Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


El modelo psicobiológico de la personalidad y los estilos de apego en adultos de Buenos Aires
PSOCIAL, vol. 6, núm. 2, pp. 51-61, 2020
Universidad de Buenos Aires

Artículos

PSOCIAL
Universidad de Buenos Aires, Argentina
ISSN-e: 2422-619X
Periodicidad: Semestral
vol. 6, núm. 2, 2020

Recepción: 13 Septiembre 2020

Aprobación: 30 Diciembre 2020

Resumen: Este trabajo se propuso como objetivo analizar las relaciones entre los estilos de apego y las dimensiones del modelo Psicobiológico de la personalidad y comparar según las variables sociodemográficas, en una muestra de 300 adultos de CABA (38%) y GBA (62%) de entre 18 a 71 años. El apego fue medido por la Escala de Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos de Casullo y Fernández Liporace (2005), la personalidad desde el inventario de Eysenck en su validación Argentina, EPQ-RA, por Squillace, Janeiro y Schmidt (2013). Entre los principales resultados obtenidos se evidenció que: los estilos de apego se correlacionaron de manera positiva con neuroticismo; el apego seguro se correlacionó de manera negativa con la extraversión. También hubo una mayor incidencia del neuroticismo, apego romántico evitativo y no romántico ansioso en personas que realizaban tratamiento psicológico. Se concluye que dichas vinculaciones avalan las hipótesis de que, los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se relacionan ya que comparten bases biológicas análogas como es en el caso del neuroticismo y, que las personas que realizan psicoterapia podrían presentar un predominio de estilos de apego evitativo o ansioso.

Palabras clave: Estilos de apego – Neuroticismo – Extraversión – Psicoticismo.

Abstract: The objective of this work was to analyze the relationships between attachment styles and the dimensions of the Psychobiological model of personality and to compare with sociodemographic variables, in a sample of 300 adults from CABA (38%) and GBA (62%) aged 18 to 71 years. Attachment was measured by the Scale of Attachment Styles in Romantic and Non-Romantic ties by Casullo and Fernández Liporace (2005), the personality from the Eysenck inventory in its Argentine validation, EPQ-RA, by Squillace, Janeiro and Schmidt (2013). Among the main results obtained it was evidenced that: attachment styles were positively correlated with neuroticism; secure attachment was negatively correlated with extraversion. There was also a higher incidence of neuroticism, avoidant romantic attachment, and anxious non-romantic attachment in people undergoing psychological treatment. It is concluded that these links support the hypothesis that attachment styles and personality dimensions are related since they share analogous biological bases, as is the case with neuroticism, and that people who perform psychotherapy could present a predominance of attachment styles avoidant or anxious attachment.

Keywords: Attachment styles - Neuroticism - Extraversion - Psychoticism.

Introducción

El concepto de apego desde la psicología experimental y clínica, ha comprobado que las interacciones entre los agentes cuidadores significativos con el infante, pueden generar vínculos que faciliten el desarrollo del sistema cognitivo emocional. Esta vinculación cuando se realiza de manera positiva es crucial para el desarrollo saludable de la persona, debido a que estos patrones vinculares acompañarán al sujeto de por vida; aunque en el devenir histórico de las personas, estas formas de relacionarse podrán ir modificándose (Casullo & Fernández Liporace, 2005). El investigador John Bowlby (1990) en la década de los 60s publicó su libro "El vínculo afectivo", en el cual plasmó la noción de apego, su desarrollo y características. En la siguiente década la investigadora Mary Ainsworth (Barroso, 2014), a través del paradigma de la “Situación Extraña”, clasificó 3 tipos de apego; 1) apego seguro, niños que logran un equilibrio emocional rápidamente ante una situación adversa. Dicho apego predispone al desarrollo de la moral, emociones positivas y resiliencia (Finn, 2012; González Ospina & Paredes Núñez, 2017). Con respecto a los adultos y su vinculación de pareja, presentan una tendencia a las relaciones de largo plazo (Barroso, 2014); 2) apego ansioso/evitativo, muestran indiferencia. Este apego junto a traumas en el desarrollo está asociado a cuadros psicopatológicos (Finn, 2012). Y en vinculación de pareja, tienden a desplegar expectativas negativas hacia el apoyo brindado por su pareja, lo que se traduce como una menor satisfacción en el vínculo amoroso (Barroso, 2014); 3) apego ansioso/ambivalente, presentan gran ansiedad imposibilitándoles el jugar o cualquier conducta de distracción. Las personas que presentan este apego podrían sentirse interesados en vincularse socialmente, pero no se sienten confiados para hacerlo (Genise, 2015). Estos adultos en su relación de pareja suelen presentar celos, obsesiones y posible dependencia emocional (Barroso, 2014). Más adelante Main y Solomon (1990) describieron al apego desorganizado, niños que presentaban conductas extrañas o bizarras.

