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PERCEPCIONES ACERCA DE LA SALUD REPRODUCTIVA DE LAS MUJERES RURALES DEL PARAGUAY. RELATOS Y PRÁCTICAS SOBRE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR (1994-2001, 2013-2016)
Yoko Fujikake
Yoko Fujikake
PERCEPCIONES ACERCA DE LA SALUD REPRODUCTIVA DE LAS MUJERES RURALES DEL PARAGUAY. RELATOS Y PRÁCTICAS SOBRE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR (1994-2001, 2013-2016)
Revista Estudios Paraguayos, vol. 37, núm. 2, 2019
Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción"
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Resumen: la conciencia de las mujeres de las zonas rurales es construida en la sociedad donde estas viven y el mundo significativo que la gente tiene acerca del género y la reproducción no son fijos sino que siempre cambian inestablemente, conectándose y reaccionando con la economía e historia local y global, así como con “los demás”; la conciencia de las mujeres es deconstruida o reconstruida por ellas mismas; las mujeres, aunque mantienen la parte de ser mujeres como objeto, tienen el potencial tanto para adquirir espacios donde ellas mismas pueden resistir así como para tomar iniciativas de nuevas acciones.

Palabras clave::reproducción, planificación familiar, mujeres rurales, desarrollo.

Abstract: This investigation pertains to studies focused on rural women’s awareness of reproductive health in Paraguay, gathering and evaluating personal discourses, life histories, as well as qualitative data from an anthropological analysis point of view. The work examines the fact of "bearing children" and "behavioral changes" through participation in social activities. Those surveyed in this study were women who participated in the Improving Living Standards Project and the resulting data obtained between 1994-2001 and 2013-2016. This study reveals the following: that the awareness of rural women constructed in the society they inhabit and the meaningful world relating to gender and reproduction of individuals are not static but in constant flux, connecting and reacting to regional and global economies and histories, as well as "other people"; women themselves deconstruct and reconstruct their awareness; though women still assume the role of being objects, they possess the potential to find spaces where they can resist as well as initiate new actions.

Keywords: reproduction, family planning, rural women, development.

Carátula del artículo

PERCEPCIONES ACERCA DE LA SALUD REPRODUCTIVA DE LAS MUJERES RURALES DEL PARAGUAY. RELATOS Y PRÁCTICAS SOBRE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR (1994-2001, 2013-2016)

Yoko Fujikake
Revista Estudios Paraguayos, vol. 37, núm. 2, 2019
Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción"
PERCEPCIONES ACERCA DE LA SALUD REPRODUCTIVA DE LAS MUJERES RURALES DEL PARAGUAY . RELATOS Y PRÁCTICAS SOBRE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR (1994 – 2001,2013 - 2016)

1. Introducción

Opinión A: “Las mujeres de los países en vías de desarrollo (o las mujeres rurales de Paraguay) tienen muchos hijos ya que los desean para su vida. Debemos respetar los valores y la cultura de ellas. Además, como Paraguay es un país católico, ¿es necesario que la gente de otros países fomente programas de planificación familiar o de salud y derechos reproductivos introduciendo diferentes valores?”

Opinión B: “Las mujeres sufren de pobreza por tener muchos hijos. Debemos fomentar programas de planificación familiar y de salud y derechos reproductivos para defender los derechos humanos de ellas.”

En el tópico del desarrollo rural de Paraguay, la autora ha escuchado con frecuencia las dos opiniones arriba mencionadas. Se ha planteado sobre el sentido de las mismas y, en definitiva, si algunas de ellas tuvieron cierto grado de veracidad o validez contextual. Realizando las indagaciones en el campo de estudio, sin embargo, se ha enfrentado con varios casos y discursos que se ostentaron lejos de las ambas opiniones. Así, se inició esta investigación con el fin de reflexionar nuevamente tales puntos.

Ahora bien, estas dos opiniones A y B ¿son antinomias?[3] En resumen, la opinión A es la que respeta la cultura[4] mientras la premisa B considera la necesidad de intervención externa basada en los valores de “los países desarrollados”. Podemos llamar este tipo de discusión, en otras palabras, la disputa entre el relativismo cultural y el universalismo de los derechos humanos, los cuales son comprendidos en forma fija por los contextos “occidentales”[5].

En este estudio, se pretende superar aquella distancia impuesta como dos puntos separados y contrapuestos, aquella dicotomía. Se quiere analizar la conciencia y su cambio acerca del sexo y la reproducción de las mujeres rurales de Paraguay tomando como punto clave el argumento de Hamamoto sobre el relativismo cultural (Hamamoto, 1997).

Según Hamamoto, hasta la fecha cuando se habla del relativismo cultural, “la diferencia cultural significa tanto la diferencia del sistema conceptual con el que se comprende la realidad como la diferencia del criterio para juzgar los valores sobre la realidad”. Hamamoto ha definido que se puede llamar, a este punto de vista, como “suposición de la otredad absoluta”. En definitiva, el teórico ha buscado reflexionar sobre la comprensión de mundos ajenos a los nuestros planteando sobre la validez de los métodos utilizados, estos que fueron ideados para alternas realidades y coyunturas. Por supuesto, los antropólogos piensan que es posible entender a la persona culturalmente ajena. Si es así, es más lógico partir de una premisa que supone la existencia de los conceptos y criterios de los valores que son universales para los seres humanos, los cuales se supone que hacen posible dicho entendimiento.

Cuando se trata a la gente de otra sociedad, naturalmente uno se da cuenta de diversas diferencias y al intentar sostener una conversación, se experimenta varias discrepancias. Sin embargo, estas no pueden ser la prueba de ‘la diferencia cultural’ que, a su vez, es imposible ser reducida. La otredad absoluta es una mera suposición, esta misma suposición impide que una diferencia sea reducida a una discrepancia interna del sistema conceptual de una de las partes (en otras palabras, que uno imponga su propio sistema conceptual o criterio a la otra parte), lo cual, al mismo tiempo, fomenta que sea relativo el sistema o criterio de los valores de los analistas.

Entender a la persona ajena se puede alcanzar por un horizonte de entendimiento común (es un andamio de hipótesis de donde se puede observar la diferencia entre ambas partes con equidistancia) construido como ad hoc por hacer relativo y reorganizar la estructura del sistema de uno mismo. El relativismo cultural que supone la otredad absoluta es lo que justifica que se renuncie a entender a la persona ajena, lo que causa aislamiento de ‘la cultura’. Por otra parte, basarse en el relativismo cultural que no supone la otredad absoluta puede ser “una estrategia como un método para abrir un horizonte para entendimiento común y verdadero con la persona ajena” (Hamamoto, 1997, 88-89).

Hasta aquí, se ha observado la opinión sobre “el relativismo cultural” de Hamamoto (1997). En este estudio, reservando una vez tanto el punto de vista del relativismo cultural que supone la otredad absoluta el cual se puede observar en la opinión A ―“Las mujeres de los países en vías de desarrollo (o las mujeres rurales de Paraguay) tienen muchos hijos ya que los desean para su vida. Debemos respetar los valores y la cultura de ellas”― como otro punto de vista del universalismo de los derechos humanos que se puede observar en la opinión B ―“Para proteger los derechos humanos de las mujeres, debemos fomentar programas de planificación familiar y de salud y derechos reproductivos” ―, se quisiera empezar la discusión, a base del relativismo cultural de Hamamoto, prestando atención a los “relatos” y “prácticas” de las mujeres que son las encargadas de la reproducción, es decir, las interesadas.

En este estudio, se realiza un análisis de la conciencia acerca del sexo y la reproducción de las mujeres y su cambio haciendo seguimiento de los casos de los “relatos” y “prácticas” sobre la planificación familiar de las mujeres rurales de la República de Paraguay del año 1994 al 2001. A través de este análisis, se pretende estudiar sobre la salud y derechos reproductivos desde el punto de vista de las interesadas aparte de considerar nuevamente las opiniones A y B que se han mencionado al principio. Además, de acuerdo con estos estudios, se desea revisar cómo debe ser el apoyo a los programas de salud y derechos reproductivos por “gente externa” y proponer algunos puntos de vista nuevos a la estructura del “relativismo cultural” que argumenta Hamamoto para entender los diversos fenómenos que estan presentes en la región de objeto.

Aunque son varios los conceptos de la salud y derechos reproductivos, en este estudio se van a enfocar sobre todo “la planificación familiar” y “la violencia doméstica (la violencia por parte del esposo hacia la esposa)”.

Los datos que se utilizan fueron obtenidos por la autora mientras apoyaba al proyecto entre 1993 y 1995, en las cuatro investigaciones de campo que se realizaron durante 1997 y 2001 [6] y las consultas documentadas. En cuanto a la investigación de campo, se recopilaron datos cuantitativos y cualitativos. Los métodos de investigación fueron: la entrevista semiestructurada [7] con observaciones de participación y cuestionarios, discusión de grupo dirigido (focus group discussion), encuesta individual [8], entre otros. En el presente estudio, se realizará análisis principalmente de los datos obtenidos de los relatos de once colaboradoras (ver Cuadro 2). Estas once colaboradoras fueron quienes participaron en el Proyecto de Mejora de la Vida (de aquí en adelante, el Proyecto) que realizaron las mujeres tomando ellas mismas la iniciativa desde el año 1994 y también pudieron ser entrevistadas por la autora en las cuatro investigaciones. Asimismo, se citarán los datos de las observaciones de participación y los datos obtenidos por los hombres y las mujeres del pueblo “S”, la gente de las ciudades o pueblos cercanos, el personal que presta apoyo a desarrollo y el personal relacionado con el gobierno.

