Periodismo

El periodismo clásico frente al Nuevo Periodismo

Sánchez Vega, Carolina
Universidad de San Martín de Porres, Perú

El periodismo clásico frente al Nuevo Periodismo

Correspondencias & análisis, núm. 5, 2015

Universidad de San Martín de Porres

Recepción: 30 Julio 2014

Aprobación: 28 Enero 2015

Publicación: 30 Octubre 2015

Resumen: La llegada del Nuevo Periodismo ha cambiado el trabajo periodístico en todo sentido. Este nuevo movimiento busca aplicar recursos narrativos asimilados tradicionalmente a la literatura de ficción, creando así textos periodísticos con calidad estilística y narrativa, enriqueciendo la noticia con descripciones, diálogos, opiniones y monólogos. Este artículo analiza las características del periodismo clásico y el Nuevo Periodismo y cómo esta última corriente ha renovado radicalmente la técnica periodística actual.

Palabras clave: Periodismo clásico, Nuevo Periodismo, periodismo literario, Medios de comunicación, noticia.

Abstract: The arrival of the New Journalism has certainly changed journalism itself in every single aspect. This new movement seeks to apply narrative resources traditionally assimilated to literature of fiction; thus, creating journalistic texts with stylish and narrative quality enriching News with descriptions, dialogues, opinions and monologues. This article analyzes the characteristics of classic journalism and the New Journalism and as long as this new approach has radically renewed the current journalistic technique.

Keywords: Classic journalism, New journalism, Literary journalism, Media, News.

1. Introducción

Los medios de comunicación son parte muy importante en la vida del ser humano, la tarea de definirlos ha sido difícil para los especialistas por la cantidad de nociones que surgen a su alrededor. Sin embargo, se sostiene que los medios de comunicación tienen como finalidad informar y comunicar de modo masivo a una sociedad; en otras palabras, es el cauce mediante el cual, la información se obtiene, se procesa y es transmitida al público.

Pero no se puede mencionar a los medios de comunicación sin hablar del periodismo, profesión que tiene como finalidad investigar noticias para que la sociedad esté al tanto de los últimos acontecimientos que ocurren en nuestro entorno. Desde sus inicios, el periodismo ha jugado un rol muy importante dentro de la sociedad y que gracias a él, se puede saber qué ocurrió en el pasado, apuntar el presente y perfilar un futuro.

“Proponemos definir al periodismo como la función social de recoger, codificar, transmitir en forma permanente, regular y organizada, por cualquiera de los medios técnicos disponibles para su reproducción y multiplicación, mensajes que contengan información para la comunidad social, con una triple finalidad: informar, formar y entretener” (Castello, 1996: 14).

De acuerdo con la aparición de los diferentes medios de difusión como la televisión, la radio, la imprenta y el Internet, el periodismo ha ido progresando paulatinamente de acuerdo a las demandas que cada medio aplica; por ende, cada medio tiene su forma particular de comunicar. A su vez, el periodismo se está ejerciendo con más cautela y precisión, catalogándolo por su rol de influencia y mando como el “cuarto poder”. Kovach (2004: 24) expone que la finalidad del periodismo es suministrar toda la información al pueblo, además de señalar que esta profesión ejecuta una tarea importante frente a la sociedad:

“El periodismo no puede guiarse únicamente por las fuerzas económicas, los beneficios empresariales y los intereses particulares. En vez de ello, debe vivirse, en cierto sentido, como una misión sagrada, misión que debéis llevar a cabo sabiendo que los poderosos medios de comunicación os han sido confiados para el bien de todos”.

Hudec (1991: 38) sostiene que el periodismo es una manifestación que tiene como principal intención dar a conocer la realidad social de suma importancia, aquél hecho que trasciende por encima de otros, y que mediante su difusión por distintos medios de comunicación, ejercen un impacto masivo sobre el público.

“Por periodismo entendemos conjuntos de expresiones escritas o impresas, habladas o gráficas o de combinación mutual, que se publican periódicamente y están destinadas a interpretar la realidad social de actualidad y de importancia universal”.

Desde la perspectiva de Bond (1992: 21), el periodismo tiene el interés de investigar y analizar, pero al mismo tiempo se esfuerza por hacerles llegar a la ciudadanía el conocimiento de ciertos sucesos, evitando los abusos e injusticias y contribuyendo al crecimiento del nivel cultural y educativo de la gente. Gomis (1991: 35) explica que el periodismo es un método de interpretación: primero porque escoge entre todo lo que pasa, aquello que considera interesante,; segundo, porque explica de manera sencilla el hecho (la noticia), a su vez que distingue en ella lo más sustancial e interesante. Por último, busca que la noticia sea interpretada, explicada y valorada:

“¿Qué hace el periodismo? Interpreta la realidad social para que la gente pueda entenderla, adaptarse a ella y modificarla. El periodismo puede considerarse un método de interpretación sucesiva de la realidad social”.