En el campo clínico, Cozolino (2010) comprende a la psicoterapia como una relación de apego que guía con el objetivo de reprocesar las representaciones de los esquemas de apego evitativo o ansioso que el paciente manifiesta en la sesión. Los sujetos con apego seguro tienden a lograr mejores resultados en los tratamientos, construyen fuertes alianzas terapéuticas y consiguen un mayor cambio con tratamientos más breves, a diferencia de los tipos de apego ansioso y evitativo (Sangiao Novio, 2015). El éxito terapéutico radica en construir un vínculo de apego seguro, de esta forma la interacción interpersonal a nivel neurobiológico se llevaría a cabo desde hemisferio derecho a hemisferio derecho, manifestándose así un vínculo empático y no verbal que permite la regulación de afectos negativos. La base neurobiológica que procesa las experiencias de apego y afectivas, es el hemisferio derecho, en sus conexiones recíprocas con el sistema límbico y las áreas subcorticales (Finn, 2012).

El concepto de personalidad en la psicología posee distintos abordajes teóricos y empíricos, para este trabajo se decidió utilizar el modelo psicobiológico de H. Eysenck, que define a la personalidad como “una organización más o menos estable y duradera del carácter, temperamento, intelecto y físico de una persona que determina su adaptación única al ambiente” (Eysenck & Eysenck, 1985, p.9). Este modelo se caracteriza por poseer una jerarquía de conductas (respuestas específicas y habituales, rasgos y dimensiones) y, 3 dimensiones; Neuroticismo (N), Extraversión (E) y Psicoticismo (P), que se ubican en un continuo y no son excluyentes las unas de las otras (Schmidt et al, 2010). La dimensión N responde a la predisposición a padecer trastornos de ansiedad o del estado de ánimo (Schmidt et al.,2010), una persona con un puntaje elevado en N suele ser: ansiosa, deprimida, tensa, irracional, tímida, triste, emotiva, posee sentimientos de culpa, baja autoestima, suele tener mayor susceptibilidad al malestar psicológico, propensa a la preocupación, fácilmente perturbable y, de inestabilidad emocional (Delgado et al., 2018; Listanti et al., 2016). Sus bases biológicas se ubican en el sistema límbico, compuesto por el hipocampo, amígdala, septum medial, hipotálamo y el cíngulo (Schmidt, 2010). En la dimensión E de un lado del continuo se encuentran los extravertidos, personas que puntúan elevado en E y son sociables, activos, vivaces, buscadores de sensaciones, asertivos, dominantes, despreocupados, aventureros y espontáneos (Schmidt, 2010). Esta dimensión es conocida como la dimensión social del modelo psicobiológico. Del otro lado del continuo se encuentran los introvertidos, aquellas personas que se presentan como tranquilas, introspectivas, poco sociables y reservadas (Lisanti et al., 2016). La explicación sobre sus bases biológicas se basa en la Teoría de la Reactivación, la cual predice que las personas introvertidas poseen un mayor nivel de reactivación en el sistema de activación reticular ascendente [SARA], generando una activación general cortical, a diferencia de los individuos extravertidos. Al haber menor activación en la estructura neuronal, los extravertidos necesitarían una mayor estimulación del ambiente para lograr niveles óptimos de activación cortical (Schmidt, 2010). La última dimensión, P, se manifiesta en individuos que presentan conductas hostiles, sexistas, agresivas, objetivas, realistas, frías, egocéntricas, antisociales, irresponsables, impulsivas, competitivas, poco empáticas, aunque también en sujetos curiosos, creativos y originales (Bringas-Molleda et al., 2016). En puntuaciones elevadas dicha dimensión predispone a padecer trastornos psicóticos o antisociales. Un individuo con un puntaje bajo en P es empático, altruista, socializado, convencional y responsable (Lisanti et al., 2016). Con respecto a sus bases biológicas, se relaciona con niveles bajos de serotonina y de enzima monoaminoxidasa (MAO), esta última se vincula con el consumo de sustancias psicoactivas, con síntomas positivos de la esquizofrenia, conductas psicopáticas o búsqueda de sensaciones, dicha enzima se encarga de la degradación de la dopamina, lo cual en estos casos no se puede llevar a cabo, presentándose así niveles elevados de dopamina, un neurotransmisor que está fuertemente relacionado a los cuadros esquizofrénicos. También P posee un arousal cortical bajo, y niveles elevados de testosterona, vinculados con la impulsividad (Morán et al., 2016; Schmidt et al., 2010).