Según los casos de este estudio, se aclarará que la conciencia de las mujeresinteresadas sobre el sexo y la reproducción es dinámica y se encuentra en una situación diferente de la salud y derechos reproductivos que presenta la región o el estado. En consecuencia, se señalará la necesidad de realizar un análisis agregando otro eje al punto de vista del “relativismo cultural” para entender la conciencia y las prácticas diarias de la gente que vive en la sociedad como objeto y su cultura que tiene una relación estrecha con estas conciencias y prácticas.

2. La salud y derechos reproductivos

“La salud y derechos reproductivos” fue definido oficialmente en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994, convirtiéndose en un concepto común para todo el mundo (Fujikake, 2001b). Posteriormente, en 1995, en la cuarta Conferencia Mundial de la Mujer que se llevó a cabo en Pekín, fue manifestada la importancia de la salud y derechos reproductivos (derechos sexuales) de la mujer[9].

El concepto de la salud y derechos reproductivos es como sigue (subrayado por la autora).

La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y con sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito el derecho del hombre y la mujer a obtener información y de planificación de la familia de su elección, así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos, y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos. En consonancia con esta definición de salud reproductiva, la atención de la salud reproductiva se define como el conjunto de métodos, técnicas y servicios que contribuyen a la salud y al bienestar reproductivo al evitar y resolver los problemas relacionados con la salud reproductiva. Incluye también la salud sexual, cuyo objetivo es el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y no meramente el asesoramiento y la atención en materia de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual (Naciones Unidas, El Programa de Acción, Capitulo VII).

Teniendo en cuenta la definición que antecede, los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales sobre derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas aprobados por consenso (ibid.)[10].

Prestando particular atención a las que son víctimas de violencia sexual (ibid.).

Existe un punto de vista, según el cual, este concepto es de los discursos modernos sobre los derechos que nacieron teniendo su origen en el movimiento feminista bajo la iniciativa de las mujeres de clase media de “los países desarrollados” occidentales. Sin embargo, junto con este punto, es necesario reconocer la circunstancia en la que tal concepto realmente se generó no solamente de la gente de “los países desarrollados”, sino también de “los países en vías de desarrollo”, minusválidos o minorías.

También es cierto que el concepto de la salud y derechos reproductivos, el cual se puede decir que es la voluntad general de las opiniones de diversas personas, al ser oficialmente reconocido, tuvo muchas objeciones por parte del relativismo cultural. Sin embargo, en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos del año 1993, se hizo una clara interpretación, la cual es que esta manera de pensar puede perjudicar la universalidad de los derechos humanos (Rahman, 1997, 34). La universalidad de los derechos humanos que se refiere aquí, desde punto de vista del “relativismo cultural” que se puede considerar como la opinión de Hamamoto, “supone la existencia de los conceptos y criterios de los valores que son universales para los seres humanos (Hamamoto, 1997,88-89)”, por lo tanto, se puede decir que fue aceptada en la sociedad internacional la interpretación de pensar en la salud y derechos reproductivos de la mujer[11] reconociendo la diferencia y diversidad. Es decir, el relativismo cultural y el universalismo de los derechos humanos, los cuales son comprendidos en forma fija por los contextos de la época moderna “occidental”, no son algo que se puede imponer a la gente de los países en vías de desarrollo o las minorías[12].

Sin embargo, en cuanto al concepto de los derechos humanos, es también un hecho evidente que existe una discusión que siempre ha sido entre universales o individuales. Por ejemplo, Ohtsuka opina que, aunque se reconoce que la Declaración Mundial de los Derechos Humanos es un paso para el desarrollo de los seres humanos, como hay criticas por parte del multiculturalismo contra los derechos humanos y existe una posición en la que no se puede creer que sean universales (Ohtsuka, 1997, 28-30). Debido a una fuerte critica que es lo que se ha tomado en forma concreta con el punto de vista de “Occidente” el cual es una cultura particular, son afectados profundamente por la idea occidental, y hace el papel de una especie de ideología del colonialismo que en ciertas circunstancias es maniobrada políticamente (ibid., 1997, 30-38).

Esta indicación es muy razonable y el concepto de la salud y derechos reproductivos y de los derechos humanos tienen aspectos que pueden ser maniobrados políticamente. Sin embargo, como se ha mencionado, el concepto de la salud y derechos reproductivos ha sido planteado no solamente por “los países desarrollados” sino también por “los países en vías de desarrollo”, los minusválidos y las minorías. Entonces se puede considerar que esto mismo señala que los valores de la gente de las regiones objeto de estudio, no son algo estables ni fijos. Y se puede pensar que los valores y la cultura también se han venido construyendo, son dinámicos y tienen la posibilidad de ser reconstruidos o desconstruidos nuevamente en las diversas disputas por la gente interna o externa. Es decir ¿la gente siempre hace cambiar los valores y la cultura que tienden a ser considerados fijos?

En el relativismo cultural que supone la otredad absoluta, es difícil encontrar cambios dinámicos como estos en la gente. También sería difícil entender correctamente el cambio o evolución de la conciencia de la gente que existe entre los sexos, las edades, las clases y en el transcruso de tiempo, entre otros. Sería una opinión correcta el punto de vista de la crítica por parte del multiculturalismo contra los derechos humanos (Ohtsuka, 1997, 28-30) cuando se discuta sobre cierto aspecto de cierto fenómeno. Sin embargo, se considera que es posible que la conciencia y la conducta de la mujer que han sido determinadas y construidas por el género, las normas sociales, los discursos, etc., genera discursos contrarios a través de la experiencia cotidiana y la reinterpretación de los discursos en la cooperación para el desarrollo.

A propósito, al discutir la salud y derechos reproductivos, se pueden tratar al menos de tres temas que deben ser estudiados en los diferentes órdenes. El primero es, como la reproducción se considera que “pertenece al territorio privado”, existe la teoría de la división en dos aspectos (público/privado), es decir, el gobierno (o el municipio) no interviene en este asunto. El segundo es que los derechos humanos de la mujer son infringidos no solamente por el poder público sino también por el hombre (Kawashima, 1998, p.30). Y el tercero es acerca de la dominación de la mujer por la ideología, la tradición y el discurso. La autora piensa que estos se relacionan estrechamente. Es decir, al considerar la salud y derechos reproductivos de la mujer, es necesario analizar la teoría de la división en dos aspectos (público/privado), la estructura subordinaría, como las muñecas rusas, de la violación de los derechos humanos de las mujeres la dominación por los discursos que se ha visto anteriormente.

Desde este punto de vista, se quisiera analizar el caso de las mujeres rurales de Paraguay.

3. La Republica del Paraguay y sus mujeres

3.1.Los aspectos generales de Paraguay

La República del Paraguay, que es el objeto de este estudio, es un país agrícola (la población rural ocupa el 47%) con 6 millones 85 mil habitantes que se independizó del Estado Español en 1811 y se encuentra en la parte sur central del continente sudamericano[13].

El 95% de la población es mestizo, mezcla de guaraní y español[14] y el 98% profesa la religión católica; influencia española. Los idiomas oficiales son el español y el guaraní, pero generalmente la población rural utiliza el guaraní en la vida cotidiana. Paraguay pasó la dictadura de Alfredo Stroessner, que fue la más larga de la historia del país y duró 35 años, del año 1953 al 1989. Durante dicha dictadura, la gente no tenía libertad ideológica, de palabra ni de expresión (Araditi, 1989).

Con el fin de la dictadura en 1989, pasó a la democracia y se estableció la nueva constitución en 1992. La constitución vigente establece la libertad de religión y de ideología (artículo 24), así como la garantía de equidad e igualdad de los derechos del hombre y la mujer (artículo 48), la protección contra violencia (artículo 60), la planificación familiar y protección del cuerpo de la madre (artículo 61), entre otros (Plano de Egea (ed.), 1992).

3.2. Situación de las mujeres con respecto al sexo y la reproducción

La tasa global de fecundidad del país en general es de 4.1 hijos, unos 3.2 en zonas urbanas y 5.6 en zonas rurales (1998)[15]. Según el resultado del estudio por el Centro Paraguayo de Estudio de Población que se realizó en 1998[16], el 57.2% de las mujeres utiliza algún método de anticoncepción, de las cuales, el 47.5% utiliza algún método artificial y el 9.7% método natural (Ver Cuadro 1).

Cuadro N°1: Metodología anticonceptiva entre las mujeres de 15 a 44 años (*1)

% Total Método artificial Píldora Condón DIU Inyección hormonal Esper micida Otros Método natural Método del ritmo Coitus interruptus Método del moco cervical Total 57.2 47.5 13.1 7.3 11.1 7.5 8.0 0.5 9.7 2.8 5.4 1.5 Zonas urbanas 65.3 53.9 12.1 9.9 13.4 10.1 7.8 0.8 11.4 4.0 4.8 2.6 Zonas rurales 49.2 41.2 14.2 4.7 8.8 4.9 8.5 0.1 8.0 1.5 6.1 0.4 Importar tabla

Fuente: CEPEP et al. 1999, ENSMI-98 (Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil 1998).

