícil el trabajo rural y de ahí suelen irse a otros lugares, a otros empleos por el poco apoyo que tiene de parte del Estado entonces no sería un programa de vuelta al campo sino un programa de protección a los jóvenes del campo que no se vayan del campo (…)”.

A su vez en la discusión de esta comisión surgía el tema de la idealización que existe acerca de la vida urbana, y la discriminación y violencia que existe al ser indígena, campesino/as, trabajador/a de la tierra, muchos/as de ellos/as comentaban que sus propios padres no quieren que ellos/as continúen con la vida en el campo, no quieren que ellos/as sufran lo mismo que ellos/as tuvieron que sufrir, pero muchos/as de ellos/as quieren continuar trabajando la tierra. Si bien manifiestan que les gusta el contacto constante que tienen con la naturaleza, lo que sí quieren modificar son las terribles condiciones de vida por las que están atravesando ahora mismo. Por esto están organizados/as, se reúnen, debaten y quieren seguir haciéndolo para que el importante trabajo que realizan sea reconocido por la sociedad argentina y hasta que puedan transformar la realidad en la que viven diariamente.

Experiencia migratoria

La migración de personas de países limítrofes como Bolivia, Paraguay, Chile, Uruguay y de países no limítrofes como Perú, a la Argentina ha presentado cambios sustanciales en las últimas décadas. Es importante destacar la migración boliviana por sus características particulares y ya que es la que atañe en este trabajo de investigación. Numerosos productores/as, trabajadores/as estacionarios se desplazaban desde sus regiones -Tarija, Potosí, Oruro- a trabajar en diferentes cosechas como la zafra, las tabacaleras, la cosecha de la yerba mate hacia las provincias de Salta, Jujuy, Formosa, entre otras provincias del norte argentino. Una vez terminado el trabajo en determinada cosecha retornaban a sus ciudades natales. Esta migración denominada migración estacionaria aún continúa sucediendo en el territorio argentino, pero a partir de la década del ´60 y ´70 se registró a su vez otro fenómeno migratorio. Muchos/as de estos/as trabajadores/as se desplazaron desde sus ciudades natales hacia los centros urbanos y periféricos de las principales ciudades de la Argentina de forma permanente. Como es mencionado por Benencia (2005)

“La migración limítrofe en la Argentina experimentó cambios importantes en las últimas décadas. Entre ellos, pueden destacarse en general, el crecimiento relativo de esta migración por sobre la europea, otrora dominante, así como el incremento de la inmigración proveniente de países andinos, como Bolivia y Perú, por sobre la retracción de la migración chilena o el estancamiento relativo de la proveniente de Paraguay” (p. 5).

Algunos/as de estos/as migrantes decidieron asentarse a las afueras de las principales ciudades, como Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Rosario, y continuar con el trabajo que realizaban en sus ciudades natales: cultivando la tierra. Esta migración, ligada al trabajo de la tierra, ha generado diversos y numerosos cambios, en primer lugar, a nivel económico-productivo y en segundo lugar cambios a nivel social y cultural.

Estos cambios en la estructura social Argentina se desarrollan en el marco del sistema producción económico capitalista –en su etapa neoliberal- como menciona Benencia (2005) la migración transnacional está relacionada con las condiciones del capitalismo global, esto es una relación entre capital y trabajo, es por esto por lo que en los últimos tiempos se han evidenciado fuertes movimientos migratorios en búsqueda de empleo. Es decir, “(…) la mano de obra migrante es un factor que contribuye a la expansión del capitalismo a escala internacional” (p. 36). Es evidente que los movimientos migratorios masivos de estos últimos años tienen un carácter básicamente laboral y que la mano de obra migrante es un factor que contribuye a la expansión del capitalismo a escala internacional. Por lo tanto, la dirección más frecuente de los flujos migratorios se orienta desde los países con menor desarrollo hacia los de mayor desarrollo económico. Esta categoría genera una comprensión mucho más amplia del proceso de la migración ya que no se quedan definiciones clásicas donde perciben al migrante como un sujeto sin capacidad de acción, como un sujeto determinado estructuralmente en el cual el capitalismo ya ha definido toda su vida y este no tiene poder de incidir en un cambio.