Con todo esto, se concibe el periodismo como un árbol que tiene ramas que remonta a la sociedad a hechos pasados, les hace saber hechos presentes y les narra hechos que están por ocurrir, tomando como referencia los diferentes campos de la historia, la sociología, psicología, entre otros.

“El periodismo es una extensión de la historia que no se aprende en las salas de redacción. También, puede definirse como un compuesto de historia y sociología, más política, economía y leyes” (Warren, 1975: 15).

Trotti (1993: 146) sostiene que el periodismo cumple una función muy importante ya que lo que busca es educar a la sociedad. “Tal misión es, en efecto, no sólo informativa, sino formativa; es decir, mira a dar una educación”. Hay que entender que el periodismo no sólo es una vocación, sino un compromiso de preservar e impulsar valores en la comunidad como son la justicia, la verdad y la responsabilidad.

“Para una carrera como esta, se requiere de algo más que aptitudes y preparación profesional. Tratándose de una profesión de servicio público, para ser periodista se requiere una cierta vocación, así como para ser enfermero, militar o sacerdote”.

El trabajo de informar es un arduo proceso que incluye la recopilación de datos y la verificación de los mismos, para así definir su exactitud. Si bien antes los periodistas se convertían en agentes activos alrededor de la historia, ahora con los cambios tecnológicos y la Internet, se está volviendo común que los reporteros se enteren de los hechos mediante las denuncias que puede hacer cualquier ciudadano equipado con un dispositivo móvil y que haya tenido experiencia directa con los hechos. Así, las TIC están ayudando, en cierta medida, a que los medios de comunicación se concentran en ejercer un rol más cívico, a la vez de convocar a las personas a comentar tópicos o temas de interés, mediante las redes sociales.

2. El nacimiento de un nuevo género

El Nuevo Periodismo es una corriente periodística que nació en los años sesenta en los Estados Unidos, dentro de una época en donde surgieron importantes cambios sociales y culturales. El surgimiento de este nuevo género es gracias a Truman Capote (A Sangre Fría) y Tom Wolfe (El Nuevo Periodismo). Este último comenta acerca del origen de dicha denominación:

“No tengo ni idea de quién concibió la etiqueta de ‘El Nuevo Periodismo’ ni de cuándo fue concebida. Seymour Krim me dijo que la oyó por primera vez en 1965, cuando era redactor-jefe de Nuggel y Peter Hamill le llamó para encargarle un artículo titulado ‘El Nuevo Periodismo’ sobre gente como Jimmy Breslin y Gay Talese” (Wolfe: 1973: 21).

El Nuevo Periodismo tiene como objetivo introducir otro lenguaje y otros medios de expresión, planteando la necesidad de quebrar con las estructuras y los métodos encasillantes reflejada en los diarios; para ello, recurrieron a los recursos que podría ofrecerle la literatura de ficción. Este periodismo no se centra específicamente en la noticia, sino que tratará de profundizar nuestro entendimiento del mundo, mostrando la realidad desde varios puntos de vista y matices. En otras palabras, la expresión artística será el gancho de este nuevo género.

“La semejanza entre los primeros tiempos de la novela y los primeros tiempos del Nuevo Periodismo no es una simple coincidencia. En ambos casos nos hallamos ante el mismo proceso. Nos hallamos ante un grupo de escritores que se dan a conocer, que trabajan un género considerado como clase baja (la novela antes de 1850, el periodismo en revistas populares antes de 1960), que descubren las alegrías del realismo detallado y sus extraños poderes” (ibídem: 25).

En la actualidad, el reportero se siente presionado al no poder usar la creatividad que desea plasmar, ya que está sujeto a una técnica rígida convencional, condicionando la expresividad y la libertad estilística. Por el contrario, si el reportero disfrutara al escribir hechos narrados con objetividad (sumergiéndolo) en un realismo literario, permitiría al lector vivir y experimentar una mayor proximidad de los acontecimientos.

Esta nueva rama periodística convierte al narrador en un protagonista más, ya que bien puede participar en los hechos o ser parte de la acción misma, rompiendo los cánones del periodismo informativo. Asimismo, el periodista asume mayor protagonismo que en el periodismo convencional, utilizando diálogos más realistas e introduciendo, al mismo tiempo, fórmulas de creatividad.