*1: Las mujeres que tienen su pareja como matrimonio, unión libre, etc.

Según este resultado, casi la mitad de las mujeres rurales utiliza algún método de anticoncepción. Sin embargo, con este estudio no se puede aclarar si siempre se utiliza anticoncepción o no ni cuántos hijos tenían cuando empezó a utilizarlo. Tampoco está claro si es efectivo o no aunque se utilice. Además, este estudio tampoco aclara si las mujeres consiguen adecuadamente la información sobre el método anticonceptivo oral a utilizar ni si en caso de las zonas rurales, se pueden conseguir anticonceptivos orales o condones con facilidad cuando se agoten los mismos.

En caso de las zonas rurales, la tasa total de fecundidad de las familias de agricultores que hablan el guaraní es más alta que hispanohablante y todavía existe ahora la creencia de que la planificación familiar afecta a la salud de la mujer (Corvalán, 1997, 38). Y las estudiantes de escuela secundaria superior de las ciudades de provincia cuentan con conocimientos equivocados tales como “se enferma la vagina si se utiliza condón”[17]. Tanto en las zonas urbanas como en las zonas rurales, cuanto menos educación tenga, mayor tendencia existe de no utilizar anticoncepción (CEPEP et al., 1999).

El nivel de alfabetización de los adultos de Paraguay del año 1997 era del 92.4%. La educación obligatoria es de 9 años la cual consiste en escuela primaria y secundaria, el porcentaje de las personas que ingresan al nivel primario (6 años) es del 96.3% y de las que ingresan a la escuela secundaria es del 61.1% (UNDP, 1999). Sin embargo, existen muchos alumnos que reprueban o abandonan los estudios en la escuela primaria, consecuencia, el porcentaje de los alumnos que se gradúan disminuye. Los alumnos graduados ocupan el 79% en zonas urbanas y el 49% en zonas rurales[18]. O sea en las zonas rurales, solamente la mitad de los niños que ingresan en la escuela primaria se gradúan, lo cual muestra la oportunidad insuficiente de la educación para la gente rural.

En cuanto a la educación sobre la salud y derechos reproductivos de la mujer, se realiza en la clase de educación física del sexto grado de la primaria, se enseñan la estructura del cuerpo humano, la menstruación, entre otros[19]. Sin embargo, como hay numerosos estudiantes que abandonan los estudios, como se ha mencionado, hay muchos estudiantes que no continúan sus estudios hasta el quinto o sexto grado. Sobre todo, en caso de las alumnas, tienden a abandonar los estudios con más frecuencia que los alumnos en los grados avanzados ya que algunas quedan embarazadas sin desearlo, lo cual se menciona más adelante, o algunas tienen que ayudar su casa. Por lo tanto, los maestros consideran la necesidad de enseñar las funciones del cuerpo humano incluyendo el mecanismo de la menstruación en el cuarto grado, a más tardar[20].

Además, existen opiniones acerca de la calidad de los maestros. La mayor parte de los maestros de zonas rurales ni siquiera se han graduado de la escuela primaria y el 35% de ellos no están calificados[21] lo cual significa que en muchos casos, los mismos maestros no tienen ningún conocimiento sobre el mecanismo de la menstruación[22]. En consecuencia, las mujeres rurales tienen muy poca oportunidad de obtener el conocimiento correcto de su cuerpo incluyendo la menstruación.

La mortalidad de la mujer embarazada o parturienta es de 224 mujeres (de 100,000) y las causas de muerte son; hemorragia (el 30%), interrupción del embarazo por aborto incompleto ( el 25%), preeclampsía ( el 16%), septicemia ( el16%) y otras ( el 13%)[23]. De estos datos, el personal del Ministerio de Salud o que se dedica a la asistencia médica en zonas rurales indica que la hemorragia, interrupción del embarazo, y otros son “los que interrumpen un embarazo no deseado”[24]. Como se menciona más adelante, el aborto provocado es ilegal en Paraguay. Sin embargo, según datos estadísticos y las opiniones del personal que se dedica a la asistencia médica, se considera que casi el 70% de la causa de la mortalidad de mujer embarazada o parturienta proviene del aborto ilegal provocado.

3.3. Embarazo no deseado

¿Por qué las mujeres quedan embarazadas indeseablemente y recurren a aborto ilegal? Quisiera ver el trasfondo desde el punto de vista cultural. En Paraguay, igual que otros países latinoamericanos, el pensamiento del “machismo” está profundamente arraigado.

La raíz de la palabra “machismo” es “macho” lo cual proviene de “masculus”, que es una palabra latina y significa “macho” de animales. Es decir, es deseable que los hombres sean “varoniles”. Por ejemplo, en Paraguay, tener la experiencia de relaciones sexuales desde la edad temprana puede ser símbolo del sexo masculino. También haber tenido cuántos hijos y con cuántas mujeres, o sea “hacer al mayor número de mujeres dar a luz al mayor número de niños” puede ser evidencia de “macho”[25]. Por otra parte, se desea que las mujeres se sometan al “marianismo”. Una mujer que se somete al “marianismo” es la que obedece al hombre dócilmente, da a luz y crea muchos hijos después de casarse y protege a su familia firmemente[26]. Es decir, lo que se le pide a la mujer es dar a luz y proteger a su familia.

Se puede observar algún ejemplo de la norma de los valores como ésta en eventos triviales que pasan todos los días. Por ejemplo, cuando la autora utiliza un taxi en la ciudad o realiza su estudio en el campo, las primeras palabras que recibe de saludos son “Hola, ¿cómo estás?, señorita o señora.” y siguientes palabras son, en la mayoría de los casos, “¿Tienes hijos?” o “¿Cuántos hijos usted tiene?”. Una funcionaria del Ministerio de Salud (aproximadamente a los 40, divorciada y con un hijo) comenta, “Cuando una mujer, sobre todo si es casada, no tiene hijos, se considera ‘incompleta’. En caso de las mujeres solteras, se considera que las mujeres que tienen hijos como madre solterason mejor que las mujeres sin hijo/ss” (Fujikake, 2000, 7). En resumen, tener hijos es la “función” y la “felicidad” de las mujeres y a veces puede ser objeto de envidia.

En una sociedad como ésta, no es nada fácil para las mujeres realizar la planificación familiar. Además, se pueden escuchar creencias, tales como “tener hijos es el designio de Dios”, “Hasta que Dios diga basta”, “Llevar a cabo la planificación familiar es contradecir a Dios”, entre otras, no solamente en las zonas rurales sino también en las zonas urbanas. Una catedrática (aproximadamente a los40) de la Universidad en Paraguay, la cual dicen que es la mejor de Paraguay, comentó su lucha interna contando que en la universidad tiene que enseñar la necesidad de la planificación familiar a los estudiantes, pero no sabe cómo puede tratar este tema ya que ella misma es católica devota (junio, 1998) (ibid.). Además preguntó a la autora cómo es el caso de las parejas japonesas, contando que ella tiene cinco hijos, pero se le ha enseñado que las mujeres católicas no pueden rechazar al esposo cuando éste quiera tener relaciones sexuales[27]. En Paraguay, como este ejemplo, en el caso de “las mujeres católicas devotas”, aunque hayan recibido educación superior, parece que la mayor parte de ellas piensas que se debe ser sumisa ante el esposo incluso la vida sexual después de casada.

Aunque la gente interpreta que llevar a cabo la planificación familiar “es contradecir a los designios de Dios”, se considera que está aprobado por la sociedad el método natural de anticoncepción. Paraguay tiene la cultura del “yuyo” (hierbas medicinales) y tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas, se puede observar muy comúnmente que la gente toma té de “mate” varias veces por día combinando diversas clases del “yuyo”. La gente considera que el “yuyo”, dependiendo de la clase, sirve para la estabilidad mental y el dolor de estómago, de abdomen, de cabeza, de garganta, fiebre, entre otros.

También dicen que depende de la clase y su combinación, tiene efectos de anticoncepción. La partera tradicional “cyaé” [28], que hoy en día también desempeña un papel importante sobre todo en ciudades de provincia y pueblos, a veces enseña a las mujeres de su región la receta del “yuyo” para anticoncepción[29]. Frecuentemente el “yuyo” aparece como uno de los métodos de anticoncepción que utilizan las mujeres en las estadísticas oficiales de Paraguay realizadas por el Ministerio de Salud o las organizaciones de ayuda internacional, lo cual nos hace suponer que la gente está utilizando el “yuyo” como método natural de anticoncepción[30]. Sin embargo, se considera que la certeza de este método es baja ya que no hay estudios sobre su efecto. Felipe Piragi, antropólogo francés que realiza un estudio acerca de los Aché, una población indígena paraguaya, cuenta que ha tratado de hacer alguna encuesta sobre la preparación del “yuyo” para anticoncepción, sin embargo, nadie quiso decir qué tipo de hierbas medicinales se utilizaban[31].