Como antecedentes de las variables mencionadas, se encontraron investigaciones que trabajaron sobre; el estilo de apego y la personalidad del terapeuta (Genise, 2015), entre sus resultados se hallaron que la extraversión se vinculó significativamente de manera inversa y de intensidad mediana-baja con el apego no romántico ansioso; otro antecedente llevado a cabo por los autores Lacasa, Mitjavila, Ochoa y Ballurenka (2015) relacionó a los estilos de apego con los síntomas externalizantes e internalizantes en población adolescente. Entre sus resultados hallaron los autores que el apego preocupado presentó una tendencia a síntomas internalizantes y externalizantes, tales como agresividad verbal, quejas somáticas, problemas de pensamiento y conductas ansiógenas; otro trabajo relacionó a los estilos de apego y la sensibilidad paternal con la capacidad empática y variables sociodemográficas (Nieri, 2017), entre sus resultados se halló una correlación positiva entre sensibilidad paterna y apego seguro; una investigación indagó sobre alianza terapéutica y estilos de apego, donde se encontró que la alianza se fortalecía con el paso de las sesiones, con respecto a la ansiedad se observó una relación inversa a medida que el tratamiento avanzaba, sin embargo el apego evitativo no presentó resultados significativos (Rossetti & Botella, 2017); y por último se cita una revisión teórica sobre el apego en la práctica clínica, llevada a cabo por la autora Benlloch Bueno (2020), quien planteó como objetivo actualizar los conocimientos vinculados a dichas variables y ofrecer recomendaciones para la práctica psicoterapéutica. Entre los resultados encontró la autora, la importancia de la teoría del apego para complementar la práctica clínica con adultos, como así también la formación de una base segura para el desarrollo de la alianza terapéutica, además a dicha alianza la favorece que el terapeuta y el paciente posean apegos opuestos. Con respecto a las recomendaciones enuncia la importancia de evaluar el estilo de apego del consultante, contemplar cambios en el apego del paciente y evaluar el estilo de apego del terapeuta entre otras. Estos antecedentes brindan evidencia de las vinculaciones entre los estilos de apego y la alianza terapéutica (Benlloch Bueno, 2020; Rossetti & Botella, 2017) o con la personalidad del terapeuta (Genise, 215). Es escaza la evidencia de la vinculación de la personalidad con los estilos de apego, teniendo en cuenta que los niveles elevados de N predisponen a una elevada preocupación, a niveles elevados de ansiedad, tensión muscular, a una mayor susceptibilidad al malestar psicológico e inestabilidad emocional (Delgado et al, 2018; Lisanti et al, 2016) y, a su vez, esta dimensión posee al sistema límbico como su base biológica al igual que los estilos de apego, los cuales se presentan susceptibles a los cambios en el tratamiento psicoterapéutico (Finn, 2012; Sangiao Novio, 2015; Schmidt, 2010). Se planteó como objetivos analizar las relaciones significativas entre los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad, como así también se comparó ambas variables, entendidas como variables dependientes, con variables sociodemográficas tales como; género, edad, residencia y si actualmente está en tratamiento psicoterapéutico. La primer hipótesis de esta investigación conjeturó que los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se relacionarán, en especial con la dimensión N debido a que la misma posee bases biológicas análogas al apego (Finn, 2012; Schmidt, 2010) y; teniendo en cuenta que uno de los objetivos de la terapia del apego es construir una base segura, a lo largo del tratamiento para lograr el cambio que necesita el paciente (Cozolino,2010), la segunda hipótesis planteo que los estilos de apego evitativo y ansioso predominarán en personas que realizan tratamiento psicológico. Este trabajo posee como relevancia teórica contribuir al acopio de conocimientos vinculados con las dimensiones de la personalidad y su relación con los estilos de apego, a su vez desde una dimensión práctica de la relevancia, esta investigación brindará información sobre el plano clínico, en especial sobre la dimensión N y los estilos de apego evitativo y ansioso.

