Artículos
El cine: una alternativa de aprendizaje
Cinema: a learning alternative
El cine: una alternativa de aprendizaje
Trilogía Ciencia Tecnología Sociedad, vol. 11, núm. 20, 2019
Instituto Tecnológico Metropolitano
Recepción: 10 Junio 2018
Aprobación: 01 Octubre 2018
Resumen: la incursión de las TIC en la renovación de los procesos de enseñanza y aprendizaje ha sido clave en el paradigma de impulsar la creatividad e innovación de los estudiantes en el aula y el lenguaje utilizado por los docentes. La literatura ha demostrado que el cine es una herramienta eficaz en la enseñanza de contenidos, porque eleva los niveles de percepción, complejidad y realidad contextual del estudiante y permite una ampliación de su capacidad crítica y la habilidad de conexión entre la teoría y práctica. Este artículo examina al cine como un aliado para el estudiante y el docente, desde su naturaleza de tener un lenguaje propio para conectar los sentidos, lo mismo que las emociones y valores que hacen parte de un aprendizaje integral y generan una participación más activa en el aula. El objetivo de esta investigación, basada en un análisis documental interdisciplinar, es proponer una guía didáctica apoyada por la literatura, que valide la pertinencia de realizar una metodología con rigor científico y apropiada al usar películas en contenidos académicos y, desde la perspectiva de innovación educativa, adaptar modelos que trasciendan en los estudiantes y docentes para evitar su uso de manera empírica.
Palabras clave: cine, innovación docente, proceso de enseñanza aprendizaje, recursos didácticos.
Abstract: The role of ICTs in the evolution of the teaching-learning process has been key to the paradigm of promoting student creativity and innovation in the classroom and the language used by professors. The literature has demonstrated that cinema is an effective tool to teach contents because it expands the perception, complexity, and contextual reality of students. Besides, it enables to improve their critical skills and their ability to connect theory and practice. This article examines cinema as an ally of students and professors due to its very nature: it has its own language to connect the senses, emotions, and values that compose a well-rounded education and promote a more active participation in the classroom. Based on a cross-disciplinary literature review, this study aims at proposing educational guidelines to evaluate the relevance of adopting an appropriate method with scientific rigor to use movies for academic purposes. From the standpoint of educational innovation, the objective is to adapt models that students and professors will embrace, thus avoiding an empirical use.
Keywords: cinema, teaching innovation, teaching-learning process, educational resource.
INTRODUCCIÓN
El proceso de enseñanza aprendizaje ha llevado a diferentes escuelas del pensamiento y conducido a muchos académicos a desarrollar y agrupar teorías, con el fin de guiar de manera óptima este proceso; esto se logra cuando se evidencia un cambio en el saber, el ser y el actuar de la complejidad del individuo, además de aproximar la teoría a la realidad.
En este sentido, una de las teorías que tiene más fuerza para cerrar la brecha entre la academia y el sector empresarial es la socio-constructivista; la cual considera que el aprendizaje se construye en el entorno y en el contexto donde se encuentra y que el mismo es elaborado de manera colaborativa.
En este orden, los docentes usan en la preparación y planificación de sus clases herramientas y guías que complementan y condicionan un ambiente que permita un proceso óptimo y colaborativo, en el cual es importante considerar la presencia de los sistemas de representación en los sentidos y es de esta manera que la persona representa experiencias vividas. De acuerdo con O’Connor & Mcdermott (1997), estos sistemas de representación se clasifican en visual, auditivo, corporal, olfativo y gustativo.
En la Tabla 1, de acuerdo con cada nivel existe un nivel de percepción diferente, por lo que se concluye que los individuos tienen un nivel de atención dependiendo de la percepción de sus sentidos, siendo las técnicas de contacto visual y la auditiva las más altas.
En efecto, esta confrontación de 88 % de percepción de las técnicas audiovisuales (vista-oído) sugiere el impacto positivo que estas técnicas pueden significar en la transformación de la educación y cómo se sigue impartiendo en las aulas de clase el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El uso de ayudas audiovisuales, como las películas y los documentales, no es un tema novedoso dentro de la planeación didáctica de los docentes en el aula. Investigaciones previas demuestran que se tiene confianza en estas herramientas por parte del docente y del estudiante. La literatura demuestra que el cine no debe considerarse de manera aislada, como una herramienta didáctica para apoyar contenidos académicos, sino como un nuevo actor en el proceso de enseñanza aprendizaje que conecta al estudiante y al docente en una propia realidad mediante que también conecta emociones, valores, sentidos e información.
Del mismo modo, su uso no debe limitarse a un cambio en la dinámica de la clase, sino a un medio impulsador de emociones y valores. En algunos casos, se usa para introducir temáticas complejas en cuanto a contenidos curriculares; o en otros, para generar un ambiente más participativo en clase. Esto ha ido desvirtuando el poder del cine dentro del aula, implicando que hay una necesidad por generar una metodología o guía validada para un uso adecuado promotor de creatividad, innovación y colaboración en la educación.