“Así fue como el Nuevo Periodismo nació de la combinación de dos ámbitos hasta ese momento diferentes: uno, los acontecimientos y las personas reales que nutrían al periodismo tradicional, el otro, las herramientas y técnicas de la ficción que enriquecían la descripción de esos acontecimientos y personas. Las obras que resultaron de esa mezcla constituyen esta nueva clasificación que se conoce como Nuevo Periodismo” (Kapuscinski, 2003: 40).

3. Evolución del estilo novoperiodístico

Esta fusión creativa evoca antecedentes importantes. En el siglo XIX, podemos encontrar que la novela clásica ya introducía este nuevo estilo. Los escritores de ficción de aquel entonces, al darse cuenta que sus escritos no les permitían expresar lo que realmente querían decir, empezaron a escribir ensayos. Y es así que se genera una nueva alternativa de trabajo dentro de este género, al dejar que los escritores de ficción laboren a la par como reporteros, al mismo tiempo que escribían crónicas:

“Para quienes hacemos este Nuevo Periodismo, las funciones ensayísticas de pensamiento y opinión nos cargan con nuevas obligaciones. Porque para decirle algo nuevo a esos hombres y mujeres pensantes que compran el periódico con expectativas de encontrar explicaciones y estímulos a la reflexión, los periodistas debemos ser cien veces más sabios que ellos. Eso nos impone la tarea de estudiar continuamente” (ibídem: 42).

De acuerdo con Capote (1966: 28), “si se sigue de cerca el progreso del Nuevo Periodismo a lo largo de los años sesenta, se observará un hecho interesante. Se observará que los periodistas aprenden las técnicas del realismo (particularmente las que se encuentran en Fielding, Smollet, Balzac, Dickens y Gogol) a base de improvisación. A base de tanteo, de ‘instinto’ más que de teoría, los periodistas comenzaron a descubrir los procedimientos que conferían a la novela realista su fuerza única, variadamente conocida como ‘inmediatez’, como ‘realidad concreta’, como ‘comunicación emotiva’, así como su capacidad para ‘apasionar’ o ‘absorber’”.

Con el transcurrir de los años, el Nuevo Periodismo se fue desarrollando de una manera sorprendente, al aparecer distintos libros que buscaron borrar lentamente los límites entre los géneros. Según Kapuscinski (2003: 44), “la literatura se mueve en dos direcciones opuestas. Una de estas ramas podría merecer el nombre de ‘literatura de televisión’, ya que está integrada por novelas de mercados grandes. La otra rama, más pequeña e importante, es la ‘literatura de creación, reflexión y ensayo’, una literatura ambiciosa cuyo clásico ejemplo es la novela de Thomas Mann, La montaña mágica”.

En nuestros días los novoperiodistas destacan en sus historias a las personas y a sus vivencias, hacen de lo cotidiano lo existencial y así profundiza en el hecho noticioso. Además, plantean una forma peculiar y personal de encarar la realidad, presentando a un periodista sensible que vive la representación meditada de su ambiente:

“El modo de recoger el material que ahora se da en el Nuevo Periodismo arranca probablemente con la literatura de viajes de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX (y, como ya digo, con la figura singular de Boswell). Muchos de los escritores de viajes parecen haber sido inspirados por el éxito de las autobiografías. Su idea era de crear una autobiografía, los mismos a base de dirigirse a países extranjeros en busca de color y de aventura. Melville, por ejemplo, inició su carrera en el filón del viaje y la aventura como Omoo y Typee” (Wolfe, 1973: 42).

El estilo novoperiodístico tiene como objetivo cruzar los límites convencionales del periodismo; en otras palabras, lo que quiere es mostrar en la prensa rasgos narrativos propios de novelas y cuentos: la descripción de la vida íntima y emocional de los personajes de una historia: la línea narrativa cambia, el escritor dejar fluir las palabras y acciones del protagonista.

En suma, el Nuevo Periodismo cumple un papel muy importante en la práctica profesional: su aporte literario en los escritos periodísticos le da un ingrediente creativo y atractivo, elevando al periodismo a la interpretación y adquiriendo, a la vez, una función social. En Latinoamérica, Gabriel García Márquez fue uno de los principales precursores del Nuevo Periodismo, cuyo Relato de un náufrago es un paradigma clásico.