Generalmente, cuando los paraguayos dicen que llevar a cabo la planificación familiar es contradecir a los designios de Dios, principalmente se refieren al método artificial de anticoncepción[32]. En Paraguay, como métodos artificiales de contracepción, se utilizan anticonceptivos orales, condón, dispositivo intrauterino (DIU), inyección hormonal, espermicida, entre otros. En algunas regiones, estos instrumentos de anticoncepción son distribuidos gratuitamente por las organizaciones de ayuda internacional, y también se puede conseguir fácilmente anticonceptivos orales y condones en las farmacias. Sin embargo, en cuanto al condón, a veces es difícil conseguir la colaboración de parte de los hombres y en cuanto al anticonceptivo oral, no es nada fácil tomarlo para las mujeres rurales que no tienen conocimiento de la función de su cuerpo incluyendo la menstruación, por lo tanto, frecuentemente se olvidan de tomarlo un día o dos días. Además, se puede decir que las mujeres que pueden adquirir anticonceptivos orales o condones cuando estos estén agotados, serán solamente aquellas que pueden acudir con facilidad a la farmacia del pueblo, económica, geográfica y mentalmente.

Lo que se ha mencionado arriba, se puede resumir en los cinco puntos siguientes; 1) Por el pensamiento del “machismo” y el “marianismo”, y también la norma social que se ha forjado por estos pensamientos, tener muchos hijos eleva el valor de las mujeres. 2) Existe el método natural de anticoncepción, sin embargo, su efecto es incierto. 3) La mayor parte de la gente considera que la realización de la planificación familiar es “contradecir a los designios de Dios”. 4) Aunque se utilice el método anticonceptivo oral, uno de los métodos artificiales de anticoncepción, se considera que no se puede obtener un efecto alto por la falta de conocimiento de las mujeres sobre la función del cuerpo incluyendo la menstruación. 5) En cuanto al uso de condón, no se puede conseguir la colaboración de los hombres por el pensamiento del “machismo”. Estos factores se entrelazan complicadamente, lo cual provoca que las mujeres queden embarazadas sin desearlo[33].

3.4. La legislación acerca del aborto provocado y la situación actual de los abortos ilegales

En Paraguay, es ilegal el aborto provocado. Se puede alegar el artículo 349 del código penal, “Penalidad relacionada con aborto provocado”. Según esta ley, las mujeres que se hayan sometido a un aborto provocado y el personal que lo haya realizado, se condenan de 15 a 30 meses de prisión (Código Penal 1160/97, 1997, 102).

Según el artículo 352 del código penal, en caso de que el personal que se dedica a la asistencia médica tales como médico, partera calificada, enfermera, o partera tradicional practique un aborto provocado, se condenará de 4 a 6 años de la prisión, con la excepción del caso en el que la vida de la mujer encinta esté en peligro (ibid.). Según Ashino que clasifica las leyes y normas acerca de aborto provocado del mundo en cinco grados, Paraguay está clasificado en el quinto grado lo cual significa el más estricto (Ashino, 1994, 79).

Se dice que aunque una mujer quede embarazada sin desearlo, por ejemplo, en caso de violación, como dispone el artículo 35 del código penal, no se puede practicar aborto provocado sin que el cuerpo de la mujer esté en peligro[34]. Por otra parte, en la realidad, como se ha mencionado, abortos ilegales provocados se practican ampliamente, por lo tanto, el gobierno paraguayo está planteando a la sociedad internacional el aborto provocado como un problema social que se debe solucionar. Por ejemplo, en 1998, el gobierno paraguayo solicitó al gobierno japonés y al gobierno estadounidense el apoyo para reducir la mortalidad de las mujeres embarazadas por aborto provocado (Fujikake, 1999)[35]. También ha venido solicitando la promoción de la aplicación del método natural de anticoncepción para la reducción de la mortalidad de las mujeres embarazadas (ibid.).

Los métodos de aborto ilegal provocada para interrumpir un embarazo no deseado se pueden dividir en dos grupos; 1) se solicita al personal que se dedica a la asistencia médica o “cyaé”, y 2) las mujeres embarazadas mismas tratan de realizarlo con algún tratamiento. Los datos de aborto ilegal provocado, que sepa la autora, no existen. Sin embargo, según las personas relacionadas con los hospitales, los casos que se manejan como hemorragia o aborto natural en los hospitales que se han mencionado antes, la mayor parte de estos son los casos fracasados de aborto ilegal provocado por “cyaé” o de tratamiento que las mismas mujeres embarazadas han tratado de hacer[36].

1) En las zonas urbanas, dicen que se practica la operación ilegal por el personal que se dedica a la asistencia médica, y en las zonas rurales, las “cyaé” preparan una infusión de hierbas medicinales y hacen que “las pacientes” la tomen, las operan introduciéndoles en la vagina el tallo de perejil o extrayendo el feto con un tenedor y como resultado de ello, se han informado muchos casos de mujeres que sufren graves hemorragias (Fujikake, 1999).

2) En caso de que las mujeres mismas traten de hacer el procedimiento, en primer lugar, está el uso de medicamentos que provocan el aborto[37]. Varias enfermeras indican casos en que las mujeres embarazadas adquieren un medicamento que provoca el aborto “Cytotec” y al tomarlo, se provoca grave hemorragia que tienen que ser llevadas al hospital. Se trató extensamente en un artículo sobre la preocupación por la expansión de este medicamento en el Diario ABC en 1999 (Diario ABC, 6 de marzo de 1999). A continuación, el resultado de una encuesta reveló algunos métodos de aborto provocado a su propia manera, tales como “saltando desde un árbol”, “saltando desde el techo”, “cayéndose con una bicicleta”, “jugando al voleibol intensamente”, entre otros (Fujikake, 1999, 5-6).

Según el Cuadro 1, la tasa de la utilización de métodos de anticoncepción en las mujeres rurales es del 50% como estadística oficial. Por otra parte, no existe estadística oficial ni extraoficial acerca de aborto provocado para interrumpir un embarazo no deseado. Por lo tanto, la opinión A, que consiste en que “las mujeres tienen hijos deseándolos”, como se indicó en un principio, posiblemente podamos decir que es correcta en algunos aspectos. Sin embargo, como se ha mencionado hasta ahora, existen muchos casos de aborto ilegal y el gobierno reconoce que es un problema social pidiendo ayuda a las organizaciones extranjeras de apoyo.

Entonces, se considera que la opinión A no va de acuerdo con el contexto de la sociedad en la que están las mujeres rurales. Sin embargo, no quiere decir que es fácil insistir en la opinión B, que consiste en que “se deben desarrollar programas tales como la planificación familiar para asegurar la salud y derechos reproductivos de las mujeres”, en el contexto de la sociedad paraguaya.

Como se mencionará después, el 98% de la población es católica, por lo tanto, no es nada fácil fomentar un programa de planificación familiar entre la gente tanto en las zonas urbanas como en las zonas rurales que insiste ser “católica devota”. Ahora bien, en caso de que las mujeres mismas piensen que el embarazo y el parto son “el designio de Dios”, no se puede conseguir el entendimiento acerca de estos programas por parte de las personas interesadas. Además puede haber mujeres que no tienen hijos aunque ellas quieran, u otras que quieren tener más hijos hasta que nazca un varón. Es decir, cuando se habla de la salud y derechos reproductivos, se requiere observar teniendo en cuenta varios contextos. Por lo tanto, es un poco difícil destacar que, tanto la opinión A como la opinión B, son adecuadas al cotejarse con el contexto de la sociedad correspondiente.

Entonces, ¿cómo se desarrolla la política de salud y derechos reproductivos en el gobierno de Paraguay?

3.5. La política de sanidad pública de Paraguay y diversos problemas después de la Conferencia en el Cairo

El gobierno de Paraguay ratificó la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAM) en 1986. Asimismo, concertó el Programa de Acción de El Cairo del año 1994 y la Plataforma de Acción Mundial acerca de la salud y derechos reproductivos que se adoptó en la Conferencia de Pekín[38].

En consecuencia, en Paraguay, se fortaleció la realización de los programas acerca de “la salud materno infantil” y la salud y derechos reproductivos recibiendo ayuda de parte de las organizaciones internacionales de apoyo. Por ejemplo, desde el año 1994, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón realiza un proyecto para fortalecer la salud regional considerando principalmente a las madres e hijos, regiones elegidas de modelos, la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) distribuye medicinas y dispositivos anticonceptivos a los hospitales regionales( del Ministerio de Salud) del todo el país, la OMS (Organización Mundial de Salud) realiza los programas de capacitación para el personal dedicado a la asistencia médica, la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) elabora y distribuye los manuales acerca de la salud y derechos reproductivos, y el WB (Banco Mundial) realiza los programas de capacitación para las parteras tradicionales “cyaé”[39]. Sin embargo, el Ministerio de Salud que dirige las políticas de la salud y derechos reproductivos con el fin de reducir la mortalidad de la mujer embarazada o parturienta se oponía a los métodos artificiales de anticoncepción (condón, anticonceptivos orales, DIU, inyección hormonal, etc.) y ha venido fomentando solamente los métodos naturales (método del ritmo, coitos interruptos, método de moco cervical, uso del “yuyo” etc.) tomando la iniciativa la Ministra de Salud, Elva Fleitas de Franco (de 1998 a 1999).

Lo que se argumentaba como la razón fue que la planificación familiar que aplica algún método artificial de anticoncepción es contradecir a los preceptos católicos. Entonces algunos proyectos que ya se habían iniciado sufrieron cambios o suspención y la elaboración de los manuales para ser distribuidos a la gente también tuvieron varias restricciones.