Metodología

Diseño

Se realizó una investigación de enfoque cuantitativo, correlacional, descriptivo comparativo, a través de un diseño no experimental y de corte transversal retrospectivo (Hernández Sampieri et al., 2006).

Participantes

La muestra estuvo formada por 300 adultos de entre 18 a 71 años, de CABA (38%) y GBA (62%) de los géneros femenino (68%) y masculino (32%), de los cuales 184 (61%) estaban en pareja y 116 (39%) no, 64 (21%) participantes se encontraban realizando tratamiento psicológico y 236 (79%) no.

Como criterios de inclusión se optó por personas mayores de 18 años de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense que accedan a participar de la investigación. Y como criterios de exclusión fueron contemplados los cuestionarios incompletos y personas bajo tratamiento psiquiátrico.

El tipo de muestreo fue no probabilístico de tipo intencional.

Instrumentos

Cuestionario Revisado de Personalidad de Eysenck

El Cuestionario Revisado de Personalidad de Eysenck (EPQ-RA; Eysenck & Eysenck, 2001) evalúa las 3 dimensiones propuestas por Eysenck: Neuroticismo (N), Extraversión (E) y Psicoticismo (P), también posee una dimensión, Sinceridad (S), para la confiabilidad. Se empleó una versión adaptada el contexto local (Squillace et al., 2013). Los coeficientes Alpha de Cronbach de dicho instrumento son: α = .84 para N, α = .77 para E, α = .71 para S y α = .66 para P. La fiabilidad de esta muestra fue de: α = .83 para N, α = .77 para E, α = .72 para S y, α = .60 para P.

Escala sobre Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos

La Escala sobre Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos (Casullo & Fernández Liporace, 2005), evalúa el estilo de apego en 2 contextos: Románticos y No Románticos, el primero hace referencia a las vinculaciones de pareja y el segundo a las afectivas. Ambas escalas contienen tres dimensiones: Seguro, Temeroso Evitativo y Ansioso. Su coeficiente Alpha de Cronbach es de α = .45 para los vínculos No Románticos y α = .52 para los vínculos Románticos “aceptables en virtud del bajo número de reactivos que el instrumento posee, recordando que la fiabilidad de una técnica psicométrica se ve afectada, en parte por la cantidad de ítems que la componen” (Casullo & Fernández Liporace, 2005, p.78). La fiabilidad de esta muestra fue de α = .79 para los estilos No Románticos y, α = .77 para los Románticos.