Este artículo considera un análisis de la literatura frente a la innovación en el proceso de enseñanza aprendizaje con la utilización del cine, evidenciando la forma en que el cine se consolida como un recurso educativo y potenciador de aprendizaje en el aula. Al final, se propone para el docente una guía didáctica sobre el análisis de películas en ciencias económico administrativas, a forma de reflexión, lo cual pretende que el docente pueda empoderarse, aprovechar su potencial educativo y no considerar las películas como un simple apoyo didáctico.
De la misma manera, el presente trabajo se basa en un análisis documental y teórico del cine como alternativa y estrategia en los procesos de enseñanza y aprendizaje, sus implicaciones, metodología y limitantes. Cabe aclarar que no es un estado del arte, puesto que la intencionalidad es definir los elementos más relevantes de cine dentro de un proceso formativo, apoyarse además en aportes conceptuales y metodológicos, y definir una propuesta para la aplicación del cine en la enseñanza de ciencias económico administrativas.
La innovación en la enseñanza aprendizaje
A partir de la definición básica de enseñanza, como una actividad realizada a partir de la interacción del docente o facilitador y del alumno o aprendiz, se considera, además, uno o varios objetos de conocimiento en un entorno educativo, donde es posible concebir la enseñanza grosso modo, como un proceso de transmisión de conocimiento. Es decir, la enseñanza constituye un proceso de comunicación entre el docente y el estudiante, donde ambos comparten un lenguaje y hacen que este cuente con una transformación en el comportamiento y experiencia en el saber, en el ser y en el actuar, tanto de uno como del otro. Del Barrio, Castro, Ibáñez & Borragán (2009) concluyen que «la comunicación es uno de los elementos más importantes para asegurar el éxito del proceso enseñanza–aprendizaje, por lo que se debe tener en cuenta el correcto funcionamiento de los múltiples factores que lo determinan» (p. 394).
En el sentido de la pertinencia, Nogueras, Alberca, Reina, & Rodríguez (2003), mencionan que la enseñanza juega un papel clave en el dinamismo de la economía, debido a que prepara al individuo en un entorno globalizado para un desafío en el futuro. Uno de los conceptos que florece en la globalización es el desarrollo tecnológico alcanzado por la humanidad, donde el uso de la tecnología en la enseñanza se destaca como una ventaja en el progreso educativo (García & Fernández, 1997), ya que relaciona una de las principales consideraciones para desarrollar el aprendizaje de calidad.
Es un hecho que algunos académicos consideran como tendencia, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la incursión de signos y símbolos que trascienden la palabra verbal o escrita y que se constituyen en lo que conocemos como imagen, en la que predomina la representación visual que manifiesta la apariencia visible de un objeto real o imaginario. Esta singular manera de impactar en el diseño didáctico de cualquier asignatura fortalece el concepto que muchos académicos tienen sobre innovar la tradicional clase magistral, de este modo «[…] aumentar el proceso de comunicación didáctico, ayudando a clarificar, sistematizar y dotar con mayor realismo la trasmisión de conocimiento» (García & Fernández, 1997, p. 74). Sin embargo, un concepto de enseñanza unidireccional se convierte en obsoleto y exige herramientas que permitan la construcción del mismo por parte del estudiante.
En los nuevos modelos de educación, Trippestad (2015) afirma que el docente independiente de sus técnicas didácticas debe entender la nueva realidad de la educación como glocal (global y local), donde su papel es ser parte de la construcción y la filosofía del individuo y la realidad social y económica de la región, con un entendimiento social universal del potencial del ser humano en la globalización. Al concebir la educación como un proceso paralelo de enseñanza y aprendizaje, se dirige el interés hacia los actores principales del proceso (entiéndase docente y estudiante) quienes, como parte de su lenguaje, deben renovarse continuamente a través de la experiencia y el conocimiento. En este sentido, las TIC crean la necesidad tanto en el estudiante como en el docente de renovar sus roles, por medio de un entorno nuevo que ha incorporado cambios drásticos en la actualidad. Desde hace más de 20 años, como lo expresa Santos Guerra (1997) inicia la necesidad de superar ese enfoque exclusivo a los procesos de trasmisión del conocimiento, para así poder generar un cambio evidente apoyado por los nuevos medios de comunicación.
Desde este punto, Bird (2014) considera a los medios de comunicación audiovisuales, que han alcanzado un alto nivel de desarrollo, como uno de los elementos más relevantes para estudiar las sociedades contemporáneas en general, particularmente en el proceso educativo. En este caso, se refuerza el potencial transformador que tienen las experiencias donde las asimilaciones culturales tienen un mayor impacto en el proceso de enseñanza aprendizaje frente que las aulas de estudio convencional.