A lo largo de todos sus estudios, Benencia retoma el aporte de Levitt y Glick (2004), autores que a su vez retoman la teoría bourdieana para dar explicación a la migración transnacional, a través del desarrollo del campo social y campo transnacional para dar cuenta de la importancia de las relaciones que estos/as sujetos generan al momento de migrar y a su vez tienen en cuenta aquellos/as sujetos que deciden permanecer, de esta manera, definen lo que es el campo social,

Definimos el campo social como un conjunto de múltiples redes entrelazadas de relaciones sociales, a través de las cuales se intercambian de manera desigual, se organizan y se transforman las ideas, las prácticas y los recursos (p. 62).

A su vez los/as autores/as distinguen entre las formas de ser y las formas de pertenecer, es decir, una vez ellos/as migran de su país de origen al regresar pareciera como si algo en estos/as cambiara. Es posible evidenciar lo anterior cuando muchos/as de los/as jóvenes relatan los viajes que realizan cada año o cada dos años cuando viajan a visitar al resto de sus familiares y al llegar sienten el rechazo de la sociedad en general al haberse marchado de su país. Un ejemplo muy reiterado entre ellos/as es el cargo extra que les realizan cuando cargan nafta. Si bien estos autores desarrollan su teoría resaltando la importancia de analizar los fenómenos migratorios no solo desde una perspectiva nacional, sino que es necesario desarrollar una mirada transnacional del fenómeno migratorio, pareciera, según los relatos de los/as jóvenes que una vez estos/as cruzan las fronteras nacionales las formas de ser y las formas de pertenecer cambian para ellos/as. Una de las chicas que se encuentra en el taller de los/as jóvenes del MTE menciona: “cuando vamos a Bolivia a visitar a mis abuelitos, siempre nos miran mal o también siempre nos cobran todo más caro, la nafta siempre nos la cobran más cara”.

En palabras de otra de las chicas que participa del espacio de jóvenes:

“En mi familia, mucho como que ya sabemos que somos inmigrantes y mucho que… en mi familia por lo menos dicen nosotros sabemos que somos distintos o sea que ya nos resignamos a ser distintos pero a mí se me metió en la cabeza que soy distinta pero en realidad con este grupo en el que estoy en el MTE, nos dijeron que somos todos iguales sin importar raza, religión, somos todos iguales, entonces como que sigue siendo… por ahí yo voy y le digo a mis hermanas, somos todos iguales y me mira como diciendo, no, no somos todos iguales”.

Aquí es posible evidenciar fuertemente está noción que desarrollan los autores acerca de las formas de ser y las formas de pertenecer, muchos/as de ellos/as no sienten que no pertenecen a esta ciudad, a este país, sienten esa exclusión aún persistente por parte de la sociedad, y a su vez cuando viajan a su país, al país en donde nacieron, muchos/as se criaron, también sienten la no pertenencia por parte de algunos sectores de la sociedad.

Es importante mencionar que en varios de los relatos de los/as jóvenes se encuentra presente fuertemente la situación de movilidad constante en la cual han estado inmersos desde que nacieron, y la relación de ésta con el factor trabajo. Es decir, en general los desplazamientos realizados por estas familias se han generado en busca de mejores condiciones laborales. En una entrevista con uno/a de ellos/as puede reflejarse claramente:

“- ¿Desde qué naciste y viviste aquí has viajado a otros países? Sí, hemos viajado casi por... eh nací en Mendoza, después estuvimos en Bolivia un tiempo. - ¿viviendo o solamente...? ehh estuvimos en Bolivia, así como que... fue un viaje corto creo, pero luego volvimos a Mendoza ahí estuvimos casi 11 años... creo que aquí estoy como 11 o 12 años en La Plata. En Mendoza viví en muchos lugares porque el trabajo allá era de porcentajero o chacarero se dice, en donde vas como a alquilar tierra, pero trabajas para un dueño ya, no alquilas, sacas producciones al año en plantaciones que ellos plantan, siempre nos fuimos mudando por el trabajo más que nada, creo que me mudé como 7 u 8 veces en Mendoza... - ¿O sea, estando en Mendoza te mudaste? Si, si muchas veces. Eso me genero también ya acostumbrarme al cambio y por eso me adapto bastante rápido, por eso tengo un acento mendocino (risas) muchos me dicen ¿sos de Mendoza? sí, sí, pero no tenes un acento mendocino, como que nos adaptamos bastante rápido alrededor”.