Cuestionario sociodemográfico

Cuestionario sociodemográfico se indagó sobre edad, género, residencia, si estaba en pareja y, si realizaba tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Procedimiento

En un primer momento se realizó una prueba piloto, donde el tiempo fue medido, con 15 adultos para observar, recabar y responder a las inquietudes emergentes en la aplicación de los cuestionarios (EPQ-RA, Escala de Estilos de Apego, sociodemográfico y consentimiento informado), la misma duró 12 minutos. En un segundo momento, se administraron 100 cuestionarios de forma presencial en diferentes lugares públicos y privados de CABA y GBA, en donde se les comunicó a los participantes el fin de la investigación, haciéndoles firmar el consentimiento informado el cual les aclaraba lo que se les explicó de manera verbal, esta aplicación presentó una fiabilidad de α = .69, al mismo tiempo a 185 personas se les envío a sus casillas de e-mail el consentimiento informado y los cuestionarios a través del formulario de Google, esta toma presentó una fiabilidad de α = .72. Y por último, los datos fueron procesados por el Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) de IBM en su versión 22.

Análisis de datos

Con respecto a las pruebas estadísticas utilizadas en dicho trabajo, primero se generó una prueba de normalidad, la cual brindo resultados estadísticos (p<.05) que predispusieron a la utilización de estadísticos no paramétricos como: la prueba Rho de Spearman para las correlaciones entre personalidad y estilos de apego y, para las diferencias de grupo se utilizó la prueba U de Mann-Whitney en donde, las variables sociodemográficas fueron tomadas como variables de agrupación y, las variables de personalidad y estilos de apego fueron consideradas como variables dependientes.

Resultados

Los datos obtenidos de la variable edad arrojaron las siguientes medidas de Tendencia Central: Media de 32, Mediana de 28, Moda de 26. Desviación Típica de 12, Mínima de 18 y Máximo de 71.

La prueba de normalidad mostró una distribución anormal (p<.05). Las pruebas utilizadas fueron Rho de Spearman (véase Tabla 1) y U de Mann-Whitney (véase Tabla 2).

Con respecto a las variables Edad y Residencia, no se encontraron diferencias significativas, en cambio con la variable Género, se obtuvo una diferencia significativa de la dimensión N a favor del género femenino (U= 7539,5; p<.002).

En la Tabla I se observan las correlaciones obtenidas: E correlacionó de manera inversa y débil con los apego romántico temeroso evitativo y ansioso y, con los apego no romántico seguro, temeroso evitativo y ansioso; N se correlacionó de manera positiva y débil con los apego romántico seguro, ansioso y el apego no romántico seguro. De manera positiva y moderada con los apego romántico y no romántico temeroso evitativo y, el no romántico ansioso; P correlacionó de manera inversa y débil con el apego no romántico seguro y, de manera positiva y débil con los apego romántico temeroso evitativo y ansioso y, con el apego no romántico temerosos evitativo.

Tabla 1
Correlaciones entre Apego y Personalidad

Nota: Prueba utilizada Rho de Spearman. *p<.05 **p<.01

En la Tabla II se brinda una síntesis de los resultados de la variable actualmente en tratamiento psicológico como variable de agrupación, en donde la variable Neuroticismo y los estilos de apego funcionan como variables dependientes; se observó un predominio en N, apego romántico temeroso evitativo y, apego no romántico ansioso en personas que realizaban psicoterapia.

Tabla 2
Síntesis de las diferencias de Actualmente en tratamiento psicológico

Nota: Prueba utilizada. U de Mann-Whitney *p<.05

Conclusiones

Retomando con el objetivo de este trabajo, analizar las relaciones entre los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad y comparar ambas variables considerando variables sociodemográficas, se citan los principales resultados: la dimensión N se relacionó de manera directa con una intensidad moderada-baja con todos los estilos de apego, también se encontraron correlaciones inversas con intensidad baja entre E y los estilos de apego evitativo y ansioso romántico y, los estilos de apego seguro, evitativo y ansioso no romántico. La dimensión P se correlacionó de manera directa y con intensidad baja con los estilos de apego romántico evitativo y ansioso, como así también con el apego evitativo no romántico y, obtuvo una correlación inversa y con intensidad baja con el apego no romántico seguro. A su vez la dimensión N, al igual que los apegos romántico temeroso evitativo y no romántico ansioso obtuvieron una mayor predominancia en personas que realizaban psicoterapia.