En la actualidad, el paradigma constructivista es el marco del proceso pedagógico. En este, el desarrollo tecnológico ha abierto un espacio donde se construye el conocimiento a partir de nuevos modelos para entender una realidad más allá de la palabra y se inscriben en el reino de la imagen y la representación visual. En este sentido, no se asume la pedagogía desde el paradigma conductista como un proceso donde el estudiante es conducido por el docente con un conocimiento que procede desde el afuera del sujeto. Por el contrario, se plantea asumir la pedagogía desde el paradigma que dirige el método teórico-práctico de enseñanza, en el cual los medios audiovisuales (y en especial, los documentales y las películas entendidas como cine) juegan un papel activo como facilitadores en la experiencia de formación.
El conocimiento construido con la ayuda de estos medios ya ha sido ampliamente estudiado, desde el punto de vista cognitivo, donde se considera que el cine conecta factores tanto emotivos como racionales de una forma integral (Pérez, 2010; Sevillano, de la Torres, & Carreras, 2015) que impacta en las nuevas tecnologías y se consolida también como una tendencia en la didáctica actual (González, 2005; Pérez, 2010).
La literatura demuestra que las presentaciones académicas con contenidos verbales y visuales, como los videos, pueden conducir hacia la efectividad en la comunicación (Berk, 2009) siempre que estén acompañados de una integración de diálogo o narrativa (Arreaza, Sulbarán, & Avila, 2009). Pese a estas revelaciones ampliamente difundidas y conocidas acerca de sus grandes fortalezas y su soporte en el aula, el cine debe entenderse más que un simple apoyo didáctico, si se quiere entender el nivel real de importancia dentro del proceso de enseñanza aprendizaje (Rojano Vera, 2015). El cine es una herramienta que aparte de exponer una representación visual está cargada de otros símbolos, como la música, los valores, el detalle en la escena gráfica y el protagonismo de cada actor; que complementa ese nuevo lenguaje que puede formarse entre el docente y el estudiante. De igual forma, si es conducido de manera óptima, puede generar un lenguaje más enriquecedor y colaborativo que el de una clase magistral.
No es objetivo de este artículo entender la efectividad del cine para los docentes, debido a que es una premisa de la que se parte; tampoco lo es el entendimiento de este medio audiovisual, ni el nivel de su aceptación entre los estudiantes sobre otras metodologías. Este es un medio que no solo sobresale en el sector educativo, sino en el de entretenimiento sobre otras formas de representación visual. La idea principal es entender el empoderamiento de esta herramienta que debe convertirse en aliada, tanto en la enseñanza (desde el docente), como en el aprendizaje (hacia el estudiante), desde los niveles elementales hasta los propios de la educación superior y entender una metodología que lo permita.
El cine como aliado en el aula
El cine emerge cuando lo imaginario se ha incorporado a la realidad. Desde que Rousseau (2009) señaló desde el siglo XVII en su «Carta a D’Alembert sobre los espectáculos», y el impacto de estos en las vidas de las personas y la juventud, el fenómeno del espectáculo se consolidó como un concepto que hoy, más que en otras épocas, cobra mayor vigencia debido al impacto de su uso como una forma de lenguaje y un reflejo de una realidad, inclusive si este reflejo no es verídico.
En esencia, Lozano & Treviño (2014) analizan el carácter del cine como arte, que juega un papel fundamental en la trasmisión de criterios culturales que impacta en los aprendizajes como en la forma de conducta, catalogado alrededor del 1911 por Ricciotto Canudo como el séptimo arte, sumado a las otras seis (literatura, pintura, música, danza, escultura y arquitectura). Antes de examinar el cine desde su tránsito como fenómeno de entretenimiento, se estudiará su aspecto más analítico como objeto de estudio y, más aún, como objeto dentro la pedagogía; esta ha sido marcada a lo largo de la historia por paradigmas dentro de los que se encuentran el conductismo, el cognitivismo, el histórico-social, y más recientemente, el constructivismo.
El cine se concibe, entonces, desde inicio del siglo XX como un medio de comunicación audiovisual, que hace parte de una dimensión más amplia, pero lo más importante, un medio fundamental para estudiar la realidad de la pedagogía en la actualidad. Como fue aclarado, este artículo no está dirigido hacía el cine como objeto (sin afirmar que el cine no sea considerado como objeto), sino como herramienta para identificar su eficacia y fines específicos dentro de la enseñanza de contenidos en la educación.
Para ello, el lenguaje que es propio del cine y su codificación hacen parte del análisis que el propio lenguaje transmite y debe entenderse dentro del aula. Este análisis se relaciona con la importancia que tiene el cine en la adquisición de valores cognoscitivos, expresivos y creativos (Martínez-Salanova, 2003). Ya que la proyección de películas dentro del aula no se realiza con fines de entretenimiento, según Bellido (1998), esta no debe entenderse como sistema técnico que contiene efectos especiales o imágenes, sino como una representación de una realidad proyectada. A pesar de que las investigaciones sobre la eficiencia del cine en la pedagogía se hacen desde hace un siglo (Paxton & Marcus, 2018, p. 595), esta línea de investigación permanece en constante actualización, debido a la proliferación de nueva tecnologías, nuevos medios y nuevos formatos revitalizados.