4. Periodismo y literatura: el debate continúa

La relación existente entre el periodismo y la literatura es estrecha. Algunos autores consideran que ambos campos están separados por una amplia frontera, pues poseen propósitos diferentes; otros en cambio, opinan que la combinación del periodismo con la literatura le da matiz a una noticia, dando lugar a un periodismo informativo que incluye elementos literarios con características propias:

“Aproximadamente desde que surgió la prensa de masas, las actividades periodísticas y literarias estuvieron estrechamente vinculados y se cruzaron con frecuencia: muchos literatos se ganaron la vida escribiendo en los diarios, y a la inversa, numerosos periodistas se dedicaron a la literatura” (Fernández Parratt, 2005: 282).

El periodismo apela al sentido estricto de la información; la finalidad que se busca es ofrecer una noticia veraz y objetiva, utilizando un lenguaje que sea entendible para el lector. No obstante, en la literatura, lo trascendente es la belleza y su estructura, que están dirigidas a un público reducido; en cambio el periodismo está orientado hacia un público más amplio y masivo.

“Escribir para los periódicos es diferente que escribir una novela o un relato, pero no tanto como a algunos les gustaría pensar. Todos los textos bien elaborados tienen algunas cosas en común: son claros y fáciles de leer, utilizan un lenguaje fresco, estimulan y entretienen” (ibídem: 279).

En la actualidad, abundan periodistas quienes, a pesar de su profesión de comunicadores, practican igualmente la literatura de ficción que se considera literatura, escribiendo ensayos e historias con una gran dosis de creación literaria. En todo caso, ¿cuál es la diferencia entre el lector que lee periódicos y aquel que lee obras literarias? Pues bien, el lector que lee periódicos lo que busca es encontrar noticias que sean verdaderas acerca de hechos actuales, y si estas llegan a su mano de manera rápida es mucho mejor; en contraste, el lector que ojea las obras literarias lee por pasión, por amor a la lectura, ya que se deleita con lo que está escrito, sin necesidad de hallar alguna primicia.

Las disimilitudes que pueden existir entre el periodismo y la literatura se desvanecen en el periodismo literario, que consiste en trabajos periodísticos que poseen componentes literarios propios: el periodista trata en lo posible de presentar artículos que sean creativos y de fácil lectura para el lector, utilizando recursos lingüísticos propios de un trabajo literario:

“Hay textos periodísticos elaborados con multitud de elementos lingüísticos literarios, al igual que también aparecen en prensa escritos literarios que contienen elementos informativos sobre la realidad del momento. Es el periodismo literario. Escritos que son Periodismo porque en ellos prevalece la actualidad, el interés y la comunicabilidad, y porque están escritos con el triple propósito de informar, orientar o distraer, pero también son Literatura porque contienen algo más que comunicación, interés y actualidad, y están escritos con un estilo muy personal” (Yanes, 2006).

El nacimiento de este nuevo género periodístico tiene sus raíces en las crónicas, los reportajes y entrevistas de considerable extensión, que suelen aparecer en revistas y suplementos de diarios. Los textos suelen tener matices especiales y atractivos, exhibiendo valores artísticos no sujetos a reglas compositivas fijas. Es importante mencionar que con todo esto, este género no renuncia a su función informativa, convirtiendo al periodismo y la literatura en cómplices inseparables:

“Que el periodismo y la literatura se sirven mutuamente y que se está dando una tendencia a la interdisciplinariedad parece innegable, de ahí que la mayoría de los debates actuales sobre esta cuestión se centren en la dificultad para establecer unos límites que, si bien en ocasiones resultan difusos, existen. Elementos diferenciadores como la finalidad, el compromiso con la realidad y la veracidad, el soporte y la periodicidad, la selección de contenidos y la actividad profesional del autor” (Fernández Parratt, 2005: 282).

El periodismo literario está empezando a gozar de un gran reconocimiento por la prensa, ya que ha permitido la creación de nuevos patrones para fomentar la lectura y así enfrentar la competencia mediática existente. Igualmente, son muchos los periodistas y escritores que están penetrando en este nuevo mundo, utilizando técnicas propias del periodismo de investigación, dando como resultado final un trabajo que une al periodismo y la literatura en el punto estilístico más alto:

“Por el momento, se ha incursionado en cada género por separado, pero se pueden fusionar tal como aparecen en la realidad. Se habla de un periodismo literario, cuando el género predominante es el periodístico secundado por la literatura, o bien, sí se toma a la inversa, lo literario predomina ante lo periodístico” (Yanes, 2006).

La consolidación de este híbrido trae consigo una serie de interrogantes. Se comenta mucho el hecho de que ambos campos tengan una influencia mutua y, al mismo tiempo, haya colapsado un muro deontológico que antes los delimitaba y salvaguardaba. Muchos estiman que escribir en un diario y componer una novela son cosas muy diferentes. Los que apoyan el periodismo literario sugieren que tanto el periodista como el literato escriben sobre la base de fórmulas muy similares. A fin de cuentas, como apunta Aguilera (1992: 22), “el periodista debe ser literato, un literato de cierta y determinada clase”.