Si bien como menciona Benencia (2005) esta migración es, en su mayoría, laboral, y aquellas personas que migran lo hacen para mejorar sus condiciones de vida y sus condiciones laborales, es importante no realizar una lectura lineal de esto, ya que existen cientos de personas de Bolivia, Paraguay, Perú y otros tantos países de la región, los/as cuales se encuentran en situaciones de precarización laboral, poseen pésimas condiciones y que a su vez se encuentran trabajando la tierra, pero estos/as no se encuentran migrando a la Argentina o en proceso de hacerlo. Esto último tiene que ver con el hecho de que las migraciones que realizan estas personas poseen diferentes componentes, más allá de lo meramente económico, como son las redes y los lazos migratorios que estos/as generan. En este sentido, Ramella (1994) “viene a sostener que pensar en redes sociales supone comprender a la sociedad en términos de relaciones y no en términos de individuos como ladrillos de la sociedad” (p. 14). En decir, expone que los sujetos se encuentran insertos en redes de relaciones sociales que crean solidaridades y alianzas y que establecen también sus propias reglas de funcionamiento. Algunas de las familias que ya culminaron el proceso de migración y se encuentran asentada en el territorio proporcionan información valiosa a los/as nuevos/as migrantes.

Otra autora que analiza esto es Ataide (2015) que realiza su tesis maestría, acerca de “Trayectorias, redes migratorias y procesos identitarios, en la conformación del mercado de trabajo agrícola destinado a bolivianos. Estudio en dos municipios del este salteño (1960-2013)” retoma a Granovetter (1973) acerca de esto:

“(…) los lazos fuertes poseen mayor motivación en brindar asistencia y generalmente están disponibles más fácilmente, significativamente tienden a la transitividad y generan redes de confianza, en el caso de los inmigrantes, serían aquellos vínculos establecidos con coétnicos. Por su parte, los lazos débiles son conexiones con las que no tenemos gran interactividad, pero forman parte de la red y resultan fundamentales para el enriquecimiento mutuo. La importancia de los lazos débiles radica en que favorecen redes menos estructuradas y permiten generar puentes entre sub-grupos trasportando información e ideas por fuera del círculo social en un flujo de circulación que promueve la movilidad” (p. 11).

En este sentido los lazos, ya sean fuertes o débiles, son un elemento fundamental para realizar esta migración. A esto se hacía referencia cuando mencionaba que no cualquier productor/a trabajador/a de la tierra está en condiciones de migrar de un país a otro, más allá de pueden existir excepciones en donde no existe un lazo fuerte, es decir, un familiar, amigo/a en el país de recepción, y esta migración se realiza igual, pero son muy pocas las situaciones que ocurren de esta manera.

Algunas consideraciones finales

Este trabajo ha intentado evidenciar algunas de las problemáticas por las cuales atraviesan los/as jóvenes que pertenecen al Movimiento de Trabajadores Excluidos MTE – rama rural, en cuanto a dos cuestiones: una, la organización de un espacio nuevo al interior de la organización a la que pertenecen; dos, el proceso migratorio en el que muchos/as de ellos/as han estado inmersos.

En cuanto a la organización de este nuevo espacio que conformaron los/as jóvenes del MTE, resulta fundamental la importancia que los/as jóvenes confieren al mismo, esto es expresado por ellos/as en los diferentes espacios en los que participan, en las reuniones, en los talleres, en las asambleas, en el foro nacional agrario, donde no solo discutieron con compañeros/as de su misma organización, sino que también discutieron con otros/as jóvenes de todo el país de otras organizaciones. De esta manera a partir de los relatos de estos/as jóvenes es posible captar la noción de experiencia, la cual nos permite pensar al sujeto no como un ser absolutamente determinado, sino como un agente con capacidad de acción dentro del mundo, más allá de que se encuentre en un sistema socioeconómico específico. También lo importante de la organización que están generando estos/as jóvenes es el reconocimiento del sistema social, económico y político en el que se encuentran, el hecho de poder nombrar y reflexionar acerca de las situaciones que atraviesan ellos/as sus familias. El hecho de comprender que cuando ellos/as se inundan no reciben ayuda de nadie que no sea de la organización, pero cuando hay una sequía que azota a la producción sojera el Estado corre en su auxilio. Estas y otras tantas discusiones son de las están siendo parte los/as jóvenes del MTE.