Una funcionaria del Ministerio de Salud (aproximadamente a los 40) comentó: “La Ministra de Salud está pidiendo a las organizaciones extranjeras de apoyo cambiar la política para fomentar el método natural de anticoncepción en lugar del método artificial (diciembre 1998)”.

Una funcionaria de ONG (aproximadamente a los 20) comentó: “Recibiendo apoyo económico de la UNFPA (Fondo de las Naciones Unidas para la Población), Hemos elaborado un folleto sobre educación sexual al que se implementaron muchas ilustraciones para que fuera aceptado por los jóvenes y campesinos, para que la gente joven lo tomara y pudiera leerlo junto con su pareja, pusimos el dibujo de un pene dibujado sutilmente en la carátula. Yo creo que este folleto estaba bien hecho. Sin embargo, la ministra de Salud que es católica devota, se enojó mucho al ver este folleto. Por lo tanto, los folletos terminaron en el archivo muerto (diciembre, 1998).”

Como se ha mencionado, el Ministerio de Salud, que tiene la facultad de tomar la decisión final sobre la política nacional acerca de la salud y derechos reproductivos, todavía no alcanzaba a establecer un sistema para que las personas interesadas pudieran gozar del derecho “a obtener información y de planificación de la familia de su elección, así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos, y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos (Naciones Unidas, El Programa de Acción, Capitulo VII).” Y podríamos decir que fomentaba la política que considera las fuerzas conservadoras, o sea lo que es contrastante con el Programa de Acción de El Cairo[40].

En marzo del año 1999, hubo cambio del gobierno[41] y Marchin Chiola asumió el cargo de Ministro de Salud. En el mes de agosto de 1999, Chiola accedió a realizar los programas de salud y derechos reproductivos con el apoyo de la UNFPA, OMS, y USAID[42]. Además planeó los programas de salud y derechos reproductivos, de planificación familiar, de salud adolescente, de prohibición de la violencia contra la mujer, y de apoyo general para la salud de los niños como el plan de actividades del año 1999 al año 2003. Sin embargo, la oposición de las fuerzas conservadoras a la promoción de los programas tales como de salud y derechos reproductivos y planificación familiar seguía presente en abril del 2001[43].

Resumiendo lo que se ha mencionado, el gobierno paraguayo ratificó “El Programa de Acción de El Cairo” y está de acuerdo con la necesidad de asegurar a la gente la salud y derechos reproductivos. Sin embargo, en el Ministerio de Salud que es donde se toman las decisiones sobre las políticas relacionadas con la salud y derechos reproductivos, hasta ahora se han visto obligados a modificar sus políticas presionados por la ministra de entonces. Además, se puede indicar que aquí no está incluida la opinión de las interesadas que son lo más importante.

En el próximo capítulo, quisiera proseguir el estudio enfocando la conciencia y el cambio de la misma sobre el sexo y la reproducción de las mujeres rurales del pueblo “S” como un caso concreto.

4. Las mujeres y la sociedad del pueblo “S”

4.1. Aspectos generales del pueblo “S” y la conciencia de las mujeres del pueblo “S” respecto al sexo y la reproducción

El pueblo “S”, que es el objeto de estudio en este caso, pertenece a la ciudad de Coronel Oviedo (Oviedo, 64 mil habitantes)[44], la quinta ciudad más grande de Paraguay (440 mil habitantes, la tasa total de fecundidad 5.8 hijos)[45]. En la ciudad de Oviedo, hay un cruce llamado “el cruce internacional” donde se atraviesan las carreteras nacionales que llevan a Argentina o Brasil. Al existir este tipo de espacio, hay mucho movimiento de personas tales como las que van a otro país para trabajar y también la gente utiliza este cruce como la ruta de transporte para los productos agrícolas, lo cual hace la ciudad de Oviedo una de las ciudades más activas.

El pueblo “S” es una aldea agrícola con 380 habitantes (72 familias) y está ubicado a una distancia aproximada de 35 km de la ciudad de Oviedo, de la cual, unos 9 km es tierra roja y cuando llueve, se dificulta pasar ya que ésta queda fangosa. Después de la lluvia, para salir del pueblo hasta la carretera nacional, solamente se puede ir en carreta, utilizada por la gente del pueblo o caminando. Como el pueblo “S” es el área más alejada de la zona urbana de la ciudad de Oviedo, y no está bien comunicado por transporte. Hasta el año 1994, las mujeres del pueblo “S” no podían beneficiarse del programa acerca de mejora de la vida que la Dirección de Extensión del Ministerio de Agricultura y Ganadería (en adelante, la Dirección de Extensión) llevaba a cabo desde el año 1970 para las mujeres rurales.

Se instaló la electricidad en el pueblo en 1993, sin embargo, solo 20 familias la utilizan (marzo de 1999)[46]. En cuanto a la tubería de agua, se instaló en 2000 y 38 familias la están utilizando. La mayor parte de las familias está dedicada a la agricultura igual que otros pueblos típicos de Paraguay. Los hombres cultivan productos para vender, como el algodón, tomate y repollo, y las mujeres apoyan a los hombres en las labores agrícolas y cosechas, y cultivan productos para su propio consumo como la yuca, frijoles y maíz. Tradicionalmente, en el pueblo, los hombres realizaban la venta de productos agrícolas y el control del ingreso familiar, y solamente ellos tenían acceso a la cooperativa agrícola (establecida en 1992) del pueblo[47].

En la mayor parte de las familias, las mujeres recibían dinero de los hombres cuando ellas lo necesitaban (1994 – 1995). Una de las razones de esta división de los roles según el género es que el esposo, al ser machistas, piensan que su esposa “no puede hacer cálculos matemáticos” por “ser menos inteligente que el hombre”; además piensan que “las mujeres no tienen derecho a manejar el dinero” (Fujikake, 2001a, 8).

Cuadro N°2: Características de las mujeres objeto de este análisis

Nombre (Ficticio) Sexo Año de Nacimiento Años de estudio (repetido) Número de hijos María Mujer 1963 6 años (1) 4 Sara Mujer 1964 5 años 6 Victoria Mujer 1962 4 años (1) 5 Casimira Mujer 1951 5 años 8 Elena Mujer 1978 6 años 1 Teresa Mujer 1966 5 años 2 Milta Mujer 1971 6 años 2 Graciela Mujer 1977 6 años 2 Karen Mujer 1963 6 años 1 Primi Mujer 1976 9 años 1 Lucy Mujer 1969 5 años 8 (uno vive separado) Importar tabla

Fuente: Fujikake (2000) pág.19 Cuadro 3-2

En el pueblo “S”, también la gente dice frecuentemente: “Hasta que Dios diga basta”. Asimismo, las mujeres pensaban que era el papel de la mujer casada tener hijos y criarlos concienzudamente.

María comentó: “Al ser casada, tener hijos es una obligación...y es el papel de la mujer dar a luz a los hijos y criarlos bien ya que Dios nos los ha mandado. Los niños tienen derecho a venir a este mundo (enero, 1999)”[48]

Sara comentó: “Mi madre dio a luz a 13 hijos. Ella piensa que las mujeres casadas están obligadas a tener hijos y siempre me decía “Hasta que Dios diga basta”. Por eso, yo también pensé así y di a luz a seis hijos (enero, 1999)”

Recibiendo fuertemente la influencia de los preceptos católicos, las mujeres pensaban que las mujeres casadas deberían tener hijos y que las mujeres embarazadas deberían dar a luz a su hijo. También se puede indicar que estos discursos relacionados con el sexo y la reproductividad se venían trasmitiendo de generación en generación por las mujeres de edad (Yuval-Davis, 1997, 37, Fujikake, 2001, 8).

Asimismo el pensamiento del “machismo” influye mucho tanto en la relación sexual entre una pareja como en la aplicación de la planificación familiar. Por ejemplo, si rechaza una mujer tener relaciones con su esposo, le dice él que de seguro ella tiene un “sombrero” (amante).

María comentó: “Si una mujer rechaza la relación sexual cuando el hombre se lo pide, él se enoja mucho diciendo ‘es que ella tiene otro “sombrero”’...entonces las mujeres siempre dejan de resistirse a su esposo (enero, 1999)”

Milta comentó: “Aprendemos en los cursos que las mujeres también cuentan con los derechos humanos, pero los hombres y las mujeres de edad nos dicen que los hombres son más inteligentes y las mujeres no son inteligentes, entonces solamente los hombres tienen los derechos. Cuando me dicen eso, siento que tal vez ellos tienen razón. Además la gente del pueblo dice que las mujeres deben estar en la casa y no tienen que ir a un curso donde se enseña la planificación familiar. Es inimaginable que el esposo y la esposa participen en este tipo de cursos juntos (marzo, 1999)”

Suegra de Milta comentó: “Los hombres nunca participarán en estos cursos. No quieren (marzo, 1999)”

En el pueblo, igual que las zonas urbanas, los discursos llamados “preceptos católicos” están difundidos ampliamente y la gente cree que “la planificación familiar es contradecir a los designios de Dios”. Por lo tanto, se supone que era algo que provocaba complejo de culpabilidad para las mujeres el hablar sobre la planificación familiar ya que para ellas era como hablar de “algo malo”.