“Periodismo y literatura son dos modos de hacer paralelos, cuya coincidencia fundamental radica en utilizar la palabra como utensilio de trabajo y la frase como vehículo de pensamiento” (ibídem: 25).

5. Reflexiones finales

El periodismo es una actividad que tiene como fin recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Para obtener esta información, el periodista debe concurrir a fuentes que sean verificables, o bien a su propio testimonio. Si bien la base es la noticia, comprende también otros géneros: crónica, entrevista, reportaje, opinión y documental. Periodismo es sinónimo de difusión de información, descripción e interpretación de la realidad, información de actualidad y de interés común documentada y difundida socialmente, precisión, perspicacia y rapidez en la información.

Mientras que el periodismo tradicional es un registro riguroso de la realidad objetiva, en el Nuevo Periodismo, “realidad” y “ficción” se fusionan y los límites se hacen difusos. De este modo, nace la novela de no-ficción, de la mano de Truman Capote, quien utilizó recursos literarios para narrar sucesos reales, basándose en investigaciones periodísticas serias y elaboradas.

De esta forma, el Nuevo Periodismo es una reacción contra el periodismo clásico, que resultaba muy rígido, lineal y convencional. Para dar mayor emotividad, se introducen nuevos elementos de carácter literario y un nuevo lenguaje. Asimismo, la crisis de verosimilitud del lenguaje periodístico empujó a los novoperiodistas pioneros a la experimentación con recursos propios de la narración ficcional: multiplicaron sus recursos para informar acerca de la complejidad de los acontecimientos que narraban.

Fuentes consultadas

Aguilera, O. (1992). La literatura en el periodismo: y otros estudios en torno a la libertad y el mensaje informativo. Madrid: Paraninfo.

Almirón, N. (2003). “La aldea del conflicto global”. Extraída el 15/V/2015 desde http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=1326

Barrera, C. (2004). Historia del periodismo universal. Barcelona: Ariel.

Bond, F. (1992). Introducción al periodismo. México D. F.: Limusa.

Castello, E. (1996). Manual del periodismo. Buenos Aires: Plus Ultra.

Campbell, F. (2002). Periodismo escrito. México D. F.: Alfaguara.

Capote, T. (1966). A sangre fría. Londres: Penguin Books.

Desantes, J. (1976). La función de informar. Pamplona: EUNSA.

Fernández Parratt, S. (2005). “Periodismo y literatura: una contribución a la delimitación de la frontera”. Estudios sobre el mensaje periodístico, núm. 12, pp. 275-284.

Gómez Mompart, J. (2000). Historia del periodismo universal. Madrid: Síntesis.

Gomis, L. (1991). Teoría del periodismo. Cómo se forma el presente. Barcelona: Mitre.

Grijelmo, A. (1997). El estilo del periodista. Madrid: Taurus.

Hevia, R. (1994). Palabra pública: ética y periodismo. Santiago de Chile: San Pablo.

Hudec, V. (1991). Teoría general del periodismo. Lima: Causachun.

Kapuscinski, R. (2002). “¿Reflejan los media la realidad del mundo?”. Extraída el 25/VI/2015 desde http://www.etcetera.com.mex/pag87ne25.asp

Kapuscinski, R. (2003). Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar). México D. F.: Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano.

Kovach, B. (2004). Los elementos del periodismo. Madrid: Santillana.

Martín Vivaldi, M. (2000). Curso de redacción. Teoría y práctica de la composición y del estilo. Madrid: Paraninfo.

Pavlik, J. (2001). El periodismo y los nuevos medios de comunicación. Barcelona: Paidós.

Trotti, R. (1993). Dolorosa libertad de prensa: en busca de la ética perdida. Buenos Aires: Atlántida.

Warren, C. (1975). Géneros periodísticos informativos. Barcelona: A. T. E.

Wolfe, T. (1973). El nuevo periodismo. Barcelona: Anagrama.

Yanes, R. (2007). “La crónica, un género del periodismo literario equidistante entre información y la interpretación”. Extraída el 04/V/2015 desde https://webs.ucm.es/info/especulo/numero32/cronica.html

Información adicional

Para citar este artículo: Sánchez Vega, C. (2015). El periodismo clásico frente al Nuevo Periodismo. Correspondencias & Análisis, (5), 187-195. https://doi.org/10.24265/cian.2015.n5.10

HTML generado a partir de XML-JATS4R