Con respecto a la primera hipótesis de esta investigación, los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se relacionarán, en especial con la dimensión N debido a que la misma posee bases biológicas análogas al apego (Finn, 2012; Schmidt, 2010). Esta hipótesis fue corroborada parcialmente. Los resultados y sus interpretaciones serán desglosados por dimensión de personalidad en los siguientes párrafos.

La dimensión N obtuvo relaciones significativas y directas con intensidades bajas y moderadas con todos los estilos de apego. Las correlaciones de N fueron interpretadas de la siguiente manera. En el caso del apego seguro, el rasgo sentimiento de culpa (Schmidt, 2010) estará relacionado con las funciones psicológicas de la moral (Finn, 2012) y la sociabilización (González Ospina & Paredes Núñez, 2017) y, en el plano del amor predominarán emociones positivas y la emotividad (Finn, 2012; Schmidt, 2010). Con respecto a los apego temeroso evitativo, poseerán tendencias a la indiferencia, irracionalidad y negatividad, que la persona demostrará en sus relaciones de amistad como en las de pareja (Barroso, 2014). En relación a los apego ansioso, estas personas desarrollarán vinculaciones con el medio atravesadas desmedidamente por el factor emocional (Schmidt, 2010), el cual dificultará una relación equilibrada con la capacidad racional, predominando así la irracionalidad y la dependencia emocional, tanto en las vinculaciones de pareja como en las de amistad (Barroso, 2014).

La dimensión E obtuvo relaciones significativas e inversas con intensidad baja entre E con los apegos romántico temeroso evitativo y ansioso y, con los no románticos seguro, temeroso evitativo y ansioso. Las relaciones obtenidas se interpretaron de la siguiente manera, con el apego seguro no romántico, estas personas tenderían a tener una postura activa y dominante sobre los demás (Schmidt, 2010), al mismo tiempo, no serían empáticos con sus pares o semejantes, dejando entrever la constitución de vínculos superficiales y no duraderos (González Ospina et al, 2017). En relación a los estilos de apego temeroso evitativo, se interpretó que estas personas mostrarán una gran actividad sobre el medio (Schmidt, 2010) y, no presentarán aquellos patrones de indiferencia que intervienen en la fluidez del vínculo (Barroso, 2014). Y con lo que respecta al estilos de apego ansioso en ambos contextos, se interpretó que estas personas son activas ante el medio, sociables y se sentirán cómodos estando rodeados de personas (Lisanti et al., 2016), presentarán vinculaciones libres de obsesiones o ansiedad excesiva que facilitarán las vinculaciones sociales (Barroso, 2014). Estos últimos resultados coinciden con los hallados por Genise (2015).

A su vez P, se correlacionó significativamente y de forma directa con intensidad baja con los apego romántico temeroso evitativo y ansioso y, temeroso evitativo no romántico, también se correlacionó P de manera inversa con intensidad baja y significativa con el apego seguro no romántico. Las relaciones obtenidas se interpretaron de la siguiente manera, con respecto al apego seguro no romántico, las personas de esta muestra que presenten rasgos como frialdad en lo vincular o conductas agresivas (Lisanti et al., 2016), y que no desarrollaron un apego seguro, el cual brinda capacidad moral, social y empática (Finn, 2012), llevarán a cabo formas de vincularse en donde la frialdad emocional y vincular predominará. En relación a los apegos temeroso evitativo, se interpretó que estos sujetos se presentarán como indiferentes, poco empáticos y fríos (Lisanti et al., 2016) y, tenderán a relaciones amorosas negativas con poca satisfacción (Barroso, 2014). Y con el apego ansioso romántico, se interpretó que estas personas en las relaciones amorosas presentarán baja empatía, frialdad, predominarán vinculaciones relacionadas a celos, obsesiones (Barroso, 2014) y conductas sexistas (Bringas-Molleda et al., 2016).