Adicionalmente, Rojano Vera (2015) aclara esto en su tesis sobre el uso didáctico del cine, donde lo aborda no como un recurso didáctico al servicio de unos contenidos curriculares, sino como un aliado, donde el conocimiento del lenguaje fílmico debe comprenderse por el docente y el estudiante. Como lo explicaba Santos Guerra (1997) hace más de 30 años: «[…] se trata de un aprendizaje para la imagen; no es suficiente hablar de las funciones de la imagen en la enseñanza sino de las funciones de la enseñanza en la educación para la imagen» (p. 22).
Sin embargo, Ruiz (1998) menciona que a pesar de ser consumidores habituales de contenidos audiovisuales y específicamente del cine, no se tiene un método de observación o técnica de análisis profundo sobre las imágenes que proyectan las películas. Es decir, las personas ven el cine desde una perspectiva de entretenimiento, sin ultimar en detalles todo lo relacionado con el lenguaje no verbal. Asimismo, en el análisis del cine en su proyección se incorpora un nuevo escenario para educar en valores (Sevillano et al., 2015), estos valores que hacen parte de una sociedad integral y son parte del individuo en comunidad. Es así como en el uso del cine en el proceso de enseñanza aprendizaje se connota la motivación del estudiante, que encontrará en medios más lúdicos una forma más atractiva de aprender, aplicar, modelar e innovar; además, esto constituye una de las razones por las que el docente debe enfocar su labor constructiva de educar.
Estos valores permitirían según Pereira Domínguez & Marín Valle (2001) estimular la capacidad crítica y la habilidad de los estudiantes para relacionar conceptos, integrados académicamente como lo son la imagen, la interacción, el sonido y el relato. A su vez, proporcionan a la educación el medio intuitivo que se requiere en el desarrollo de capacidades y habilidades de una persona en la consolidación de contenidos nuevos. En algunos casos, temas como la ética, el trabajo en equipo, la solidaridad, el servicio, la honestidad, la tolerancia y el respeto pueden ser entendidos a través de la representación del cine y de mejor manera sean analizados a través de una discusión o estudio de caso, ya que la perspectiva del estudiante permite entender al valor dentro de una realidad y reflexionar sobre su relevancia en la práctica.
Para este desarrollo San Martin & Salinas (1998), admiten que no solo la educación se ha valido del cine; ya el cine se ha conectado al mundo educativo para aprovechar el reflejo del contexto de una sociedad. Evans (2007) ha afirmado que, en la enseñanza, el cine es un tipo de arte que pasó de ser popular a una de las enseñanzas que más refleja la estética y los valores de una sociedad.
Esto lo demuestran diversas investigaciones del uso del cine para reforzar contenidos curriculares, estimular la participación en el aula y ampliar la motivación de estudiantes en áreas académicas específicas; algunos ejemplos destacan el uso del cine en las ciencias sociales (Miller, 2009), las ciencias económicas (Salas y García, 2013; Mateer & Stephenson, 2011), ciencias administrativas y dirección de empresas (Nogueras et al., 2003), liderazgo (Hannay & Venne, 2012; Álvarez, Miller, Levy, & Svejenova, 2004), relaciones públicas (Mak & Hutton, 2014), derecho y sicología (Anderson, 1992), literatura (Muller, 2006), derecho administrativo (Álvarez, 2015), historia (Rodríguez, 2014; Paxton & Marcus, 2018), educación y pedagogía (Evans, 2007; Osorio & Rodríguez, 2010; Rojano Vera, 2015), educación de la ética (Blasco, Moreto, & Pessini, 2018), medicina (Kadivar, Mafinejad, Bazzaz, Mirzazadeh, & Jannat, 2018) e inclusive un idioma extranjero (Kabooha, 2016). Los estudios validan que las películas, aparte de complementar contenidos académicos, enriquecen con características positivas a los estudiantes y reducen cargas negativas (Smithikrai, 2016).
Es habitual considerar el cine como un elemento conector entre la atención del estudiante y su aceptación dentro del aula, por su concepción de relación con entretenimiento y por ser más atractivo como reemplazo frente a lecturas complejas. Las investigaciones de Mak & Hutton (2014); Rodríguez (2007); Rajadell, Violant & Bordas (2012) confirman que el cine, al ser usado efectivamente en el aula, tiene un efecto positivo en la participación del estudiante al generar mayor interés en los debates en clase, conseguir que el estudiante comprenda la relación entre la asignatura y la película, y apreciar nuevos métodos usados por el docente para motivar su aprendizaje y entender otro tipo de situaciones. Los estudios demostraron que el cine brinda la oportunidad a los estudiantes de participar, discutir y expresar sus percepciones temas tan sensibles como los valores y comportamientos humanos (Kadivar et al., 2018).