María comentó: “Si tenemos algunos cursos y pedimos a las mujeres del pueblo sus opiniones... creo que ellas van a decir que no saben y no entienden aunque sepan. Para ellas es algo vergonzoso hablar del asunto de la familia delante de la gente. Además en este pueblo no tenemos costumbre de hablar de la familia en público (enero, 1999)” “No hay nadie que se haya sometido a un aborto provocado. Pero he escuchado que una señora del pueblo contiguo saltó de un árbol tratando de abortar (enero, 1999)”

4.2. Las actividades nuevas y los cambios generados en la conciencia respecto al sexo y la reproducción de las mujeres del pueblo “S”

María, en octubre de 1993, supo por medio de la información recibida a través de la radio que la Dirección de Extensión de Oviedo estaba ejecutando en la ciudad de Oviedo el “Proyecto de Ampliación del Consumo de Hortalizas”[49], cuyo objetivo era mejorar la nutrición a través del incremento de la variedad de hortalizas de cultivo. Entonces María consultó con su esposo, Pedro (el presidente de la cooperativa agrícola de entonces) y con el apoyo de los funcionarios de la Dirección de Extensión de la región, acudió al responsable del proyecto y con su colaboración logró llevar a cabo el proyecto con 20 mujeres del pueblo “S”. Después, ella desarrolló este proyecto para que se convirtiera en el Proyecto de Mejora de la Vida”[50].

En el transcurso del Proyecto de Mejora de la Vida que realizaban las mujeres, empezaron a hacer algunos trabajos que hasta entonces se consideraban exclusivos de los hombres. Por ejemplo, ellas empezaron a vender hortalizas al por mayor a los mercados, o a vender directamente verduras o huevos en el mercado de la ciudad de Oviedo y en los mercados al aire libre que se establecían periódicamente en la ciudad de Oviedo o su alrededores. Así las mujeres mismas empezaron a ganar y obtener efectivo que ellas mismas podían administrar. María y Sara cuentan que al empezar la actividad de venta de hortalizas, se dieron cuenta de que las mujeres también tienen derecho a manejar el dinero (1997, 1998, 1999). Asimismo, Victoria cuenta que antes no ponía ni un pie fuera de los alrededores de la casa, pero le invitaron a ir al mercado y pudo vender sus calabazas (1998). Las mujeres, al salir de su casa y del pueblo, al subir a los micros de servicio irregular que pasan por el pueblo que antes casi no utilizaban, al negociar el precio de sus hortalizas con las vendedoras de hortalizas del mercado, al comprarles a sus hijos ropa u otras cosas por decisión propia con el dinero que habían obtenido, al unir los “ingresos de sus esposos” con los de ellas como ingreso familiar, empezaron a pensar que “trabajar es interesante” y “queremos trabajar más”. Además, empezaron a tener dudas sobre los discursos de sociedad tales como “Hasta que Dios diga basta”, “La planificación familiar es contradecir a los designios de Dios”, entre otros (Fujikake, 2001a). Al participar en el proyecto, las mujeres empezaron a tener amistad con otras mujeres con las que hasta entonces no habían tenido contacto y a conversar sobre muchos temas, desde cosas triviales de rutina, las recetas que aprendieron en el proyecto, los métodos de cultivo de nuevas hortalizas, información como en qué época y qué hortalizas se pueden vender caras en los mercados, hasta la planificación familiar que se consideraba un tabú hasta entonces. La que empezó a hablar fue María.

María comentó: “Yo...desde que empecé a participar en el proyecto, no me acuerdo exactamente desde cuando empecé a pensar para qué tenía que mentir. Entonces, ahora, puedo hablar de mi familia en público sin tener miedo. Hablo también de la planificación familiar. Claro, si me preguntan si yo podía hacerlo antes, creo que no podía. Pero ya me di cuenta de que no se puede resolver el problema si trato de solucionarlo yo sola, y que lo que puedo hacer es solamente preguntar a alguien que sepa si tiene algo de lo que no tengo conocimiento” (enero, 1999)

A través de la realización por su propia iniciativa del Proyecto de Mejora de la Vida, obteniendo la capacidad para negociar, María consiguió su propia teoría la cual es; “Cuando haya algo que ella no pueda o no sepa no hay otra manera que pedir o preguntar a una persona que sepa.” Y al mismo tiempo, empezó a planificar su familia. Cuando una funcionaria de la oficina regional de la Secretaría de la Mujer visitó el pueblo “S”, María consiguió información sobre la distribución gratuita de anticonceptivos orales que se llevaba a cabo en el Hospital Central de la ciudad de Oviedo. Por lo tanto, se levantó a las cinco de la mañana y tomó varios autobuses para consultar sobre anticoncepción en el Hospital Central de la ciudad de Oviedo. Cuenta María, “Me cobraron 4,000G como costo de la consulta. Me costó un día entero. El gasto de transporte de ida y vuelta fue de 5,000G, compré una empanada (pastel frito con carne) que costó 1,000G para el almuerzo. Es decir, me costó 10,000G (3.5 USD aprox.) en total. Me salió muy caro” (diciembre, 1998)

Considerando que las familias de las zonas rurales tienen ingresos irregulares y el promedio de la renta anual por familia del pueblo “S” fue de 629 dólares en 1994 y de 881 dólares en 1998, 10,000G no es un gasto barato. Alminda, la mujer que vive en el pueblo contiguo, también ha ido al hospital tomando el autobús que salía a las cinco de la mañana. Ella cuenta, “Cuando llegué al hospital, ya se había formado una cola interminable. A los campesinos no nos permitían entrar en la sala de espera y tenía que esperar afuera. Aunque esperé mucho, no pude consultar al médico ya que a las once terminó la hora de recepción. No quiero ir nunca más (diciembre, 1998)” Por otra parte, Derlis (cuarenta años), el responsable del hospital nos cuenta acerca de las mujeres rurales, “la gente de las zonas rurales no piensa en la planificación familiar. No es posible que ellas vengan al hospital ya que son las que quieren muchos hijos para su vida[51].” Y Gilda (aproximadamente en los treintas), la farmacéutica del hospital, afirma lo mismo que Derlis.

Se considera que las personas del hospital tienen diversas interpretaciones acerca de la conciencia sobre la planificación familiar de las mujeres rurales depende de sus valores, lo cual significa que, al mismo tiempo, es posible que haya diversas interpretaciones acerca de la conciencia sobre el sexo y la reproductividad de las mujeres dependiendo de cómo y a quién se realiza la entrevista por parte del personal de las organizaciones de apoyo para el desarrollo. Depende de la persona encuestada, podrá ser sostenida la opinión A la cual es “las mujeres rurales quieren tener muchos hijos por lo tanto no quieren la planificación familiar” y al mismo tiempo, podrá ser también sostenida la opinión B la cual es “es necesario fomentar los programas de salud y derechos reproductivos”. Sin embargo, en la realidad, ha habido conscientización en las mujeres y los cambios de la misma que no se pueden entender por la opinión A ni por la B.

Vamos a seguir investigando más acerca de los cambios en la conciencia de las mujeres. Sara, que hasta alrededor de 1998 pensaba que era el designio de Dios un embarazo o un parto, se utilizó un dispositivo intrauterino (DIU) en 1999. Sara contó la razón; “Yo quiero trabajar más. Por lo tanto no quiero ni un hijo más. ¿No te parece que es suficiente con seis hijos que ya tengo? (enero, 1999)”

Desde que María, antes que ninguna otra mujer, empezó a mencionar la necesidad de la planificación familiar, las mujeres empezaron a pensar en la ejecución de la planificación familiar y a tomar acciones. En la reunión de las mujeres, Sara produjo un discurso contrario, el cual refiere “Creo que Dios no puede castigarnos por ejecutar la planificación familiar ya que la realizamos para prevenir una condición difícil (con muchos hijos y ser miserable). Porque Dios no mantiene a nuestros hijos” ante el discurso que refiere “Hasta que Dios diga basta” (Fujikake, 2001b)[52].

Asimismo, Victoria que consideraba horrible contar acerca de la planificación familiar, empezó a pensar que no podría criar más de cinco hijos en la vida real y consultó a María y Sara sobre la planificación familiar.

Victoria comentó: “Mi hijo mayor está enfermo... Tiene un problema en la espalda y nunca ha caminado desde que nació. ...Mandé a mi hijo a Argentina para su examen. Vendimos todos los animales domésticos que teníamos con el fin de obtener dinero para el transporte y las consultas y ahora no tenemos nada de dinero. Entonces ya hijos...no, no podemos tener más hijos (marzo, 1999).”

Hablando sobre a la conciencia de las mujeres alrededor del año 1994, ellas pensaban que la planificación familiar era contradecir a los designios de Dios y deberían dar a luz a los hijos que les habían mandado Dios y criarlos. Se puede decir que la conciencia y la conducta de las mujeres han sido construidas por la religión, los discursos divulgados extensamente en todo el pueblo, el pensamiento del “machismo” y el “marianismo” entre otros. Sin embargo, las mujeres empezaron a querer trabajar más a través de aprender recetas para mejorar la vida cotidiana y salir a los mercados de la ciudad de Oviedo para vender las verduras sobrantes. Y empezaron a querer realizar la planificación familiar por su propia intención y conseguir la información y alcanzaron a tomar acciones para la planificación familiar obteniendo la información de “las personas externas” del pueblo. Es decir, ahí había la existencia de mujeres que tomaban iniciativa para reconstruir la conciencia construida sobre el sexo y la reproducción.