Retomando con la segunda hipótesis la cual planteó que, los estilos de apego evitativo y ansioso predominarían en personas que realizan tratamiento psicológico. Esta hipótesis fue corroborada parcialmente, ya que los estilos de apego que predominaron fueron el romántico temeroso evitativo y el no romántico ansioso. Estos resultados se podrían interpretar como que dichas personas presentarán comportamientos de indiferencia (Barroso, 2014) o ambivalentes en lo vincular, perjudicando así la constitución de vínculos como el terapéutico por su falta de confianza (Genise, 2015) dificultando los cambios terapéuticos (Sangiao Novio, 2015). Estos resultados concuerdan con las investigaciones y teorizaciones de Cozolino (2010) debido a que estos estilos de apego son los que poseen una tendencia a la consulta psicoterapéutica.

Con respecto a la predominancia de N en personas que realizan tratamiento, se interpretó que estas personas poseerían una inestabilidad emocional características de las puntuaciones elevadas de N (Schmidt, 2010), lo que predispone a la consulta terapéutica.

Como limitación esta investigación presentó un muestreo no probabilístico y de tipo intencional, esto genera que los resultados no puedan generalizarse a la población general. También al poseer una secuencia de tiempo transversal, no se permite observar si los estilos de apego obtienen resultados diferentes, ya que estos son susceptibles a las experiencias, como es en el caso de la psicoterapia. Otra limitación que presentó fue la escaza cantidad de publicaciones que correlacionen ambas variables, esto repercutió en las conclusiones al momento de las interpretaciones, en especial entre las relaciones de la dimensión P con los estilos de apego.

Se resalta la importancia de trabajar con estas variables ya que el apego predispone al tipo de vínculo y las dimensiones de la personalidad al procesamiento del medio. Se sugiere que para futuras líneas de investigación se utilice una mayor rigurosidad metodológica y la aplicación de abordajes Multimétodo, para recabar información no solo de autoregistros sino también de técnicas gráficas, para incrementar la validez de las vinculaciones de ambos constructos.

Para finalizar se retoma la relevancia de este trabajo la cual permitió contribuir al acopio de conocimientos teóricos y empíricos vinculados con las dimensiones de la personalidad y su relación con los estilos de apego, así también este trabajo brindó una relevancia práctica vinculada al plano clínico al hallar datos estadísticamente significativos entre N, los estilos de apego evitativo y ansioso vinculados con las personas que realizan psicoterapia.

Referencias

Barroso, O. (2014). El apego adulto: La relación de los estilos de apego desarrollados en la infancia en la elección y las dinámicas de pareja. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, 4(1), 1-25.

Benlloch Bueno, S. (2020). Teoría del Apego en la Práctica Clínica: Revisión teórica y Recomendaciones. Revista de Psicoterapia, 31(116), 169-189. doi: 10.33898/rdp.v31i116.348

Bowlby, J. (1990). El vínculo afectivo. Editorial Paidós.

Bringas-Molleda, C., Estrada-Pineda, C., Suárez-Álvarez, J., Torres, A., Rodríguez-Díaz, F., García-Cueto, E. & Rodríguez-Franco, L. (2016). Actitud sexista y trascendente durante el noviazgo entre universitarios latinoamericanos. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 8(1), 44-55. doi: 10.23923/j.rips.2017.08.005

Casullo, M. M. & Fernández Liporace, M. (2005). Los estilos de apego: teoría y medición. JVE. Eds.