Este momento lo plantea Álvarez (2015), como el que debe ser aprovechado por el docente, en considerar el cine como una metodología activa en donde el estudiante debe seguir como el eje de la educación. Además, «como el lugar de encuentro con el otro espectador, pero también con otros actores en escena que hacen parte de la pantalla, personajes proyectados, y en donde se hacen visibles, se relacionan discursos, diálogos y simbologías» (Osorio & Rodríguez, 2010, p. 74).
Arreaza et al. (2009) afirma que es indispensable la necesidad de analizar la enseñanza del lenguaje audiovisual en el proceso educativo y considerar al medio cinematográfico como una fuente de discernimiento de realidad y generador de ideas. Anderson (1992) demuestra que los estudiantes se sienten más acostumbrados al discutir o discernir sobre películas que sobre un caso de estudio; realizan este mismo tipo de discusiones en entornos sociales ajenos al ámbito académico y no temen a una respuesta equivocada.
Sin embargo, existen otras tesis que analizan al cine dentro de la educación, como objeto y herramienta. González (2005) considera la eficacia del cine como la capacidad de este medio para alcanzar el fin que pretende el docente, junto con la eficiencia del mismo, donde el cine es capaz de conseguir ese efecto transformador esperado o deseado. El cine cuenta con componentes adicionales que no son visibles en textos literarios y académicos, como los símbolos que también hacen parte del lenguaje y del conocimiento; las luces, la música y los ángulos de cámara que pueden analizarse como un artefacto cultural capaz de elevar sus niveles de pensamiento (Muller, 2006). Este componente también es evidente como potenciador y reforzador en el desarrollo de las capacidades de razonamiento y análisis de los estudiantes en el aula (Arnold, Pfannkuch, Wild, Regan, & Budgett, 2011).
Pese a los más de 100 años del séptimo arte, sigue existiendo el llamado analfabetismo funcional en el cine. Zapata (1998) lo relaciona y se basa en describir personas que solo miran la imagen sin entender su extensión eficaz, competencias intelectuales y valores que responden a su efecto formativo y educativo. La alfabetización implica entender los nuevos códigos y medios de esa comunicación que «sigue siendo una asignatura pendiente del sistema educativo», donde concluye que los docentes no hacen referencia al lenguaje del cine al momento de su uso, porque sus asignaturas no están relacionadas con el mismo (Rojano Vera, 2015, p. 612).
La tarea del docente, antes de considerar al cine como aliado en el aula, es introducir el lenguaje formativo del cine dentro de una guía clara para los estudiantes y liderar modelos que ayuden a ver al cine de otra manera diferente a la de entretenimiento. Es entendible que, si los docentes van a enseñar estos códigos, ellos también los aprendan, y como lo expresa Raposo Rivas (2009) «el hecho de que todo el mundo conozca dentro de su vida cotidiana el cine, no supone que conozca su estructura y sus posibilidades, las cuales no serían alcanzables sin un aprendizaje previo» (p. 32).
Guía para entender el lenguaje de películas en un contexto académico
Las películas, como la afección que produce la pieza audiovisual en el estudiante, tienen sus propios contextos de lectura y de reconocimiento, a partir de los cuales es posible estudiar su aplicación dentro del aula de clase. El uso de películas en diferentes áreas del conocimiento ha sido una práctica de varios académicos, reflejado en diversos artículos de investigación, los cuales comparten la clara finalidad de impactar a través de las películas en la percepción y transformación de la comunicación entre docente y estudiante sin importar el área que se pretenda apoyar.
Ya bien, Soriano Espinosa, Perdomo Vanegas, & Sánchez Rivera (2014) definen que, pese a la vinculación del lenguaje audiovisual al contexto educativo, existen también algunos usos inadecuados frente a ese propósito en ilustrar contenidos diferentes a la de forma de entretenimiento. Es decir, el proceso de enseñanza a partir de los medios audiovisuales pierde su impacto cuando se centra en necesidades informativas y recreativas, más que como una forma de transmisión del conocimiento. Por ello es necesario la creación de una guía didáctica docente (Arreaza et al., 2009), con el pleno objetivo de proporcionar estrategias y herramientas que conduzcan hacia la efectividad en la instrucción para un estudio crítico y analítico de contenidos apoyados con películas en el aula de clase. De este modo, no solo es importante la formación de los docentes para enfrentarse a este medio y entregar las herramientas adecuadas, sino su pleno entendimiento. Rodríguez (2014), inclusive menciona la importancia del acondicionamiento del aula para este tipo de actividades, ya que inclusive su proyección hace parte del momento académico y la experiencia del estudiante.