Como se puede entender, en el proceso de reconstrucción de ellas mismas, las mujeres producían por ellas mismas los discursos contrarios. Si nos basamos en el relativismo cultural que se trata la otredad absoluta, será muy difícil entender tanto el proceso de la reconstrucción de la conciencia o de la conducta de las mujeres antes mencionadas, como las discrepancias sutiles que existen entre los estados, las regiones, las comunidades o las personas. Este caso sugiere la necesidad de analizar concreta e individualmente las sociedades de objeto de estudio desde el punto de vista del eje de tiempo y de los géneros fundándose en <el relativismo cultural> que abarca la compresión de la persona ajena.

4.3.La solidaridad de las mujeres y el cambio en la conciencia de los hombres

Las mujeres empezaron a pensar en la planificación familiar y realizarla individualmente, al mismo tiempo, empezaron a solidarizarse, por ejemplo, María y Sara que ya tenían los conocimientos proporcionaron la información a las mujeres que la querían obtener.

Sara comentó: “Estudié solamente cinco años de primaria, pero ahora las mujeres del pueblo vienen a preguntarme sobre la planificación familiar. En la casa, yo estoy dando a las mujeres la instrucción sobre la planificación familiar (enero, 1999)”

María comentó: “Las vecinas vienen a consultar conmigo acerca de la contracepción. En cuanto al anticonceptivo oral que ellas me piden, lo compro cuando voy a la ciudad de Oviedo. Estoy muy contenta de ayudarlas (enero, 1999)”

La mujer que vive en la casa que está en diagonal de la casa de María comentó: "Me da pena hablar en español con el médico, pero con María puedo hablar en guaraní. Entonces puedo consultar con ella francamente (enero, 1999)”

María y Sara empezaron a dar la orientación individual sobre la planificación familiar a las mujeres dejando abierta su casa. Asimismo, las mujeres comenzaron a reunirse en el salón de usos múltiples[53] que instaló el grupo de mujeres en 1995 a través de las actividades del proyecto, y comenzaron a realizar varias actividades; por consecuencia, las mujeres empezaron a hablar de la planificación familiar y de su familia que se había considerado como un tabú hasta entonces. Hasta ese momento en el pueblo las mujeres no tenían un espacio para ellas, pero se puede decir que ellas mismas también crearon un espacio de oposición[54].

Por otro lado, María aconsejaba a las mujeres que venían a consultar con ella que se atrevieran a consultar al médico de la ciudad cuando ella considerara que el contenido de la consulta no estaba al alcance de su conocimiento sobre la planificación familiar.

María comentó: “La señora que vive en la casa que está en diagonal de la nuestra, de vez en cuando tiene náuseas o se marea, ya que parece que no le cae bien el anticonceptivo oral por mucho que intente. Pero no sé qué puedo hacer cuando ella tiene problemas. Por eso le estoy aconsejando que se atreva a consultar al médico (enero, 1999)”

Se pudo reconocer el cambio en la conciencia de los hombres en el proceso en el que las mujeres empezaron a salir al mercado, obtener ganancia, y realizar la planificación familiar. Pedro, esposo de María, que estaba en contra de que ella tomara anticonceptivo oral al comienzo, después de que nació el cuarto hijo, dejó de oponerse.

María comentó: “Al principio, mi esposo se oponía a que yo tomara anticonceptivo oral preocupándose por efectos secundarios. Pero después de que nació el cuarto hijo, ya no dice nada (enero, 1999)”

Pedro comentó: "No podemos mantener más hijos aunque nazcan. Requiere mucho dinero educar a los hijos (abril, 2001)”

Se podían escuchar comentarios similares de parte del esposo de Victoria, el esposo de Sara, el compañero sentimental de Lucy, y el esposo de Karen. Y las mujeres empezaron a pensar que no podían sobrevivir teniendo hijos según los designios de Dios ya que Dios no les alimentaba. Como se puede observar, las mujeres han encontrado contradicciones en los discursos ya existentes, los han aceptado, los han alienado (enajenado), y les han agregado una nueva interpretación propia. Considerando estos relatos de las mujeres, se puede decir que ellas han empezando a obtener la salud y derechos reproductivos de ellas mismas, que no se puede entender desde punto de vista del relativismo cultural ni del universalismo de los derechos humanos y es diferente de la salud y derechos reproductivos como los discursos modernos sobre los derechos[55]. La alienación (enajenación) del discurso por las mujeres, se pueden encontrar también en las soluciones de ellas de la violencia doméstica.

4.4. Caso de la violencia doméstica en el pueblo “s”

Victoria empezó a tomar anticonceptivo oral ya que no podía resistirse a tener relaciones sexuales con su esposo.

Victoria comentó: “Estoy tomando anticonceptivo oral para no embarazarme pero hay algunos meses que no puedo comprarlo por falta de dinero (diciembre, 1999)”

Cuando no pudo comprar anticonceptivo oral, Victoria "se resistía a tener relaciones sexuales" con su esposo y cada vez que se resistía, recibía violencia por parte de su esposo. Sin embargo, al no poder aguantar más esta violencia, por fin, pidió ayuda a María. Entonces, María, al recibir la solicitud de ayuda, fue a la casa de Victoria para intervenir en la pelea de ellos.

María comentó: “Victoria recurrió aquí (a la casa) con las rodillas sangradas y llorando. Y me dijo que ya no aguantaba ya que su esposo le exigía tener relaciones sexuales cuando él quisiera. Si se le da la gana, él le exigía dondequiera, ya sea en el campo, ya sea en la casa. Y si Victoria lo rechaza, le da golpes y patadas. Ella dice que aprendió en el curso del proyecto al que asistió junto con otras mujeres que las mujeres también tienen derecho a decir ‘¡No!’, pero dice ella que cuando lo dijo a su esposo, él reaccionó con violencia horriblemente....yo fui a su casa para intervenir y le dije a su esposo que no le pegara a su esposa ya que los padres tienen que ser un ejemplo para sus hijos (diciembre, 1999)”

Al intervenir, María también declaró al esposo de Victoria que ya no empleara la violencia con su esposa y que en caso de que volviera a hacerlo, ella acudiría a la organización de los derechos de la mujer.

María comentó: "Cuando fui a intervenir, le dije a él que si él volvía a hacerlo, yo acudiría a la organización de los derechos de la mujer en la ciudad de Oviedo. También le dije, ‘eres padre de cinco hijos, entonces debes ser ejemplo para ellos, pero si eres así, estás descalificado como padre de los niños y es la responsabilidad de los padres servir a sus hijos de ejemplo’. Al ser casados, tener hijos y criarlos es la responsabilidad de nosotros. Es nuestro papel criar bien a los hijos que Dios nos ha mandado. Antes de regresar a mi casa, le dije varias veces, ‘en caso de que se presente otra vez lo mismo, sin falta voy a demandar ante los tribunales’ (subrayado por la autora) (marzo, 1997)”

Como se puede observar, se puede percibir que en la conciencia que rodea a María aparece fuertemente la influencia de la religión católica. Sin embargo, ella añadió la interpretación nueva y propia a los discursos católicos y expuso al esposo de Victoria que es el papel de las parejas casadas como ellos criar bien a los hijos que Dios les había mandado. Es decir, María aprovechó los discursos existentes de la religión católica, los alineó (enajenó), e hizo práctica de estos discursos con una interpretación propia. Se puede decir que las mujeres del pueblo “S” empezaron a tomar acciones para obtener la salud y derechos productivos y tener “la libertad de decidir hacerlo (procrear) o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia” (Naciones Unidas, El Programa de Acción, Capitulo VII)[56]. Aparte, también empezaron a tomar acciones contra la violencia doméstica[57].

5. Conclusiones

En el presente estudio, al examinar el caso de Paraguay, se aclaró la diferencia entre la posición que toma Paraguay ante la sociedad internacional y la que tiene en el país, en cuestiones de salud y derechos reproductivos. Asimismo, se puede indicar que existen discrepancias entre la conciencia de las personas que toman parte en la administración regional y la de las interesadas, es decir, las mujeres rurales. Además se aclaró que se ha venido construyendo la conciencia acerca del sexo y la reproducción de las mujeres del pueblo “S” en una condición donde se entrelazan complejamente el pensamiento del “machismo”, el “marianismo”, los preceptos católicos, el problema del sistema educativo, entre otros. Sin embargo, al mismo tiempo, se reveló que puede ser sujeta a cambio la conciencia de las mujeres acerca del sexo y la reproducción con el transcurso del tiempo o con la interacción con otras personas internas o externas del pueblo.

En otras palabras, las mujeres empezaron a obtener diversas experiencias y conocimientos a través de la relación con el nuevo ámbito distinto al de la división de los roles según el género que ha sido una tradición del pueblo, y empezaron a querer definir ellas mismas el número de hijos. Es decir, empezaron a obtener la salud y derechos reproductivos que definen ellas mismas. En este proceso, las mujeres produjeron un discurso contrario a los discursos existentes del pueblo y al mismo tiempo ellas tomaron la iniciativa para alienar (enajenar) estos discursos existentes, aceptarlos y realizar la práctica de éstos dándoles una propia interpretación. Asimismo ellas crearon un espacio para ellas mismas con el fin de realizar la planificación familiar, o sea, un espacio de oposición.