Con respecto al proceso migratorio, no se pretendió realizar un estudio exhaustivo acerca del proceso migratorio individual de cada uno de los/as jóvenes que pertenecen al MTE, sino que se intentó evidenciar las dificultades que afrontan algunos/as de los/as jóvenes al migrar, las dificultades que tienen en cuanto a las actividades que pueden o no pueden realizar cuando viven a más de 25 kilómetros de la ciudad y no existe transporte público, las diferencias que ellos/as perciben con respecto del resto de la sociedad argentina, esto claramente porque esas diferencias existen efectivamente y algunas veces se expresan de manera negativa hacia ellos/as. Por esto la importancia que ellos/as le conceden a la organización, al trabajo colectivo, a poder decir lo que les pasa: “(…) yo no le daba importancia a esto, hasta que llegué acá a este grupo, donde yo me sentí cómoda, donde pude sacar todo lo que tengo para decir”.

Referencias

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Grabois, J. y Pérsico, E. (2017). Trabajo y organización en la economía popular. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Asociación Civil de los Trabajadores de la Economía Popular. Recuperado de http://ctepargentina.org/wp-content/uploads/2017/08/WEB-CTEP-R.pdf

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Levitt, P y Schiller N. (2004). Perspectivas internacionales sobre migración: conceptualizar la simultaneidad. En Revista Migración y Desarrollo. México editorial.

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Ramella, F. (1994). “Por un uso fuerte del concepto de red en los estudios migratorios”. En Bjerg, M. y Otero, H. (Comps.) Inmigración y redes sociales en la Argentina moderna. Buenos Aires: CEMLA/Instituto de Estudios Histórico-Sociales.

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Recursos Electrónicos

Página oficial del Primer Foro Nacional Agrario http://foroagrario.org/

Delatorre R. (28 de octubre 2019). Un derrotero de cuatro años hacia una catástrofe social. Cómo se sale del laberinto. Diario Página 12. Recuperado el 29 de octubre de 2019. https://pagina12.com.ar/227728-como-se-sale-del-laberinto

Notas

1 Licenciada en Trabajo Social, Facultad de Trabajo Social, UNLP. Lugar de Trabajo: Becaria Doctoral de la Comisión de Investigaciones Científicas CIC - Laboratorio de Movimientos Sociales y Condiciones de Vida, FTS. Email: mayadp@hotmail.com
2 El cartoneo es un oficio bastante peculiar. El término oficio, proviene etimológicamente del latín opificium (opus + facere, que significa realizar una obra) y durante la Edad Media era utilizado para designar a los artesanos, que realizaban manualmente sus tareas. En la actualidad el término se aplica a las actividades prácticas y técnicas que, a través de una serie de pasos y sin demasiados conocimientos teóricos permiten llegar al resultado buscado. La Real Academia Española designa a su vez al oficio como una “ocupación habitual”. Ver más en Maldovan Bonelli, J. (2017) Del trabajo autónomo a la autonomía de las organizaciones, Buenos Aires. URL: https://teseopress.com/deltrabajoautonomo
3 Esta investigación se lleva a cabo en una de las diecinueve asambleas que posee el Movimiento de Trabajadores Excluidos en el Gran Buenos Aires y el Gran La Plata, la cual no se mencionará para proteger las identidades de los/as jóvenes y demás actores allí presentes.
4 Los nombres han sido cambiados para preservar la identidad de estos/as.
5 “El gobierno de Mauricio Macri, y cuatro años de aplicación de su modelo económico, no sólo dejan un estadode destrucción masiva en lo económico y social, sino también serios conflictos de articulación intersectorial, querequerirán como mínimo el replanteo de compromisos de cada uno en un nuevo modelo de desarrollo y convivencia, hoy inexistente”, ver más en https://pagina12.com.ar/227728-como-se-sale-del-laberinto.
6 Este foro se realizó los días 7 y 8 de mayo del corriente año (2019). Reunidas en 23 comisiones integradas por los sectores populares que realizan la tarea agropecuaria. Campesinas/os, indígenas, trabajadoras/es rurales, trabajadoras/es del Estado, productoras/es, agricultoras/es familiares, agroquinteras/os, comerciantes, consumidoras/es y comensales, redes de comercialización, pequeños y medianos empresarias/os, cooperativas, técnicas/os, docentes rurales, académicas/os, científicas/os, universidades, hombres y mujeres por las fumigaciones, medios populares, militancia social y política del sector funcionaron intensamente con el fin de construir una política antagónica al modelo agroindustrial concentrado, extranjerizado y expulsivo. Ver más en http://foroagrario.org/.
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