En la Tabla 2, se presenta una guía para el análisis de películas en los ámbitos de las ciencias sociales. Esta guía ha de ser un punto de partida para que los docentes y estudiantes consideren al cine como un aliado en el proceso de enseñanza aprendizaje, que permite una comunicación bidireccional de participación y análisis en el aula. Al mismo tiempo, entender qué contenidos curriculares pueden ser apoyados de esta manera, ya que existen conceptos que hacen parte de la instrucción en universidades y pueden ser expuestos de mejor manera a través de películas que otros medios tradicionales.
Miller (2009) argumenta el uso adecuado para proveer estas aplicaciones representadas de las películas en contenidos claves del curso que puedan estimular el aprendizaje en niveles cognitivos y emocionales. Hannay & Venne (2012) explican que, para la enseñanza universitaria de las invariantes de una carrera universitaria, se deben escoger las películas correctas que compartan una visión holística, teórica y práctica de los conceptos. Este es el caso, a modo de ejemplo, de temas transversales como el liderazgo, donde la elección de películas adecuadas puede inclusive dar vida a teorías modernas del liderazgo en cualquier curso de administración, como lo son las de Kouzes y Posner y la teoría de contingencia de Fiedler (Hannay & Venne, 2012).
En esta selección de películas, el docente debe centrar su atención basado en algunos criterios previa su presentación en el aula. Para ello Pérez & López (2007), consideran que el docente se debe enfocar en lo siguiente: 1) películas que ilustren los conceptos claves del curso que se quieran analizar, entendiendo qué película se acerca más a esta demostración; 2) películas actuales o clásicos del cine que contengan un buen argumento e interpretación, en otro sentido, que también estén en consonancia con los gustos de los estudiantes, la educación ha evolucionado en que es indudable que los procesos menos forzados son los que tienen un mayor nivel de aceptación; 3) películas con la capacidad de generar emociones en el espectador y atención en el aula.
Sin embargo, Kabooha (2016) considera importante que las películas sean seleccionadas inclusive con base en los intereses de los propios estudiantes, de acuerdo con su nivel académico y personalidad.
Como lo menciona Rojano Vera (2015) «En este sentido, el cine se presenta como una gran herramienta a la hora de generar emociones aprovechables desde el punto de vista educativo» (p. 361). Este aspecto también es analizado por otros autores que confirman que las películas son un método innovador para que estudiantes desarrollen sus habilidades reflexivas y actitudes sobre las emociones, lo cual refuerza la enseñanza de la ética, transversal a todas las profesiones en el reconocimiento de los aspectos afectivos que impactan en el proceso de la toma de decisiones (Blasco et al., 2018).
Esta preparación permite que el espectador, en este caso el estudiante, se conecte efectivamente y eleve sus niveles cognitivos y emocionales, del mismo modo Salas & García (2013) aclaran la importancia de la previa preparación ad hoc del estudiante frente al concepto presentado, en este sentido, la película no es presentada ni proyectada de forma inesperada y existe un coordinación a cargo del docente con base en lecturas complementarias o casos de estudio que permitan una permeabilidad de conceptos con anterioridad.
Las ciencias sociales parecen ser un campo más proclive para el uso más efectivo de este tipo de mediaciones audiovisuales (Rojano Vera, 2015; Mak & Hutton 2014; Mateer & Stephenson, 2011) por su naturaleza de interacción social y relaciones humanas característica de esta área del conocimiento. La sensibilización y la presentación de puntos clave relevantes de la película para ser expuestos al estudiante previo su proyección han significado en diversas investigaciones opiniones contrariadas, que son igualmente aceptadas y afirmadas por la comunidad académica demostrando que una sensibilización del tema tratado en la película antes de ser proyectada podría llegar a sesgar la opinión y análisis crítico de los estudiantes. Rojano Vera (2015) describe dos métodos: el inductivo donde la película es presentada como primer paso para que el estudiante empiece a deducir posteriormente y entrever los contenidos que se componen; y el deductivo, donde se desarrollan los contenidos conforme al currículo del programa previo a la presentación del filme y permita la particularización de variables (p. 503). Estos dos métodos han sido comprobados como medios efectivos, sin embargo, el uso de uno o del otro está enmarcado dentro de la intencionalidad de la actividad con la película, si se pretende generalizar o particularizar, es decir, si se persigue un objetivo explicativo o un objetico descriptivo.
Seguidamente, el docente, como paso posterior, redacta una ficha técnica o documento guía (Salas & García, 2013) que plantee los datos importantes que pueden valer como pauta para que los estudiantes obtengan mejores resultados, y de acuerdo con el método (inductivo o deductivo) comparta la información necesaria a sus estudiantes o solicite una investigación profunda sobre los temas.
Para esta ficha es conveniente considerar los siguientes aspectos:
Nombre de la película: en español y en idioma original.