En cuanto a la salud y derechos reproductivos de las mujeres del pueblo “S” que se observó durante el presente estudio, se puede decir que su idea no se tuvo de los discursos modernos sobre los derechos sino la sacaron ellas mismas desde su vida cotidiana. Es imposible que la opinión A o la opinión B que hemos visto en un principio de este estudio represente la conciencia acerca del sexo y la reproducción de las mujeres y su cambio dinámico de la misma como en el caso de este estudio porque la opinión A, que corresponde al relativismo cultural, difiere tanto de la manifestación del estado ante la sociedad internacional como de la conciencia de las mujeres.

Por otra parte, tampoco se puede aplicar la opinión B, la cual corresponde al universalismo de los derechos humanos, el cual es comprendido en forma fija por el contexto occidental, a la situación de las fuerzas conservadoras de Paraguay ni a la situación bajo varias restricciones en la que se encuentran las mujeres rurales. Tanto la opinión A como la B tal vez puedan expresar superficialmente la conciencia de la sociedad o de la gente de algún aspecto de Paraguay. Sin embargo, por otra parte estas opiniones no adviertenla diferencia entre diversas mujeres, la conciencia que se va alterando en el transcurso del tiempo o el cambio de la conciencia o de la cultura que se reconstruye o sufre reconstrucción en esta conciencia que se va alterando.

Por consiguiente, se considera que es necesario poner como premisa de la discusión que la conciencia y la conducta de la mujer han sido construidas por los discursos, las normas y el género integrando el transcurso de tiempo y estando en la posición del (relativismo cultural) que comprende la persona ajena que argumenta Hamamoto. Asimismo, las mujeres seguirán reconstruyendo la conciencia acerca del sexo y la reproducción desconstruyendo la conciencia y la conducta que han sido construidas y agregándoles nuevas interpretaciones.

El cambio social como este siempre está ocurriendo sin fin en las sociedades de objeto de estudio. Y las mujeres del pueblo “S” han podido ser el sujeto de “la producción del conocimiento alternativo” (Kawashima 1998, 19) en el orden del espacio o de la comunidad que las rodea.

En el campo de la cooperación para el desarrollo, se requiere prestar suficiente atención tanto para fomentar la salud y derechos reproductivos de los discursos modernos sobre los derechos como para no fomentar la salud y derechos reproductivos apoyándose en el relativismo cultural que trae el “apartheid cultural” (Hamamoto 1997).

Como ha revelado el caso de este estudio, la conciencia acerca del sexo y la reproducción de las mujeres siempre se cambia en las interacciones con la gente interna o externa de la comunidad. Por lo tanto, en el campo de la cooperación para el desarrollo, se tiene que evitar la discusión sobre el sexo y la reproducción extrayendo solamente la superficie de algún orden. Para la compresión global de esta discusión, se requiere suponer la política estatal, las acciones de los discursos que han dado diferentes influencias al hombre y a la mujer en la estructura del poder desequilibrada, la cultura, la religión, el género, la relación entre las zonas urbanas y las rurales[58].

Asimismo, se requiere considerar más sobre el método de promoción de las políticas o medidas. La conciencia de las mujeres que ha sido construida y el mundo de significados de los seres humanos que los relaciona con el sexo y la reproducción no son algo fijos de ninguna manera, sino que fluctúan asociándose siempre con la economía e historia locales o globales y con “la gente ajena”, también respondiendo a éstas. Es decir, la conciencia de la mujer está desconstruida o reconstruida por ella misma. Además, la mujer es una existencia que tiene la posibilidad de obtener espacio donde ella misma pueda defenderse y tomar acciones nuevas por iniciativa propia aunque sigue conservando una parte de la mujer, el ser objeto. Para entender la conciencia acerca del sexo y la reproducción de la mujer que tiene la posibilidad de cambio, no se puede menos que suponer que la clave radica en el punto de vista con el que se considera solo una suposición a la otredad absoluta, tal como menciona Hamamoto. Y al discutir la cultura y los fenómenos diversos que ocurren en las sociedades objeto, se deben tomar en cuenta siempre los puntos como estos; qué orden se toma de como objeto de la observación, cómo se establece el eje de tiempo, etc.

Se considera que se puede buscar la posibilidad de comprender tal cual es la conciencia de las mujeres que viven en la sociedad real, por analizar los fenómenos que se presentan en las sociedades de objeto considerando el punto de vista de los géneros, el eje de tiempo y la relación social en la que están apiladas varias capas, lo cual se ha confirmado claro en el presente estudio, y estando en la posición del (relativismo cultural) que argumenta Hamamoto y que impide que una diferencia sea reducida a una diferencia interna del sistema conceptual de una de las partes.

Adicionalmente y en este contexto el estatus de la mujer ha mejorado drásticamente después de la transición a la democracia en 1992, sin embargo, estudios realizados revelan que todavía persiste hoy en día, especialmente en las zonas rurales, la norma de valor llamada Machismo (dominación masculina). Es bien conocido que la población disminuyó drásticamente debido a la Guerra de la Triple Alianza y fallecieron muchos hombres adultos lo cual hizo que la proporción hombre/mujer fuera de 5 mujeres por 1 hombre (existen otros datos que dicen que esta proporción es de 4 o 10 mujeres por 1 hombre). Debido a la necesidad de tener más niños como “la fuerza nacional”, la sociedad venía permitiendo a los hombres tener relaciones sexuales con varias mujeres.

Se puede observar en la entrevista realizada en el mes de septiembre del año 2013 y que se presenta a continuación:

El Sr. S (aproximadamente 50 años ), un colaborador para los estudios de campo que se llevan a cabo anualmente en las zonas rurales del Departamento de Caaguazú[59], comenta que el padre de su padre que tiene 86 años (nacido en 1933), es decir, el abuelo del Sr. S, tenía 7 mujeres sin casarse, con una relación similar a la de un conyugue, que vivían en las viviendas dentro de la misma propiedad. Se considera que el padre del Sr. S, que tiene 81 años, vivió durante la Guerra del Gran Chaco. El padre del padre del Sr. S, o sea el abuelo del Sr. S y las 7 mujeres tuvieron 35 hijos, de los cuales uno es el padre del Sr. S. Estos 35 hijos, casándose o sin casarse, tuvieron 400 hijos en total. Esto quiere decir que el abuelo del Sr. S tuvo 400 nietos. El Sr. S comenta que no sabe si estos hijos fueron casados o no, pero suponiendo que le nacen unos 11 hijos a cada uno de los 35 hijos, un simple cálculo confirma que es lógico que el abuelo del Sr. S tuviera 400 nietos. También comenta que este señor abuelo recibía su pensión y parece que no tenía dificultades económicas en su vida y parece que las 7 mujeres podían mantenerse también. Este tipo de situación muestra que existían numerosas madres solteras en las zonas rurales aun después de la Guerra de la Triple Alianza.

El mismo Señor S tiene 10 hijos (6 hijos y 4 hijas) y “pensaba que las niñas no necesitaban educación”. Todas sus hijas dejaron sus estudios a eso del tercer grado de la escuela primaria para encargarse del trabajo en el campo y de trabajos domésticos. el Sr. S comentó, “Últimamente empecé a pensar en la necesidad de educación para las niñas, pero es difícil otorgársela debido a la pobreza”(comentario recibido en 2016).

Así mismo se ha realizado la entrevista en el mes de setiembre del año 2016 a una madre soltera de 15 años con dos hijos menores y padre ausente. Donde el padre del primer hijo por decisión propia se ha mudado a la República Argentina no haciéndose responsable de la paternidad. El mismo fue al vecino país sin dinero en condición de inmigrante. El padre del segundo hijo vive en el mismo pueblo que la madre de 15 años, pero antes del nacimiento y del embarazo ha mantenido una relación con ella, una vez que éste conoció el estado de la novia embarazada decidió terminar con la relación, pero en el momento de la entrevista la madre de 15 años menciona que él sigue viviendo por ahí con la familia y teniendo una nueva relación.

Según lo expuesto anteriormente se puede considerar el análisis del tiempo en el que se demuestra que las perdidas en la guerra en el Paraguay ha creado un fuerte pensamiento machismo en las zonas rurales y que con el transcurrir de los años se han dado varias intervenciones en el área de género y desarrollo pero aun insuficientes según los datos obtenidos entre los periodos de 1994 – 2001 y 2013 – 2016 que reflejan el leve proceso de cambio en género y desarrollo y salud derecho y reproductiva de las mujeres en zonas rurales del Paraguay.

El presente estudio considera los desafíos de ahondar en investigaciones enfocadas en la masculinidad en zonas rurales, realizando entrevistas a los hombres de las zonas mencionadas ya que la estructura de la pobreza afecta no solo a las mujeres sino que a los hijos e hijas reduciendo la capacidad de desarrollo integral de los mismos ya que desde el análisis de la autora se demuestra la posibilidad de cambio desde el pensamiento masculino para mejorar las condición de género en las sociedades rurales del Paraguay. Para realizar la práctica de desarrollo, es necesario tomar en cuenta la diferencia de cambios entre las zonas urbanas y las rurales.

Agradecimientos: He recibido una gran colaboración por parte de las mujeres del pueblo “S” y la familia G de la ciudad de Coronel Oviedo con los que tengo una gran amistad desde el enero del año 1994. Quisiera expresar mi sincero agradecimiento.

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