Cozolino, L., (2010). Neuroscience of psychotherapy. Healing de social brain. W. W. Norton & Co

Delgado, B., Inglés, C. J., Aparisi, D., García-Fernández, J. M., & Martínez-Monteagudo, M. C. (2018). Relación entre la Ansiedad Social y las Dimensiones de la Personalidad en Adolescentes Españoles. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica, 46(1), 81–92. Doi:10.21865/RIDEP46.1.06

Eysenck, H. J. & Eysenck, M. (1985). Personality and Individual Differences. Plenum Press.

Eysenck, H. J., & Eysenck, S. B. G. (2001). Cuestionario revisado de Personalidad de Eysenck. Manual. TEA Ediciones

Finn, S. (2012). Implications of Recent Research in Neurobiology for Psychological Assessment. Journal of Personality Assessment, 94(5), 440-449. doi: 10.1080/00223891.2012.700665

Genise, G. (2015). Relación entre el estilo personal del terapeuta, estilo de apego y factores de personalidad del terapeuta. Psicodebate, 15(1), 9 – 22. doi: 10.18682/pd.v15i1.481

González Ospina, L. M. & Paredes Núñez L. S. (2017). Apego y Resiliencia. CienciAmérica: Revista de divulgación científica de la Universidad Tecnológica Indoamérica, 6(3), 102-105.

Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. & Baptista Lucio, M. (2006). Metodología de la investigación. McGraw-Hill.

Lacasa, F., Mitjavila, M., Ochoa, S., & Balluerka, N. (2015). The relationship between attachment styles and internalizing or externalizing symptoms in clinical and nonclinical adolescents. Anales de Psicología, 31(2), 422-432. Doi: 10.6018/analesps.31.2.169711

Lisanti, R., Gatica Hernández, D., Abal J., Lisanti, G., Di Giorgi, L., González L., Delaballe, E., Grañana, M. & Zarate, G. (2016). Tabaquismo: su relación con personalidad y variables sociales. Revista americana de medicina respiratoria, 16(4), 332-340.

Main, M., & Solomon, J. (1990). Procedures for identifying infants as disorganized/disoriented during the Ainsworth Strange Situation. En M. Greenberg, D. Cicchetti, & E.M. Cummings (Eds.), Attachment in the preschool years: Theory, research and intervention (pp.121-160). University of Chicago Press.

Morán, C., Carmona, F. & Fínez, M. (2016). Tipos de personalidad, agresión y conducta antisocial en adolescentes. Psychology, Society, & Education, 8(1), 65-80. doi: 10.25115/psye.v8i1.548

Nieri, L, P. (2017). Relación entre la sensibilidad paterna y los estilos de apego, la personalidad y la capacidad empática, según variables sociodemográficas. Psicología desde el Caribe, 34(1), 1-15. doi: 10.14482/psdc.34.1.9773

Rossetti, M. L., & Botella, L. (2017). Alianza terapéutica: evolución y relación con el apego en psicoterapia. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 26(1), 19–30. Doi: 10.24205/03276716.2017.1002

Sangiao Novio, I. (2015). Apego, contratransferencia y resistencia al cambio en la relación terapéutica. Anuario Psicoloxía e Saúde: Revista Oficial da Sección de Psicoloxía e Saúde do COPG, 8, 220-226.

Schmidt, V. (2010). Las bases biológicas del Neuroticismo y la Extraversión ¿Por qué nos comportamos como lo hacemos? PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 2(1), 20-25. doi: 10.5872/psiencia.v2i1.37

Schmidt, V., Firpo, L., Vion, D., De Costa Olivian, M. E., Casella, L., Cuenya, L., Blum, G. S., & Pedrón, V. (2010). Modelo Psicobiológico de Personalidad de Eysenck: una historia proyectada hacia el futuro. Revista Internacional de Psicología, 11(2), 1-21. doi: 10.33670/18181023.v11i02.63

Squillace, M., Janeiro, J. & Schmidt, V. (2013). Adaptación local del Cuestionario Revisado de Personalidad de Eysenck (versión abreviada). Revista Evaluar, 13,19-37. doi: 10.35670/1667-4545.v19.n1.23877



Buscar:
Ir a la Página
IR
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R