Actores y directores de la película: que pueden generar una expectativa mayor frente a la trayectoria que tiene suscitada el actor y director en cada individuo, y reflejan en los espectadores características propias de ellos frente a la forma de ser y carácter del personaje.
Contexto de la película: ya sea político, económico, sociocultural y hasta cinematográfico, para entender esa realidad presentada dentro de un marco contextual nacional e internacional que permita analizar de mejor manera el contenido.
Cronología y hechos históricos de la época de la película: que puede no estar relacionados con su fecha de estreno, pero marcan la situación dentro de la época a ser analizada.
Símbolos: como la música, la ambientación, vestuario, los ángulos de las cámaras y la narrativa usadas, que son propias del lenguaje audiovisual y deben entenderse en cómo los escritores y directores esperaban comunicar más allá de palabras un mensaje. Estos símbolos permiten conectar audiencias y encuadran aspectos que están relacionados de la manera como la trama de la película es ambientada.
Duración: las películas tienen una duración mayor a los tiempos en el aula por lo que la planeación de la proyección o preparación del estudiante debe estar considerada de acuerdo con la duración de esta.
Sinopsis: que incluye un resumen breve con énfasis con algunos aspectos esenciales a ser considerados.
Referencias de apoyo: el docente, como guía, debe comprobar suficiente bibliografía que apoye esta actividad, al igual que fuentes disponibles en sitios web y apoyo en otras referencias como periódicos y revistas.
Estos aspectos enmarcan otro tipo de información que en algunos otros casos pueden pasar desapercibidas, pero con un previo conocimiento de su importancia pueden significar un análisis más profundo y una construcción más completa del conocimiento.
Posterior a esta ficha, es posible considerar la elaboración de una ficha académica que incluya tres conceptos entendidos como los ejes transversales, ejes del conocimiento y los valores para contextualizar y conducir los objetivos de contenido curricular de manera efectiva. Arreaza et al. (2009) subrayan el uso de estos conceptos de la siguiente manera:
Ejes del conocimiento: para integrar de manera conceptual todos los conocimientos como saberes a ser analizados. Este sistema de conocimientos comprendido en cada asignatura permite guiar al docente sobre los conceptos claves del contenido que debe ser instruido de acuerdo a la malla curricular. La descripción analítica del contenido permite a los docentes tener la claridad del contenido comprendido a lo largo del curso y a los estudiantes conseguir los objetivos académicos. Identificar correctamente aquellos ejes del conocimiento que una película puede relacionar y sean evidentes posteriormente al estudiante.
Ejes transversales: para conducir un cambio en la práctica educativa para su desarrollo teórico-práctico. Esta medida es vital en el sentido de disminuir esa brecha entre la práctica y la academia, y relacionar el concepto teórico analizado para integrarlos como saberes prácticos en un contexto real y empresarial.
Valores: el sistema de valores es parte integral del contenido curricular que debe ser evidente para el estudiante a través del proceso de enseñanza aprendizaje, como ejemplo el servicio, la honestidad, el trabajo en equipo, la justicia, son algunos de los valores que complementan una asignatura y que consolidarán finalmente la ética que forma a cada profesional.
Estos diferentes ejes «se ven reflejados en cómo la película es proyectada, ya que el cine no refleja la realidad tal y como es, sino una representación de la realidad, que pasa por el punto de vista del guionista, director, escritor y escena que le trasmita el actor» (Rodríguez, 2007, p.19).
Como punto posterior, la participación activa del estudiante como el análisis crítico o foro participativo se construye a través del desarrollo de otras habilidades como la comprensión visual y auditiva, pérdida del miedo a los debates en clase y sensibilización a temas interculturales, que de manera integral hacen parte del desarrollo individual en el proceso de aprendizaje (Walia, 2015). Mateer & Stephenson (2011) concluyen en su investigación que el uso de videos incrementa la comprensión, retención y resultados en aprendizaje intensivo específicamente en la enseñanza de materias relacionadas con economía y genera la capacidad de compartir ideas y debatir sobre otras.
Es evidente que el uso de películas que contengan situaciones del comportamiento del individuo en organizaciones generen debate (Álvarez et al., 2004) y reacciones frente a las posturas del alumnado, teniendo en cuenta que en el cine confluyen el lenguaje escrito, el oral, el icónico y el escénico; y por tanto, su análisis requiere un detenimiento aún mayor en comparación con otro tipo de fuentes, ya sea investigación adicional en libros, artículos y otras situaciones similares a las presentadas en la película como ejes del conocimiento.
El proceso de evaluación, no desde el punto de vista calificativo, sirve también para medir el nivel de éxito que tiene el proceso formativo. En este sentido, analizar las actividades evaluativas frente a la participación activa de los estudiantes permite considerar de manera correcta la apropiación del conocimiento. Desde el punto de vista del docente, relaciona el grado del cumplimiento de los objetivos académicos previstos en vista de conocimientos y competencias alcanzados (Pérez & López, 2007) y desde la perspectiva del estudiante puede conectarse como un incentivo de involucramiento en el proceso de aprendizaje. Las actividades de discernimiento y análisis crítico, como el debate en clase titulado en algunos escenarios como cine-foro, son actividades que pueden concluir y evaluar la síntesis de conceptos, sin embargo, otras actividades incluyen informes grupales o individuales para el estudio de caso o en otras instancias cuestionarios con preguntas abiertas y cerradas.
