2019
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Centro Nacional de Bioética (CENABI), Venezuela
Editorial
Una vida ejemplar: Dr. Alfredo Luis Castillo Valery (1941-2019)
El 26 de enero despedimos de este mundo a un maestro y amigo, que siempre tendrá un lugar especial en el corazón de quien lo conocimos ya que es merecedor del calificativo de ser una buena persona, que de acuerdo a Díaz Alvárez(1) es aquel que: a) acepta que no es dueño de su existencia, sino un administrador de la misma, b) cumple cada día de la mejor manera que pueda con sus deberes, siendo útil al bien común y ganando honestamente el pan que se ha de llevar a la boca y c) procura hacer feliz la vida de todos los que le rodean.
Las nuevas generaciones necesitan conocer de estos personajes que modelan positivamente el entorno que ocupan. Es por esto, que en este editorial de la Revista Digital de Postgrado presentamos un resumen de la vida del Dr. Castillo Valery, para que nuestros estudiantes encuentren un ejemplo a seguir.
El Dr. Castillo Valery recibió el título de médico cirujano de la escuela Luis Razetti de la UCV, del Rector Jesús María Bianco en el año 1965. Realizó el postgrado en Cardiología y la Especialización en Medicina Crítica en el Hospital Universitario de Caracas (Figura 1). Además, realizó los cursos básico y avanzado de Filosofía en la Universidad Simón Bolívar. Se puede decir que fue autodidacta en la Bioética, disciplina que surgió a principios de los años 70 y que en conjunto con su trabajo asistencial con pacientes críticos, lo hizo considerar que “era necesario el análisis riguroso de las situaciones, a la luz de una doctrina moral de aplicación a las condiciones reales que tienen origen en una unidad de cuidados intensivos, en un consultorio o junto al lecho de un paciente en estado terminal”. Con este bagaje publicó seis libros, “Ética Médica ante el Enfermo Grave” (1986), "Los Derechos de las Personas Enfermas” (1987), “Ética y Legislación Médica en Venezuela” (1990) que le mereció el Premio José María Vargas de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, “Crisis Vital, Muerte Cerebral y Ética Médica” (1992), “Aspectos Ético-Morales sobre la Asistencia del Paciente Terminal. Muerte Encefálica. Donación de Órganos”. (1994) y ” Bioética” (2006), trabajó como editor de siete obras y fue autor de una docena de capítulos de libros, además de seis monografías y más de cincuenta trabajos publicados en las áreas de Cardiología, Medicina Crítica y Bioética. A esta última, a partir de los años 90, dedicó su estudio y mejor aún, su divulgación. Como lo expreso el Dr. Miguel Yáber en el prólogo de uno de estos libros, el Dr. Castillo llevó “una larga vida de estudio, investigación y servicio, que le ha permitido penetrar con su curiosidad científica y su trabajo constante, en casi todas las disciplinas humanas del continuo hacer: la pedagogía, la investigación, la filosofía, la administración, las ciencias sociales y la psicología”.(2)
Inició su carrera docente en 1973, en la Unidad de Medicina Antropológica donde junto a otros ilustres profesores integraron la medicina a la filosofía como parte de los cambios que se venían produciendo en esos tiempos, entre otros, el manejo del paciente por parte de un equipo multidisciplinario.(3) Alcanzó todos los escalafones académicos y cabe destacar que obtuvo Mención Honorífica en los trabajos presentados para sus ascensos a Profesor Agregado, Asociado y Titular.(2)Aunque se jubiló de la UCV en el año 2005, siguió siendo profesor de los postgrados de Medicina Interna y Medicina Crítica, así como de los Cursos de Ampliación y Maestría en Bioética hasta el 2016. Su actividad docente también la realizó en otros niveles, como Adjunto Docente a la Dirección del Hospital Universitario de Caracas, del cual fue también Subdirector y Director Encargado en una oportunidad.(2)
En el aspecto administrativo el Dr. Castillo Valery, fue jefe del Departamento de Medicina de la Escuela Luis Razetti, representante profesoral ante el Consejo de Facultad, Secretario General, Presidente y Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Medicina Crítica, Presidente de la Federación Panamericana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Miembro Principal del Consejo Mundial de Sociedades en esta áreas. En 1989 fue designado para una gran empresa: Coordinador de la Comisión de Factibilidad de los Estudios de Enfermería en la Facultad de Medicina y Presidente de la Comisión Organizadora de la Escuela de la cual fue su Director Fundador hasta el año 2002(2,4), donde con gran visión, supo seleccionar un equipo de noveles profesores y demostrando una gran capacidad gerencial, presidió la Fundación Escuela de Enfermería de la UCV (FEDEUCEVE) que permitió la profesionalización de técnicos medios, bachilleres asistenciales y técnicos superiores a nivel nacional, llegando a convertir la “escuelita” llamada así, por ser la última creada en la Facultad de Medicina, en una Escuela con más de 5.000 estudiantes que llegó a tener 20 sedes en el país, en un exitoso programa de Estudios Supervisados.
En 1995, toma la iniciativa junto a otros miembros de la Subcomisión de Ética de la Comisión de Estudios para Graduados de la Facultad de Medicina - UCV de crear la asociación civil sin fines de lucro, Centro Nacional de Bioética (CENABI), de quien fue presidente por 10 años. El objetivo de su creación fue la de promover, desarrollar, investigar y divulgar los temas relacionados con la bioética en Venezuela.(5) El producto de este sueño, es que a la fecha se han formado varios centenares de profesionales y docentes de diversas áreas, especialmente de la salud y provenientes de todo el país, en 31 Cursos de Ampliación en Bioética y seis cohortes de la Maestría en Bioética, ambos acreditados por la UCV.(6,7) En paralelo, desde 1999, el CENABI constituyó un comité de bioética independiente para la investigación, el cual ha dado apoyo a la creación de otros comités de bioética en diferentes centros del país, ha evaluado 202 proyectos de investigación y ha realizado asesorías, incluso a nivel internacional. En palabras de la Dra. Ximena Páez de la Universidad de Los Andes(8), “el Dr. Castillo deja un gran legado, la educación de la Bioética a tantos otros, por eso, en su honor, el CENABI debe continuar esta labor”.
Se evidencian los logros de una vida fructífera, dedicada al trabajo y al beneficio de los demás, méritos que le han sido reconocidos, tanto por la Universidad, con la Orden Vargas en su Primera Clase, el Premio Anual “Francisco De Venanzi” a la Trayectoria Universitaria en 2014, como también fue merecedor de la Mención Honorífica del Premio “Luis Razetti” en 1993 y la Orden “Francisco Antonio Rísquez”. En 1995, fue designado Epónimo del VI Congreso Venezolano de Medicina Crítica y fue también el Epónimo del IV Encuentro de Egresados de los Cursos de Bioética, realizado en el 2017.(2)
En lo personal, fue un esposo y padre amoroso. Como jefe, justo, respetuoso y gentil, con una actitud paternal y de maestro eterno. Sabía contagiar su pasión por el trabajo pero eso no impedía el disfrute de sus historias y chistes. Generaba una complicidad sana que favorecía el ambiente de trabajo.
Desde que se hizo pública, su partida, se han recibido gran cantidad de mensajes destacando sus cualidades humanas y docentes.
Lo importante no es morir, sino vivir. Y vivir con dignidad(1)
Cómo citar: Padrón-Nieves M. Una vida ejemplar: Dr. Alfredo Luis Castillo Valery (1941-2019). Rev Digit Postgrado. 2019; 8(1):e160