Es importante aclarar, para finalizar esta propuesta de guía didáctica docente, que el análisis del uso del cine en la educación, en diferentes áreas del conocimiento, no es un tema nuevo, sino que ha llevado a relacionarlo con la educación desde sus niveles más elementales hasta lo más avanzados y complejos. Sin embargo, es la metodología de su uso como aliado la que no ha trascendido niveles en comprender al cine como una nueva forma de comunicación que tiene su propio código y, como todo lenguaje, se debe comprender y saber entender. Los dinamizadores de este proceso son todos los actores del proceso de enseñanza aprendizaje (desde las instituciones educativas, sus directivas hasta los docentes y estudiantes), los cuales se encargarán de innovar en cada nivel de esta metodología de acuerdo con los avances tecnológicos que el mundo se vea envuelto en los próximos años.
CONCLUSIONES
Los cambios tecnológicos y culturales de la actual sociedad han generado profundas transformaciones en las formas de enseñanza y aprendizaje de las nuevas generaciones, estas nuevas formas de transmitir el conocimiento han permeado los universidades y centros de pensamiento, lo cual exige que los modelos pedagógicos se reinventen y se articulen a nuevas técnicas didácticas y metodológicas.
La actual sociedad del conocimiento dominada casi que en su totalidad por los nativos digitales, se caracteriza por la necesidad de contenidos, la conectividad y el uso de plataformas y, sin duda, el cine cumple con estas características que puede permear estos medios y estilos de comportamiento.
El cine, no es solo una proyección continua de escenas articuladas a una intención para la industria del entretenimiento, es además una gran estrategia metodológica que expone hechos, experiencias y recrea historias que sirven de bases para procesos pedagógicos y formativos, que impactan en el componente técnico y axiológico, que además trascienden en la complejidad y la esencia del ser en su relación con el impacto de su realidad.
La presente propuesta didáctica permite afianzar los procesos pedagógicos y didácticos, desde la perspectiva innovación educativa, logrando adaptar a la nueva sociedad modelos educativos en los cuales los estudiantes puedan trascender e impactar la realidad. El uso de películas en los procesos de enseñanza–aprendizaje se han convertido en prácticas recurrentes por los docentes, que en la mayoría de las ocasiones no son cimentadas con el rigor teórico y metodológico, para que las películas se conviertan de verdad en una herramienta pedagógica de alto impacto y se mejore la educación en calidad, pertinencia y eficacia.
El uso del cine en la educación constituye un medio apreciable para fomentar el interés, la participación, actitud y atención de los estudiantes que integra no solo hechos, sino contextos individuales y sociales dentro de un espacio fácilmente relacionable con realidades sociales y empresariales, especialmente para las áreas económico administrativas.
La elaboración de rubricas didácticas o guías del uso del cine, en la educación superior, permite potencializar los procesos de enseñanza y aprendizaje, afianzar a través de historias, experiencias y hechos sociales el conocimiento y adaptarse al nuevo contexto psicotecnológico.
La guía construida es solo una aproximación a las múltiples alternativas metodológicas y didácticas para utilizar el cine en el contexto académico y, más exactamente, dentro del desarrollo de un plan curricular; estas decisiones dependen del objetivo de la asignatura, las competencias a desarrollar y las estrategias definidas. Por ende, la guía desarrollada se convierte en un elemento de planeación y seguimiento educativo para el uso de las películas como herramientas de apoyo. El uso adecuado de la guía y de las películas, de seguro, se convertirá en un aliado para el docente y un medio de cambio para el estudiante.
Para futuras investigaciones, se sugiere evaluar la eficacia e impacto que puede tener el uso de dispositivos y aplicaciones tecnológicas dentro del proceso entre el docente y el estudiante, que puedan inclusive evaluar otros métodos experienciales y mejorar los aspectos de comunicación entre las dos partes.
El uso del cine como herramienta en el proceso de enseñanza–aprendizaje requiere de unos pasos detallados metodológicamente, lo que permite el orden de los factores y variables de la interacción del proceso enseñanza aprendizaje y, por ende, esto incide en su efectividad. Todo lo anterior enmarca la necesidad de hacer investigaciones y estudios a profundidad de los resultados reales de la aplicación del cine como estrategia didáctica y metodológica para la enseñanza en la educación superior.
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Información adicional
Cómo referenciar / How to cite: Sánchez Torres, W. C., Uribe Acosta, A. F., y Restrepo
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https://doi.org/10.22430/21457778.1212